Siglo XIV
1301-1400
Parte de la Edad Media |
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El siglo XIV (también conocido como el siglo de las hambrunas, la Peste Negra, las guerras, las herejías y los sombreros puntiagudos) fue un período de la historia humana que abarcó desde el día en que el papa se mudó a Aviñón hasta el día en que los turcos se pelearon por Constantinopla. Durante este siglo, el mundo experimentó grandes calamidades que nadie pudo evitar ni remediar, como por ejemplo que la población se redujo a la mitad por culpa de una enfermedad llamada peste negra gracias a que la iglesia era gatofóbica, que los reyes se pelearon entre sí por unos pedazos de tierra llamados Francia e Inglaterra, que los campesinos se rebelaron contra sus señores y los quemaron vivos, que los cristianos se dividieron en dos bandos y se excomulgaron mutuamente, que los artistas empezaron a pintar personas y cosas con más realismo y menos fe, que los escritores inventaron historias de amor y aventuras en lenguas vulgares, y que la gente empezó a dudar de todo y a buscar nuevas formas de pensar y vivir, no necesariamente más higiénica o mejor.
Ciencia y filosofía
Los valientes filósofos naturales se enfrentaban a los peligros de la ignorancia, la inquisición y la peste negra, con la esperanza de encontrar la verdad, la felicidad y el oro, mucho de eso. Los científicos y filósofos se pasaban el día haciendo experimentos con fuego, agua, aire y tierra, mirando las estrellas con telescopios caseros que no enfocaban mi su cara de frente, escribiendo libros en latín que ya nadie hablaba, discutiendo sobre Dios y el mundo con argumentos que nadie escuchaba, y buscando la piedra filosofal que nadie encontraba. Algunos de los héroes de la Ciencia y Filosofía fueron Juan Duns Escoto, el sutil que quería entenderlo todo; Ramon Llull, el místico que sabía de todo; Guillermo de Ockham, el franciscano que cortaba con su navaja; Nicolás Oresme, el matemático que inventó el gráfico; y Jean Buridan, el burro que no sabía qué paja elegir.
Política
La Política fue un desastre, en el que los reyes, los papas, los nobles y los burgueses se peleaban por ver quién tenía más poder, más tierra y más dinero, y se olvidaban de que también tenían que gobernar, defender y administrar. Los políticos se pasaban el día haciendo guerras, alianzas, tratados y rebeliones, sin importarles si con eso mataban a miles de personas, arruinaban a sus países o se condenaban al infierno. Algunos de los líos más gordos fueron la Guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra, que duró más de cien años; el Cisma de Occidente entre Roma y Aviñón, que tuvo dos papas y luego tres; la Guerra de los Ocho Santos entre el papa y Florencia, que no tuvo nada de santo; y la Guerra de los Dos Pedros entre Castilla y Aragón, que tuvo dos Pedros y luego uno.
Mientras que en Europa los reyes y los papas se liaban a palos, en América los indígenas se ponían las pilas para hacer sus propios imperios. En el siglo XIV, dos civilizaciones se hicieron famosas por su hambre y su coraje: los aztecas y los incas. Los aztecas eran unos vagabundos que llegaron al valle de México y se quedaron en una islita del lago Texcoco, donde montaron la ciudad de Tenochtitlán. Allí hicieron pirámides, casas y canales, y se pusieron a invadir a sus vecinos y a pedirles plata y corazones humanos. Los incas eran unos pastores que vivían en los Andes y que se juntaron bajo el mando de un rey que se hacía llamar Inca. Allí hicieron caminos, puentes y castillos, y se pusieron a agrandar su territorio y a meterles su cultura y su religión.
Políticos
- Felipe IV el Hermoso (1268-1314), rey de Francia que tenía un ego tan grande como su hermosura y que se creía el dueño de la Iglesia y de los templarios. Le gustaba tanto el dinero que no dudó en quemar a estos últimos para quedarse con sus tesoros.
- Eduardo III (1312-1377), rey de Inglaterra que se aburría tanto en su isla que decidió invadir Francia y reclamar el trono de su abuelo. Le gustaba tanto la guerra que la alargó durante cien años, aunque él solo vivió setenta y cinco.
