Siglo XV

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Siglo 15avo
1401-1500
Parte de la Edad Media
Parte de la Edad Moderna
Siege of a city, medieval miniature2.jpg
"Vaya si será fácil conquistar Constantinopla, pensé que las murallas serían más altas."
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El siglo XV (también conocido como el siglo de los descubrimientos accidentales, las invasiones, las pestes, las armaduras pesadas y los sombreros puntiagudos) fue un período de la historia humana que abarcó desde el día en que Juana de Arco se puso a cantar hasta el día en que Cristóbal Colón se perdió en el mar. Durante este siglo, el mundo experimentó grandes cambios que nadie esperaba ni controlaba, como por ejemplo que los europeos se encontraron con otros continentes y se dedicaron a saquearlos y esclavizarlos, que los turcos se apoderaron de Constantinopla y la convirtieron en Estambul para vender helado, que los chinos inventaron la pólvora y los cañones y los usaron para hacer fuegos artificiales, que los artistas se inspiraron en la antigüedad y empezaron a pintar desnudos y perspectivas, que los humanistas redescubrieron a los clásicos y empezaron a leerlos, traducirlos y volverse a la herejía con ellos, y que la gente empezó a imprimir libros y a viajar por carreteras y los papas tenían hijos y palacios cada vez más lujosos.

Ciencia

Los científicos se dedicaron a observar todo tipo de fenómenos naturales y sobrenaturales, desde los cometas hasta los dragones. También inventaron y descubrieron cosas como el reloj, el astrolabio, el compás, el catalejo y otras formas de medir el tiempo y el espacio para hacer enojar a la iglesia. Crearon la imprenta, el papel, la pólvora y otras formas de difundir el conocimiento y la violencia (y hacer enojar a la iglesia); la alquimia, la astrología, la numerología y otras formas de buscar la piedra filosofal y el elixir de la vida para molestar a la iglesia.

Política

Por si creías que el Cisma de Occidente no había sido un circo.

Los reyes, los papas, los nobles y los burgueses se liaron y se hicieron la puñeta. Hubo tres papas (Benedicto XIII, Gregorio XII y Juan XXIII) y los obispos eligieron a dedo a uno (Martín V) en Constanza. Hubo dos familias inglesas, los Lancaster y los York, que se mataron por Inglaterra y ganó una tercera que ni pintaba, los Tudor, en las Dos Rosas. Hubo un checo, Jan Hus, que se quemó por hereje y sus fans husitas se rebelaron en Bohemia. Los españoles Fernando e Isabel se casaron y se cargaron a los moros y a los judíos en la Reconquista. Y hubo un italiano llamado Cristóbal Colón que se perdió en el mar buscando seda y se encontró oro con América en 1492. Y todo esto sin contar que los turcos otómanos se cepillaron a los griegos bizantinos y se quedaron con Constantinopla en 1453, acabando con la Edad Media, por fin después de tanto tiempo. También los franceses y los ingleses firmaron la paz en 1453, después de 116 años de guerra por Francia, gracias a una bruja santa (Juana de Arco) que salvó a los franceses.

Los incas fundaron un imperio, aunque se desmoronó por las luchas internas entre los hermanos Huáscar y Atahualpa, que no se llevaban bien desde pequeños; los aztecas dominaron Mesoamérica bajo el mandato de Moctezuma, hasta que fueron invadidos para que sepan lo que se siente; los mapuches resistieron el avance de los incas en la batalla de Maule, y luego tuvieron que enfrentarse a los españoles, que les traían regalos como caballos, espadas y viruela; los chinos inventaron la pólvora y los cañones, y los usaron para hacer fuegos artificiales, porque necesitaban algo para espantar a los ovnis; los mongoles revivieron brevemente su imperio bajo el liderazgo de Tamerlán, pero que no pudieron conquistar China ni India, porque se cansaron de tanto caminar.

