Taoísmo
El taoísmo o daoísmo es un mejunje chino a medio camino entre filosofía y religión que ni ellos mismos se aclaran. Es una cosa así como muy espiritual y contemplativa que te anima a no dar palo y a vivir en armonía con el tao o dao, que significa "el camino"[1] o también a veces puede significar que te han "dao" por salva sea la parte, especialmente cuando te hacen sentarte durante horas a meditar en incómodas posturas. Aunque el tao se refiere a la unidad desde un punto de vista filosófico tiene numerosos matices y ramificaciones llevadas a cabo por chinos que querían creerse más listos que los demás.
De qué va esto del taoísmo
El taoísmo se ha dividido principalmente entre taoísmo religioso y filosófico. Si bien los primeros hacen hincapié en rituales y ceremonias absurdas que todo buen colonialista debiera ridiculizar, el segundo se centra más en tocarse los cojones y no meterse con nadie sin provocación mediante. No obstante algunos autores consideran artificial esta división ya que una persona puede hacer tranquilamente ambas cosas y tocarse los cojones durante el ritual.
Lo primero que enseña el Tao Te Ching es que el tao es indefinible, indescriptible, inalcanzable e inverosímil. Por lo tanto, si es indefinible, podíamos ya por cerrado este apartado, pero no te hagas ilusiones, todavía vamos a meter más palabrería por aquí.
El taoísmo establece la existencia de dos fuerzas, una pasiva y otra activa, como en el Sepso. Pero no te pienses que estas fuerzas se oponen, sino que se complementan y se anulan mutuamente, de tal manera que la resultante de todo ello es la nada, por eso mejor no hagas nada no sea que me desequilibres del tao y me lo jodas, de lo que se sigue la doctrina que propone la inacción, la contemplación y la vagancia.
Aunque el tao es indefinible también es dual, como los doblajes esos de las películas en que te hablan en dos idiomas a la vez y no entiendes nada. Entonces Lao-Tse establece que el tao eterno e indescriptible del que no se puede hablar se complementa con el de la existencia, en el que están los pringaos como tú, del que sí que se puede hablar. Y ahí, ya que se puede hablar, aprovecha para decir lo suyo y vivir del cuento. Pero cuidado, que estos aspectos del tao -aquel del que no se puede hablar y del que se puede hablar al punto de meter ladrillos como este artículo- son inherentemente inseparables y una misma realidad. Así que no protestes.
También tao es el nombre global que se le da al orden natural, y su objetivo es enseñar al hombre a fluir con la naturaleza: si haces una serie de ejercicios taoístas te sentirás más fuerte, más lúcido, menos calvo, tus sábanas estarán más blancas, tus dientes menos amarillos y te colgarán menos las carnes. Esta fortaleza física que se adquiere mediante práctica, recogimiento y silencio te lleva a ver lo inaudible, a escuchar lo invisible y a saltar como un bobo en pos de lo inalcanzable. En otras palabras, te hace inmortal. Bueno, inmortal lo que se dice inmortal... no, pero vivirás más y te convertirás en un viejo chiflado. O si no, tal vez se te haga todo más largo y aburrido, que viene a ser lo mismo que ser inmortal, ¿verdad?.
Otra posibilidad es llegar a la iluminación en el acto sepsual, para lo que se propone el sexo tántrico, pero no sé yo si retener tanto el pumullo va a ser bueno, que mira lo que le ha pasado al Sánchez Dragó, que nunca estuvo muy bien de lo suyo pero ahora se ha quedado del todo pa' allá.
¿Me lo podrías resumir un poco? Es que lo veo un poco disperso esto
El taoísmo es disperso e indeterminado y por eso es a su vez claro y concreto. Pero bueno, para bobos como tú lo pondremos más conciso:
- El taoísmo defiende: que te integres con el tao, aton-tao.
- El taoísmo reprueba: la guerra, sacarse los mocos en público, lootear la herencia de tus viejos, seguir las convenciones sociales (por lo que puedes ir sin pantalones), el dogmatismo, la sumisión (incluso en el sadomaso) y ser leal a tus padres y a tu país de mierda.
- Preceptos: ninguno, aquí no hay dogma, que eso es un convencionalismo también, así que haz lo que te salga de ahí y luego si eso ya te decimos si vas bien o mal. O igual no.
- Virtudes taoístas: piedad, magnanimidad, abnegación, plantar un pino, ducharse frecuentemente, y enseñar al que no sabe (razón por la que escribimos este artículo).
