Familia Real Española

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Cita3.pngEn un lugar del Palacio de la Zarzuela de cuyo nombre no logro acordarme...Cita4.png
Miguel de Cervantes sobre las gigantescas dimensiones del Palacio Real.
Cita3.pngPues sí, cariño, esta tarde tengo que ir a... ¡Huy, te dejo, cariño, acabo de tener un bebé! ¡Huy, espera...! ¡Si son gemelos!Cita4.png
La Infanta Elena en una conversación telefónica típica con su ex-marido.
Cita3.png¡No hay dos sin tres!Cita4.png
Un ciudadano español sobre la Tercera República las hijas de los Príncipes de Asturias.
Esta casa no es real, por ser un dibujo; ni es española, porque no hay nadie viendo fútbol dentro.

La Familia Real Aspañola™, también denominada Casa Real Aspañola™ o Los Borbones (nombre poco usado actualmente debido a un conflicto de derechos de autor con una marca vinícola andaluza) es una sociedad anónima formada por gente con superpoderes encargados del gobierno y defensa de todos los Aspañoles.

Establecida en los albores de los tiempos para reprimir, abusar y esclavizar a todo aquel que no se eche una siesta después de comer, no vea Sálvame Deluxe o no cante flamenco comiendo paella en la Costa Dorada (básicamente, a todo aquel que no sea aspañol). Son conocidos por sus capacidades reproductoras milagrosas, capaces de progeniar diversos cientos de vástagos cada poco tiempo (el récord actual está en 34 bebés/hora) y de silenciar a los más grandes súper-villanos (es decir, a los habitantes de la villa).

Historia


El fin de los Austrias (-trias)

Cita3.pngCon los Austrias y con los Borbones, perdimos nuestras posesiones.Cita4.png
El pintor de Carlos II inventó la pintura abstracta.

La segunda mitad del mandato de los Austrias (allá por los siglos XV y XVI) pasaron merecidamente a la Gloriosa Historia de España con Mayúsculas por la extraordinaria brillantez con la que sus principales regentes consiguieron convertir un Imperio en el que no se ponía el Sol, en el hazmerreír de ambos hemisferios y parte del espacio sideral, gracias a la brillante estrategia de casarse una y otra vez con sus primas para engendrar una prole de tarados endogámicos con un sensacional superávit de cromosomas. Con el último de los Austrias, Carlos II, el Hechizado, se alcanzaron las mayores cotas de deformidad física y mental que se recuerdan en los libros de Historia, con lo que, de acuerdo con las tesis darwinianas, los resultados estaban asegurados.

Para no dejar las cosas a medias, se procuró que la transición hacia una nueva casa reinante fuera lo más sangrienta y miserable posible. Se designó como legítimo heredero del trono a un francés de 17 años llamado Felipe de Anjou, lo cual, como no podía ser de otra manera, desembocó rápidamente en la consabida Guerra de Sucesión Española entre borbónicos y austriascistas.

Tras un millón de muertos de nada (sólo populacho, no se alteren), Felipe de Anjou se convirtió oficialmente en Felipe V de España, primer monarca de la dinastía Borbón, y la desmesurada longitud de su apéndice nasal comenzaba a marcar una época gloriosa.

Borbones a borbotones

Cita3.png¡Los Borbones, a los tiburones!Cita4.png

Así las cosas, la familia de los Borbones, que llegaron todos de Francia (malditos franchutes) ocultos en media docena de camiones de naranjas y se apellidaban así debido a su conocida debilidad por el Bourbon, instauraron su reinado en España apoyados en el respeto y el amor incondicional de todos sus habitantes ya pueden bajar esa pistola, señores militares.

El Rey, ayudado en principio por los franceses ilustrados, nombró Ministros a los personajes semi-desnudos de las ilustraciones de Victoria Frances para reformar el país. Viendo que las mujeres góticas en ropa interior no escribían leyes con toda la profesionalidad que cabría esperar bajo tales circunstancias, se decidió entonces a encomendar tan prestigiosos cargos a la primera generación de españoles ilustrados.

Esta señorita era la Segunda República. Evidentemente, fue devorada por el Rey León.

De ahí en adelante, la capacidad borbónica de reproducción por esporas permitió que la familia fuera en aumento de manera exponencial, y se perpetuara al mando del país hasta el día de hoy, con un par de ligeras interrupciones. Durante la primera de ellas, unos cuantos campesinos lanzaron a la por aquel entonces Reina Isabel II a París de una patada en sus reales posaderas, y la sustituyeron por un italiano que abdicó a los quince minutos y puso pies en polvorosa hacia la pizzería más cercana gritando incoherencias y sujetándose el sombrero.

