Presocráticos
El origen del cosmos es la patata... ¿Cómo? ¿Que Flipado de Apolonia ya lo dijo? Pues... El origen del cosmos es la salchicha bávara... ¿Cómo que también? Ah, es verdad, Filemón de Mortadelia lo dejó escrito. Pues a ver qué hago ahora para no tener que levantarme mañana por la mañana para ir a trabajar...
Pero qué pérdida de tiempo. Con lo interesante que es estudiar a los hombres. Sobre todo en los baños públicosLos presocráticos son los filósofos que estudiaron la naturaleza (la physis como la llaman los finolis) antes de que a Sócrates le diera por poner al hombre en el centro de su pedestal particular sin que nadie lo baje de allí desde entonces.
Historia
Desde que el hombre es hombre ha buscado durante los milenios que duró su hominización la manera de no trabajar sin la suerte de nacer en el seno de la nobleza o de tener esclavos. Hesíodo había dejado escrito en su obra llamada Trabajos y días que el hombre debe trabajar para su sustento y que no existe mayor alegría que cuando sientes una hernia discal producto de la recogida del trigo. Pero los griegos, gente ingeniosa y bastante floja, no se iban a dejar convencer tan rápidamente. En la cultura occidental el primero que lo consiguió con éxito fue Tales de Mileto. A este personaje le deben todos los filósofos que aparecieron con posterioridad gratitud eterna, y desde que sentó cátedra, miles de ellos invadieron toda la Hélade tocando los cojones a sus congéneres por medio de preguntas y teorías que contradecían los escritos religiosos.
Fueron los primeros en buscar el origen del universo sin acudir a los mitos antropocéntricos. Ya se sabe, que los derechos de autor son muy traicioneros y ellos tuvieron que inventarse un nuevo origen para el cosmos sin que Hesíodo u Homero se les echasen encima cual jauría de lobos con la ΣΓΑΕ como macho alfa de la misma. Tampoco podían acudir a La Biblia, ni usar los escritos hindúes, egipcios y ya ni pensar en los mitos hititas, mesopotámicos o babilionos. Tal era el poder de dicha institución que protegía a todos los autores del mundo antiguo con férrea voluntad. El único remedio que encontraron fue acudir a la propia naturaleza para explicar el origen del cosmos ya que ésta aún no estaba patentada por nadie y pertenecía al dominio público.
La mayoría de los filósofos de este período son acérrimos seguidores del método inductivo del cosmos. No se molestaban en argumentar detalladamente el porqué de sus teorías pero sí se dedicaban a insultar a sus detractores y no era raro que se produjeran peleas entre las distintas escuelas.
Filósofos presocráticos
Milesios
Tales de Mileto es considerado como el padre de la filosofía. Por esta razón tiene el honor de ser el primer padre soltero del mundo occidental. Fue también el primero en recelar de las sagas mitológicas de Homero y Hesíodo proponiendo que Todo (sí, Tú también estás en ese Todo, solipsista) procede del agua (posiblemente por sus fantasías y sueños mojados). Se dice que inventó el concepto de arjé, el cual quiere decir "origen o principio del mundo", pero se olvidó de registrar la marca y desde entonces el resto de los filósofos presocráticos se ha vanagloriado de haberlo inventado primero (quizás el tal Tales sea uno de ellos). Fue maestro de Anaximandro, siendo éste su pequeño discípulo, aunque nada de lo que dijo su mentor lo tomó en cuenta, pues reinventó el concepto de "arjé" en su totalidad.
Anaximandro
Anaximandro posiblemente es el más interesante de todos los filósofos presocráticos de quienes se tiene registro. Él, a diferencia de Tales de Mileto, creía que el principio o "arjé" del mundo era el ápeiron, que significa "lo indeterminado" y que, tal como citan que dijo Anaximandro: "está contenido en el Todo pero no es parte del Todo" . Esta cosa llamada "apéiron" que quizás se puedan imaginar como una especie de Critter peludo con dientes y siniestro, en realidad no es material, sino simplemente es una idea con la que Anaximandro quiso decir que ninguno de los elementos que sus compañeros filósofos propusiera como origen del mundo podría serlo, pues si fuera el Agua el origen no existiría el Fuego (pues siempre lo apagaría), si fuera el Fuego no podría haber Agua porque se evaporaría, así con todos los elementos.
Anaxímenes
Anaxímenes fue el alumno mal torcido de Anaximandro. Como buen discípulo que era se hizo el rebelde y no escuchó la gran sabiduría de su mentor, siguiendo con las mismas estúpideces teorías de que algún elemento era el que originaba al mundo. Propuso pues de elemento cosmogónico al Aire, pensando que si lo que nos da la vida es el respirar, entonces el origen de todo es el Aire, tan fácil como eso. De ahí los cristianos sacaron todo su rollo del "Dios que sopla y da vida" y los demás polvitos mágicos de Disney.
