Revolución rusa de 1917

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La ЯзчоІцгіóп Яцѕа дз 1917 fue la puesta en escena de teatro más grande que haya visto la humanidad, contando en los papeles principales con la participación de actores bastante reconocidos como el camarada Lenin, el camarada Stalin, el camarada Trotsky y el camarada Zar, además de un escenario gigantesco llamado Rusia y como diálogo, los notables libretos del camarada Karl Marx y del camarada Engels. El público fue el resto del mundo que estuvo muy atento a esta magna obra compuesta de cinco actos y musicalizada por el camarada Anónimo.

Preludio ☭

En realidad Rusia no existe como tal, más bien es un colectivo teatral enorme de gente que gusta de actuar y en sus países no los apreciaban. Los pueblos hacían sus propias representaciones individuales, pero de vez en cuando todos se unían para hacer algo grande, como interpretar "Sueño de una noche de verano", de Shakespeare, o las versiones porno de las obras de García Lorca[1]. Hasta ahí todo bien, con sus talleres literarios, sus cafés y sus orgías artísticas, hasta que llegó un escritor judío de apariencia Santaclosesca llamado Karl Marx (o como lo llamaban sus vecinos: "ese borracho barbudo que besaba una farola") y los retó a actuar la más grande comedia romántica que se haya escrito: “El Manifiesto Comunista”.

Personajes principales ☭

"Trotski" ya tenía experiencia interpretando al famoso Coronel Sanders.
  • Camarada Lenin: (interpretado por el joven actor Vladímir Ilich Uliánov) protagonista de la obra. Es el líder bolchevique y primer dirigente de la URSS, siendo muy valiente por no traumarse por su evidenta falta de cabello, y creó un estilo artístico conceptual conocido como Leninismo.
  • Camarada Nicolás II de Rusia: (actor Nikolai Aleksandrovich Romanov) es el antagonista. Su papel representa a la monarquía clásica del absolutismo y cuando las personas aún se vestían bien a pesar de las duras adversidades.
  • Camarada Rasputín: (Interpretado por Grigori Yefímovich) Uno de los principales aliados de Lenin, encargado de destruir el zarismo desde dentro. Es inmune al veneno y a las balas, por lo que resulta de gran utilidad a los revolucionarios.
  • Camarada Mikhail Frunze: (Arseni Trifónych) amigo y compañero de Lenin. Tiene el deber de cuidarlo y ayudarlo a llevar sus empresas hasta el fin. Como premio, el Camarada Stalin lo enterró vivo a los pies de la momia de su amigo.
  • Camarada Néstor Majnó: (desconocido) anarquista del craneo que luchó contra el Zar, pero que no quiso ser bolchevique porque era anarquista, no comunista. A todos los tomó como tontos.
  • Camarada Aleksandr Kérenski: (Manolo López) quien tiene la capacidad histriónica de ser el ganado de la revolución de febrero, pero rápidamente pierde su papel al llegar la de octubre.
  • Camarada León Trotski: (personificado por el primer actor Lev Davídovich Bronstein) es el supuesto menchevique de la historia, que complementaba al personaje principal y aparecía en los momentos angustiosos del partido y el encargado de seducir a la esposa del Zar con sus viril barba de chivo.
  • Camarada Nikita: campesino.
  • Camarada Lorax: amigo de Stalin.
  • Camarada Sergey: obrero.
  • Camarada Anastasía: zarina vagabunda.
  • Camarada cómico.
  • Camarada sacerdote.
  • Dos camaradas sepultureros.
  • Camaradas damas, caballeros, oficiales, soldados, marineros, mensajeros y criados.

Argumento ☭

Primer acto: Causas de la Revolución Rusa

Cita3.pngSi no tienen vodka, que beban chanpagneCita4.png
Nicolás II confundiendo a su pueblo con franceses.
Marx y Nicolás II. Presumen sus elegantes barbas que hacen rabiar de envidia a todos.

