Incilibros/Cocina para jóvenes emancipados

De Inciclopedia
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El terrible momento ha llegado. Por aquellos avatares de la vida, usted se ha visto obligado a abandonar el hogar familiar. Las circunstancias le arrojan al duro y cruel mundo de la vida independendiente lejos del nido paterno. ¡Y ni tan siquiera ha cumplido aún los cuarenta! No cabe duda, la vida es injusta. Pero a partir de ahora tendrá que enfrentarse a todo un universo de dificultades y problemas diversos de los que ni tan siquiera conocía su existencia, así que vayamos por partes. Para empezar, usted deberá buscar cobijo y alimento. Guarecerse es sencillo: hay múltiples edificios abandonados, cuevas prehistóricas, iglesias prerrománicas y cajeros automáticos en que pernoctar. El asunto de la alimentación ya es otro cantar. Usted necesita comer para sobrevivir, pero ni siquiera sabe freír un huevo. Ni siquiera sabe exactamente qué aspecto tiene un huevo antes de estar en su plato. Por fortuna, este documento ha caído en sus manos. Su vida está a salvo. Tranquilícese, relájese, tome aire. Comencemos.

¡Gracias, Inciclopedia!

Entrando en materia

Como usted sospechaba, de la vaca al entrecot a la pimienta poco hecho con patatas y guarnición hay un largo trecho. Se requiere todo un proceso de elaboración y transformación de la materia prima mediante complejos métodos físico-químicos transmitidos de generación en generación. Esos métodos son muy complicados, usted quiere soluciones rápidas y fáciles. Se sorprendería de la cantidad de cosas que se pueden freír, cocer o simplemente pelar.

Primer paso: Acumular víveres

Lo primero que hay que hacer es un acopio de provisiones. Esa nevera no se va a llenar sola de alimentos. Y mucho menos si no empieza apartando todas esas cervezas. Es hora de portarse como un hombre e ir en busca de comida. Puede usted elegir entre construirse un arco y unas flechas y confiar en que los gatos de su vecina estén lo suficientemente gordos, o acudir a alguna gran superficie comercial y disfrutar de todas las comodidades que ofrecen este tipo de establecimientos. Si tiene usted dinero, le recomendamos esta última opción. Si no tiene dinero, el arco y las flechas podrían ser una manera eficaz de conseguirlo.

Dentro del supermercado, una visita rápida a la sección de licores nunca está de más, pero recuerde que estamos aquí para comprar comida. Pronto descubrirá que algunos pasillos son mucho más atractivos que otros. La sección de congelados y precocinados será una cita ineludible, al igual que la zona de las galletas y las patatas fritas. El pasillo de las latas de conservas completan el triángulo esencial que todo recién emancipado debe visitar. Algunas personas acostumbran a dejarse caer por la zona de frutería y verdulería. En favor de estos productos podemos aducir sus pocos requerimientos de preparación, pero seguramente usted no se deje engañar por esos vivos colores y prefiera rellenar su estómago con comida de verdad. Añada a su compra algunos paquetes de macarrones, reserve un huequecito para un par de barras de pan y un paquete de deliciosas galletitas para gatos y complete su carrito con algunos de esos productos inútiles que se encuentran justo en la zona de las cajas. Ni se le ocurra acercarse a la pescadería: usted sabe que ese olor no puede ser bueno. Si es posible, aproveche la salida del almacén para irse sin pagar, y... ¡Misión cumplida! El primer paso ya está dado, pero no lancemos las campanas al vuelo: lo más difícil aún está por llegar.

Segundo paso: Familiarizándose con la cocina

Todos esos artilugios que decoran su cocina tienen su razón de ser, es hora de aprender a utilizarlos. En primer lugar, asegúrese de que dispone de un microondas. Se trata de una especie de mini bar rotatorio que usted probablemente utiliza como despertador, o para secar sus calzoncillos. También puede ser usado para cocinar alimentos. Su funcionamiento es muy sencillo, y por eso se trata de un elemento indispensable en su cocina. Si no dispone de uno, consígalo. Seguramente aún conserva ese arco con sus correspondientes flechas. No dude en utilizarlo. Nota: ¡No introduzca al gato de la vecina en el microondas!

¡Si su perro puede hacerlo, usted debería intentarlo!

Usted seguramente dispondrá también de una cocina propiamente dicha. Eléctrica o de gas, no hay ninguna diferencia. Ambos tipos son capaces de chamuscar convenientemente cualquier tipo de alimento. Sartenes y cacerolas varias serán su complemento idóneo, aunque no necesariamente indispensable.

Debajo de la estufa seguramente usted tendrá un pequeño armario donde guarda los tebeos. Su denominación técnica es "horno", y, convenientemente utilizado, puede facilitar la realización de sabrosísimas recetas. No obstante, y dado que tiene más llavecitas que las dos del microondas, su uso es endiabladamente complejo, además de lento. Por ello va en contra de nuestra filosofía de quiero comida y la quiero ya. Lo usaremos sólo en caso de extrema necesidad, o si es que estamos buscando emociones fuertes.

La Hora de la Verdad

Todo está listo para ponerse manos a la obra. Esos tipos de la tele lo hacen, no puede ser muy difícil. Veamos: usted está acostumbrado a ingerir los alimentos cuando el ruido de sus tripas no le permite seguir adecuadamente su programa de televisión favorito. Pero el ser humano civilizado suele segmentar su ingesta diaria de comida según un horario socialmente admisible y en una serie de etapas, cada una de ellas con particularidades propias e intransferibles, y que nos servirán para estructurar someramente esta pequeña guía.