Pitagóricos
La filosofía cambió de aires y se mudó a la Magna Grecia. Su fundador fue el mítico Pitágoras, personaje que se balancea entre lo real y lo irreal, es decir, otro soñador incomprendido. Pasó a la historia por demostrar el teorema que lleva su nombre (siendo que los estudiantes pueden agradecerle que hiciera popular la geometría). Este personaje fundó una pseudoreligión mística basada en los números y en la transmigración de las almas (sí, y tú ya estás deportado, inmigrante). Por éste último pensamiento se le atribuye ser el preconizador de las invasiones de ultracuerpos y el que ha masacrado la consciencia de muchos mediate su bien nombrada teoría de la "reminiscencia", que es algo así como el recuerdo que tienes de tus vidas pasadas en esta vida. ¿Por qué digo que ha masacrado la consciencia de muchos con esa teoría? Porque alguna vez Platón (o quién sabe quién) citó que su gran maestro de vida Pitágoras le había dicho a un vagabundo que maltrataba a un perro que no lo maltratase, pues posiblemente fuera el perro su tío o hermano en una vida pasada. Desde ese momento, se cree que aquel vagabundo se volvió el mejor amigo de los perros (a tal grado que se creía de su manada y meaba en todos lados para marcar su territorio, lo que le hizo que se ganara su apodo de "Perro") y se consiguió una linterna para guiarlos hacia la comida de los basureros. Sí, así es, si eres letrado e intelectual, sabrás que hablamos de Diógenes de Sinope (que tú conocerás muy bien por tu Síndrome de Diógenes), pero quizás fue su antecesor, porque, si mis datos son correctos, él aún no había nacido cuando aconteció esa anécdota. La escuela pitagórica también tiene tintes éticos (aunque usted no lo crea), así que sus seguidores eran vegetarianos (lentejeros) con la excepción de las habas. Se ha querido ver en esto un desprecio hacia la doctrina pedorástica.
Heráclito
Fue llamado "Heráclito el Pirómano" por sus coetáneos, ya que disfrutaba quemando los bosques para demostrar sus teorías. Para este filósofo de Éfeso, el "arjé" era el Fuego (sí, volvemos a lo mismo), por lo que iban quedando menos elementos libres y sólo faltaba el de la Tierra (que tomó como origen del mundo el filósofo presocrático más rechazado y desconocido de todos, Jenófanes, que por ser tan insignificante ni nombraremos después). Heráclito fue el primero en negar el antropocentrismo teológico, es decir, era el más Punk entre todos los filósofos presocráticos. Era tan pero tan Punk que, mientras estaba acostado en sus tardes de ociosidad extrema meditación, tapaba con un dedo el Sol y así negaba su existencia (sí, usted no ha sido el único que ha tratado de quitarse el calor así). Le parecía mal que los dioses mojasen más que él y empezó a soltar rumores sobre la posible impotencia del crónida. Finalmente murió cuando trataba de curarse una hidropesía (ironías del destino) pues por poner al fuego en el centro de su "physis" trajo como consecuencia que el agua se celase y se le metiera por todos los poros.
Parménides
-Discúlpame Parménides, ¿qué es el ser?-Mmm... yo diría que el ser es, mas el no-ser no es.
-¡Muchas gracias Maestro, me quedó clarísima la explicación!
Parménides de Elea era considerado némesis de por vida de Heráclito, pues negaba en absoluto el movimiento (véase que el Fuego se mueve y que Heráclito lo utilizaba como una alegoría al movimiento). Su physis es monista (véase que "monista" no viene de mono, sino de "uno", no sea usted mono) y estática. Así pues, su "arjé" es el "Ser", asegurando que "el Ser es y no puede no Ser" (su lógica nos abruma a todos, lo sé). Por lo que, desarrollándolo de forma más clara decimos que: el Ser no puede no Ser ya que no siéndolo no puede Ser y siendo el Ser eterno e increado no podría no-ser porque implicaría que antes de ser no-fue. ¿Se entendió? Bien. Para asegurarnos de que se entendió, aclararé que el Ser es eterno, increado (por lo que es el principio de todo, es decir, no deriva ni lo creó nadie), inmutable, inmóvil, único y todas aquellas característias que ustedes nunca son, porque, como bien nos deja Parménides de moraleja en su "poema ontológico", todos somos apariencias y vivimos en la penumbra, y como las apariencias siempre cambian y el Ser es inmóvil (es decir, no cambia), entonces las apariencias no son, por lo que nosotros No Somos. ¡Eureka! Parménides nos dijo imbéciles que no somos (y yo le agregaría al final el -nada-, aunque eso ya se lo pondrán después los existencialistas plagiadores y posados como Sartre). Pero bueno, retomemos al loquito este de Parménides. Aparentemente este pensador no tenía otra manera mejor de ganarse la vida más que negando el movimiento, pues negando el movimiento es fácil que permanezcas de por vida echado en tu cama rascándote la barriga sin preocuparse de ninguna responsabilidad.
