Aguardiente

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Bandera Colombiana Enastada.gif Este artículo es un producto 100% chibchombiano. Si sumercé queda más perdido que una uva pasa en un tamal al leerlo, está en el lugar equivocado; así que le recomendamos abrirse del parche.

Un mensaje del Ministerio de Incultura de la República de Chibchombia.


Cita3.pngDe las cosas que ha inventado la gente, ninguna señores como el aguardiente. Que es pura agua y brilla, con su sabor te abriga y con su aliento te da socorro. Por eso antes de leer este artículo, dese un pequeño respiro para con calma tomarse un chorro.Cita4.png
Gabriel García Márquez sobre el aguardiente
Cita3.pngYa por vuestras gracias y bondades para con nuestra Reina, en daros todo vuestro oro y a pesar de los sabroso de vuestro guarapo, os dejo como regalo esta botella de aguardiente de marca del toroCita4.png
Cristobal Colón sobre donación a los indígenas a cambio de su oro.
Cita3.pngA todos los vasallos destas Indias y sus indias madres, que el rey de España por real cédula de 1600 decide que se prohíba el consumo de aguardiente en estas tierras americanas... porque, hombre ¡nos estáis acabando todas las reservas en España. joder!Cita4.png
Real cédula sobre prohibición del consumo de aguardiente en las colonias españolas en 1600.
Cita3.png¡General, salve usted la Patria!... y cuando vuelva, traiga de Tunja una garrafa de aguardiente que estoy que me bebo...Cita4.png
Simón Bolívar sobre cómo se vencieron a los chapetones en la Batalla de Boyacá.
Cita3.pngY de las cosas que podemos ofrecer a la integración suramericana, nada más ni nada menos, que de aguardiente una garrafa...Cita4.png
Brasil sobre lo que tiene que ofrecer para motivar la integración latinoamericana
Cita3.pngAy, yo de eso no tomoCita4.png
Aguardientera al primer y único trago

Historia

Ruega por nosotros.

Dicen que el aguardiente ya estaba de mucho antes, cuando la Creación vibrante de Dios merecía una copa y que entonces con mucha maña se inventaron las hojas y entonces nació el anís que generaría tantas cosas.

De los primeros varones que probó el aguardiente se cuenta Alejandro Magno al cual no le faltaba su botella antes de ir a conquistar la India. Los historiadores más sabiondos dicen que si no fuera por las copas que se daba antes de ir en cruenta batalla, a estas horas Grecia no sería nada de nada. Débele pues Grecia su filosofía, su arte y su vagamundería a la presencia del aguardiente.

De los griegos se regó el aguardiente por todo el suelo del Medio Oriente y lo bebieron los persas, los sirios y bebieron hasta la perra los egipcios. De todo este desbarajuste, llegó el aguardiente más lejos que los conquistadores y lo conocieron, mejor, lo bebieron en India, China y las Filipinas.

De la antiguedad y cuando en Europa llegó el Iluminismo, de los elementos de civilidad antigua más queridos, subsistió el aguardiente. Los Papas lo bebieron y al tragarlo sin reservas decían "bendita agua, tan ardiente y tan divina". Les tocó pues el turno a Portugal y a España, aunque algunos dicen que el aguardiente les llegó de antes de África en caña.

Cuando Cristobal Colón iba a salir de Palos de Moguer, cuentan las viejas crónicas que la Reina Isabel le dijo:

- Colón, hijo mío, que os aflige, que os congoja ¿Acaso la tierra dejó de ser redonda y te tiemblan tus toronjas?

A lo que el buen caballero genovés, revolcándose sus mechones rubios dijo:

- No mi amada Señora, nada de eso... ¡Es que me da pereza cruzar el mar sin media botella de aguardiente!

A no más decir esto el noble señor, la muy respetuosa Dueña de la Casa de Castilla mandó desocupar todas las bodegas de Felipe y transladaron barriles de aguardiente a las calaveras que partirían, porque dijo doña Isa que si ha de naufragar Colón, que al menos muera borrachón.

Se empezó pues a cultivar caña de azucar en Brasil, no para endulzar el café del Virrey, sino para hacer aguardiente. Tanto licor produjo el país Careloca que por poco le cambian el nombre de Brasil a Aguardientil, pero por un tiempo se salvó la cosa.

En 1600 el rey de España se alarmó porque le dijeron que las bodegas en la península estaban secas, mientras en la colonias bebían aguardiente a pierna suelta. ¡Qué cómo es posible eso, que mientras los súbditos tragan anís embotellado, al pobre rey le dejen un wisky mal amasado! Montó en furia real el noble rey y en pidiendo una cédula escribió así estas palabras que en Inciclopedia hemos archivado:

"Prohíbase a todo varón de las tierras salvajes de las Américas, que ni metan la jeta en las botellas aguardienteras, que cada gota, hasta la mínima, sea enviada por FES a Madrid de manera que sea bebida como se debe. Para vosotros la chicha, no seáis bribones, que ya os he aguantao bastante y me tenéis sin una copa por estar vosotros solos tragando. Firma Vuestro Rey y el que ose desafiar mi autoridad, sea amarrado a un mástil y se le derrame aguardiante sin que pueda probarlo".

La oración de santidad del aguardiente

La siguiente oración hace parte del primer Catecismo para cargarse a los indios a trabajar en las minas de oro y follarse a las indias; una de las posibles causas de la extinción de los indios (ya que consideraban al Aguardiente un santo y sucumbieron a la cirrosis). Fue recuperada por el arqueólogo Eduardo Tequimón III en el histórico monte de Chin Chín, cerca al 'valle del Chirrinche y en la loma del Niquelado. Recítese conmigo:

Orasssssssióoooon finaaaaaaal

Aguardiente de Cristo - Embriágame

Del trabajo - Sálvame

De mi mujer - Defiéndeme

De los pegajosos - Aléjame

De las culebras - Líbrame

A la hora de pagar - Escóndeme

En el guayabo- Confórtame

Señor, señor! Si en la rasca te ofendo, en el guayabo te pago, y me quedás debiendo!

Desde el descubrimiento de dicha oración, las ventas de guaro se han disparado, con un incremento del 1000% en Tuvalu Citerior; 970% en

Chiquitistán y 415% en Andorra.

Véase también