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El discurso del rey

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El di dis cucur so de el re ey
The FuKing's Speech
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Ficha técnica
Dirección Tony Blair
Producción Príncipe Carlos de Gales
Intérpretes Colin Firth
Geoffrey Rush
Helena Bonham Carter
Otros que francamente no conozco
Guión William Shakespeare
Música Un pianista entrenado desde pequeño
País Reino Undido
Fecha de estreno 2010
Género Superación personal
Calificación una estrella sobre una
Premios La Orden del Imperio Británico a mejor película del año

El discurso del rey es supuestamente una película, pero el formato nos recuerda más a un libro con imágenes, de drama histórico, de lenguaje y superación personal, que en 2011 ganó el Oscar a la Mejor Película, superando por mucho a los frikis de Red Social y su "actualidad" ja, los reyes divertidos nunca pasarán de moda. En esta cinta, Bertie (aunque preferiría que lo llamemos Su Alteza Real El Duque de York, no lo haremos) se convierte en el Rey, pues su comunista hermano no gustaba de usar corona y abdicó, sin embargo, Bertie es tartamudo como secuas de villano de películas cómicas, lo que le dificulta gobernar, amar y sobre todo, usar el radio para cantar la declaración de guerra a Alemania sin que se rieran los nazis. Una película de reflexión que nos dice que cualquiera de nosotros, plebeyos o de la realiza, podría ser Rey si su hermano se va y si corregimos nuestros defectos del habla, muletillas u acentos regionales donde omitimos las últimas letras de una palabra (su majesta' el rey, por ejemplo).

El discurso del rey fue la película que más ingresos recibió durante tres semanas en la taquilla británica, debido principalmente a que es una película británica y por mandato real se obligó a toda la población a asistir.


Sinopsis

Una de las sesiones de terapia.

Bertie ha intentado todos los medios para dejar de tartamudear, pues todos en la corte se burlan de él, incluso su Padre Jorge V que lo ponía como entretenimiento cuando recibía jefes de estado extranjeros en su palacio. Él había caminado sobre clavos, se había puesto sus propias pelotas en la boca (muy suyas, pues él las había comprado), incluso intentaba hablar cuando bebía un vaso de agua, casi morir ahogado lo obligó a claudicar en sus intentos de curarse y prefirió seguir lanzando insultos a todos, que eso sí le salía bien. Para superar este problema, la gótica esposa de Tim Burton (Helena Bonham Carter), pero también suya, decide recurrir a Lionel Logue, un terapeuta del habla poco ortodoxo, por no decir "loco como una liebre, pero más pobre". Al principio la relación entre el terapeuta y el príncipe no es buena porque no hay una buena comunicación, recordemos que es tartamudo el pobre, pero poco a poco trabajan juntos, incluso logra que el príncipe recite todo el libro de Hamlet mientras estaba inconsciente de borracho, sin ninguna falta.

Poco a poco van logrando que Bertie pueda sentirse más cómodo, contando chistes sobre gallegos, mandando a tomar por culo a todo el reino enarbolando sus dotes insultivas y cantando graciosamente sus sentimientos, Lionel logró saber el por qué del tartamudeo, no era porque le apretara la ropa interior británica como al principio había creído, sino porque de muy pequeño la niñera lo asustaba mucho pues lo llevaba a volar con ella sólo agarrados de un paraguas, cosa que aterraba demasiado al joven príncipe, cuando sus padres se enteraron, la metieron para siempre al calabozo, pero era demasiado tarde. El duque podía ya llevar una vida más o menos normal de duque, con algunos discursos para abrir una panadería. Sin embargo, las cosas se complicarían, pues a su padre se le ocurrió morirse cuando las cosas se empezaban a ponerse mal, y su hermano era el clásico príncipe hijodeputa que prefería salir con mujeres casadas y andar viajando y comprándose cosas costosas, antes que gobernar un reino, eso, y la corona le daba alergia.

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Es por eso que por la abdicación de su hermano, Quico VIII, a Bertie no le quedó más remedio que asumir el reinado, haciéndose llamar Jorge VI, en honor a su padre y porque no tenía originalidad, la posible Segunda Guerra Mundial no lo alteraba tanto, como el hecho de tener que decir "sí, juro" en la coronación (y eso se notó en los campos de batalla). Por ello, mandó traer a Lionel, con quien se había peleado días antes por haberle dicho que matara a su hermano y se hiciera con el trono, pero no hubo necesidad y otra vez podían ser amigos. Al llegar con el papa, o arzobisco o a cualquiera que pudiera ponerle la corona, ese ministro religioso le expone a Jorge que Lionel no es más que un charlatán y que en realidad no es un doctor, sino que solamente es un actor mal pagado y un cuidador y bañador de perros. Pero Lionel se sienta en el trono y promete no regresarlo y él mismo reinar, si Bertie no lo perdona, por supuesto el duque accede y la ceremonia se suscita como se tenía planeada (sin tantos muertos en las calles).

Le fue bastante bien con su primer discurso de dos palabras, ahora para definir el rumbo de la guerra, tendría que tener un debate con el mismísimo Fürer, Adolf Hitler para ver quién proponía las mejores cosas y así poder evitar un conflicto armado, por alguna razón Bertie estaba nervioso pues eran notorias las cualidades oratorias del nazi que incluso convenció al Papa de que él era el nuevo mesías. Ese fue el gran reto, acercarse a Hitler y rebatirle todos sus argumentos, hacer que sus amigos fueran contra él y convencer a la opinión pública que la monarquía parlamentaria era el mejor sistema. Lo hizo bien, sin mucho titubear y con una seguridad y firmeza como nunca antes se le había visto. Una semana después, Londres estaba siendo bombardeado por los fascistas. FIN.

