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Música del Reino Unido
La música del Reino Unido es lo que ocurre cuando juntas a un montón de británicos llorones bajo la lluvia perpetua y les das té con leche y algunos instrumentos para demostrar su melancolía mamona. El resultado ha conquistado el mundo más veces que el propio Imperio Británico.
Desde que sus antiguos habitantes se dieron cuenta de que golpear piedras mientras invocaban a sus dioses celtas no era suficiente para impresionar a la reina hasta sir Paul McCartney tocándole la gaita en vivo a sir Elton John en el Palacio de Buckingham.
Por ello, los británicos han estado obsesionados con demostrar que pueden hacer música mejor que el resto del mundo, especialmente que los p*** franceses (sic).
Música antigua
- Artículo principal: Música celta
Los primeros registros provienen de cuando el cuarteto The Druids golpeaba tejones sobre piedras mientras cantaban "p*** aberraciones" para pasar el rato. Así nació Stonehenge, el primer centro de música electrónica del mundo, donde The Standing Stones hacían sus míticos conciertos de percusión megalítica (si tienes suficiente hidromiel en el sistema para apreciarlo).
Los romanos llegaron después e intentaron civilizar la escena musical con sus liras y flautas de carne, pero los britanos preferían seguir con sus gaitas hechas de pulpos y tambores de guerra ya que les gustaba más joder al prójimo que ser melódicos. The Pictos desarrollaron el primer mosh pit de la historia durante las batallas contra las legiones romanas.
Durante la Edad Media, grupos como los juglares de Laúdhead, The Medieval Strummers y Ye Olde Directionne se dedicaron a componer baladas sobre caballeros heroicos y dragones sin modales, inventando el género de la fantasía épica musical siglos antes que Tolkien escribiera sobre su primer elfo gay. La diferencia es que en lugar de anillos mágicos, cantaban sobre sir Lancelot robándole la novia a su jefe, que es mucho más British.
Los Gregorian Monks, la primera boy band monástica, desarrollaron mientras tanto el canto gregoriano, que consistía en un grupo de hombres cantando en latín dentro de una iglesia fría y húmeda porque les encanta el frío, la humedad y los lugares encerrados para ser underground. Esta tradición sobrevive hasta hoy en los pubs británicos después de la hora de cierre, donde puedes escuchar a The Closing Time Chanters en todo su esplendor etílico.
Música barroca
El Barroco británico fue cuando los músicos de la isla se pusieron serios y dejaron de tocar la gaita como si fuera un gato ahogándose (incluso le sacaron al gato que se ahogaba dentro de ella para que dejara de sonar así). Henry Purcell, el primer rockstar británico que no murió trágicamente joven por decisión propia sino por una neumonía (muy británico), compuso "Dido & Aeneas", la primera ópera que demostró que los ingleses podían hacer drama musical sin necesidad de que todo acabara en una pelea de soccer, igual sí acabó así.
Georg Friedrich Händel, un alemán que se volvió más británico que su deliciosa comida incomible, llegó a Londres y dijo "hold my beer" antes de componer el "Mesías" (el equivalente barroco de un álbum conceptual sobre Jesús). Los británicos le dieron la nacionalidad y lo asustaron cuando pensó que le iban a cortar una oreja, pero lo estaban volviendo sir (lo de la pérdida de oreja es porque el rey no midió bien la fuerza del nombramiento).
Mientras tanto, William Boyce componía sinfonías que sonaban exactamente como te imaginarías que suena la música de alguien que tiene que aguantar el clima británico todo el año: elegantemente deprimentes. Y John Blow, que suena como el nombre de un rapero del siglo XVII, estaba ocupado creando óperas sobre Venus y Adonis porque los dioses griegos eran más interesantes que los druidas locales que les faltaba sexo, debió conocer a Morrigan Aensland.
Los británicos no siempre estuvieron ausentes de la escena musical. William Byrd se dedicaba a seducir doncellas mientras tocaba el virginal (por ironía) y el laúd, siguiendo la tradición de John Dowland. Orlando Gibbons, otro virginalista (que no tiene nada que ver con ser un incel, sí, era incel pero no por virginalista), se paseaba por Londres componiendo polifonías inspiradas en los gritos callejeros de la ciudad.