Historia
El taoísmo se originó cuatro o más siglos antes de nuestra era, en una época oscura en la que se carecía de luz eléctrica y la gente andaba por ahí desnortada. Entonces a alguien se le ocurrió mirar los textos del I Ching, libro que explica cómo mantener el comportamiento humano según la naturaleza[2] y da interesantes instrucciones sobre como llevar una dieta adecuada que conduzca a cagar ni demasiado duro, de tal manera que se produzcan fístulas y desgarros, ni demasiado blando, de tal forma que se te vayan aflojando las tripas por ahí.
Los culpables de que esta noble doctrina se desarrollara fueron Lao-Tse y Zhuangzi. Según la leyenda china fue Lao-Tse quien redactó el Tao Te Ching, aunque hoy día los historiadores, siempre dispuestos a estropear las más bonitas leyendas, dicen que es un refundido de cosas que fueron amalgamando más tarde unos cualquiera que querían hacerse los graciosos.
En sus primeros balbuceos el taoísmo influyó en la alquimia, la fabricación de sustancias alucinógenas, la medicina tradicional china esa en la que te clavan cosas y la adivinación de tonterías. Como resultado de todo ello la cosa se puso violenta e influyó también en las artes marciales, surgiendo entonces el kung fú taoísta, que se basaba en la inacción frente al oponente, por lo que quienes lo practicaban recibían hostias hasta en el cielo de la boca. A raíz de esto surgen bailecitos como el taichí y la capoeira, en las que no se toca al adversario ni con un palo, lo cual resulta muy higiénico.
También surge en este momento la Escuela de Naturalistas, escuela filosófica taoísta que defendía la idea de ir en pelotas por ahí enseñando la mingurrina (o el potorro, según) para integrarse en el tao. Más organizada fue la escuela de los Maestros Celestiales, que defendían el "aprendizaje profundo" (mejor no tratar de especular por qué vía se producía este aprendizaje). Esta doctrina fue defendida también por los siete sabios del bosque de bambú, quienes se reunían bajo los árboles para beber, cantar y darle al aprendizaje profundo como si no hubiera un mañana.
Ya en el siglo segundo de nuestra era el sacerdote imperial Zhang Daoling se autoproclama papa taoísta, sincronizando las chuminadas del párrafo previo con la religión imperial y así poder imponer su propio poder y tener múltiples concubinas. Esta interpretación es contraria a las enseñanzas del Tao Te Ching pero obviamente a este señor eso le venía importando un pimiento, por si no te habías dado cuenta, y se limitaba a aplicar de buen rollo el Ling Chi[3] a quien se lo hacía notar.
Esta tomadura de pelo del pontificado taoísta seguiría vigente hasta que llegaran los comunistas, benditos sean[4], al poder en China
Textos taoístas
Esta gente no se limitaba a contar sus chorradas sin más, algunos también las escribieron. Gracias a eso puedes deleitarte con una biblioteca de escritos taoístas que te ayudarán a encontrar el camino. Y también podrás iluminarte mientras defecas, si es que te llevas lectura.
- Tao Te Ching: este libro se le atribuye a Lao Tse y aunque se sabe que no lo escribió él, a nadie le importa. Uno de los textos fundacionales de esta cosa.
- Hua Hu Ching: ahí donde lo ves esto significa "Maravillosa relación del Supremo Tesoro Numinoso de Lao Tse sobre la conversión de los bárbaros". Fue escrito cuando los taoístas y los budistas se pegaron de forma inactiva y el propósito del libro es decir que Lao Tse es sabio y Buda un imbécil.
- Zhuangzi: el texto más importante, contiene historias y anécdotas chuscas que ejemplifican la naturaleza despreocupada y pasota del sabio ideal taoísta. Para que tengas un ejemplo a seguir.
- Lie Zi: lo escribió Lie Zi, personaje legendario, así que no lo escribió nadie, este libro salió de la nada, o de lo más oscuro del tao. El texto fue inscrito en la librería imperial con el nombre de Tratado de la Perfecta Vacuidad, así que puedes imaginarte lo que vas a encontrar al leerlo.
- El secreto de la flor de oro: con este libro por fin pasamos a la acción, va sobre aquello que debe hacer un taoísta en su vida: sentarse, meditar y rascarse la entrepierna. Así que acción lo que se dice acción... como en el cine francés de la Nouvelle Vague.
Notas
- ↑ No confundir con el libro homónimo de Josemaría Escrivá de Balaguer que nada tiene que ver con esto y se inscribe en la corriente sadomasoquista del catolicismo
- ↑ O eso se dice ahí, que la naturaleza tampoco es que se haya manifestado al respecto.
- ↑ Suplicio de los mil cortes, de lo más entretenido para todos excepto para el sujeto a quien se le aplica
- ↑ Desde aquí enviamos un respetuoso saludo a nuestro amo y señor Xi Jinping a quienes no somos dignos de comparar con Winnie The Pooh
Véase también
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Artículo destacado Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular. Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos |