Cerebro en una cubeta

De Inciclopedia
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Descartes prediciendo el artículo
¡Gol!

El cerebro en una cubeta es un sádico experimento realizado por los científicos en su afán de sintetizar y prolongar la vida humana, poniendo la mente en una realidad virtual capaz de emular todas las sensaciones a través de una computadora.

Concretamente esto no resulta malo, pues todas las actividades de la vida se llevarían a cabo sin mover un músculo, pero el método para obtener el cerebro resulta muy engorroso burocráticamente y los científicos prefieren arrancárselos a inocentes o comprarlos en el mercado negro.

Cerebro en una cubeta programado por una persona benévola que le proporciona una buena pareja

Ahora, este cerebro jamás sabría que está legalmente muerto; gracias a que sólo recordaría a un montón de viejitos con batas blancas que le daban de bastonazos hasta dejarlo inconsciente para despertar en su casa, con todos sus problemas resueltos, una pareja 10 años más joven y con mejor carácter (o mejor aún, siendo su pareja Sharon Stone cuando tenía 22 años[1]), sin suegra, sin hijos, con tanto dinero como para comprarse el mundo, sin ir a trabajar, sin sufrir los atascos de tráfico, sin sufrir esas enfermedades que le estaban fastidiando, con un ordenador que nunca se cuelga y con banda ancha, con una suscripción a Playboy, pudiendo comer lo que le dé la gana sin preocuparse del colesterol, leyendo siempre que quiera una enciclopedia seria, fiable y rigurosa y sin sufrir el acoso de los administradores de la Inciclopedia.

Si esta es tu pareja, es posible que tan sólo seas un cerebro en una cubeta.

Sin embargo, si las cosas marchan demasiado bien, eso puede hacerte sospechar de que tan sólo seas un cerebro en una cubeta. Pero si es así, ¡déjalo estar y disfruta!

Si todo va bien, debes sospechar y puede que solamente seas un cerebro en una cubeta. Pero, ¡aprovéchalo!

También podría ser diferente. Depende del que programe la máquina; y tal vez acabará en la cárcel, esperando su ejecución (donde sea aplicable), o sufriendo muchas enfermedades dolorosas y molestas, o soportando continuas llamadas de Jazztel, o con su verdadera esposa con peor carácter aún y además con su suegra, o en un escenario apocalíptico combatiendo cualquier cosa imposible de matar, o leyendo una porquería de enciclopedia, o usando un ordenador con Windows 98 que se llena de pantallazos azules, o viendo como sus artículos en Inciclopedia son mandados a la hoguera.

Tipos de programación

Las experiencias de un cerebro en una cubeta son diferentes dependiendo de si sabe o no que lo es y según las intenciones y valores del programador. Veamos las diversas opciones.

El sujeto lo sabe y el programador es benévolo

Si eres un cerebro en una cubeta, un programador benévolo hará que tengas sexo con Mar Saura

Si el sujeto sabe que es un cerebro en una cubeta y el programador es benévolo, entonces el sujeto tendrá a su alcance toda clase de posibilidades. Todos sus problemas estarán resueltos. Vivirá en una vivienda de lujo. No tendrá suegra ni parientes pelmazos. Nunca le llamarán de Jazztel. Además, siempre que quiera podrá follar con las mejores mujeres (con el aspecto que tenían a los 22 años): Mar Saura, Sharon Stone, Kim Basinger, etc... ¡incluso con Cayetana Guillén Cuervo! Sus artículos en una enciclopedia seria y fiable serán elegidos como «destacados» y nadie revertirá sus ediciones.

Además, como él ya sabe que es un cerebro en una cubeta, no hace falta que sus experiencias sean verosímiles o posibles. Podrá entonces volar, visitar lugares sin tener que pasar por los lugares intermedios ni coger un avión, tener el paisaje que quiera al mirar por la ventana. Su ordenador le dará todo hecho antes de que lo pida. Tendrá todo lo que quiera sin necesidad siquiera de ir a comprarlo.

Pero hay un problema, ¿disfrutará lo mismo con la experiencia de follar con Mar Saura si sabe que no se la ha follado de verdad? ¿Disfrutará con un piso de lujo si sabe que es sólo una simulación con ordenador? ¿Disfrutará con sus artículos destacados si sabe que no son verdad?[2]

Programador benévolo y amable

Kaley Cuoco se enamorará de ti si eres un cerebro en una cubeta

También puede ocurrir que el programador sea benévolo y amable, pero no te diga que eres un cerebro en una cubeta. Entonces te encontrarás sin suegra, sin ir a trabajar, con una suscripción a Cyber Playboy, sin llamadas de Jazztel. Todos tus enemigos habrán muerto o habrán emigrado a Tuvalu Ulterior. Te tocará el premio máximo del cupón de la ONCE. Nunca te subirá el colesterol. Tú médico nunca te prohibirá comer nada. Si además es médica y está buena, te pedirá tener sexo contigo.