Música clásica
Sin embargo, eventualmente se tomaron un descanso y dejaron que otros seres inferiores como los austriacos y alemanes se lucieran un rato, principalmente porque estaban demasiado ocupados colonizando medio mundo y parte de los alrededores como para componer sinfonías decentes. Mientras Mozart estaba en Viena componiendo obras maestras con un simple piano de juguete y seis variedades de sífilis, los británicos estaban más interesados en catalogar las diferentes especies de té que se estaban robando la India y expandiendo su industria de la piratería que tiempo después serviría para robarle sus creaciones musicales a los gringos.
Johann Christian Bach, el hijo más british de Johann Sebastian Bach, intentó mantener el honor musical de la isla componiendo en Londres, pero era como tener un chef italiano cocinando pescado con patatas, técnicamente bueno pero algo fuera de lugar. William Shield y Thomas Arne hicieron su mejor esfuerzo componiendo óperas cómicas y canciones patrióticas, incluyendo "Rule, Britannia!", que era lo mismo que llevar la bandera de Inglaterra a un partido contra Gales y pegarle a los demás con ella.
Samuel Wesley, apodado el "Mozart inglés" (lo cual es como ser llamado el "Shakespeare francés", un cumplido algo dudoso), intentó demostrar que los británicos podían ser tan sofisticados como los continentales, pero la mayoría de la gente seguía prefiriendo cantar en iglesias mohosas.
Música folclórica
Inglesa
El folk inglés surgió cuando un montón de granjeros aburridos de besarse entre ellos y cosechar, usaron las tripas de sus ovejas para hacer músicas.
Los Morris Dancers fueron los primeros en darse cuenta de que podían combinar música tradicional con bailes ridículos usando cascabeles en los tobillos y palos de madera, creando así el primer intento documentado de breakdance rural británico. La diferencia es que ellos lo hacían completamente sobrios, lo cual lo hace aún más inquietante.
Canciones como Greensleeves demuestran la obsesión británica por cantar sobre la ropa de las damas, porque con tanto frío y lluvia era lo único que podían ver bajo las 47 capas de tela que llevaban puestas. Esta tradición de componer sobre prendas de vestir continuó hasta los años 60 con "Blue Suede Shoes", aunque para entonces ya se habían pasado a los zapatos porque la minifalda permitía ver más cosas (como los huevos de David Bowie).
Las baladas folclóricas inglesas suelen tratar temas alegres como asesinatos, incesto, traición y el tiempo atmosférico, (la depresión británica viene de fábrica desde hace siglos). Los instrumentos tradicionales incluían el violín (para sonar triste), la concertina (para sonar más triste aún) y el laúd (para intentar impresionar a las mozas del pueblo vecino fingiendo ser sofisticado). El banjo fue rechazado por considerarse demasiado alegre para los estándares británicos.
Galesa
Los galeses inventaron los coros masculinos porque descubrieron que si cantaban todos juntos en una mina, el eco hacía que sonaran como si fueran 500 en lugar de 5, ahorrándose así el tener que contratar más mineros cantantes. El Male Voice Choir se convirtió en la primera boy band industrial del mundo, inspirando posteriormente a grupos como los One Direction que no cantaban, pero fingían hacerlo.
Los bardos galeses medievales competían en los Eisteddfod, festivales donde el premio era un asiento junto al fuego y todo el hidromiel que pudieras beber sin caerte de la silla. La tradición continúa hoy, pero ahora el premio incluye también un vale descuento para el Tesco local.
Escocesa
Los escoceses desarrollaron la gaita como instrumento de guerra porque descubrieron que era más efectiva que las espadas para hacer huir a los ingleses. La Highland bagpipe es un gato enfadado dentro de una bolsa de cuero, y tocarla requiere más fuerza pulmonar que gritar "¡LIBERTAD!" durante tres horas seguidas.
El cèilidh es una danza tradicional escocesa donde la gente gira y salta hasta que o bien se marea, o bien encuentra pareja, lo que ocurra primero. Es como Tinder pero con más tobillos torcidos, whisky y menos oportunidad de ponerla.