- Carlos IV (1316-1378), emperador del Sacro Imperio Romano Germánico que era tan sabio que se inventó una ley para que los príncipes alemanes eligieran al emperador sin pelearse. También era tan generoso que regaló la corona de Bohemia a su hijo, que no tenía ni idea de gobernar.
- Pedro I el Cruel (1334-1369), rey de Castilla y León que era tan cruel que se cargó a medio reino, incluyendo a su esposa, a su hermanastro y a varios nobles. También era tan mujeriego que tuvo varias amantes, entre ellas a María de Padilla, que era más lista que él y le manejaba a su antojo.
- Carlos V el Sabio (1338-1380), rey de Francia que era tan sabio que supo aprovecharse de la debilidad de su enemigo inglés y le quitó casi todo lo que le había robado. También era tan culto que tenía una gran biblioteca y patrocinaba a los escritores y artistas de su época.
- Timur o Tamerlán (1336-1405), conquistador turco-mongol que era tan ambicioso que quiso imitar a su ídolo Gengis Kan y se dedicó a conquistar medio mundo. Era cojo de una pierna pero eso no le impedía cabalgar como un loco y arrasar con todo lo que se le ponía por delante.
- Ricardo II (1367-1400), rey de Inglaterra que era tan vanidoso que se creía un dios y se vestía con ropas extravagantes y joyas. Era tan tonto que se peleó con todo el mundo, incluyendo a su primo Enrique, que le quitó el trono y lo encerró en una mazmorra donde murió de forma misteriosa.
Cultura y arte
Fue una época de gran esplendor cultural, sobre todo si eras un friki de la literatura en italiano, la pintura gótica o la música polifónica. Si no, te aburrías como una ostra, porque el arte medieval era más repetitivo que un capítulo de The Walking Dead. En Italia, surgieron los primeros escritores que usaron el idioma vernáculo en vez del latín, como Dante Alighieri (1265-1321), que escribió la Divina Comedia, un viaje por el infierno, el purgatorio y el paraíso donde se encontraba con personajes famosos y les hacía preguntas incómodas que no hacían reír a nadie. También destacaron Petrarca (1304-1374), que se pasó la vida suspirando por una tal Laura que ni le hacía caso, y Boccaccio (1313-1375), que escribió el Decamerón, una colección de cuentos eróticos y divertidos que narraban unos jóvenes que se refugiaban de la peste en una villa. Y es que la peste era lo más divertido que pasaba en esa época.
En la pintura, se desarrolló el estilo gótico internacional, que se caracterizaba por el uso de colores chillones, las figuras alargadas y elegantes, y los fondos dorados. Algunos de los pintores más famosos fueron Giotto (1267-1337), que introdujo la perspectiva y el naturalismo en sus frescos, pero que no sabía dibujar círculos perfectos; Simone Martini (1284-1344), que pintó escenas religiosas con mucho detalle y delicadeza, pero que no tenía ni idea de anatomía humana; y los hermanos Limbourg (1385-1416), que ilustraron el libro de horas Les Très Riches Heures du Duc de Berry, una obra maestra de la miniatura, pero que murieron todos de peste antes de terminarla.
En la música, se desarrolló la polifonía, que consistía en combinar varias voces o instrumentos con diferentes melodías. Los compositores más importantes fueron Guillaume de Machaut (1300-1377), que escribió la primera misa polifónica completa, pero que nadie entendía lo que cantaban; Francesco Landini (1325-1397), que compuso más de 140 baladas amorosas, pero que nunca consiguió ligar con ninguna; y Johannes Ciconia (1370-1412), que fusionó los estilos francés e italiano, pero que no le gustaba ni a los franceses ni a los italianos. La música se difundía a través de los manuscritos musicales, que eran copiados a mano por monjes o copistas profesionales. Y es que en esa época no había Spotify ni iTunes, así que la gente se conformaba con escuchar lo que les tocaba. O lo que es lo mismo, música aburrida y monótona.
Guerras y revoluciones
- La guerra de los ocho santos (1375-1378), que fue una guerra entre el papa y los florentinos por unos impuestos. El papa quería más dinero y los florentinos le dijeron que se fuera a freír espárragos. Los florentinos tenían el apoyo de ocho santos, pero el papa tenía el apoyo de Dios. Al final, el papa ganó y los florentinos se quedaron sin pasta.
