Tripartito
Tripartito, es la tripalabra de clarísimo de orígen catalán, significa algo así como desgobierno de tres, o bien trío sadomasoquista en ámbitos políticos. El diccionario de la RAE ha tenido que ampliar últimamente las acepciones de dicho vocablo a raíz de su disparato uso por parte de individuos que no han leído en su vida ni un puñetero artículo de Inciclopedia.
Orígenes históricos
Además de ser toda una tradición en Cataluña, donde casi siempre se hace en beneficio trinitario trianualmente, el tripartito es una forma de gobierno muy maja, antidemocrática, bananera y tope progre que data de los tiempos prehistóricos (del terciario triásico, según han dictaminado los arqueólogos).
Por ejemplo en Atapuerca, o sin ir más lejos, en las cavernas de las Montañas Nubladas, ya se hacían tripartitos entre los neandertales y los orcos más bestias de la tribu. No les resultaba fácil escoger a los tres miembros que gobernarían en perjuicio beneficio de la comunidad, así que se basaban en un método electoral que nunca falla y que consiste en hacer votaciones en urnas de piedra, luego destrozar las urnas con una buena hacha y, sin más dilaciones, darse de tortazos hasta que los tres últimos que queden en pie sean proclamados miembros del tripartito. Los hobbits de la Tierra Media, sin ir más lejos, también tenían tripartitos, pero fíjense si les iban mal que hasta Gollum estuvo a punto de ser escogido como presidente de la Comarca antes de cargarse a su primo por un anillo que ahora no recuerdo qué narices hacía en el fondo de un río... en fin, que los tripartitos son algo muy antiguo...
Ejemplos recientes
Esta curiosa costumbre ha pervivido en sitios como el País Vasco, Irlanda del Norte, Córcega, Palestina o Corea del Sur, y asistir a tales sesiones parlamentarias equivale a un combate de lucha libre de grado cinturón negro (sobre todo en Corea, porque en Palestina se estila más el deportivo tiro de piedra o la ametralladora, mientras que en Córcega, Irlanda del Norte, el País Vasco o sobre todo Irak se decantan poderosamente hacia el bloqueo total de urna y los fuegos pirotécnicos de calle con jóvenes folklóricamente ataviados con el pañuelo de lucha tradicional y un par de copitas de más). Rogamos, por favor, no se confunda el tripartito ni la celebración del mismo con el botellón, antiquísima fiesta de raigambre hispánica, típica de los nosapiens y nadasapiens (que no de los Neandertales, no confundamos) que se remonta a la época de los visigodos (descubrieron la cerveza, el vino y la sidra de Hispania, y claro...).
Historia reciente
Hacia la Edad Media los trinitarios incorporaron la paridad trinitaria en los tripartitos, empezando por el de la Santísima Trinidad (cuyo misterio, a Dios gracias, jamás será resuelto ni aunque lo intente Dan Brown) y el de María Magdalena (la inventora de las magdalenas con forma piramidal de tres caras). Desde entonces el tripartito ha estado simbolizado por el triángulo de la mentira masónica y el logotipo blanco de El Corte Inglés, hoy fácilmente visible en cualquier entidad benéficamente comercial para con el populacho.
Famosos han sido tripartitos como los de la Mula Francis, el Pato Donald y la abuelita de Casa Tarradellas, o el de los Tres Mosqueteros, que siempre sacaba de quicio al pobre cardenal Richelieu (ya tenía suficiente con la Santísima Trinidad, y claro). En Francia siempre se ha tenido un tripartito muy franchute que sale en sus monedas y todo: Desigualdad, la Estatua de la Libertad y Horteridad (o sea: Ferrero Rocher, Channel Nº5 y Segolenne Royal).
¿Cómo se hace un tripartito?
Pues está chupado de lo fácil que es. Primero hay que contratar a tres brujas, al estilo de las tres brujas de Shakespeare que aparecen en alguna de sus obras.
Luego las sobornas para que te hagan un hechizo y te tripliquen por tres (y ya puedes formar tripartito con tus otros dos) o bien celebren un aquelarre satánico que haga que tres partidos políticos que pintan menos que una mierda pinchada en un palo sumen sus pocos votos y le roben el gobierno al pobre idiota que gana pero no tiene mayoría. El sistema electoral de las democracias occidentales usa el principio de la ley de D’Hont, que era un pobre belga tan harto de patatas fritas y Tintín que como no sabía qué hacer se puso a inventar este cojonudo sistema.
Gracias a D’Hont, hoy en día, los países demócratas son lo menos demócrata que pueda haber en este planeta desde tiempos de Pericles, Aristóteles y Homero Simpson (autor de la Ilíada y la Odisea). En los países árabes no vale la pena aplicar el sistema porque ahí no les gustan las patatas fritas y tampoco pierden el tiempo haciendo elecciones: gana el jeque con la metralleta más reluciente y el pozo de petróleo más majo, y si no, hacen una yihad entre ellos y gana el ayatolá más barbudo y genocida que tengan a mano. Olviden también a los territorios asiáticos, los polares, los del cono norte y las islas Bermudas, aunque ahí hay un triángulo muy divertido que dicen que es como un tripartito, pero sin comparación...).