Se las prometían muy felices los españoles instaurando Repúblicas como si tal cosa, pero la cosa duró el tiempo que tardaron los militares en tomarse los suficientes solysombras[1] como para recolocar a un tal Alfonso XII al frente del asunto a tiro limpio, como viene siendo costumbre en nuestros uniformados garantes de la defensa y el orden.

La segunda interrupción fue algo más larga, y se produjo cuando los mismos campesinos de antes enviaron al por aquel entonces Rey Alfonso XIII a París de una patada en sus reales posaderas, para sustituirlo esta vez por algo que denominaron Segunda República Española. Unas dos mil quinientas iglesias quemadas después, los militares (que ya se habían tomado suficientes solysombras), agarraron las metralletas y se liaron a tiros una vez más, empezando por Melilla y acabando por Madrid. Un señor bajito conocido como Franco se puso al frente del tinglado durante cuarenta años que dedicó a cazar venados y fusilar comunistas.

Pero los Borbones no se iban a dar por vencidos tan fácilmente, y en cuanto el señor bajito estiró la pata, aparecieron de la nada, capitaneados por Magento y entonando alegres melodías. Por lo visto, llevaban escondidos cuarenta años debajo de las alfombras del Palacio de la Zarzuela aguardando pacientemente su oportunidad. Corría el año 1975, y desde entonces, ya no nos han abandonado, para goce y disfrute del pueblo español, que es más monárquico que ninguno y Juancarlista como el que más.

Actualidad

Cita3.png¡Mort al Borbó!Cita4.png
Ciudadanos catalanes celebrando la llegada de los Reyes magos a Cataluña. Nótese la hoguera a la derecha, destinada a ayudar a ofrecer un cálido recibimiento a Sus Majestades.

Hoy día, los abnegados Borbones trabajan duramente en pro del aumento de la natalidad en España, y disfrutan del cariño emocionado del pueblo llano, que les cede gustosamente el quince por ciento de sus salarios para asegurar una partida presupuestaria decente que les permita cazar osos borrachos[2], participar en múltiples regatas a lo largo y ancho de los siete mares, costearse divertidos y carísimos divorcios de alta alcurnia, y repartir prestigiosos premios una vez al año para codearse con toda clase de personalidades públicas y presentadoras de telediarios. Prueba de todo ello son los elevados índices de audiencia que cosecha año tras año el tradicional discurso de Nochebuena del Rey, prometiendo regalos y chocolates para todos, y que es emitido simultáneamente por todas las cadenas del país, lo cual no tiene nada que ver con los elevados índices de audiencia que ya hemos dicho que cosecha.

En tan solo una ocasión hubo una ligera señal de peligro para nuestros héroes borbónicos, cuando un tal Antonio Tejero (que evidentemente se había tomado demasiados solysombras), ayudado por unos cuantos cadetes despistados y un CETME-L[3] de segunda mano con munición de fogueo, decidió elevar su más enérgica repulsa en el Parlamento contra el Decreto Real que eximía al Jefe de Estado de la obligación de portar su pesada corona de oro y diamantes durante las veinticuatro horas del día (como venía siendo costumbre). El Golpe de Estado Militar (porque de eso se trataba) fue sofocado por nuestro valeroso monarca con uno de sus tradicionales mensajes televisivos, en el que prometía regalos y chocolates para todos los militares que depusieran sabiamente su beligerante actitud.

Ni siquiera dos vasectomías y un cargamento extragrande de condones reales han podido parar esto.

En su historia aun más reciente, la Casa Real Aspañola estuvo en grave peligro de desaparecer ante la impotencia de SAR Felipe de Borbón para encontrar una buena novia. Su padre viajó por toda España en busca de la chica ideal (lo que, debido a su pasión por las motos, creó el mito de que el Rey Don Juan Carlos I trabajaba repartiendo pizzas a domicilio) mientras su madre se comía las uñas impaciente esperando resultados (rumores aún no confirmados aseguran que llamó para pedir una Pizza 4 Estaciones, y cuando el Rey volvió a casa, se habían pasado de fecha la primavera, el verano y el otoño).

Entonces, una nueva esperanza se abrió ante tan gran cataclismo: cuando fueron al cuarto de su hijito, éste se la estaba machacando mirando el Telediario de La Primera. Mientras su madre lloraba de angustia al ver en pantalla al barbudo y peludo presentador del tiempo, su padre se dio cuenta de que una bella fulana asomaba por el lado: Letizia Ortiz.