La obra comienza una fría noche en Moscú, en el castillo Zar. Los rusos eran originales y no tenían reyes, emperadores ni faraones, sino zares que se diferenciaban de los anteriores por su marcado acento ruso. Allí estaba Nicolás II con su familia, conversando sobre lo desgraciados que eran los pobres al vivir en cajas, soportando el frío glaciar y el hambre causada por un régimen que los oprimía y los tenía en la miseria, pero coincidían en que era bueno ser el régimen opresor, tener dinero, todo del vodka en que pudieran nadar, un acogedor palacio y una chimenea que funcionaba quemando pobres. Esa era la tradición, no había por qué cambiarla.

Mientras tanto, en una caja de cartón a las afueras de Moscú, con sólo una botella de vodka para los tres, el campesino Nikita, el obrero Sergey y el calvo Lenin discutían sobre las desventajas de ser pobres, de congelarse, de defecar cubitos de hielo y de que esa Navidad de 1916 se la pasasen comiendo rata de campo, mientras el platillo típico, oso grizzly horneado, sólo era para quienes podían pagarlo. Además de lo desgraciado que era el Zar, al haber enviado a todos los habitantes del país a combatir en la Gran Guerra armados sólo con sus herramientas de campo o sartenes de cocina y los niños con pistolas de juguete, habiendo muerto prácticamente todos, muchos de humillación al recibir las burlas de los enemigos por no traer ni zapatos. Quizá era hora de cambiar al Zar, dejar el régimen atrás y volverse dueños de su propio destino. Pero esa noche no, hasta sus testículos estaban azules de tanto frío y el vodka se les estaba acabando (la escaséz de vodka es lo que en el interior del alma de los proletariados en verdad incendiaba su mecha revolucionaria).

Segundo acto: Revolución de febrero

La Revolución de febrero sobrevino cuando el pueblo de Retrogrado, quiero decir Petrogrado, protestó contra el régimen zarista por la escasez de vodka. Nicolás envió al ejército para repartir palos, pero pronto se hicieron camaradas soldados, se formaron camaradas reformistas y camaradas de extrema izquierda y casi sin derramamiento de vodka obligaron a abdicar (palabra fea para mandar a tomar por culo) al Zar. Pronto, la familia real fue ejecutada por el divertido juego de la ruleta rusa, popular para en esa nación, excepto la princesa Anastacia, que quedaría libre para protagonizar películas de dibujos animados.

Inmediatamente, el "Partido Todos contra Nicolás" se separó en dos grupos "El Partido Rojo por la rojocidad de Rusia" o bolcheviques, lidereados por Lenin, Nikita y Sergey bajo los influjos del alcohol "Manifiesto Comunista"; y el "Partido Burgués por la burguesía de Rusia", o mencheviques, que estaban convencidos de que Rusia debería copiar a la Revolución Francesa que estuvo tan bien hecha porque había dinero y Robespierres que presidenciaran el cambio.

<<Se cierra el telón para el mezzo tempo.>>

Tercer acto: Revolución de octubre

Cita3.pngLos mencheviques beben Smirnoff, Absolut o Stolichnaya, y a nosotros nos dejan Oso Negro, Nikov o Gorloska. Mejor beber orines.Cita4.png
Lenin bastante molesto hablando sobre el por qué comenzó la revolución bolchevique.
"Ese tipo me debe un rublo".

La revolución de octubre fue el tercer y más importante acto de la Revolución rusa, sirviendo como clímax de la obra, siendo la parte mayoritariamente compuesta como teatro musical de ópera-rock. El acto comienza con la llegada de todos los actores en un Marxbús y la obertura está dedicada a la identificación entre ellos del camarrada Lenin, quien emerge de en medio del grupo al tiempo que es investido con una sencilla boina negra con una estrella roja, mientras extiende sus brazos, creando el centro de la atención al momento en que suenan los acordes que identifican la melodía principal: "Lenin in the sky with diamonds".

Al mismo tiempo, un coro de mencheviques que conformaban eran el gobierno provisional, cantaban un apasionante conjunto de graves que decía "Ahí vienen la gente a repiques / con sus armas listas para luchar / y decimos a los bolcheviques / que se joda la internacional", y demás manifiestos contra la Primera Internacional, pero como este grupo burgués no cantaba tan bien ni tenía letras tan originales como los comunistas, rápidamente el público simpatizó con la causa popular coreando los temas de éstos. El camarrada León Trotski, amigazo, que digo amigazo, camarada de Lenin, hizo la parte importante para sacar al régimen provisional en Petrogrado e instalar el gobierno de los soviets con la ópera sinfónica "Hakuna Matata" de la famosa película El Rey León Trotski.

