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Pensamiento cítrico
El pensamiento cítrico se propone examinar la estructura de los razonamientos sobre cuestiones de la vida diaria relacionadas con los cítricos (los limones, los pomelos y las limas, principalmente).
Algunos ejemplos de estas cuestiones incluyen, sin limitarse a: El Fary comiendo un limón; las limas de los Gin-Tonics, los polos de limón, la limonada, Lima (capital del lindo Perú), lima (de uñas), comer como una lima, el limonero de Springfield, la dieta del Pomelo y el grupo musical español de la década de los 80, Los Limones. Tiene una doble vertiente analítica y evaluativa. Analiza la cuestión, y luego la evalúa. Intenta superar el aspecto mecánico del estudio de la lógica del acto de exprimir, así como entender y evaluar los argumentos de los detractores y defensores de los exprimidores manuales o eléctricos, según el caso, en sus hábitats naturales. Por ejemplo, el jurídico, el estético, el ético o el bético.
En nuestra actual sociedad es importante tener en cuenta el pensamiento cítrico ante cualquier situación, ya que esto genera el cambio de acciones y de nuestro futuro en este mundo de naranjas y pepinos.
Pautas del pensamiento cítrico
El pensamiento cítrico tiene las cualidades del pensamiento divergente, que para el caso se divide en gajos. Estos, a su vez, conforman el pensamiento hollejoso. Es imperativo considerar la importancia de organizar los procesos del pensamiento a través de estrategias heterodoxas añadiendo, siempre que se pueda, su toque ácido (esto es básico).
La inteligencia y el conocimiento no implica que se pueda tener pensamiento cítrico per se. Incluso el mayor de los genios puede tener creencias escorbúticas debido a la falta de vitamina C en su dieta.
En teoría, para poder ser un buen pensador cítrico se deberían seguir y desarrollar los siguientes cinco pasos, que serán desarrollados:
- Paso 1: Adoptar la actitud de un pensador cítrico. Para ello vaya a comprar un kilo de limón o alternativas sin pensarlo.
- Paso 2: Reconocer las frutas correctas con sus sesgos principales. No deje que el vendedor le engañe.
- Paso 3: Identificar de forma discriminatoria naranjas, limas, tángelos y mandarinas.
- Paso 4: Evaluar las tonalidades de la fruta ya que esto dice mucho de la calidad de la misma.
- Paso 5: Evaluar el juguito. Chúpate esa mandarina.
Espiritualidad cítrica
Los limones, lágrimas de Budhevi, la diosa hindú de la tierra,[1] son una manifestación cítrica de la espiritualidad humana que no entiende de credos ni dogmas. En una ocasión, Jesucristo dijo a dos de sus apóstoles: "Tomad y morded el fruto amarillo, que yo haré que su extrema acidez se torne opíparo dulzor en vuestros labios, y ni las frescas uvas de septiembre se os antojarán manjar comparable". Los nombres de esos dos apóstoles no trascendieron, pues su descreimiento les impidió disfrutar de tan noble alimento aun a pesar de los esfuerzos metamórficos del Mesías, y huyeron enfadados rumbo al Sanedrín para elevar una enérgica protesta contra su barbado líder. Desde entonces, los cristianos plantan limones cada 30 de septiembre, Día Internacional del Limón.
Pensamiento cítrico, motor del mundo
Con zinc, cobre y zumo de limón, podemos obtener una pila casera[2] que alimente nuestro electrodoméstico favorito. Las monedas están hechas de cobre. El zinc aumenta la testosterona en sangre. Así pues, aquí lo tenemos: sexo, dinero y pensamiento cítrico. El trípode sobre el que se asientan las fuerzas centrípetas de la evolución de todas las especies del planeta.
Pensadores críticos
Referencias
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