- La guerra de los dos Pedros (1356-1369), que fue una guerra entre Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón por unos territorios. Los dos reyes se llamaban Pedro, pero no se llevaban nada bien. Se pelearon por ver quién tenía más tierras y más poder. El conflicto se resolvió cuando Pedro I fue asesinado por su hermanastro Enrique, que se quedó con el trono de Castilla. Pedro IV se quedó con las ganas de vengarse.
- La guerra de los cien años (1337-1453), que ya te la he contado antes, pero te la repito por si acaso. Fue una guerra entre Inglaterra y Francia por el trono francés y unos territorios en Francia. La guerra duró más de cien años y nadie sabe por qué. Los ingleses tenían arqueros y los franceses caballeros. Los ingleses ganaron muchas batallas, pero los franceses ganaron la guerra. También hubo una chica que se disfrazó de soldado y salvó a Francia, pero los ingleses la quemaron en la hoguera.
- La guerra civil castellana (1366-1369), que fue una guerra entre Pedro I de Castilla, el mismo del Cruel, y Enrique de Trastámara, su hermanastro bastardo. Pedro I era un rey malo malísimo que mataba a todo el que se le cruzaba. Enrique de Trastámara era un noble bueno buenísimo que quería ser rey. Los dos se enfrentaron en varias batallas, hasta que Enrique consiguió el apoyo de Pedro IV de Aragón, el mismo del Ceremonioso, y de los franceses. Pedro I fue derrotado y asesinado por Enrique, que se coronó como Enrique II.
- La guerra civil inglesa (1327-1330), que fue una guerra entre Eduardo II y su esposa Isabel por el poder. Eduardo II era un rey tonto tontísimo que solo hacía caso a sus amigos. Isabel era una reina lista listísima que estaba harta de su marido. Isabel se alió con Roger Mortimer, un noble rebelde, y con el rey de Francia, su hermano. Juntos invadieron Inglaterra y derrocaron a Eduardo II. Isabel gobernó como regente junto con Mortimer hasta que su hijo Eduardo III tomó el poder y los mandó ejecutar, un final ¿feliz?.
- La revolución húngara (1323-1326), que fue una revolución contra Carlos I de Hungría por su política fiscal. Carlos I era un rey rico riquísimo que tenía mucho dinero y mucho poder. Pero también era un rey avaro avarísimo que quería más dinero y más poder. Los nobles húngaros se rebelaron contra él y le exigieron más derechos y libertades. Carlos I tuvo que aceptar sus demandas y firmar la Bula de Oro de 1222, una carta magna que limitaba su poder pero no le quitaba su orgullo.
- La guerra civil bizantina (1341-1347), que fue una guerra entre Juan VI Cantacuceno y Juan V Paleólogo por el imperio bizantino. Juan VI Cantacuceno era un noble ambicioso ambiciosísimo que quería ser emperador. Juan V Paleólogo era un niño inocente inocentísimo que era el legítimo heredero del trono. Los dos se disputaron el imperio bizantino, que ya estaba en decadencia. Hubo mucha confusión y mucha traición. Al final, los dos se repartieron el imperio, pero no les duró mucho.
Sociedad y demografía
La sociedad y demografía del siglo XIV fueron muy variadas y divertidas, sobre todo si te gustaba la aventura, el riesgo y la sorpresa. El siglo XIV fue una época de crisis y cambios, donde la población mundial se redujo drásticamente por culpa de la peste negra, las guerras y las hambrunas. La gente vivía al día, trabajaba lo justo y moría cuando le tocaba. La esperanza de vida era de unos 30 años, pero muchos se pasaban de la raya. La mayoría de la población era campesina y analfabeta, sometida a los señores feudales y a la Iglesia. Los nobles se dedicaban a pelear entre ellos por el poder y la gloria. Los burgueses se dedicaban a comerciar y a enriquecerse. Los clérigos se dedicaban a rezar y a pecar. Los artistas se dedicaban a crear y a innovar. Los herejes se dedicaban a cuestionar y a arder. Los judíos se dedicaban a sufrir y a huir. Los musulmanes se dedicaban a resistir y a invadir. Los mongoles se dedicaban a conquistar y a saquear. Y así sucesivamente.
Véase también
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