Norirlandesa
En Irlanda del Norte, la música tradicional se desarrolló principalmente en los pubs, donde los músicos tocaban tan rápido que nadie podía bailar, lo cual era el punto porque así la gente se quedaba quieta bebiendo más cerveza. El bodhran fue inventado cuando alguien descubrió que golpear una cabra seca sonaba mejor que golpear la mesa del pub.
Los fleadh son festivales de música tradicional donde los músicos compiten para ver quién puede tocar más notas por segundo sin que se le caiga la pinta. La tradición dicta que si derramas tu Guinness mientras tocas, tienes que comprarle una ronda a todo el pub, lo que ha llevado a algunos de los músicos más rápidos de la historia.
Música popular
La invasión británica fue el momento en que los británicos decidieron vengarse de la independencia americana enviándoles adolescentes gritones con pelos raros en lugar de casacas rojas. Para cuando los americanos se dieron cuenta de que estaban siendo colonizados culturalmente, ya era demasiado tarde: sus hijos estaban usando palabras como "mate" y "bloody hell", y sus radios sonaban más británicas que el Big Ben con laringitis. The Animals, The Beatles, y docenas de bandas con "The" en el nombre se aseguraron de que la Union Jack ondeara sobre las listas de éxitos más tiempo que sobre las antiguas colonias.
Todo empezó con el skiffle, un género que consistía en tocar jazz con instrumentos hechos de tablas de lavar y cubos de basura, porque la posguerra no daba para más lujos. Este movimiento de Hágalo usted mismo probó que los británicos podían hacer música con cualquier cosa que encontraran en el cobertizo, una habilidad que más tarde resultaría útil para el punk en que utilizaban cuanta basura y animal muerto encontraran.
Luego llegaron los Beatles, cuatro pendejos de Liverpool que piratearon el rock and roll americano y le pusieron mejor acente, menos Elvis y más homoerotismo. Comenzaron como una banda de covers en Hamburgo (porque Alemania era el único lugar donde apreciaban a cuatro británicos con cortes de pelo dudosos) y terminaron siendo más famosos que Jesús, según John Lennon, quien tenía un don especial para hacer amigos. Los Rolling Stones surgieron como la versión malota de los Beatles para que los pastores tuvieran algo de qué quejarse en la congregación.
La Invasión británica fue el momento en que América descubrió que los petulantes hacían rock and roll mejor que ellos, lo cual llevó a una crisis de identidad musical que solo se resolvió cuando los estadounidenses inventaron el disco. Bandas como The Who se dedicaron a destrozar instrumentos en escena porque era más barato que contratar un técnico de sonido, mientras Led Zeppelin combinaba blues con mitología nórdica y referencias a El Señor de los Anillos, creando así el heavy metal y confundiendo a generaciones de fans que intentaban descifrar sus letras.
Los años 70 trajeron el glam rock, cuando David Bowie y Marc Bolan se pusieron tangas de brillantina o cuero, y muchas plataformas, mientras Queen demostró que podías mezclar ópera con rock si tenías un cantante lo suficientemente gay. El punk llegó después como una reacción violenta contra todo esto, con los Sex Pistols insultando a la reina y cobrando por ello, mientras The Clash intentaba convencer a todos de que el punk podía tener mensaje social entre pogo y pogo, pero no convenció a nadie.
Los 80 fueron la época del new wave y el synth pop, cuando bandas como Duran Duran y Culture Club se pusieron más maquillaje y sintetizadores para alejarse del punk que olía demasiado a vómito, no era un insulto, sino una mera descripción. Los Pet Shop Boys hicieron pop inteligente mientras parecían absolutamente aburridos en el escenario, una hazaña notable. Mientras tanto, The Smiths hacían que la depresión sonara comercial, con Morrissey quejándose melodiosamente sobre cualquier cosa que se le ocurriera.
