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Persona del año
Persona del año (llamado Hombre del año en los viejos tiempos, o llamado Mujer del año varias veces cuando los editores fueron sorprendidos engañando a sus esposas, antes de que Time decidiera comenzar a empujar la justicia social por nuestras gargantas en 1999) es un número anual de la revista estadounidense de fake news Time que presenta y succiona metafóricamente a una persona, un grupo, una idea o un objeto que "para bien o para mal o para igual han influido en el mundo y sus alrededores".
Historia
Cuando piensas en 1927, ¿cuál es el primer nombre que te viene a la mente? Bueno, sí, pero Mirtha Legrand aún no era la guapa anciana que todos conocimos alguna vez. Entonces ¿por qué iniciar con esta tradición? Bueno, pues cada semana la revista publicaba la persona más famosa de tal semana, y en enero de ese año pusieron a unos viejos que hacían queso con su propia leche en lugar de al tipo que cruzó volando el Atlántico por primera vez sin hacer escala en las islas salvajes (como Canarias y Cuba). Así que mientras toda la prensa hablaba de Charles Lindbergh, Time hacía el tonto sacando cualquier otro tema. Para compensar tal fallo, decidieron inventar a finales de ese año la portada de Hombre del año y ponerlo ahí para que dejara de quejarse.
Selección
Presidentes de Estados Unidos
Desde que comenzó la lista, cada presidente de los Estados Unidos en ejercicio ha sido Hombre o Persona del Año al menos una vez, con las excepciones de Calvin Coolidge (en el cargo en el momento del primer número y a nadie le pareció importante), Herbert Hoover (el siguiente presidente, la Gran Depresión obviamente no fue su culpa), y Gerald Ford (presidente que no hizo nada más que darle el perdón presidencial a Nixon). Este hecho evidente ha expuesto a los medios estadounidenses como propiedad del estado.
Mujeres
Antes de 1999, se había concedido el título a algunas mujeres. Esto se hizo para apaciguar a las esposas de los editores que habían sorprendido a sus maridos en varias posiciones comprometedoras. Pero las cosas realmente se pusieron mal en 1999. El entonces editor gerente, Walter Isaacson, no solo fue sorprendido haciendo trampas, fue atrapado follándose a tipas, tipos y cabras mientras estaba bajo la influencia de MDMA (entonces conocido como éxtasis). Walter sabía que tendría que hacer algo drástico si Cathy alguna vez le permitía tener una vida hogareña remotamente feliz y estable nuevamente, por lo que cambió el nombre del premio a la Persona del Año mucho más políticamente correcta y le dijo que el el premio también se otorga ahora en su honor no mencionado (ese es el honor más alto que existe).
Controversias
Personas del año según la revista
Teodorico el grande
Petro
| ARTÍCULO APTO PARA EXTRANJEROS Este artículo trata de un tema local de Colombia papá, pero para entenderlo no hace falta tramitar la visa. Si lo va a editar, por favor, asegúrese de que se mantenga así. |
Emperador Vitalicio del Reino de Petrombia |
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| Mandato | 7 de agosto de 2022 - hasta que termine de explicar por qué todo está mal o hasta que se acabe la plata, lo que pase primero |
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| Residencia | Casa de Nariño (convertida en aula de clases) |
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| Segundo | Francia Márquez (la única que puede traducir sus discursos al español normal) |
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| Anterior | Siguiente |
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| Nacimiento Defunción | Ciénaga de Oro Bogotá (la nueva Caracas según todo el mundo) París (cuando necesita inspiración socialista) Mordor (lugar de nacimiento espiritual) |
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| Afiliación | Ex-M-19 (cuando |
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| Estado actual | Leyendo 47 libros mientras el país se cae a pedazos, pero explicándolo muy bien |
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| Relaciones | Verónica Alcocer (esposa que debe fingir que entiende sus conferencias), Súper Bigote (Maduro), Mi Comandante (Chávez y los Castro), El Che Huevada (todos los revolucionarios que cita) |
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| Enemigos | Álvaro Uribe (su stalker obsesivo), toda la clase media, los que no leen, el capitalismo, y los billetes que no se imprimen solos |
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El Rey, Comandante, Dictador, Presidente, Patriarca, Amo, Dueño y Señor de la Monarquía Dictatorial Comunista Progresista Bolivariana de Petrombia, conocido en los bajos mundos como Petrucristo, Su Petrostad, El Petromesías, Líder del Circo Mundial, es un guerrillero luchador por la paz nacido en Mordor pero criado en las selvas sudamericanas de Circolombia.