Todos tus artículos en Inciclopedia serán «destacados». Cómo tú no sabes que todo eso es solamente una simulación por ordenador, disfrutarás igual. Tu ordenador será moderno, tendrá mucha potencia, disco duro de gran capacidad, banda ancha y... ¡milagro!, nunca se colgará.

Kaley Cuoco se enamorará perdidamente de ti.[3] Además, el fotógrafo Petter Hegre te pedirá que le ayudes como fotógrafo de su página web.

Programador «benévolo» pero estricto

Pero te puede tocar otro tipo de programador. Puede ser una de esas personas bienintencionadas pero que piensan que hay que hacer frente a las responsabilidades individuales y asumir las propias equivocaciones. En la programación de tu vida simulada se cree en el derecho de mandarte diversas desgracias porque... «No se informó lo suficiente.», «Asumió demasiados riesgos», etc.

Programador experimentador

Hay un tipo de programador que se dedica a observar tus reacciones a las diversas situaciones. No es del todo malvado pero tu bienestar le importa un pimiento. Solamente se dedica a observar tus reacciones (así como la de otros muchos cerebros en cubeta) a diversas situaciones para publicar artículos en revistas científicas. Está siempre preocupado por la estadística, correlaciones, intervalos de confianza, etc. Te las va a hacer pasar canutas.

Programador malvado

Este tipo de programador disfrutará haciendo que lo pases mal. Estarás con muchas enfermedades que, además de producirte molestias, te impedirán comer todo lo que te gusta con la excusa del colesterol. Jazztel conocerá tu número de teléfono y hará lo que hace siempre. Seguirás con tu esposa y, además, tu suegra. Tu ordenador se colgará cada dos por tres. Los administradores de Inciclopedia serán tan tiránicos como de costumbre. Sufrirás atascos de tráfico continuamente. En definitiva, como era tu vida antes.

¿Más?

Varios cerebros en cubetas.

Puesto que, si usted fuera un cerebro así, asumiendo que el científico tiene éxito, nada dentro de sus experiencias podría revelar que usted lo es; ya que sus experiencias son, según la hipótesis, idénticas con las de algo que no es un cerebro en la cubeta. Como usted sólo tiene sus propias experiencias para saberlo y esas experiencias son las mismas en cualquier situación, nada podría mostrarle cuál de las dos situaciones es la real.

Pero no se preocupe. Todo es un sueño... o tal vez todo esto era solamente un trabalenguas.

Asumo que quiere deshacerse de su cuerpo y donar su cerebro a la ciencia

Para decirle que desde que es ilegal la experimentación con humanos, nadie quiere hacer esto. De esto ahora supongo que lo querrá hacer usted mismo. Asegúrese de desinfectar esa cuchara para helado y tener una cubeta a la mano o no le auguro buenos resultados.

Versión femenina

Naturalmente, también podría ocurrir que una mujer fuese un cerebro en una cubeta. ¿Qué pasaría si fueras solo un cerebro conectado a una simulación? Pues depende de quién haya programado esa simulación... y de si ese alguien conoce tus gustos, tus ciclos hormonales y qué tono exacto de labial se agota siempre en tu tienda.

Simulación ideal (programador empático y con terapia)

En la simulación ideal, la ropa te queda bien

Te despiertas descansada. Ni rastro de insomnio ni dolores inexplicables. Tu piel luce radiante sin necesidad de ni una gota de sérum de baba de caracol ni bloqueador SPF 100. Vas a tu armario y mágicamente todo te queda bien, sin tiranteces ni pruebas de “esto antes me cerraba”. Te cruzas con tus ex y todos han envejecido mal.

Tu jefe te respeta, tu sueldo es justo y no hay ningún “mansplainer” en las reuniones de Zoom.

¿Crisis mundial? No hoy. Hoy hay picnic con amigas y todo el mundo entendió los mensajes sin necesidad de leer entre líneas. Hay chocolate. No engorda. No tiene calorías. Sí tiene dopamina.

Simulación diseñada por un troll sin empatía

Tu outfit perfecto tiene una mancha misteriosa que no estaba allí antes de salir. Te llega la regla, dos días antes. No tienes compresas. Tampoco baño cerca.