Los 90 trajeron el britpop, con Oasis y Blur peleándose por quién podía sonar más como los Beatles mientras fingían odiarse mutuamente por publicidad en La Batalla del Britpop. Para Radiohead todo esto era demasiado simple e hizo música cada vez más experimental hasta que nadie estaba seguro de si seguían siendo una banda de rock o un experimento de física cuántica. Los 2000 vieron el nacimiento del indie rock británico, con Arctic Monkeys que conocen ya los más indies y pocos más, mientras Amy Winehouse revivía el soul pero no por mucho tiempo.
Escena actual
La escena actual británica es lo que ocurre cuando mezclas nostalgia por todas las épocas anteriores con una desesperada necesidad de sonar relevante en TikTok. Ed Sheeran surgió como el compañero pelirrojo que todos teníamos en el colegio y que resultó que no era mudo por gusto sino por traumas de que lo cambiaran por un afroamericano y en realidad podía cantar.
Adele continúa la noble tradición británica de convertir el desamor en éxitos, pero con unos kilos menos. Harry Styles, mientras tanto, demostró que podías pasar de ser el guapo de una boy band culera a convertirte en una especie de Mick Jagger pero con vestido femenino. El grime y el UK drill mantienen viva la tradición británica de quejarse rítmicamente sobre el clima y la sociedad, solo que ahora con más beats electrónicos y menos guitarras distorsionadas. Stormzy logró que el grime llegara a Glastonbury, lo cual es el equivalente musical de conseguir que la reina bailara dubstep en Buckingham Palace. Mientras tanto, la escena indie sigue produciendo bandas con nombres cada vez más extraños.
El post-punk está viviendo su tercer o cuarto renacimiento (ya perdimos la cuenta) con bandas como IDLES y Shame, que mantienen viva la tradición de gritar sobre política mientras fingen que saben hacer música. La electrónica británica sigue siendo tan experimental como siempre, con productores que parecen estar intentando comunicarse con extraterrestres a través de sintetizadores modulares.
Y por supuesto, cada dos por tres surge una nueva banda que es "la salvación del rock británico", generalmente compuesta por chavales de alguna ciudad industrial del norte que parecen haber encontrado las chaquetas de cuero y las actitudes de los años 70 en el ático de sus abuelos. La prensa musical británica sigue proclamando el "regreso del guitar rock" aproximadamente cada tres meses, como un ritual estacional más predecible que la lluvia en Manchester.
Top musical
- The Beatles (John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Ringo Starr): Cuatro chavales que hicieron que la música pasara de "esos tipos con frac" a "melenudos que gritan en estadios", y de paso, se inventaron el drama en bandas.
- Queen (Freddie Mercury, Brian May): Una ópera rock con más exceso que un bufé libre en Las Vegas. Freddie hacía lo que le daba la gana, Brian construía guitarras y la gente cantaba en estadios como si estuvieran en misa.
- Motörhead: La banda que demostró que dormir y tocar la misma nota en 300 canciones eran conceptos opcionales.
- Georg Friedrich Händel: El tipo que escribió "Aleluya" para que siglos después lo cantaran en anuncios de detergente y finales de concursos de talentos.
- The Rolling Stones (Mick Jagger, Keith Richards): Mick sigue corriendo por escenarios como si le hubieran electrocutado, Keith sigue vivo contra toda lógica, y la banda sigue sacando discos como si alguien los escuchara.
- David Bowie: Alien, duque, astronauta, androide y, en sus ratos libres, uno de los mejores músicos que ha pisado este planeta.
- Adele: La mujer que te hace llorar, aunque estés feliz, y que ha vendido más discos que la cantidad de pañuelos que la gente ha gastado escuchándola.
- Pink Floyd (Roger Waters): Si la música fuera una droga, esta banda estaría en la lista de sustancias controladas.
- Led Zeppelin (Jimmy Page): Tocaban como si fueran dioses del Olimpo, y probablemente en algún momento se lo creyeron.
- Amy Winehouse: Un talento descomunal, un peinado que desafiaba la gravedad y una vida que fue un guion de película indie con final trágico.
- Iron Maiden: Canciones sobre historia, guerras y apocalipsis, pero lo importante es que tienen un zombie de mascota y nadie se pregunta por qué.