Después de delinquir gestar la paz por el pueblo durante su juventud, decidió cambiar su vida y esparcir el virus de la vida por las estrellas del universo. También descubrió que la pobreza se arregla imprimiendo más billetes, por eso estudió economía y ahora es experto en el tema.
Desde 2018 es diputado y senador porque le gusta cenar, y después de mandar a los mamertos en cada campaña electoral durante más de 20 años, juntándose con Súper Bigote, MiCo mandante y el Che Huevada para hacer fama, fue electo presidente vitalicio en 2022.
Para 2025, Colombia vive bajo su sabia y cruel mano de hierro: el dólar está por las nubes (pero él explica por qué eso es bueno), hay protestas cada semana (pero son de fascistas según él), la gasolina vale más que el oro (pero la transición energética lo justifica), y el país sigue esperando que se materialicen todos esos cambios que prometió mientras da conferencias de 6 horas sobre por qué todo lo anterior era culpa del neoliberalismo.
Petrografía
Nació en Ciénaga de Oro (o en la URSS según nuevas investigaciones), un pueblito tan olvidado por Dios que ni siquiera aparecía en los mapas del DANE hasta que les salió este espécimen que se creía el nuevo Bolívar nomás por haberse leído "El Capital" en el baño y por eso vive estreñido. Su familia era clase media trabajadora, o como él lo explica ahora cuando se le olvida el teleprompter: "víctimas del modelo neoliberal extractivista de acumulación de capital imperialista yanqui fascista" (traducción costeña: gente normal que trabajaba duro y no andaba inventando palabrotas raras para sonar inteligente).
Desde pelao mostró los tics que lo iban a joder toda la vida: una obsesión más brava que hincha del Medellín en descenso por echarse libros que no debían ser leídos como los de Engels o el Necronomicón, la costumbre hijueputa de volver cualquier conversación en sermón político de dos horas, y la creencia firme que sabía más que todo el mundo porque había leído unas páginas de Wikipedia sobre socialismo.
A los 15 añitos ya se había tragado más teoría política que estudiante mamerto de la Universidad Nacional, les dañaba las cenas familiares citando a Marx como si fuera su primo hermano de Córdoba, y tenía más claro que arepa con queso que cuando grande iba a ser presidente para poder regañar a todo el país por televisión.
M-19
Petro se unió al M-19 y creía que la revolución se hacía con fusiles y pasándose de mamerto poniéndose de apodo "Aureliano", porque le gustaba mucho Cien años de soledad. Fue como cuando te pones el nombre de Eren Jaeger en el Fortnite.
El M-19 nació porque Misael Pastrana se robó las elecciones y los manes dijeron "si no se puede votar, pues a las malas". Era el grupo guerrillero más raro: robaban bancos pero dejaban bibliotecas, se tomaban embajadas para dar conferencias sobre imperialismo en lugar de pedir rescate, y hacían la guerra citando a García Márquez.
En 1984 salió del clóset guerrillero en la plaza de Zipaquirá siendo concejal, porque ser rebelde clandestino ya no le daba la misma emoción y además no le gustaba poder morirse a la de una si el ejército llegaba cuando iba a cagar a la letrina.
Con el M-19 invadió terrenos para hacer el barrio Bolívar 83, que sonaba más revolucionario que "Barrio Las Flores". En 1985 lo capturó el Ejército por andar con una pistola y 47 libros (lo juzgaron solo por los libros rojos). Lo torturaron 10 días pero él se distraía recitando Das Kapital de memoria.