Esta rítmica lucha, con pasos del Lago de los Cisnes estilo campirano, significó la primera revolución camarrada declarada del siglo XX. Lenin, Trotsky y un nuevo personaje incluído a media temporada para aumentar el rating femenino, el camarrada Stalin (interpretado magistralmente por Iósif Vissariónovich Dzhugashvili), derrotaron gloriosamente a las diezmadas y hambrientas fuerzas mencheviques e instaurando el régimen perfecto, la dictadura del proletariado, la panacea de todos los males, la última Coca Cola en el desierto: la URSS.

Cuarto acto: Guerra civil

Trotsky luego de caerse a una pila de desechos radiactivos.

De haber sido una simple comedia, la historia terminaría en el tercer acto donde la felicidad llegue al reino y la princesa Anastasia logre escapar del ejército rojo. Pero como es también un drama, obviamente todos deben terminar muertos o deseando estarlo (mancos, enfermos, ciegos, Stalin). Es por ello que se inició la llamada Guerra civil, donde se justifica la tragedia.

Lenin, en la cúspide de su carrera, fue nombrado Zar Comunista, pero bajo el nombre más proletario de "Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo" donde reinó durante 50 años y sus hijos y los hijos de sus hijos recibieron el trono y la corona y hasta ahora han tenido un gobierno próspero y pleno ¿Qué no? ¿Seguro? Ah, bien, Lenin sí fue nombrado gobernante, pero no fue tan lindo. Aún había gente que les gustaba el Zar y no aceptaban que estuviera rellenito de plomo algunos metros bajo el Kremlin y se comenzó a organizar una oposición civil ya que la militar valía queso.

Los contendientes eran denominados, por un lado, los «rojos» (comunistas, marxistas, revolucionarios, socialistas, anarquistas, radicales, progresistas, ateos, anticlericales y sobre todo borrachos) y, por el otro, los «blancos» (monárquicos zaristas, reaccionarios, conservadores, protofascistas, liberales, capitalistas, nacionalistas, británicos, estadounidenses, canadiences, franceses, japoneses, polacos, turcos, demás extranjeros mercenarios y sobre todo borrachos)

Millones de extras, enviados de todos los países antes mencionados hicieron su aparición en la Revolución Rusa como apoyo para derrotar al pobre y desaceado Lenin y a su prole-tariado. En 1918 los ejércitos tenían que subir al escenario como dios manda (nada de Peter Jackson que los hiciera digitalmente[2]). Las escenas de pelea llevaban toneladas de espadas de madera, barcos piratas, cañones, personas disfrazadas de caballos (una adelante y una atrás), divertidos trajes imperiales y sobre todo algo que marcaría la lucha: una hoz y un martillo que Lenin tomó para con sus propias manos matar a un millón de enemigos y ganar la Revolución Rusa de 1917.

Las palabras de Lenin al momento de instaurar la URSS siempre serán recordadas y respetadas:

Cita3.pngOjalá nadie me momifique cuando muera, me daría miedoCita4.png
Lenin

Epílogo: La Revolución rusa en el mundo

Cita3.png Cuando me contrataron no pensé que me quedaría con el protagónico ¡Yupi! Cita4.png
Stalin luego de que los otros actores tuvieran que retirarse por misteriosos accidentes.

Hay algunos años de consolidación, que los actores aprovechan para engordar. El Primer Mandatario Lenin muere a causa de veneno staliniski parásitos cerebrales, dicen unos, de sífilis, dice su esposa, y por supuesto su cadáver es disecado y puesto a mitad de la Plaza Roja donde todos pudieran temerle. El libreto marca originalmente que Trotsky fuese el sucesor e inagurase un soviet de mil años y la obra "Manifiesto comunista" se llevara a todo el mundo para que todos tuvieran el placer de interpretarla, pero al actor un accidente de bicicleta lo dejó sin poder continuar con el papel (alguien le cortó los frenos y fue a estrellarse contra la cortina de hierro de una tienda de recuerdos); lo mismo le pasó a todos los demás revolucionarios en sus monopatines, carritos de compra o sus propios zapatos que terminaban con las agujetas amarradas entre sí y se lastimaban mucho las rodillas.

