Rómulo y Remo
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Rómulo y Remo (latón: Romulus López et Remus Pérez; según el calendario de cumpleaños de Facebook, ambos nacieron en el 771 a. C., Rómulo murió 754 a. C., pero Remo falleció en 716 a. C. debido a la incurable enfermedad del fratricidio envidioso) según los trípticos para turistas, son los gemelos fundadores de la ciudad de Roma en coordinación con las mafias locales. Según la leyenda, pertenecían a la familia de los reyes de Alba Longa Niza y eran hijos de la vestal Rea Silvia y, según una versión del dios Marte y, según otra versión, del gemelo del carnicero local Remómulo. Por cuestiones de impuestos por hijos dobles, fueron abandonados a orillas del río y criados por hombres lobo, por lo que se volvieron furros por crianza.
Habiendo madurado y con un cuerpo de JoJo's gracias a la leche salvaje, regresaron a la ciudad natal de su abuelo y en la cena de protonavidad se pelearon por los terrenos del viejo, dando como resultado la muerte de Remo por Rómulo, es decir, una cena normal de una familia normal. En los terrenos adjudicados por la violencia intrafamiliar, el sobreviviente fundó la ciudad de Roma y llamó a sus amigos para habitarla, dividiendo entre los que le caían bien nombrándolos senadores y los que les caían mal, otorgándoles el puesto de plebeyos, pobres y vagabundos, él mismo se declaró rey porque ¿para qué fundar una ciudad si uno mismo no se convierte o en rey o en el Batman de tal lugar? Finalmente su vida terminó, según algunos relatos, cuando subió al cielo en cuerpo y alma, o según otros, asesinado por los senadores por sus prácticas Furry.
Biografía
Orígenes y primeros años

La antigua tradición los reconoce como descendientes de Enemas coloides, héroe mitológico griego que pertenecía a la familia de reyes troyanos, pero tras la derrota de estos por un antivirus actualizado, tuvo que huir a Italia donde no existía la extradición y fundó su propia ciudad para llenarla de troyanos y longanizas que tanto le gustaban a las civilizaciones helénicas, por eso se llamó Alba Longa Niza.
En una tradición milenaria de las que no deben perderse, el abuelo de los gemelos, el rey Numitor, fue depuesto por su propio hermano envidioso Amulio. Este último hizo lo que cualquier supervillano y mató a éste y a su descendencia masculina, pero cometió el error de todo antagonista ficticio de las historias de venganza y dejó viva a la hija, condenándola a ser una monja de alguna deidad virgen con lo que creía estar seguro, no conocía la lascivia de la prole de Júpiter lo cual era raro porque el 90% de su religión derivaba de ella, el dios Marte hizo de las suyas porque le encantaban los retos y las tipas con cinturón de castidad de púas eran uno de ellos. Cuando los gemelos nacieron, Amulio hizo lo que todo cliché de malvado hace y mandó matarlos no con un ballestazo gigante a quemarropa como lo habrías hecho tú, sino metiéndolos a un canasto y arrojándolos al río donde la corriente se los llevó y asumiendo que morirían algún día de hambre o aburrimiento.
El paseo panorámico estaba lleno de ayudas divinas, una rana llevó la canasta a la orilla y como recompensa fue hecha ancas en el Olimpo. Marte creía que ir a cuidar a sí mismo a sus hijos podía vulnerar su hombría, así que mandó más animales a que se encargaran de ellos ¿por qué no sacerdotisas? Porque cobraban más. Bueno, la loba local les dio leche, calor y olor a perro, el pájaro carpintero les trajo gusanos y les fabricó una cabaña bastante agreste, pero con todas las comodidades que una guardería estilo Dr. Dolittle podía ofrecerles.
Como pudieron aprendieron a leer gracias al chico de la propaganda que dejaba siempre publicidad en su puerta, también eran reconocidos por su belleza, físico superatlético por salir a cazar ciervos con sus propias manos y por sus aficiones insanas de intentarse procrear con las lobas del monte. Fueron reclutados por los lugareños para ayudarlos a defender la villa contra los ladrones, pues los gemelos patrullaban toda la noche gruñendo contra todo desconocido y sólo cobraran en huesos roídos, más o menos como los que cuidan esta página web. Aunque había inviernos en que los gemelos robaban ganado, por lo que un día Remo fue apresado y llevado ante el rey para que le diera el castigo por sus crímenes: un día de cárcel por comerse una oveja y pena de muerte por hacer cosas furras con ella.