Lo acusaron de la toma del Palacio de Justicia, pero estaba preso cuando pasó eso, así que lo acusaron de desdoblamientro astral. La justicia colombiana investigando como siempre: mal. En 1990 el M-19 se desmovilizó y Petro cambió el fusil por un puesto en el Congreso y más libros. Salió de la guerra más educado de lo que entró.
Trayectoria política
En 1991 llegó a la Cámara de Representantes por Cundinamarca con el apoyo del AD M-19, descubriendo que el Congreso era como la guerrilla pero con aire acondicionado, buffet gratis, y la oportunidad de joder a los corruptos así como a los no corruptos usando el micrófono en lugar de C4.
En 1994 trató de reelegirse pero no alcanzó votos suficientes, porque los cundinamarqueses decidieron que ya habían tenido suficiente de sus conferencias sobre marxismo aplicado. Lo amenazaron de muerte por feo y Ernesto Samper lo mandó de agregado diplomático a Bruselas, un exilio dorado donde podía seguir leyendo pero ahora con cerveza belga y sin que lo mataran.
En Bélgica se la pasó tres años leyendo sobre socialismo europeo y aprendiendo que el Estado de bienestar funcionaba cuando la gente pagaba impuestos sin protestar. En 1998 regresó a la Cámara con justo a tiempo para poder Betty la fea en español, no en belga.
El cazador de paracos
Como congresista, se especializó en joder paramilitares usando PowerPoint en lugar de granadas. Denunció que Luis Camilo Osorio tenía más paracos infiltrados en la Fiscalía que empleados normales, lo cual hizo que Carlos Castaño se pusiera bravo y quisiera matarlo.
Se tuvo que ir tres meses a Washington DC donde convenció a la Corte Interamericana de Derechos Humanos de que Colombia lo protegiera, porque resulta que denunciar asesinos a sueldo te puede traer problemas. Se reunió con Edward Kennedy y otros demócratas gringos que le prometieron ayuda (spoiler: los gringos nunca ayudan), luego de eso se obsesionó con Uribe que si no fueran enemigos mortales se casaría con él como Batman con el Joker.
Senador cazafantasmas
En 2006 llegó al Senado con la tercera votación más alta del país, convirtiéndose en la pesadilla de todo político corrupto. Destapó el escándalo de la parapolítica, demostrando que medio Congreso tenía más vínculos con asesinos que un sicario de Medellín.
Sus investigaciones eran tan detalladas que parecían tesis de criminología con anexos, gráficas, y hasta árbol genealógico de los corruptos. En 2007 hizo el debate de "FARC-política", demostrando que algunos políticos no solo trabajaban con paracos sino también con guerrilleros, porque en Colombia la corrupción es incluyente y no discrimina ideologías.
Alcalde de Bogotá
En 2011 prometió convertir Bogotá en Ámsterdam pero sin marihuana legal, ganando con el 32% de los votos porque los bogotanos decidieron darle una oportunidad al único candidato que sabía dónde quedaba Europa en el mapa. Su programa "Bogotá Humana" prometía acabar con la pobreza, salvar el medio ambiente, y luchar contra la corrupción. Los medios pidieron su renuncia antes de que se posesionara, porque todo eso suena a comunismo.
Una cosa es la teoría y otra es pactar con las mafias locales de empleados públicos. Petro descubrió que Bogotá no se administraba desde los libros de la London School of Economics, sino desde las oficinas donde llevaban 20 años haciendo las cosas mal y no iban a cambiar por un man que citaba a Marx.
El experimento de las basuras
Su primera brillante idea fue cambiar el sistema de basura, sacando empresas privadas que funcionaban mal por un sistema público que funcionó peor. Bogotá se llenó de 10,000 toneladas de basura que nadie recogió, convirtiendo la ciudad en un apocalipsis zombie pero con más mal olor y sin zombies. Los bogotanos desayunaron, almorzaron y cenaron oliendo a podrido, mientras Petro explicaba por televisión que era parte de la transición hacia una ciudad más verde.
