Salvador Dalí
Artículo sobre surrealismo Escrito en una meditación sobre una vaca transparente rumbo a conseguir más planta feliz. |
Nacimiento Defunción | Cataluña Surrealislandia |
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Estado actual | Bajo tierra, mil metros. |
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Lugar de residencia | En sus cuadros |
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Sobrenombres | Langostino |
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Se dedica a | Pinta autorretratos de Dios |
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Origen | Un mundo raro |
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Hazañas logradas | Dar una conferencia vestido de hombre rana. |
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Relaciones | René Magritte y Mecano |
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Enemigos | Pablo Picasso |
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Obras | Todas las cosas habidas y por haber tras pasar por el microondas |
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Poderes | Derretir relojes con su pensamiento. |
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"Salvador Domingo Felipe Jacinto Dalí i Domènech" que posteriormente pasaría a la fama bajo el pseudónimo-abreviatura-mote de Salvador Dalí, fue el mejor artista del mundo, o cuando menos un magnífico artista, o un artista decente, valioso, o simplemente uno de tantos de los que merecen alguna pequeña mención en la interminable y aburrida historia del arte.
Biografía
Infancia
Dalí nació con la genialidad ya plasmada en su rostro, ojos grandes ávidos de formas maternales, expresión de ritmo y de sustancia y un mostacho digno de la descendencia de Velázquez. El lugar en que vio la primera luz no pudo ser más análogo a la vida que tomaría: nació en un establo donde no había caballos, sino dos jirafas, murciélagos azules adosados a un techo de cristal retorcido, el heno se suspendía a pocos centímetros del suelo en un baile interminable de realidad y sueños. Más tarde se sabría que a los vecinos de Figueras no les gustaba tener un lugar así en su tranquila comunidad, razón por la que lo demolieron e hicieron un estacionamiento para mulas de carga.
La granja en la que creció era el sitio más normal del mundo. En aquella tranquila localidad rural no sucedía nada digno que sobresaltara al niño, aparte de la insistencia de su madre en hacerle creer que era la reencarnación de su tío-abuelo Wenceslao, muerto doscientos años antes tras una indigestión de langostinos, y que esa era la causa de los finos y retorcidos bigotes que lucía el pequeño Dalí a sus cinco añitos de edad.
Pronto olvidó la escena de su nacimiento y se dedicó a labores propias de los niños de su edad: con 10 añitos comenzó a manifestar su inquietud creativa haciendo círculos en los campos de trigo con ayuda de un rastillo de playa y unas tijeras de cortarse las uñas. Ésta obra, considerada la primera del genio de Figueras, fue titulada "Ensoñación esférico-planificorme sobre sedosidad dorada de tul a las cuatro de la mañana de un dia nublado" y causó un alboroto en la de por sí alborotable comunidad rural.
Ante la magnífica acogida (los vecinos llegaron a hacer una sentada delante de su puerta, exigiendo a sus padres que "amarraran al niño") Su carrera se truncó el día en que fue descubierto trazando su autorretrato en el trigal de la Señora Ramona. Tras recibir la mayor azotaina de su vida, Dalí fue enviado con el psicólogo y el pueblo se volvió turístico debido a la afluencia de ufólogos y fans de Mel Gibson.
Dalí y Freud, ¡Corre mientras puedas!
Grave, grave, grave error fue el haber enviado a un pequeño genio excéntrico con el psicólogo llamado Sigmund Freud, éste último además de haber vitaminado con cocaína a Dalí, lo entrenó en el uso de sus teorías, las cuales influenciarían su obra posterior. El planteamiento básico de las teorías freudianas era que los sueños revelan cuán tremendamente pervertidos somos y cuánto deseamos sexualmente a nuestros padres y a objetos con forma de pene. Salvador, que era más asexual que un pitufo, se quedó ligado sólo a la parte que hablaba del sueño.
Ahora que ya sabía qué quería hacer faltaba saber cómo hacerlo. Intentó pintar lo que soñaba, pero siempre pasaba que debía despertar para hacerlo. Intentó pintar mientras dormía, pero sólo dejaba una mancha de saliva sobre el lienzo. Un día en que, de tan cansado que estaba, metió a la lavadora ropa blanca mezclada con la de color, el resultado fue presentado como su primera acuarela, donde, según él, se iniciaba el surrealismo.
Madrid y París
Salvador Dalí se presentó en Madrid, ciudad capital del arte (español) llevando sus ropa interior deslava y teñidas, por museos ambulantes bajo el título de la colección el inicio del surrealismo (surrealismo fue un término copiado de Freud que literalmente significa en griego arte tan chiflada que sólo puede haberse sacado de los sueños de una cabra loca). Por cinco duros podías entrar a la exposición, comer un pie y recibir una buena afeitada a manos del artista.
Entonces fue cuando una persona, que por su modo de vestir parecía vagabundo o pintor, se acercó, observó las obras durante un rato y, sin mediar palabra, le dio una buena patada cubista a Dalí. Se presentó como Pablo Picasso, un sujeto que años antes ya había trabajado el Surrealismo y no le gustaba que otros se jactaran de haberlo inventado. También se tomó todo el café, rompió las navaja de afeitar y quemó la obra de Salvador.