Si las brujas han hecho bien su trabajo y ya ves triple, te metes en tu país, región, estado bananero o escalera cutre de vecinos, y estafas a los demás con un dado trucado que siempre saque un 3. A partir de ahí lo tendrás facilísimo para desplumarlos al póker de tréboles, hacerles tragar una ley de desmemoria prehistórica o no investigar escándalos bélico-económico-petrolíferos, ni cierres de emisoras críticas (en este último caso de la escalera de vecinos es preferible someter a tus vecinos al poder del Lado Triple del Primer Piso, y así puedes montar un trío con los vecinos/as que consideres mejor dotados/as).
La divisa del tripartito
Pues tiene varias. Una de las más conocidas es ésta:
“Tres tristes trigres trigaban trigo en un trigal”
Pero, como ya comprenderá el lector, su dificultad morfosintáctica obliga a buscar alternativas algo más sencillas, del estilo de:
“Tam, Tam, Tam” (usada por los afroamericanos no americanos de África).
“Pim, Pam, Pum” (usada por Bin Laden, los palestinos y los ayatolás de Irán).
“Pum, Pam, Pim” (usada por George Bush, Vladimir Putin y algún que otro G.A.L.)
“Populus, populus, pantojus” (usada por el pueblo que trabaja para el pueblo de su pueblo, o sea los de la Operación Malaya de Marbella).
“Una, Grande y Libre” (de raíz nostálgica de la televisión en blanco y negro, actualmente en boga entre gente del águila y gente obsesionada desmemoriadamente histórica en ganar guerras civiles tras haberlas perdido 50 años antes).
“Revolución, Revolución, Revolución” (Usada en Cuba, Venezuela y Bolivia, y algunos supervivientes dicen que la habían visto por la URSS).
“Visca el Verd, Visca ERC, i Visca la Reina Mare Montilla” (usado por el tripartito catalán).
“Yo soy Bea” (usada por las feas que se enorgullecen de serlo).
“Polowoska, Catolikoskwa, Papajuanpablosegundoswka” (utilizada por el tripartito polaco, muy relacionado con el catalán, ¡ah!, y también por Swaroski).
“Coito, ergo, sum” (inventada por un tal Descartes que no descartaba mantener relaciones sexuales para convencerse de su misma existencia).
“Mienten, Mienten, Mienten” (usada por José Blanco cada vez que ve volar una gaviota o ve alguna letra P).
“Mienten, Mienten, Mienten” (usada por Federico Jiménez Losantos cada vez que ve una espinosa y delicada rosa roja, salvo si es Rosa Díez)
“Klatu, Barada, Niktu” (especialmente en viajes interestelares y extraterrestres).
“Pitus, Unita, Fortior” (la divisa andorrana, o sea: Pitufos Unidos hacen la Fuerza).
“Et putibus samsung” (utilizada por las golfas vikingas).
Problemas de un tripartito
Pues tiene varios. Primero porque siempre tienen que estar los tres jefes firmando por triplicado cada documento oficial. Luego porque tienes que marcar todos los teléfonos con el prefijo 333 aunque acabes llamando a Groenlandia y te salga el triple de cara la llamada, y finalmente porque como todo es tan triple, terminas hasta convencido de tener al lado a la paloma del Espíritu Santo y al señor barbudo del Triángulo, lo que conlleva un aumento de tu religiosidad –por otro lado- bastante loable y, además, tus ganas de ser crucificado para redimir a la Humanidad las veces que haga falta (cuidado: los tripartitos de Cataluña tienen una alteración genética que les hace girar más a menudo hacia el Trío Satánico de la Nació Catalana que hacia los sagrados caminos del Evangelio, que conste que avisamos).
Si tu tripartito tiene síntomas de agotamiento, gilipollez variada o corrupción desmedida, llévalo al médico o disuélvelo: tus compañeros te lo agradecerán y de paso tal vez aún tengas posibilidades de no condenarte para toda la eternidad.
ONG’s TRIPARTITARIAS
Pues las que apoyan a los tripartitos nazionalistas: el contubernio gay, las asociaciones de raroexuales, los etasunos, las asociaciones del no a la guarra, los sindicatos que no pegan sello, los simpatizantes de la revolución bananera de los gorilas rojos y de la mona Chita, los ecologistos y los socorristas de piscinas llenas de inmigrantes con síndrome racista.
Sus posibilidades son varias: pueden promocionar el cine de Almodóvar, la pintura de Frida Kahlo, la venta de píldoras antibambis, el uso de la eutanasia como medida preventiva contra el crecimiento de la población de mosquitos caribeños, los clubes de fans alternativos y los gremios de okupas multiculturales, además de la Academia de Operación Fracaso y las televisiones de Prisa y Corriendo.