La destitución telenovela
En 2013 la Procuraduría lo destituyó e inhabilitó 15 años por la crisis de las basuras. Rafael Pardo lo reemplazó por 35 días, hasta que el Tribunal Superior lo devolvió al cargo porque resulta que destituir alcaldes también tiene procedimiento. Fue como una telenovela jurídica: que si la CIDH, que si el Consejo de Estado, que si las medidas cautelares. Al final en 2017 el Consejo de Estado dijo que la Procuraduría había actuado sin criterios técnicos (o sea, por pura rabia) y ordenó que le pagaran los salarios que no recibió y un masajito por parte del procurador.
Candidato eterno
2010: El debut del outsider
Su primera candidatura presidencial fue como cuando tu primo intelectual llega a explicar fútbol en una reunión familiar: técnicamente correcto pero nadie lo está oyendo. Llegó con Polo Democrático prometiendo "revolución educada" y "socialismo con modales", una contradicción tan grande como decir "dictadura democrática" o "corrupción transparente".
Sacó 1.3 millones de votos (9.1%), quedando tercero detrás de Don Juan Manuel y El Profe de Matemáticas. Su campaña fue como seminario universitario: muy ilustrativo pero nadie se quedó despierto hasta el final. Prometía leer el presupuesto nacional completo por televisión y explicar cada peso, propuesta que aterrorizó más a los colombianos que las mismas FARC.
El eslogan era "Para que vivamos sabroso", que sonaba más a propaganda de condones que a campaña presidencial. Sus mítines parecían conferencias de economía política con música de vallenato, donde la gente llegaba esperando aguardiente y salía con una tesis sobre plusvalía.
2018: El regreso del vengador de libros
Después de 8 años preparándose, regresó como Terminator pero versión intelectual, con más citas de Marx y menos músculo. Esta vez llegó con Colombia Humana, su partido personal donde todos debían leer mínimo 20 libros al año o los expulsaban.
Su campaña fue más organizada que una biblioteca alemana: tenía propuestas para todo, desde cómo sembrar lechuga hasta cómo conquistar Marte. El problema era que duraba 4 horas explicando cada propuesta, convirtiendo cada debate en maratón de resistencia donde los otros candidatos se dormían parados.
Llegó a segunda vuelta contra Porkyman, un logro histórico considerando que la mayoría de colombianos creía que leer más de 5 libros causaba comunismo. En la primera vuelta sacó 8 millones de votos, en la segunda 8.9 millones, perdiendo por 2 millones de votos contra un candidato que prometía hacer lo mismo de siempre pero con más sonrisa.
Su eslogan "Colombia Humana" sonaba bonito hasta que empezaba a explicar que significaba "expropiar todo lo privado pero de manera educada y citando fuentes bibliográficas". Los debates los ganaba por puntos técnicos pero perdía por KO cuando la gente entendía que quería volver Colombia en Cuba pero con más universidades.
La campaña fue épica: llenaba estadios como rockstar comunista, tenía más seguidores en Twitter que Shakira, y generaba más pasiones que final de Copa América. La diferencia era que sus fans querían revolución y los otros querían que no les tocaran la finca.
2022: La venganza del nerd
Para su tercera candidatura llegó como Messi en el Mundial: era su última oportunidad y no podía fallar. Esta vez venía con el "Pacto Histórico", una alianza tan amplia que incluía desde comunistas ortodoxos hasta liberales arrepentidos, pasando por ecologistas, feministas, y cualquiera que odiara al establecimiento.
Su estrategia fue genial: en lugar de asustar con propuestas revolucionarias, prometía "cambio" sin especificar mucho qué tipo de cambio. Era como vender "sorpresa" sin decir si era buena o mala sorpresa. Los colombianos, cansados de 200 años de lo mismo, decidieron apostar por la sorpresa.