Políticos

  • Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón: unieron sus reinos por matrimonio y expulsaron a los judíos y moros de España. También financiaron el viaje de Colón, que les trajo oro, plata y papas. Fueron tan generosos que hasta le regalaron América a Portugal.
  • Moctezuma II: recibió a los españoles con honores, pensando que eran enviados de Quetzalcóatl. Luego fue hecho prisionero por Cortés y murió apedreado por su pueblo, que lo consideraba un traidor. Fue tan ingenuo que les regaló su oro y les enseñó su calendario.
  • Mehmed II: conquistó Constantinopla y puso fin al Imperio bizantino. Se le conoce como el Conquistador o el Grande. Fue tan ambicioso que quiso conquistar Roma, pero se quedó corto.
  • Lucas Notaras: el último gran duque de Constantinopla, que tenía un problema de identidad religiosa. No sabía si era católico, ortodoxo o musulmán, así que decidió quedarse con el turbante del turco, que le quedaba mejor que la tiara del papa.
  • Pedro de Pinós: el primer conde de Ribagorza, que se casó con una princesa bizantina y se cambió de religión por amor. Fue un gran amante de la cultura griega, pero también un traidor que se vendió al mejor postor. Su lema era: "Donde fueres, haz lo que vieres".
  • Şahkulu: un líder rebelde turcomano que se creía el mesías y que quería derrocar al sultán otomano. Su rebelión fue un fracaso y fue desterrado al otro mundo. Su nombre significa "esclavo del rey", pero él se hacía llamar "el elegido de Dios".
  • Este simpático gordito acabó con un imperio milenario.
    Pedro Sarmiento: un navegante y explorador español que intentó colonizar el estrecho de Magallanes para cortarle el paso a los ingleses. Fundó dos ciudades en la Patagonia, pero ambas fueron un desastre. Murió prisionero en Inglaterra, donde le hicieron comer pescado con vinagre.
  • Tamerlán: un conquistador mongol que creó un vasto imperio en Asia Central y Oriente Medio. Fue famoso por su crueldad y por construir pirámides con las calaveras de sus enemigos. Se dice que tenía una cojera y que era descendiente de Gengis Kan, pero él se creía Napoleón.
  • Lorenzo de Médici: un banquero y político florentino que gobernó la ciudad como un tirano benevolente. Le dio dinero a nuestros pintores favoritos para que se hicieran tortugas ninjas.
  • César Borgia: un cardenal y militar italiano que era hijo del papa Alejandro VI. Fue el modelo para el libro El Príncipe de Maquiavelo, pero también para el programa Juego de Tronos.

Filosofía

Este señor Erasmo de Róterdam se caracterizaba por salir con la misma cara de sapo en todas las pinturas.

La filosofía del siglo XV fue un rollo patatero. Los filósofos se dedicaban a copiar a los antiguos, que ya habían dicho todo lo que había que decir. Los humanistas eran unos pelotas que querían quedar bien con los poderosos y los papas. Se pasaban el día leyendo libros viejos y escribiendo cartas cursis. Algunos de los filósofos humanistas más famosos fueron Erasmo de Rotterdam, el que inventó el queso; Tomás Moro, el que se quedó sin cabeza; Nicolás de Cusa, el que no sabía contar; y Marsilio Ficino, el que se creía mago.

Pero no todo era aburrimiento en el mundo de la filosofía. También había broncas entre los distintos grupos y bandas de pensadores. Por ejemplo, los nominalistas y los realistas se peleaban por ver quién tenía razón sobre los conceptos universales. Los nominalistas decían que los universales eran solo palabras que nos inventábamos para no pensar, mientras que los realistas decían que los universales eran cosas que existían de verdad y que podían ver con sus gafas especiales.

Otro tema que daba mucho juego era el de la relación entre la fe y la razón. Algunos filósofos se creían más listos que Dios y se atrevían a cuestionar sus designios. Otros filósofos eran unos santurrones que solo hacían lo que les mandaba la Iglesia. Entre los primeros estaban Jan Hus, el que acabó en la hoguera y Pico della Mirandola, el que se creía el ombligo del mundo.

Cultura y arte

Imperdible obra de Sandro Botticelli.

La cultura y el arte del siglo XV fueron una mezcla de lo sublime y lo ridículo. Por un lado, se produjeron obras maestras de la pintura, la escultura, la arquitectura y la literatura que marcaron el inicio del Renacimiento. Por otro lado, también hubo manifestaciones de mal gusto, ignorancia y superstición que reflejaban la decadencia de la Edad Media y la segunda década del siglo XXI.

Entre los artistas más destacados se encuentran Leonardo da Vinci, el genio que lo sabía todo y que inventó el helicóptero, el submarino y el monopatín; Miguel Ángel, que estaba muy joven pero que después el que esculpió a David en pelotas y que le hizo un guiño a Dios en la Capilla Sixtina; Sandro Botticelli, el que pintó a Venus saliendo de una almeja y que le puso cara de su novia; y Donatello, el que no era una tortuga ninja pero que hacía unas esculturas de bronce que parecían de verdad.

Entre las obras literarias más importantes se hallan La Celestina de Fernando de Rojas, la tragicomedia más divertida y triste entre un joven y una vieja alcahueta que se meten en líos por culpa de una poción de amor; las Églogas y representaciones pastoriles de Juan del Encina, el fundador del teatro español que se inventaba unos diálogos entre pastores muy aburridos y cursis; y las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique, uno de los poemas más hermosos y profundos de la lírica castellana que dice que todo se acaba y que lo único que queda es el recuerdo, si me lo pregunta, lo recuerdo porque todo se acabó.