Reparto

Colin se esmeraba pues le prometieron que podía llevarse el traje cuando terminara la película (seguro lo cambiará por unas copas).
  • Colin Firth como Jorge VI del Reino Hundido, un galán británico para interpretar al rey, aunque haya una escena en la que se puso falda de cuadritos. Su actuación fue elogiada por todos, los Oscar, por los Globos de Oro, por la hija del verdadero Jorge IV, la Reina Isabel de Inglaterra que dice: "-mi padre no era tan apuesto, pero que de todos vale, está bien"-, por el nieto del rey el Príncipe Carlos de Gales que señala "-mi madre ya tiene como doscientos años, ¿por qué no se muere para que yo pueda ser rey? -" y por los bisnietos de Bertie que se expresaron así de la película: "-Heil Hitler-".
  • Geoffrey Rush como Lionel Logue. El experto terapeuta actor fracasado que curaba de verdad con juegos terapéuticos que poco o nada tenía que ver con la terapia real. Éste es un viejo actor que interpreta muy bien el papel del doctor Logue, en verdad existió aunque sus propios hijos lo duden. Con una calma, paciencia y efectividad ante la cámara, el nieto de Logue ha dicho "-La verdad nunca lo conocí, pero no creo que haya sido una persona real, seguramente es sólo el personaje de una película-"
  • Helena Bonham Carter como Elizabeth Bowes-Lyon. Una reina muy gótica, que está claro que se preocupa por su esposo, que nunca ha sido de la realeza y que nos recuerda mucho El club de la pelea, Alicia, etc. Por supuesto, esta vez tampoco ganó el Oscar a mejor actriz, quizá cuando la Academia esté de mejor humor.
  • Michael Gambon como Jorge V del Reino Unido. Un actor clásico para fortalecer el reparto. Este personaje fue muy convincente a la hora de humillar a su retoño para que le perdiera el miedo al coco, al micrófono y a las inyecciones. Sin embargo salió demasiado rápido de escena lo que provocó que jurara venganza, ojalá pronto lo logre.
  • Guy Pearce como Eduardo VIII del Reino Unido. El más divertido de todos, cuando el padre del personaje murió esté empezó a vivir la Vida Loca. La mayoría de los británicos consideran que ojalá hubiera permanecido él, y ahora Reino Unido de Gran Nazilandia hubiese gobernado el mundo.

Producción

La escenografía presentó un verdadero reto para los cineastas, ya que las escenas no podían hacerlas en un departamento para pobres, o en un bar cualquiera, sino que tenían que ser en el palacio de Buckingham, pero la reina no les había dado permiso para no molestar a los fantasmas de los reyes anteriores. Sin embargo, era tanta la necesidad de buenas locaciones, que el equipo se colaba de noche al palacio a filmar mientras la verdadera nobleza dormía, y a la mañana siguiente estaba como si nada, bueno, faltaban algunos platos, cucharas, obras de arte y joyas finas, nada que se pudiese notar. Para el consultorio del Dr. se utilizó el mismo departamento usado en Trainspotting, se compraron algunos muebles viejos para que parecieran de la época victoriana y se echaron algunas ratas con rabia, muy propias de la época.

El estilo visual es por demás excepcional, pues parece que le amarran la cámara al actor con un gorro para siempre verle la cara de compunjido por ser un tartamudo, en vez de ser ciego o alguna cosa que hubiera sido triste, no divertida para los demás. Tomas muy encaradas con la música tradiciones británica, pero lamentablemente en los tiempos de Jorge VI, todavía no existían los Beatles, sino que se tuvieron que conformar con un pianista, engendrado y entrenado especialmente para musicalizar una película de corte histórico de la época entreguerras, y luego ser sacrificado para que su trabajo se vuelva único.

Precisión histórica

Cuando el rey dominó su discurso, empezó a tener una mejor relación con las mujeres.

Solamente por el detalle de las Blackberry con las que se comunicaban en el castillo (bueno, ¿quiénes somos nosotros para asegurar que no tenían? los aspectos históricos resultan muy cercanos a los reales. El director exigió que los datos estuvieran completamente basados en los hechos de la historia y que si algo quedaba fuera de contexto, se pagaría con cárcel y sodomía involuntaria. Por eso es que el equipo se esmeró tanto. Los vestidos, sets de filmación, léxico florido, olores y falsa moral, todas correspondían a los periodos tratados. Las notas de Lionel se rescataron del basurero municipal para servir de referencia al guión, y luego las regresaron ahí, que es donde deben estar. Se entrevistó a la Reina, a los hijos de Lionel, a un viejo que lo vio todo pero que por los años lo olvidó y no sirvió de nada y a Hitler en persona, quien pidió no se revelara su localización actual, pero por si alguien pregunta, está en Chile.

Recepción

La película fue notablemente bien recibida por la crítica, que está conformada por 5 señores de edad mayor que gustan de películas de superación personal, como Una mente brillante o El discurso del rey, y que gustan de dar premios. Incluso consiguió la taquilla reveló que estaba cerca el Oscar, dejando a un lado películas para adolescentes como Red Social, que en nada aportan a el neocolonialismo occidental el cine actual. Hasta ahora, se viene considerando una producción enraizada en las tradiciones inglesas, quizá no tanto como la hora del té, pero algo.

Hasta el cierre de la edición de este artículo, El discurso del rey había generado ya en todo el mundo $244.923.859 de dólares solo en cine, más lo que pueda sacarse de la venta de DVD, bluray, VHS, y las descargas ilegales que seguramente haces de la misma y de la que crees que no te cobran nada, puede resultar un éxito estremecedor, y la posterior olvidancia del público mundial que en unos meses mirará nuevos horizontes y se olvidará de esta cinta que servirá para ser expuesta en autobuses, aviones y canales privados los domingos por la tarde.

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