Te preguntan si estás enojada solo porque tienes la cara seria. El algoritmo de Instagram te recomienda dietas de influencers que comen medio pepino al día y sonríen con filtros. Tu jefe te explica tu propio trabajo. Mal. Te llaman “histeriquita” por expresar una opinión firme.

El pantalón con bolsillos... es falso.

Tu pareja simula escucharte, pero claramente no sabe qué dijiste.

Crisis existencial en la cubeta

“¿Y si todo esto es una simulación?”
“¿Y si esta angustia existencial es porque el cable de conexión tiene polvo?”
“¿Y si esta aplicación de meditación es parte de la misma farsa?”
“¿Y si ni siquiera yo soy yo, sino una IA mal entrenada en Pinterest y comentarios de TikTok?”

Moraleja

Si estás en una cubeta, al menos que esté decorada con luces cálidas, plantas, y velas aromáticas. Y que el sistema operativo sea capaz de detectar y respetar tus límites, tus deseos, tus contradicciones… y que nunca, jamás, simule un pantalón sin bolsillos útiles.

Versión femenina con George Clooney

En el caso de un cerebro femenino, dentro de la simulación podría estar George Clooney como pareja ideal. La hipótesis: No eres tú. No es tu vida. Solo eres un cerebro flotando en gelatina tecnológica, conectado a un sistema que simula tu realidad. Pero el sistema ha sido diseñado según tus más íntimos deseos.

Simulación romántica optimizada

En una simulación romántica optimizada, tu pareja sería George Clooney

Vives en una casa preciosa con terraza, luz natural y plantas que nunca se mueren (ni aunque te olvides de regarlas). Te despiertas con café recién hecho y una playlist que siempre adivina tu estado de ánimo. En la cocina está George Clooney, guapo, carismático, elegante, y sabiendo cuándo callar y cuándo decir: «¿Tú sabes que eres brillante, verdad? Estoy tan orgulloso de ti.» Hace risotto. Y lo hace bien. Limpia después sin que se lo pidas. Te escucha. Pero de verdad. A veces te lee poesía. Y luego se ríe de sí mismo por hacerlo.

Vida profesional simulada

Tienes un trabajo estimulante, creativo, bien pagado. Con horarios humanos. Tu opinión se respeta. Tu trabajo no es “ayudita”. No hay mansplaining. Nadie te dice “¿vas a ir así vestida?” cuando llevas tu chaqueta fucsia poderosa. Los emails son breves, claros, y no incluyen "¡urgente!" en viernes a las 19h.

Simulación estética (nivel superior)

Tu cuerpo no tiene días “malos”. Solo días diferentes. El espejo no miente ni exagera. Solo confirma que te ves bien. Los jeans siempre te quedan. No te ahogan. Tienen bolsillos reales. Tu cabello obedece. Tu humor también. Nadie te mira como si tu edad fuera un problema. Al contrario: te admiran por llegar tan lejos y por estar más interesante que nunca.

Pero…

Un día te preguntas: «¿Y si nada de esto es real? ¿Y si George Clooney no existe? ¿Y si solo soy un cerebro flotando en caldo sintético, viendo una película hecha para mí?». Te da un escalofrío. Pero entonces Clooney te abraza, te acaricia el cabello y susurra: «Aunque fueras solo una neurona en una cubeta, seguirías siendo la más brillante de todas.» Y se te pasa.

Preguntas

Cerebro cubeta 4.png

Naturalmente, el supuesto de que yo sea un cerebro en una cubeta plantea una serie de preguntas:

-¿He sido siempre un cerebro en una cubeta o solamente a partir de determinado momento? Si yo siempre he sido un cerebro en una cubeta entonces el programador es un malvado. Por que, vamos a ver, ¿cómo es que todavía no me ha tocado el premio gordo de la ONCE (y eso que he comprado muchos cupones a lo largo de mi vida)? ¿Cómo es que Scarlett Johansson no me ha llamado todavía para salir? ¿Por qué me llama Jazztel? ¿Cómo es que este artículo no ha sido nominado todavía como «destacado»?

-¿El resto del mundo existe? Parece ser que al menos existen el cerebro, la cubeta, los ordenadores conectados al cerebro y un edificio donde está todo. Pero, ¿y todo lo demás? ¿Existe la ciudad, los coches, la Inciclopedia, la Innombrable, etc? ¿Existen las demás personas?

-¿Quiénes manejan los ordenadores conectados al cerebro en una cubeta? ¿Son funcionarios, personal laboral o personal de una empresa privada? ¿Qué clase de convenio colectivo tienen? ¿Se toman en serio su trabajo o les importa un bledo?