Zenón
Zenón de Elea era el pequeño retoño de Parménides (como bien lo dice en su mote, también era de Elea). Él, como buen discípulo original, también creía que el movimiento no existe y por eso es que dicen que era muy cabezón, pues cuando su mujer le lanzaba la cerámica del periodo helénico a la cabeza, ni se inmutaba. Para argumentar en pos de la ausencia de movimiento, Zenón tenía su famosa paradoja de la carrera entre la tortuga y Aquiles (que era algo así como un conejo humanizado), en donde no importaba si la tortuga era más lenta y Aquiles mucho más rápido, aun cuando Aquiles recorriera toda la cancha circular y llegara hasta donde la tortuga, la tortuga ya habría avanzado un poco más de donde se encontraba inicialmente, lo que hace aparentar que la tortuga, cada vez que Aquiles recorre la cancha, le lleva la delantera. Esto justificaba el argumento de Parménides de la inmovilidad si decimos que Aquiles en sí no se movía con referencia a la tortuga, pues cada vez que llegaba al punto donde ésta última se había parado, la tortuga ya había avanzado hacia otro punto, así como refuerza la teoría infinitesimal, aunque eso ya es muy complicado para el cerebro que se cargan ustedes los lectores. Al final es muy posible que la paradoja de Zeón sólo haya sido un pretexto para justificar su permanente pereza y sedentarismo. Las razones de su muerte aún son muy discutidas. La teoría de su muerte que más seguidores tiene es aquella que afirma que en ocasión de una batalla, en vez de protegerse con el escudo de un ataque de flechas del enemigo, se quedó quieto mientras se reía de sus compañeros que creían en el movimiento. Diógenes Laercio (un intérprete también ocioso) recoge sus últimas palabras, tal y como las recogió a su vez Meliso de Samos; «Pero que hacéis conciudadanos eleatas, no os cubráis con el escudo, el movimiento no existe, es una ilusooorgh... Muero... Me muero... No le digáis a mi mujer que al final ella tenía razón».
Anaxágoras
Anaxágoras (otro loquillo más) se inventó de "arjé" un concepto llamado nous, que es una sustancia parecida a algo así como un "espíritu inteligente" que lo envuelve todo y a la vez lo ordena (que, si involucramos al psicoanálisis aquí, con todo respeto del señor Freud, podría ser una proyección de su "superyo" o la carencia de un macho padre en casa que le ordenara qué hacer). Inexplicablemente, los autores posteriores como Platón y Aristóteles dieron el visto bueno a esta teoría, poniendo en alto la "mente" ("nous") sobre todas las cosas. Por otro lado, Anaxágoras afirmaba que el sol es un trozo de metal incandescente y que la Luna podía verse porque la Tierra tenía algo así como "orificios" o "popotes cósmicos" en donde la Luna pasaba, se iba, y volvia a pasar (así explicó las fases lunares). Por esto mismo fue acusado de impío y tuvo que escapar de Atenas para no ser asesinado. Parece ser que una de las condiciones sine qua non para estar acertado en la época antigua era ser totalmente ignorado o perseguido.
Empédocles
Éste filósofo pluralista (dícese de plural -muchos-) creía que el Todo estaba compuesto de agua, tierra, aire y éter. Pero, ¿para qué andarse con tonterías y discutir cuál de estos elementos son los orígenes del mundo sensible si los puedes mezclar todos en una cazuela? Simplicio (uno de los admiradores discípulos de Aristóteles) afirma que el agrigentino pensaba que esos elementos se atraían o se rechazaban por medio de los "midikronianos". Estas partículas phrykis cargadas de fuerza mantienen unidos esos elementos y lo sacan del Uno para que formen el Todo. Pero, ¿qué era exactamente esa fuerza de los "midikronianos" que unía a los elementos? (pónganse en modo cursi) pues evidentemente el Amor. Sí, señores, el Amor lo une todo, y desde épocas del Pedo, digo, Empédocles, ya se veía así. Nuestro amigo cursi afirmaba que el Amor es una "fuerza cósmica" que tiene la capacidad de unir a los elementos, y que el Odio era la fuerza contraria que los separaba. ¿Todo un romántico, no creen? Por eso se dice que Empédocles es el precursor de todas las baladas de borrachos de cantina poetas enamorados y vagabundos despechados (que en cierto punto son lo mismo, como el límite que separa al Amor del Odio). Actualmente afirman que su teoría de los elementos comparte raíces bondianas, ya que creía que se mezclaban entre ellas pero no se agitaban.
Demócrito
También llamado Doctor Demócrito por ser el principal defensor de la teoría atómica. En su centro de investigación en Adbera donde intentó sin éxito crear un artefacto nuclear con el que atacar a Persia. Demócrito, como ya se ha mencionado antes, creía que existían unas "cosas" indivisibles que conformaban al Todo y que ahora conocemos como átomos. Luego vino un tal Einstein y lo mandó todo a la mierda. En estos momentos de la filosofía de la naturaleza ya quedaban pocas cosas a las que asignarles el privilegio de ser el principio del cosmos (ya los demás habían utilizado todos los elementos, por lo que no le quedaba de otra que inventarse una cosa extraña).
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