- William Herschel: Descubrió un planeta mientras componía música. Y tú, ¿qué has hecho hoy?
- One Direction (Harry Styles, Zayn Malik): Un negocio millonario basado en peinados estratégicos y letras para adolescentes en plena revolución hormonal.
- Elton John: Pianos voladores, trajes imposibles y más gafas de sol que días tiene el año.
- Dua Lipa: Hace hits, baila como si flotara y resucitó la música disco sin que nadie se diera cuenta.
- Coldplay: Empezaron haciendo música para llorar y ahora sus conciertos parecen una feria de luces con entrada premium.
- Duran Duran: El grupo que hizo que la música de los 80 pareciera un anuncio de colonia cara.
- George Michael: La voz del pop elegante que convirtió "Careless Whisper" en el himno de infidelidades más mal interpretado de la historia.
- Black Sabbath (Ozzy Osbourne): Si el diablo tuviera banda sonora, sería esta. Y sí, Ozzy realmente se comió un murciélago.
- Eric Clapton: El tipo que convirtió la tristeza en himnos de guitarra y cuya vida parece escrita por un guionista de drama de domingo.
- Ed Sheeran: Pelirrojo, con cara de vecino buena gente y una habilidad sobrenatural para escribir canciones que suenan en todas las bodas.
- Deep Purple: Si no sabes tocar "Smoke on the Water", la tienda de guitarras te echa a patadas.
- The Who: La banda que demostró que destruir instrumentos también es una forma válida de expresarse.
- Judas Priest: Sonido brutal, motos, cuero, y el tipo que inventó la pose del metalero con los cuernos.
- Phil Collins: Empezó en la batería, se cansó de que nadie lo viera y mejor conquistó el mundo con baladas épicas.
- Dire Straits: Mark Knopfler pensó que tocar la guitarra con púa era demasiado mainstream y que sonar millonario sin intentarlo era un arte.
- John Cale: Se cansó de tocar con Lou Reed y dijo: "Voy a hacer algo aún más raro".
- Radiohead: Música para gente que quiere llorar en la ducha pero con un toque intelectual.
- Spice Girls (Victoria Beckham): Hicieron bailar a medio mundo, se separaron y ahora Posh solo baila en su mansión.
- Joe Cocker: Sonaba como si hubiera bebido arena con whisky y aún así cantaba mejor que tú en la ducha.
- Robbie Williams: Pasó de ser el rebelde de Take That a cantar en Navidad con cara de buen chico.
- The Police (Sting): Hacían reggae-pop, se hartaron los unos de los otros y ahora Sting canta en hoteles de lujo.
- Sex Pistols (Sid Vicious): El punk reducido a una panda de borrachos con chaquetas rotas que aún así cambiaron la música.
- Muse: Hacen canciones como si estuvieran componiendo la banda sonora de la invasión alienígena.
- Depeche Mode: Música depresiva con sintetizadores, ideal para sentirte triste pero con estilo.
- The Prodigy: Rave, punk, electrónica y la garantía de que tu abuela los odia.
- Oasis: Más famosos por sus peleas que por sus canciones, pero igual se creen más grandes que Los Beatles.
- Ellie Goulding: Voz de hada con letras que hacen que parezca que siempre está corriendo en una película indie.
- The Clash: Punk con mensaje político que sigue vigente porque el mundo no ha mejorado mucho.
- Susan Boyle: Demostró que los reality shows pueden encontrar talento entre la gente que parece tu vecina de enfrente.
- God Save the King: El himno británico, perfecto para que la monarquía se sienta importante mientras la gente intenta recordar la letra.
- Bohemian Rhapsody (Queen): Ópera, rock, baladas y un juicio ficticio en una misma canción. Y aun así, sigue sonando en todas las bodas.
- We Are the Champions (Queen): Para cuando ganas algo y quieres recordárselo a los demás en bucle.
- Imagine (John Lennon): Un mundo sin religiones, sin países y sin problemas… bonito en teoría, imposible en la práctica.
- Flower of Scotland: Un himno que suena a gaita, nostalgia y ganas de independencia.