Llegó a segunda vuelta contra El Ingeniero Millonario, un empresario que prometía gobernar como empresa privada pero sin explicar si los ciudadanos serían empleados o productos. Era la elección más rara: el comunista que leía contra el capitalista que improvisaba.
En primera vuelta sacó 8.5 millones de votos, en segunda 11.2 millones, convirtiéndose en presidente gracias a que la juventud votó masivamente por él (porque les prometió universidad gratis) y porque los adultos votaron contra el otro (porque no querían otro Uribe disfrazado).
Su campaña final fue histórica: prometía paz total, justicia social, transición energética, y reforma agraria, básicamente todo lo que Colombia necesitaba desde 1810 pero que nadie había logrado. Era como prometer curar todos los cánceres del país con una sola quimioterapia de izquierda.
El lema "Colombia potencia mundial de la vida" sonaba tan ambicioso que parecía campaña para Miss Universo en lugar de presidencia. Pero funcionó: los colombianos decidieron que ya era hora de intentar algo diferente, aunque ese algo diferente viniera con manual de instrucciones de 500 páginas en letra pequeña.
Presidencia
El 7 de agosto de 2022, Petro se posesionó como presidente en una ceremonia que duró más que una novela de Televisa, donde prometió cambiar todo en 4 años usando únicamente el poder de la palabra y el presupuesto nacional. Los colombianos se sentaron a ver el show con las mismas expectativas de cuando ponen una película de Adam Sandler: "A ver qué tan malo puede ser".
Los primeros 100 días
Llegó a la Casa de Nariño como niño rico en juguetería: quería tocar todo al mismo tiempo. Su primer acto fue nombrar un gabinete más diverso que reparto de Netflix, con ministros veganos, ministros afro, ministros indígenas, y ministros que nadie sabía para qué servían pero sonaban muy progresistas en Twitter.
El primer escándalo llegó antes que el primer mes: su hijo Nicolás Petro salió más chorizo que longaniza antioqueña, acusado de lavado de dinero y de vivir mejor que influencer de OnlyFans. Petro explicó durante 3 horas por televisión que era víctima de una conspiración mediática, porque resulta que cuando tu hijo aparece con más Rolex que joyería suiza, la culpa es del neoliberalismo.
La reforma tributaria
Su primera gran jugada fue una reforma tributaria que prometía no tocarle a la clase media pero terminó cobrándoles hasta por respirar. Era como esa cita que dice "solo vamos a tomar algo" y terminas pagando cena de 5 tiempos en restaurante francés.
Los empresarios se pusieron más nerviosos que hincha del Deportivo Cali en descenso. El dólar se disparó como cohete de la NASA, pero Petro explicó que era parte del plan: "El dólar alto favorece las exportaciones", decía mientras los colombianos calculaban si les alcanzaba para el mercado del mes.
La paz total
Inventó la "Paz Total", un concepto tan ambicioso que incluía negociar hasta con los vendedores ambulantes que no pagan impuestos. Quería dialogar con ELN, con disidencias de las FARC, con bandas criminales, con barras bravas, y con cualquier grupo que tuviera más de 3 personas armadas.
Los diálogos se convertieron en maratón de conferencias donde Petro explicaba por qué la violencia era culpa del modelo económico, mientras los grupos armados seguían matando gente pero ahora con "justificación histórica". Era como terapia de pareja pero con fusiles y más muertos.
La transición energética
Su obsesión con acabar el carbón y el petróleo era más intensa que vegano hablando de carne. Prometía convertir Colombia en potencia de energía renovable, olvidando que el 80% del presupuesto nacional salía de esos recursos que quería eliminar.
Era como quemar la casa para acabar con las cucarachas: técnicamente funciona, pero te quedas sin casa. Los Guajiros se preguntaban de qué iban a vivir cuando cerraran las minas, pero Petro les prometía molinos de viento y paneles solares, como si fueran Minecraft en la vida real.
Los escándalos
Su gobierno producía más escándalos que reality show de RCN. Que si la UNGRD regalaba carrotanques como si fueran dulces en Halloween, que si Laura Sarabia tenía más poder que el mismo presidente, que si Day Vásquez manejaba más plata que gerente de banco suizo.