Pronto, el actor secundario Stalin, quien por cierto era hijo del nuevo productor ejecutivo, fue adquiriendo importancia cuando los demás personajes tenían que abandonar la obra. Así fue que llegó a ser el Nuevo Personaje Principal sustituyendo a Lenin. El actor León Trotsky, ya retirado, intentó hacer un remake porno de la obra en México, con Frida Kahlo como la coestrella, pero como representaba competencia de público, Stalin lo demandó por plagio y mandó retirar definitivamente al camarrada. Lo mismo hizo con otros que se quisieron independizar alegando que la pieza teatral podía llevarse en un sólo país, sin tener que hacer adaptaciones en el extranjero, si es que otras naciones la querían en su territorio, tenían que pedirla a la URSS.

Durante 70 años el pueblo ruso siguió interpretando, incluso hubo competición de taquilla contra los alemanes y su obra Tercer Reitch del director Adolf Hitler, y luego también contra los estadounidenses con su representación Capitalismo: una historia de amor escrita por Adam Smith. En 1991 los actores ya estaban aburridos, así que decidieron llevar la revolución rusa de 1917 a su final. Ahora interpretarían comedias ligeras y algunas satiras de superhéroes. Cuando hasta que tengan lista la segunda parte, que quizá sea pronto.

Recepción ☭

Marxist Revolution. El camarada Lenin sí era el elegido (dirigida por Sergei Eiseinstein).


Desde un principio, las críticas positivas y negativas no se hicieron esperar de todo el mundo. Actores de todas partes fueron uniéndose a papeles cada vez más importantes, desde luego con un cheque pagado por Stalin, es decir, el proletariado y esa era su dictadura. Uno de los importantes fue Fidel Castro que había decidido a toda costa que su isla, la lejana y siempre merenguera Cuba tuviera algo más que a gogo, y representó (con actores invitados y financiamiento artístico) la Revolución cubana, ganando algunas de las entradas a Estados Unidos. Claro que USA prohibió a Cuba recibir más escenografía, actores, vestuario y alimentos para el buffette, aún así es el país más animado a continuarla, cuando menos hasta que el último director de teatro comunista, Fidel, decida renunciar e ir a pasar sus últimos días en un paraíso tropical en el Caribe.

Pero también hubo opositores, los que aseguraban que las actuaciones de los principales sí eran buenas, las de los extras eran acartonadas, unificadas y nadie más despuntaba como primer actor de reparto. Es decir, que todos tenían que actuar igual, llevar la misma vestimenta, los mismos diálogos y sin la posibilidad de improvisar, era bastante criticado. Sobre todo el performance aplicado desde Estados Unidos que luego de la Segunda Guerra Mundial se volvió poderosa al haber quedado Europa bastante lejos (o cerca) del arte dramático, y ellos preferían tener poco control sobre los extras, pero sí sobre los boletos, la venta de palomitas y la venta de cintas con las obras grabadas para verlas en casa (la URSS no vendía las cintas, las regalaba una para cada uno). Es por eso que con ayuda del afamado crítico de teatro Juan Pablo II, quien a su vez estaba llevando la obra del "teatro del absurdo" llamada Catolicismo, se logró arrancar del mundo el gusto por la obra iniciada por Marx.

Aunque todavía quedan académicos en el área que discuten sobre lo idóneo que sería despertar a Lenin de su letargo sin tiempo (acá llamada muerte clínica con cerebro congelado, como Walt Disney) y reiniciar, entre ellos están Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Dilma Rousseff, Kim Jong-Il, entre otros.

Referencias ☭

  1. Hasta las obras de Dostoievski en realidad no lo son, sino fueron escritas como utilería para representar la vida de ese escritor ficticio.
  2. Aunque sigue siendo un poco difícil hacer personajes digitales para el teatro, les quedan bien feos como se puede notar en Broadway.

Ver también ☭


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Artículo destacado

Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular.

Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos
por el mismísimo Miguel de Cervantes.

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