- Stairway to Heaven (Led Zeppelin): La canción que la tienda de guitarras ya no te deja tocar porque todos lo han intentado.
- Hen Wlad Fy Nhadau: Himno galés con nombre impronunciable pero con un nivel épico garantizado.
- Yesterday (The Beatles): Cuando te das cuenta de que todo tiempo pasado fue mejor… y lo cantas con un cuarteto de cuerdas.
- We Will Rock You (Queen): Dos palmas, un golpe y ya tienes la base rítmica más simple pero efectiva de la historia.
- Hey Jude (The Beatles): Una canción para animarte que dura más que algunas relaciones amorosas.
- Radio Ga Ga (Queen): Cuando Queen predijo que la radio sería nostalgia y que la tele lo arruinaría todo.
- The Show Must Go On (Queen): Cuando todo se está cayendo a pedazos, pero decides seguir como si nada.
- Last Christmas (Wham!) : La Navidad no empieza hasta que suena esto… y no acaba hasta que la escuchas en marzo en el supermercado.
- Somebody to Love (Queen): El sufrimiento amoroso convertido en un coro de gospel con rock.
- Rule, Britannia!: Básicamente, "Mira qué grande era el Imperio Británico… hace siglos".
- Let It Be (The Beatles): Sabio consejo de McCartney: si todo se va al carajo, simplemente déjalo estar.
- You'll Never Walk Alone: Canción motivacional que los fans del Liverpool gritan con más pasión que el himno nacional.
- Killer Queen (Queen): Una canción sobre una mujer peligrosa que probablemente te saque hasta el último centavo.
- Never Gonna Give You Up (Rick Astley): La broma que Internet convirtió en arte.
- Another One Bites the Dust (Queen): Perfecta para celebrar victorias o para funerales con sentido del humor.
- (I Can't Get No) Satisfaction (The Rolling Stones): El himno de la gente que siempre quiere más, pero nunca es suficiente.
- Strawberry Fields Forever (The Beatles): Una canción sobre un campo de fresas que en realidad es un viaje mental de Lennon.
- Viva la Vida (Coldplay): Cuando Coldplay quiso como si estuvieran en una película histórica.
- White Christmas: El clásico de Navidad que suena incluso en el desierto.
- Johnny B. Goode (Chuck Berry): La canción que inventó el rock y la idea de que cualquier chico con guitarra puede ser una estrella.
- Skyfall (Adele): Cuando James Bond deja de disparar para reflexionar sobre lo trágica que es su vida.
- Shape of You (Ed Sheeran): El tipo más normal del mundo cantando sobre cuerpos con ritmo pegajoso.
- Under Pressure (Queen & David Bowie): Un bajo legendario y la mejor colaboración accidental de la historia.
- You're My Best Friend (Queen): Cuando necesitas decirle a alguien que lo aprecias, pero sin sonar cursi.
- I Want to Break Free (Queen): Cuando limpiar la casa se convierte en un acto de rebelión con bigote postizo.
- Come Together (The Beatles): Lennon escribió esto con prisas y nadie sabe bien de qué trata, pero suena genial.
- Another Brick in the Wall (Pink Floyd): Cuando la educación te aburre tanto que decides hacerle una canción protesta.
- Don't Stop Me Now (Queen): Cuando decides que esta noche nadie va a arruinarte la fiesta.
- I Want It All (Queen): Un mensaje claro: quiero todo, y lo quiero ya.
- Shine on You Crazy Diamond (Pink Floyd): Un tributo psicodélico que dura más que una serie de Netflix.
- Whole Lotta Love (Led Zeppelin): Una canción que básicamente es Jimmy Page torturando su guitarra de la mejor manera.
- Something (The Beatles): La canción de amor más sincera escrita por alguien tan callado como George Harrison.
- Rolling in the Deep (Adele): Para cantar con pasión cuando tu ex te arruinó la vida.
- Knockin' on Heaven's Door (Bob Dylan): Cuando el western y la música folk se encuentran en la puerta del más allá.
- Hello (Adele): Para cuando necesitas llamar a tu ex y dramatizar la conversación.
Véase también
- Música
- del
- Reino Unido