Y fue así como unos misteriosos hombres con traje y corbata y fusiles de asalto invadieron los platós de la televisión pública española y raptaron a la susodicha, para desgracia personal de Alfredo Urdaci[4], a la sazón jefe de informativos de TVE.

Mucho se ha especulado sobre el paradero de la chica desde entonces, aunque la teoría más loca y más inverosímil era la de que se casó con el príncipe Felipe en una boda que hubiera alimentado a varios paises africanos durante un buen par de años, y que ahora sus partes íntimas se han convertido en un agujero cósmico que regurgita incontinentemente descendientes reales como churros. Falacias, oiga.

Miembros destacados

Froilán, el más chungo de la familia.
La primera adaptación cinematográfica de la vida de Juan Carlos resultó ser un rotundo fracaso.
  • The Juankar
Artículo principal: Magento I de España y V de Perejil
Actual rey de España, imbuído del poder de controlar el tráfico marítimo de las Islas Baleares; de sobrevivir a todo tipo de traspiés y tropiezos; e igualmente, desde aquel fatídico día en el que se tragó el mando a distancia de su casa de verano en Mallorca, la capacidad de silenciar a cualquier ser viviente con usar únicamente su mirada.
El Florero oficial de la Casa Real, de quien se sospecha que no conoce más de quince palabras en castellano. Tras ser expulsada junto a toda su familia de su país natal y permanecer varios años oculta en el interior de la pirámide de Keops alimentándose de piñones y en la miseria más absoluta, casó con Don Juan Carlos justo a tiempo para evitar empeñar las joyas de la familia a cambio de un saco de patatas. Desde su designación como Reina consorte de España, ha mantenido a flote varias empresas de fabricación de laca capilar, producto al que dedica una media de sesenta mil euros anuales. Destaca su capacidad de saludar a las masas desde la carroza o el balcón de turno con su característico giro rotatorio de muñeca y su perenne sonrisa encefalográficamente plana. En resumen, la Reina perfecta: no hace nada, y lo hace muy bien.
  • Infanta naranja Cristina
O como la llaman sus amigos, Cristina Federica Victoria Antonia de la Santísima Trinidad de Borbón y Grecia. Abnegada trabajadora y viajera incansable, en un alarde de consecuencia con su cargo ha traslado su residencia a Washington D.C., donde realiza importantes avances como directora del Área Social de una entidad bancaria catalana rebajando una y otra vez sus tiempos en el nivel intermedio del Buscaminas. Su esposo Iñaki Urdangarín disfruta diariamente de sus sentidas interpretaciones al piano de La muerte y la doncella de Schubert, sin que resulte impedimento alguno para su desempeño el hecho de que se trate de un cuarteto de cuerda para violín, viola y violonchelo. "Lo hace muy bien", reiteran con una sudorosa sonrisa sus vecinos al ser interpelados al respecto por los servicios secretos de seguridad de la Casa Real.
La bebida de la realeza.
  • Infanta limón Elena
Inequívocamente, la infanta más borbónica de todas. Su incapacidad para articular correctamente la letra "R" la llevó a desarrollar su carrera profesional en el ámbito de la enseñanza básica del inglés a niños con necesidades educativas especiales, donde se siente como pez en el agua. Tras su divorcio del tenebroso Don Jaime de Marichalar, ha podido vérsela reconociendo el terreno con unos prismáticos en las estaciones de esquí más importantes del mundo. Con una modesta retribución de 200.000 € anuales, colabora con una conocida fundación de obra social investigando nuevas formas de ayudar a los más necesitados. En una ocasión estuvo a punto de fallecer bajo el fuego de un soplete al ser confundida con su figura de cera en el Museo Madame Tussauds.
  • Philips 6.0
Artículo principal: SAR Felipe de Borbón
El marido que todas las abuelas quisieran para sus nietas, el Príncipe de Asturias lleva años preparándose para situarse al mando de la Jefatura del Estado cuando su anciano padre lo estime oportuno o estire la pata. Tras fugaces noviazgos con famosas modelos internacionales, contrajo matrimonio con Doña Letizia y se dejó crecer una favorecedora barba que afianzaba su porte real. Gusta de participar en las Olimpiadas de vez en cuando, y de repartir premios a diestro y siniestro una vez al año. Mantuvo una firme posición contraria a la implantación del Euro al darse cuenta de que dejaría de salir en los billetes de diez mil, cosa de la que estaba muy orgulloso.