Salvador, puesto que no era provocador, usó el cubismo en sus obras, que aunque sólo parecían caras vistas a través de cubos de hielo, Picasso ya sabría a quién se enfrentaba. Así fue que, en una exposición del cubista Pablo, Salvador llegó disfrazado de mujer velluda y con un abultamiento en su estómago, alegando que el hijo era del artista. Obviamente despertó la crítica de los periodistas y demás lamebotas de la sala, y el incidente terminó con el divorcio de Picasso, pero llamó la atención de un grupo de excéntricos entre los que destacaban Andrés Gritón y Luis Buñuel, quienes también estaban locos… por la innovación.
Se encontraba en París porque había sido invitado por el grupo de los surrealistas, personas con serios complejos a la hora de interpretar la realidad o diferenciarla del sueño. Era el lugar ideal para alguien como él. Como ya tenía el estilo, pero no la técnica, los demás se dedicaron a enseñarle el dibujo básico, los trazos y el mezclado de pintura. Pero no aprendía gran cosa, pues era un cabeza dura, hasta que cierto día un joven le dio hachís, un pincel y un lienzo y el sueño inició (literalmente).
Como era de esperarse, el fugaz noviazgo con Federico García Lorca (quien le enseñó a pintar) lo volvió emocionalmente inestable, pues nadie antes le había dicho cosas tan bonitas y seguramente hubiese estallado en un baño de sangre, tripas y mariposas metafísicas si no se hubiese dedicado de lleno a su arte. Durante prácticamente toda la década de 1920 se dedicó de lleno a absorber todas las tendencias estéticas que han existido, desde el arte cavernícola hasta todas las vanguardias. La pintura resultado de todas estas influencias eternas viene a ser un paisaje con relojes derritiéndose, lo que, sí se piensa con detenimiento, resulta decepcionante.
Desde 1929 hasta la Segunda Guerra Mundial
En 1929 Dalí colaboró con el director de cine surrealista Luis Buñuel en el cortometraje Un perro Andaluz, una película que trata sobre un sabueso que vive en Andalucía y de ojos de uva cortados por navajas. La colaboración la hizo maquillando a los artistas al más puro estilo Dalí.
Cuando un hombre franco llegó al poder tras la Guerra Civil Española, Dalí fue uno de los pocos intelectuales españoles que apoyaron al nuevo régimen y consecuentemente uno de los pocos que sobrevivieron, razón que le enfrentó a sus compañeros surrealistas que vivían sanos y salvos en Francia y le llevó a ser expulsado del grupo. Ahí fue cuando Salvador Dalí respondió con su mítica frase “¡No me pueden expulsar del surrealismo! ¡Yo soy el surrealismo!”, cita ensayada ya en los restoranes “¡A mí no me pueden cobrar la cena! ¡Yo soy la cena!” y en los centros médicos “¡Yo soy la vacuna!”.
Los últimos años de su vida fueron los más apasionados de todos, se compró una isla desierta al sur de Estados Unidos, habitada por sirenas inversas (cabeza de pescado y piernas de mujer), donde las cosas y especialmente los relojes se derretían en un paisaje de enormes distancias que terminaban en un horizonte infinito. Uno de los pasatiempos de este genio era retratar a los caballos de patas de tres metros mientras hacían sus paseos de costumbre, este lugar se llama las bermudas y tiene forma de triángulo.
Después de ese tiempo de hermosos hallazgos regresó a España donde todos lo consideraban un loco sin remedio, tanto así que Juanca le otorgó el título de “El Ingenioso Hidalgo Salvador Dalí de Pubol” (Pubol es una provincia ficticia al norte de Portugal) y todos se rieron de él, hasta el día de su muerte. Su obra fue saqueada donada por él mismo a España.
Se dice que Salvador Dalí reencarnó en el famoso teléfono langosta que volvió loco a André Bretón.
Obra
Si algo caracteriza a la obra de este genio es su falta de sentido común y gusto estético. El hecho es que sí personalidades importantes de la estética como Aristóteles o Kant se encontraran con alguna de sus creaciones no dudarían en matarlo (quizá Kant lo encierrase en una explicación filosófica atemporal, al menos a priori). Aún así, actualmente sus cuadros y demás obras se venden a exorbitantes precios a turistas, mientras que los nacionales pueden conseguirlas a mitad de precio a través del noble arte del regateo.
Pictórica
- El gran masturbador o también llamada “El masturbador gigante” no es más que un cuadro alegórico pornográfico que retrata muy bien los últimos días de vida de un taladro neumático.
- El hombre invisible Es el retrato de un hombre invisible
- Mi esposa desnuda Pues su esposa desnuda, cuadro que le consiguió el ansiado divorcio.
- Dalí desnudo, en contemplación ante cinco cuerpúsculos sobre hojuelas cubiertas de miel en los que aparece repentinamente Son Gokú con la intención de salvar el Universo
- Capítulo 8 de la novena temporada de los Simpson "Homer conoce a Salvador Dalí"
Diseño y moda
- Vestidos con pechos en la espalda que él mismo usaba (sólo en fiestas importantes).
- Las gafas para ver a las personas como si estuvieran en un loco sueño.
- El sombrero-zapato, inspirado en los tacones-bragas.
- El gorro frigio y el bigote rococó siguen marcando tendencia en la moda juvenil.
Escultórica
Se caracteriza por estar hecha en plastilina derretida bajo el sol. Aunque a veces usó materiales menos endebles como el titanio, con el cual esculpió el diseño original del Terminator, sólo que con piernas muy delgadas y de dos metros.
Ver también
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