Cada semana salía un escándalo nuevo y Petro respondía igual: 3 horas de explicación sobre cómo todo era culpa del uribismo, los medios y el establecimiento. Era como telenovela donde el protagonista siempre es víctima pero los muertos siguen apareciendo a su alrededor.
Las marchas
Colombia se convirtió en el único país donde marchar era más popular que ver fútbol. Cada semana había marcha: que si por la seguridad, que si contra las reformas, que si por los pensionados, que si porque sí.
Petro culpaba a los "fascistas" organizados por Uribe, porque resulta que cuando la gasolina cuesta más que whisky importado, protestar es de fascistas. Era como culpar a la lluvia de mojarte cuando sales sin paraguas.
2025: El país que ya no reconoce ni su mamá
Para 2025, Colombia parecía país diferente: el dólar a 5000 pesos (pero la transición energética lo explica), la gasolina más cara que perfume francés (pero es para salvar el planeta), y las protestas más frecuentes que misa dominical (pero son de extrema derecha según Petro TV).
Los colombianos vivían en realidad paralela donde todo estaba mal pero el presidente explicaba por qué eso era bueno. Era como Matrix pero sin pastillas rojas y con más impuestos. El país se había convertido en laboratorio social donde el científico loco era el mismo presidente, experimentando con 50 millones de cobayos que no habían firmado el consentimiento informado.
Relaciones internacionales
Petro llegó a la diplomacia internacional como toro en cristalería, pero un toro que además daba conferencias de 2 horas sobre por qué romper los cristales era revolucionario. Su primera genialidad fue pelearse con medio mundo mientras abrazaba a los dictadores más tiesos del continente.
El romance con Maduro
Su bromance con Nicolás Maduro fue más intenso que novela coreana. Abrió la frontera con Venezuela como si fuera la puerta de su casa, permitiendo que entraran 3 millones de venezolanos más, porque resulta que Colombia necesitaba más desempleo y el peso colombiano necesitaba más competencia.
Mientras tanto, Maduro lo trataba como mascota favorita: "Mi querido Gustavo", le decía, y Petro se sonrojaba como quinceañera en primera cita. La oposición venezolana lo odiaba más que a una cucaracha en la sopa, pero él insistía que era "diplomacia de paz" y no "hacer el oso internacional".
La bronca con Israel
Su pelea con Israel fue épica. Comparó a Netanyahu con Hitler, porque resulta que estudiar historia en Wikipedia te vuelve experto en genocidios. Israel retiró su embajador más rápido que novio tóxico después de pelea, y Petro celebró como si hubiera ganado algo en lugar de joder las relaciones con uno de los países más avanzados tecnológicamente.
Los judíos colombianos se preguntaban si tendrían que hacer maletas, mientras Petro explicaba que era "solidaridad con Palestina" y no "meter la pata en asuntos que no entiende". Era como meterse en pelea de matrimonio de los vecinos: quedan todos bravos contigo y tú sin entender por qué.
El pleito con Estados Unidos
Su relación con Estados Unidos fue más tóxica que matrimonio de reggaetonera. Criticaba al "imperialismo yanqui" cada martes y jueves, pero los domingos pedía inversión estadounidense para sus proyectos. Era como insultar a tu jefe en la mañana y pedirle aumento en la tarde.
Cuando Estados Unidos criticó sus políticas antidrogas (o la falta de), Petro respondió con discurso de 4 horas sobre cómo la "guerra contra las drogas" era invento gringo para controlar Latinoamérica. Técnicamente tenía razón, pero decirle eso a tu principal socio comercial es como decirle a tu suegra que cocina horrible: verdad, pero innecesario.
El show con Argentina
Con Javier Milei de Argentina la cosa se puso color de hormiga. Milei era como Petro pero del lado opuesto: anarcocapitalista loco que también daba conferencias eternas, pero sobre cómo privatizar hasta el aire que respiramos.
