Incilibros/Oda al desayuno

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Tenía yo un hambre,
¡Que agonía!
Completamente insaciable
Sentía que las carnes me carcomía.

Caminaba tal pordiosero
Cuando llegué a la cafetería
Y buscando al camarero
Me encontré en una estancia vacía.

¡Tráiganme huevos!
¡Café y tocino!
¡Y bien cocidos los chorizos!
¡Pero con pimienta no!

Llegaron a mi mesa
Sabores más exóticos
De deliciosa promesa
Trayendo olores eróticos.

¡Salsa!
¡Frijoles y queso!
¡Quiero completa esa pieza
De hueso!

Comía cual niño abandonado
De sabores engolosado
Con un paladar acostumbrado
A no probar bocado.

Te he de dar
las gracias Señor
por la comida inventar
y por llenarla de sabor.

¡Que sazón!
¡Que delicia!
Aunque coma sin razón
No más que inmundicia.

El estómago
he de llenar
sin que en el esófago
se vaya a frenar.

Huevo 7.jpg

Y la gente me verá
Comiendo cómo caníbal
A su familia alejará
De mis aspecto animal.

¡No me ha de interesar!
¡Si mi comida disfrutase!
¿De qué me he de preocupar?
Aunque mi visión provoca el espantarse.

Y el palillo deslizaba
Entre mis encías acabadas
Sacando el resto de carne asada
De esencias bien formadas.

¡La cuenta!
Pedía sin insistencia.
Y llegaba suelta
Y sin resitencia.

¡Caballero, que en su festín,
ha consumido de más!
¡Nos llevaremos un botín,
con su apetito al ras!

¿Demasiados ceros?
No creo capaz de acabar
Con tantos pasteleros
Tan sólo al mi hambre saciar.

Mi cartera buscando
Me di cuenta de mi fracaso
En la casa se ha quedado
¡Qué ganas de darme un balazo!

Disculpadme señorita,
Pero sin un quinto ando
Mas le pago ahorita
De mi hogar el dinero sacando.

¡No! dijo la chica.
Condenado quedaré
Pues sin mi chequera y mi alimenticia resaca
Los platos del día lavaré.

Durante tres años trabajaré,
Pero no tan mal estaré,
Pues en cuanto hambre me de
el almuerzo comeré.

Véase también