El viejo Numitor supo lo que sucedía, sí, ese que Amulio mató, pero lo hizo exilíandole fuera de la ciudad para que muriera, por lo que nunca comprobó que hubiera cuerpo, lo que sí se comprobó es que no era muy listo. Así tras enterarse de todo este antiguo rey le regaló a Remo un pequeño ejército de mercenarios y una M134 Minigun Patente en Trámite que podía disparar tres mil flechas por minuto para que se salvara, todo perfectamente escondido dentro de un pastel para pasar por los guardias de la cárcel. Por otro lado Rómulo había juntado campesinos, ladrones y varias manadas de los más sedosos lobos de la comarca para liberar a su hermano, aprovechando la Luna llena para convertirse en en un auténtico Hombre lobo, cortesía de la lactosa materna. Juntos se enfrentaron a Amulio, derrotándolo y poniendo de nuevo a Numitor en el trono quien en agradecimiento les regaló un baño antipulgas.
Fratricidio y fundación de Roma

Habiendo devuelto el poder a su abuelo, Romulus y Remus decidieron fundar una nueva comunidad porque entre su nuevo ejército había ladrones, apostadores, mercenarios, ególatras, criminales, corruptos y fetichistas de pies, que no serían bienvenidos en Longa Niza, como los gemelos no querían perder ese ejército y el poder que venía con él, fundaron su propia ciudad con muchos juegos de azar y nada más, justamente donde la loba los había alimentado. Pero no se ponían de acuerdo dónde comenzar a construir si en el monte Palatino o en el Aventino; cómo se iba a llamar la ciudad si Roma o Remera y; más importante, ¿quién iba a gobernar?, si el de la metralleta de flechas o el capitán del cuerpo de lobos que iba a ser el nuevo cuerpo de policía.
Su abuelo les recomendó hacer una competencia de piedra, papel o tijeras, pero los muchachos siempre empataban, sin importar las cientos de veces que lo intentaran porque ese es el peligro de ese juego. Decidieron empezar a hacer sus respectivas ciudades donde los cojones de cada uno lo habían decidido desde el principio y ser reyes, pero ya sabemos cómo sucede esto, hubo muchas quejas sobre los límites de la propiedad, los abogados de un hermano intervinieron para intentar desheredar al otro, muchas flechas matando lobos, muchos lobos matando flechas, las amistades perdidas, el amor familiar destruido, como cualquier comida de estos tiempos para hablar de las herencias.
Pero no fue hasta que Remo construyó una pared donde Rómulo iba a poner una ventana no había ocurrido una verdadera desgracia, Rómulo se enojó mucho mientras Remo se reía detrás del muro, por lo que el iracundo empujó con todas sus fuerzas la pared que estaba tan mal hecha porque era para molestar, no para servir, que la tiró sobre su hermano que terminó hecho tortilla como en las mejores caricaturas de Looney Tunes. El sobreviviente al ver esto ahora sí se arrepintió de que las cosas materiales lo separaran de lo que más quería, pero de todos modos siguió construyendo en todo el terreno antes que los hijos de Remo se dieran cuenta que podían pedir herencia. Era un verdadero genio.
Se colocó un florero sobre el muro tirado en señal de respeto, en señal de irrespeto se dejó el cuerpo ahí, pues nadie quería limpiar y días después en el Monte Palatino se fundó Roma donde lamentablemente aún se encuentra.
El rapto de las sabinas
El joven estado romano se enfrentó de inmediato a un grave problema, todos los habitantes eran hombres y no podían hacer crecer la población para más que lo intentaran entre ellos. Esta fiesta de salchichas empeoró tras la negativa de los pueblos cercanos de dejar que sus hijas fueran novias de los romanos que habían abandonado el uso de las togas y ropa interior y usaban sólo capas y cascos, lo que les daba más aspecto de depravados sexuales.
Sin miedo de lo que pensaran de él miles de años después, Rómulo dio la orden de ir a un poblado lejano (su pueblo vecino) para llevarse a todas las mujeres a Roma y que por fin pueda nacer alguien en su ciudad tras años de diversión unimasculina. Organizaron un torneo en honor a Neptuno donde el que tuviera la hija más bonita ganaba, y se robaron a todas las competidoras para juzgarlas más de cerca. Este es el origen de la heterosexualidad que tanto mal ha causado al mundo.