-¿Tendrá que pagar derechos de autor la empresa u organismo que cuida del cerebro en una cubeta según las sensaciones que tenga? ¿Puede el cerebro en una cubeta tener la sensación de leer un libro o ver una película sin pagar o habrá que pagar?

-¿Necesita el cerebro en una cubeta ganarse la vida? Al menos podrá hacer trabajos intelectuales. ¿El sueldo virtual que le meten en su banco virtual es su verdadero sueldo?

-¿Cuándo el cerebro en una cubeta tiene la sensación de escribir un artículo en Inciclopedia, el artículo es realmente escrito?

-¿Se me permite hablar con el programador a ver si lo puede hacer mejor?

-¿Cuál es el presupuesto de la instalación para el cerebro en una cubeta?

-¿Se cuelga a veces el ordenador conectado al cerebro en una cubeta?

-¿Podría ver mi cerebro en la cubeta?

El Cerebro en la Cubeta y los Siete Pecados Capitales

Fernando Díaz-Plaja

Fernando Díaz-Plaja, de haber tenido el infortunio (¿o la fortuna?) de ser un cerebro en una cubeta, habría pedido un espejo con marco barroco y una copa de coñac para hacer más llevadera la situación. Pero como no está, otro se debe encargar de hacerle los honores. Situémonos: eres un cerebro flotando en una sustancia gelatinosa, conectado a un superordenador que te engaña constantemente para que creas que vives, comes y que tu jefe realmente te aprecia. El clásico experimento de la filosofía moderna. Pero ¿qué ocurre con la moral, la ética, y, por supuesto, los pecados capitales en este estado tan... resbaladizo?

Soberbia

El cerebro en cubeta, al verse libre de cuerpo y, por tanto, de acné, alopecia, michelines y zapatos ortopédicos, empieza a creerse un ente superior. “Soy pura razón”, se repite, ignorando que lo más que ha logrado es simular que toca el piano en su realidad virtual. Además verá que sus contribuciones a la Inciclopedia son elegidas como "destacadas".

Avaricia

Aunque no necesita nada —ni casa, ni auto, ni tarjeta de crédito— el cerebro exige más y más inputs. Quiere realidades aumentadas, simulaciones de lujo, vacaciones en Copacabana 2087. En resumen: quiere el premium del engaño.

Lujuria

Un cerebro en una cubeta puede conseguir mujeres virtuales (pero no virtuosas) tan guapas como esta

Este pecado adopta formas etéreas pero inquietantes. El cerebro, al no tener cuerpo, sueña con cuerpos ajenos, y configura realidades con musas (o apolos) con algoritmos tan sensuales que harían sonrojar a Casanova. Todo en HD.

Ira

La ira surge cada vez que sospecha que está en una cubeta. “¡Todo es falso!” grita, justo antes de que el simulador lo tranquilice con un episodio de Friends y una paella imaginaria. Su rebeldía dura lo mismo que el buffering.

Gula

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Aunque no puede comer, no deja de recrear festines virtuales: banquetes con langostas animadas, corderos sin colesterol y vino que no sube al CPU. La gula mental es más insaciable, porque nunca hay digestión… ni empacho, ni culpa, ni preocupación por el colesterol.

Envidia

“¡Ese otro cerebro tiene más sinapsis que yo!” piensa con un rencor viscoso. La envidia es pura actividad neuronal: se proyecta al comparar simulaciones y realidades de sus compañeros de cubeta. “A mí nunca me toca un paraíso tropical”, lamenta.

Pereza

El más elegante de todos. El cerebro no quiere descubrir si es real o no. Prefiere quedarse en su sofá simulado, viendo documentales que le explican que la duda cartesiana es cansadísima. Filosofar es agotador, sobre todo sin piernas.

Epílogo gelatinizado

Así transcurre la existencia del cerebro en cubeta: enredado en pecados que no puede cometer, pero que disfruta simulando que comete, sufriendo dilemas que no puede resolver y pidiendo más actualizaciones de software moral. La paradoja final: ¿puede uno redimirse de pecados cometidos en una simulación? ¿Le pueden poner una simulación de sacerdote para el sacramento de la confesión?

Wikilogo botante.gif Para los interesados en la versión
menos seria y verídica, Wikipedia
tiene un artículo sobre:
Cerebro en una cubeta


Referencias

  1. Otra opción sería tener una pareja distinta cada tres días, siendo todas ellas jóvenes, guapas, con buen carácter, etc.
  2. Es que, compréndelo, sus artículos son de pena y sólo sirven para el VPB
  3. El sueldo de los actores de The Big Bang theory supera al de las estrellas de Hollywood. Hola.
vde FILOSOFÍA / LÓGICA
El pensador de Rodin.jpg

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