Se tiraron más mierda que vecinos peleando por el parqueadero. Milei lo llamaba "comunista ignorante", Petro lo llamaba "fascista neoliberal", y los dos países quedaron viendo cómo sus presidentes se agarraban por Twitter como influencers adolescentes. Era entretenimiento gratis, pero caro para las economías.
La oposición uribista
Si Petro no tuviera a Álvaro Uribe, tendría que inventárselo. Su relación con el expresidente era más obsesiva que fan de K-pop: lo mencionaba más que novio celoso menciona al ex de la novia.
Uribe
Cada vez que algo salía mal en el gobierno, ahí salía Petro a culpar a Uribe como si fuera el Voldemort colombiano que controlaba todo desde las sombras. Que si la inflación, que si la inseguridad, que si se le quemó el desayuno: todo era culpa del "uribismo".
Uribe, por su parte, twitteaba más que adolescente en TikTok, criticando cada respiración de Petro con la dedicación de comentarista deportivo en clásico. Sus trinos eran más esperados que capítulo final de Betty la fea, y Petro los respondía con más emoción que hincha viendo gol de su equipo.
El Centro Democrático
El partido de Uribe se convirtió en el grupo de WhatsApp de quejas permanentes del gobierno. María Fernanda Cabal era como el familiar dramático que convierte cualquier reunión en telenovela, Paloma Valencia como la tía que siempre tiene algo que criticar, y Miguel Uribe Turbay como el primo que repite todo lo que dice el papá.
Cada propuesta del gobierno era recibida como si fuera propuesta de matrimonio del diablo. Que si la reforma pensional, que si la reforma a la salud, que si cambiar el color de la bandera: todo era "destrucción de la patria" y "camino al comunismo".
Las marchas anti-Petro
Las marchas contra Petro se volvieron más regulares que misa dominical. Cada mes había una nueva razón para salir: que si por las reformas, que si por la economía, que si por el clima, que si porque era miércoles.
Los marchantes eran más diversos que reparto de película gringa: desde señoras de Chapinero con carteles hechos en Canva, hasta taxistas bravos porque la gasolina costaba más que cena romántica. Todos unidos en el noble arte de protestar contra todo lo que hacía el gobierno.
El amor-odio perfecto
La relación Petro-Uribismo era como matrimonio mal llevado: se necesitaban mutuamente pero se odiaban públicamente. Petro necesitaba a Uribe para tener a quién culpar, Uribe necesitaba a Petro para mantenerse relevante. Era el reality show político más exitoso de la historia colombiana.
Sin Uribe, Petro tendría que aceptar responsabilidad por sus decisiones. Sin Petro, Uribe tendría que buscar otro hobby que no fuera Twitter. Era la pareja más disfuncional del país, pero la más entretenida para el resto de mortales que veíamos el show desde las graderías, comiendo crispetas y preguntándonos cuándo se iba a acabar la función.
¿Sabías que...
- ...Petro es el único presidente que necesita subtítulos cuando habla por televisión?
- ...sus discursos vienen con bibliografía obligatoria?
- ...puede convertir cualquier pregunta sobre el precio del huevo en una conferencia sobre el neoliberalismo?
- ...Uribe ha tuiteado más sobre Petro que sobre cualquier otra cosa en su vida?
- ...es el primer presidente que explica por qué subió la gasolina citando economistas alemanes del siglo XIX?
- ...Francia Márquez es la única que puede interrumpir sus conferencias sin que cite a Marx?
- ...sus reuniones internacionales duran el triple porque convierte cualquier tema en seminario universitario?
- ...es el primer mandatario que regaña a otros países por no haber leído suficientes libros sobre cambio climático?
Véase también
- Francia Márquez
- Álvaro Uribe (su fan número uno)
- M-19
- Venezuela (según sus enemigos, nuestro destino)
- Comunismo (también según sus enemigos)
- Cambio climático (su tema favorito para regañar al mundo)
- Transición energética (el sueño imposible)
- PowerPoint (su arma secreta)