 Los castillos de Praga sirven para la fabricación de escenarios para películas ambientadas en cualquier ciudad europea que no sea Praga. La República Checa (conocida como media Checoslovaquia por los tres octogenarios que añoran el Telón de Acero y como Chequia por los eslovacos que fingen ser independientes), es medio país tan soso que tardó 19 años en tener artículo en Inciclopedia porque no tiene nada destacable, importante o interesante, sólo es Leropa genérica y ya.
Es la mitad occidental medio soberana de lo que alguna vez fue un país entero puesto en el ombligo peludo de Europa. Limita con Alemania por el oeste, con Austria por el sur, con la otra mitad de sí misma (Eslovaquia) por el este y con Algonia por el norte. Si aún así no te suena, cuando menos sí habrás oído de su capital Plaga, donde se inventó la Primavera (temporada cancelada por la URSS en 1968) y donde los turistas se sacan selfies con el Puente Carlos, único monumento del país que no se parece a un castillo alemán clonado.
La mejor mitad
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