Otras personalidades relacionadas

  • Jaime de Marichalar
Don Jaime en su época feliz, a punto de ahogar a toda su familia en una piscina pública.
Hombre que tras ver un maratón con todas las películas de Disney seguidas sin interrupciones publicitarias, aprendió a apreciar la belleza interior, motivo por el que se casó con la Infanta Elena. Su desmesurada afición a cierta sustancia colombiana resultó fatal para sus negocios en el extranjero y le provocó una hemiplejia que pasó desapercibida para su mujer durante varios años. El día en el que consiguió despertar de su sueño acabó divorciándose (cese temporal de la convivencia mediante), lo cual hizo que cayese en el olvido para siempre y dedicase el resto de su existencia a perfeccionar el pulido de la cera en un templo tibetano en los Pirineos.
  • Letizia Ortiz
Artículo principal: Letizia Ortiz
Doña Letizia, haciendo campaña publicitaria de su propia firma de ropa interior.
Originalmente una presentadora de televisión española en los dos sentidos, fue enviada como infiltrada a la Casa Real para que descubriese dónde escondían los reyes los caramelos y las carrozas de la cabalgata de la noche de reyes. La misión se truncó cuando Letizia se enamoró perdidamente del heredero de la corona y mandó a la mierda el linaje real casándose con Felipe en una ceremonia con mucha marcha, y dándole dos hijas (por supuesto rubias y de ojos azules). El antiguo director de informativos de Televisión Española, Alfredo Urdaci, fue ingresado en un centro psiquiátrico tras este incidente. Sus últimas palabras antes de que cerrasen las puertas de la ambulancia fueron "¡Letizia trabajaba en nuestra cadena, Televisión Española! ¡¡EN NUESTRA CADENA!!"
  • La Bruja Lola a cámara lenta
Artículo principal: Duquesa de Alba
No se dispone de mucha información sobre este misterioso críptido a día de hoy. Un amplio estudio criptozoológico sobre este fascinante espécimen puede ser encontrado en el artículo correspondiente.
  • Jaime Peñafiel
Sucedáneo de periodista antiguamente ligado a la Casa Real, y hoy día desterrado al submundo de la farándula parásita de los platós del colorín y el cotilleo de más rancia tradición. Esta extraña especie de vampiro de sangre azul es rara vez vista fuera del ambiente televisivo. Cuando no usa sus gafas para proteger sus ojos de los dañinos rayos del sol o para señalar a alguien, es capaz de usarlas como arma arrojadiza o, en caso de extremo peligro, como horca para asfixiar a los periodistas contrincantes (el cordón no sirve para que no se le caigan).

Expulsados por tontainas

  • Iñaki Urdangarín, El Duque Empalmado
Conocido ex-campeón de Balonbombamano, deporte que consistía en lanzar una pelota de Fútbol rellena de Goma-2 hasta que explotase, y el que quedase en pie ganaba. Como es de suponer, Iñaki nunca perdió ni un partido de este magnífico deporte, y como premio se llevó la mano de la infanta menos fea más guapa. Al verle la cara a la princesa, deseó volver a jugar con todas sus fuerzas, pero ya estaba atrapado en el Palacio de la Zarzuela. Muwhahahahahahahahahaha. El pobre tuvo que dedicar todas sus fuerzas a aplicarse en su labor al frente del Instituo Nóos, una institución sin absolutamente ningún ánimo de lucro, y por cuya impecable gestión sin tacha resulta que ahora tiene que afrontar cargos por malversación de fondos públicos, falsedad documental, prevaricación, fraude a la Administración y delito fiscal. ¡Qué país tan desagradecido resulta ser España! El Rey, siempre prudente, calificó su conducta de "poco ejemplar" poco antes de pedir al museo de cera que trasladara la figura de su yerno al almacén de reciclaje para velas y cirios modernistas. Cuando se descubrió que el Duque de Palma firmaba sus correos electrónicos con el sobrenombre de "El Duque Empalmado",[5] el propio Juan Carlos borró todo rastro de su yernísimo de la página web de la Casa Real, además de eliminarle de su lista de amigos del Facebook.

Enlaces reales

Notas a sus pies

  1. La bebida de moda en todos los cuarteles: Media de anís, media de coñac, y todos a medirse los subfusiles.
  2. Nuestro Monarca niega esto diciendo que es él el que va borracho, así que tiene más mérito
  3. Famosa pistola de plástico con la que los militares jugaban a Indios y Vaqueros y Piratas.
  4. Famoso ex-presentador de telediario español un poquito de derechas cuya única deficiencia era la incapacidad de pronunciar siglas correctamente
  5. Erecciones casi reales


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Por lo tanto, se trata de un artículo de Pata Negra, rico rico, y con fundamento.


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Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos
por el mismísimo Miguel de Cervantes.