Así los romanos salieron cargados de nuevas esposas que llevaron a la ciudad, los sabinos se organizaron para recuperarlas y cuando el ejército llegó a la puerta de Roma las mujeres salieron a decir que no estaban tan mal como en su lugar de origen, que de todos modos las iban a casar con gente que no querían, pero que cuando menos en Roma no tenían que hacer trabajo doméstico, pues para eso estaban los esclavos. ¿Cuáles esclavos? - preguntaron los hombres sabinos. ¡Ustedes! - respondieron las mujeres mientras el ejército romano aparecía por atrás y desarmaba a todos. No me preguntes a mí, así dice la historia machista de occidente.
Tras eso, Rómulo decidió tomar la delantera y atacar preventivamente (lo que se volvería costumbre para los romanos) al resto de ciudades sabinas por si se les ocurría tener más hijas. Atacaron entonces a Sabinia, Sabinia Secunda y Sabinia Optima, las tres ciudades sabinas y aunque las tomaron, los sabinos que ahí vivían aprovecharon su nuevo pasaporte romano para viajar al monte Capitolio y tomarlo para ellos. Para terminar con estos conflictos, Rómulo y Taco, los reyes, decidieron resolver el problema como hombres: con un duelo a muerte con cuchillos (entre dos de sus súbditos, obviamente). Se batieron a duelo entonces Hosto Hostilio y Marco Cursi, con Hostilio muriendo rápidamente por combustión humana espontánea y Marco muriendo ahogado.
La desaparición de Rómulo
Viendo el irónico final del duelo y debido a la mediación de las sabinas, los dos pueblos decidieron unirse en uno solo, con un gobierno doble donde tanto Rómulo como Taco eran rey, y se turnaban para ocupar el trono real y ocuparse de la reina. El gobierno era controlado por 100 senadores, 50 de cada bando, y cada senador estaba dividido en dos secciones, una romana y una sabina, para asegurar su neutralidad. El pueblo se dividió en tres tribus: los rameros, fieles a Rómulo; los titines, fieles a Tacio; y los lupercos, hombres lobo del espacio exterior que se les unieron después.
Poco después, los primos villeros de Tacho asaltaron y asesinaron a un grupo de mensajeros de Amazon que iban a repartir pedidos a Laurentum. Talco se negó a ejecutarlos por su crimen por alguna estúpida cuestión moral, así que fue asesinado en vendetta por Jeff Bezos. Ahora como único rey, Rómulo se dedicó a hacer guerras y genocidios por aburrimiento, conquistando para Roma los pueblos de Cameria, Medusa y Weyes.
Por fin el abuelo de Rómulo (apuesto que ya no te acordabas que tenía un abuelo), Numitor, se murió por fin a sus chorrocientos años de edad, heredándole Alba Longaniza a su nieto. Rómulo entonces se mudó a Alba Longa con su mujer y otras pertenencias a reinar en la ciudad que realmente quería, dejando Roma sin rey pero con una democracia que más o menos hacía lo mismo, pero peor. Tras treinta y ocho años de reinado sobre Roma, mientras revisaba a sus hombres en el campo de Marte, fue abducido por alienígenas, dejando para siempre la tierra y siendo convertido forzosamente en un dios.
Formación de la antigua tradición de Rómulo y Remo
Si bien la historia de Rómulo y Remo fija fechas muy específicas para los eventos, entre el 753 a.C. y unos días más, los investigólogos de Rómulo y Remología afirman que realmente la historia fue inventada alrededor del siglo III antes de Cristo por algún poeta de mal agüero de la ciudad de Roma. El autor también es debatido, pues hay versiones de Ovidio, Tito Livio, Plutarco, Casio Dio, Dionisio de Halicarnaso y Anónimo, todos ellos poetas de mala muerte que perfectamente pudieron haberse soñado el mito un día cualquiera.
Más allá de eso, el mito sirvió para los romanos como un mito fundacional, esto es, un mito que explica la razón de ser de un pueblo, o en términos simples, un libro que inventa a un pueblo. Así, el mito fue directamente creador del pueblo romano, que antes del mito no existía: ni el pueblo, ni Roma, ni Italia, ni la pizza. Todas las instituciones fundacionales romanas se remontaban a Rómulo: el senado, la ley, el ejército, la monarquía, y la compañía de transporte público; lo que hacía que fuera más fácil definir quién era el culpable de que todo fuera tan malo. No sería hasta que Augusto mandó a Virgilio a reinventar a los romanos que el sistema político de Rómulo y su compañía de taxis pudieron ser cambiados.
Historicidad de Rómulo y Remo
Rómulo y Remo sí exisiteron, igual que la Reina Isabel y el Conejo de Pascua.
Véase también
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Para los interesados en la versión menos seria y verídica, Wikipedia tiene un artículo sobre: Rómulo y Remo |