Pero no todo fue arte y cultura. También hubo fenómenos de incultura que hoy nos parecen absurdos o grotescos pero que extrañamente estamos valorizando más porque es menos aburrido que estar viendo Netflix por la vida. Por ejemplo, la moda de los sombreros gigantes, las pelucas y los zapatos puntiagudos; que hacían parecer a la gente unos payasos o unos duendes. La creencia en las brujas, los vampiros y los hombres lobo; que hacía que la gente quemara a sus vecinos o les clavara estacas en el corazón. La práctica de la alquimia, la astrología y la nigromancia; que hacía que la gente perdiera el tiempo y el dinero en intentar convertir el plomo en oro, predecir el futuro o hablar con los muertos. Y el gusto por las fiestas sangrientas, las justas y los torneos; que hacía que la gente se divirtiera viendo cómo se mataban entre sí o se rompían los huesos. En fin, entretenimiento del bueno sin usar tablets o internet.

Guerras y revoluciones

  • Juana de Arco terminando la Guerra de los Cien Años con su magia después de salir de las llamas.
    Guerra de los Cien Años: una guerra entre Francia e Inglaterra que duró 116 años, porque no sabían contar. La guerra fue por ver quién se quedaba con el trono francés y con unas tierras que los ingleses tenían en Francia. La guerra tuvo de todo: batallas, asedios, traiciones, plagas, hambrunas y hasta una bruja que se llamaba Juana de Arco derrotó a todos con su magia.
  • Antigua Guerra de Zúrich: Zúrich quiso ser la jefa de Suiza y se llevó una paliza.
  • Guerra de Borgoña: el duque de Borgoña se creyó Napoleón y acabó como él.
  • Guerra de Ferrara: Venecia y el papa se pelearon por un río y el papa se quedó sin agua.
  • Gran Guerra Irmandiña: los campesinos gallegos se rebelaron contra los señores feudales y les quemaron los castillos, pero luego vinieron los curas y los pusieron en su sitio.
  • Guerra chanca-inca: los chancas quisieron invadir el imperio inca y se encontraron con Pachacútec, el rey que los hizo polvo.
  • Guerra chimú-inca: los chimús tenían un reino muy chulo en la costa y los incas se lo quitaron con engaños.
  • Guerra civil catalana: Cataluña se quiso independizar de Aragón y se alió con Francia, pero el rey Juan II les dio una lección de historia.
  • Guerra civil georgiana: los nobles georgianos se pelearon por el trono y Georgia se partió en tres pedazos.
  • Guerra de los Trece Años: la Orden Teutónica oprimía a los prusianos y estos se rebelaron con ayuda de Polonia. La Orden perdió y Polonia se quedó con Prusia.
  • Guerra de Suabia: el emperador alemán quiso conquistar Suabia y los suizos le dijeron que no. El emperador insistió y los suizos le dieron una paliza.

Sociedad y demografía

Colón, el detergente que limpia continentes de indios en el Descubrimiento de América.

La sociedad estaba dividida en tres estamentos: el clero, la nobleza y el pueblo llano. El clero era el que rezaba y se ocupaba de las almas de los fieles, aunque también se dedicaba a otras cosas menos santas. La nobleza era la que guerreaba y se ocupaba de las tierras y los vasallos, aunque también se dedicaba a otras cosas menos nobles. El pueblo llano era el que trabajaba y se ocupaba de pagar los impuestos y los diezmos, aunque también se dedicaba a otras cosas menos legales.

Dentro del pueblo llano había diferentes grupos sociales: los campesinos, los artesanos, los comerciantes y los burgueses. Los campesinos eran los que cultivaban la tierra y vivían en el campo, donde se aburrían como ostras. Los artesanos eran los que fabricaban objetos con sus manos y vivían en las ciudades, donde se morían de hambre. Los comerciantes eran los que vendían y compraban productos y viajaban por el mundo, donde se metían en líos. Los burgueses eran los que tenían mucho dinero y poder y aspiraban a ser nobles, pero nadie les hacía caso.

En el siglo XV también hubo algunos cambios sociales y demográficos importantes. Por ejemplo, se produjo el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón, lo que abrió nuevas rutas comerciales y nuevas oportunidades de explotación y saqueo. También se produjo el desarrollo del humanismo y el renacimiento cultural, lo que impulsó el interés por la antigüedad clásica y el pensamiento crítico, aunque solo para unos pocos privilegiados. Además, se produjo el surgimiento de las monarquías nacionales, lo que fortaleció el poder de los reyes frente a los nobles y al papa, aunque también les creó nuevos problemas.

Véase también

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