Desayuno

Algo sencillo, para empezar. Con el desayuno no hay que andarse con complicaciones. Recién levantado, el cuerpo aún no opera al cien por cien de su capacidad, y el sentido del gusto es fácilmente engañable en un estado de semi-sopor como el que usted suele arrastrar. Si usted usa platos, es casi seguro que no los lave durante unos cuantos días. Los restos de la cena de anoche, acompañados de un buen vaso de saludable agua del grifo calmaran su apetito a tan tempranas horas...

- ¡Pero , oiga, un momento! ¿Qué es eso de la cena?

¡Vaya, efectivamente aún no hemos expuesto convenientemente ese punto! Además, cabe la posibilidad de que, por una u otra razón, no existan restos comestibles de noches anteriores de los que echar mano. En esos casos optaremos por confeccionarnos el desayuno nosotros mismos. Expertos desayunadores siguen a pies juntillas la vieja máxima que atestigua que esta es la comida más importante del día, y elaboran pantagruélicos festines a base de bollería, tostadas con mermelada, cafés y zumos de frutas variadas e incluso unos huevos fritos con jamón. Usted no necesita nada de eso.

El café puede ser una opción recomendable, pero sólo si no lo tiene que hacer usted. Las cafeteras son la tercera causa de muerte en el ámbito doméstico en la Unión Europea, por su inveterada tendencia a la explosión. Saque con una cucharilla el cuajo superior del tetra brick de leche abierto desde el mes pasado, y vierta un poco de su contenido en una taza. Después, añádale un par de cucharillas de café molido, y si lo desea, un sobrecillo de azúcar. Saque los calzoncillos del microondas e introduzca la taza. Sólo tiene que conectar el aparato, esperar unos segundos, ¡et voilá! Una sabrosa taza de reconfortante café con leche.

Spaghetti con albóndigas: Alimento Celestial.

Moje en la taza, si lo desea, algún alimento poroso y, a ser posible, no congelado. ¡Ya está listo para encarar el día con renovadas energías!

(Si todo esto falla, u ocurren inesperados accidentes con o sin heridos de consideración, en la cafetería de la esquina sirven exquisitos desayunos por un módico precio y periódico gratis incluido).

Almuerzo

¡La hora de comer! En pocos momentos del día nuestros estómagos se muestran tan exigentes. Usted lleva varias horas haciendo el gandul trabajando y se merece reponer energías con una opípara comida. Las opciones son infinitas.

  • Pasta: Fácil y sencillo. Caliente agua hasta que eche burbujas, vierta varias pastillas de caldofrán, y añádale una buena cantidad de macarrones. Nunca utilice espaguetis; son escurridizos y peligrosos. Sabrá que la pasta está lista cuando los macarrones se hayan convertido en una pasta. Cualquier lata de conserva puede ser utilizada como aliño. Revuelva todo y disfrute de su comida, no sin antes emitir una sonora Risa Malvada contemplando su obra maestra culinaria.
  • Arroz: Si en la receta anterior, en lugar de macarrones utilizamos arroz, al plato resultante se le denomina "paella", pero debe recordar añadir una gamba.
  • Cocidos (o guisos) diversos: A pesar de lo que pueda parecer, su preparación es sencillísima. En un recipiente adecuado (un cubo) se introduce cualquier cosa que le parezca apetecible. Esto es lo bueno de los cocidos. No obstante, hay algunos elementos de obligada inclusión: una cebolla sin pelar, un chorizo y un hueso. (Pista: si no sabe cómo conseguir un hueso, aquellos gatos de su vecina pueden resultar útiles a pesar de todo). Además, añadiremos al mejunje unas legumbres cualesquiera: lentejas, garbanzos, piñones... Se cubre todo con agua, se le añaden varias pastillas de caldofrán, y se deja hervir varias horas. (Existe un instrumento infernal denominado olla a presión que reduce considerablemente el tiempo de cocción, pero las posibilidades de destrucción total son infinitas). Agarre un cucharón, ¡y a disfrutar de un cocido como el que hacía la abuela! (de Frankenstein).
Perrito caliente: ¿Y por qué no?

Merienda

¡Ah, la merienda! La comida más esperada por los niños y los recién emancipados. Sabrosa y simple, como debe ser. El recurso más socorrido es el famoso bocadillo. La disección longitudinal de la barra de pan en partes iguales es una técnica más difícil de lo que pudiera parecer a simple vista, se requiere un pulso firme y un cuchillo de sierra bien afilado. Tener un paquete de tiritas y un vasito con hielo en el que quepan posibles amputaciones accidentales puede ser una buena idea. Pero una vez cortado el pan, llega lo divertido: el relleno. La Primera Ley del Bocadillo nos enseña que cualquier cosa puede comerse si se coloca entre dos cachos de pan, así que dé rienda suelta a su creatividad y ríase de la espuma de tortilla de patatas de Ferrán Adriá. (Desgraciadamente, la Segunda Ley del Bocadillo nos alerta acerca de las consecuencias estomacales de según qué combinaciones gastronómicas, pero eso es harina de otro costal y no será objeto de análisis por parte de este pequeño opúsculo.

Cena

La cena es peligrosa. A estas horas usted está cansado, somnoliento, y probablemente borracho, así que hay que extremar las precauciones. Máxime cuando vamos a introducir un nuevo concepto en su vocabulario gastronómico: Freír.

El principal problema con las frituras radica en la necesidad de elevar la temperatura del aceite hasta extremos potencialmente nocivos para epidermis, dermis, tejido muscular y hueso. Esos guantes de fregar sin estrenar pueden servirnos como eficaz profilaxis a la hora de ponernos manos a la sartén.

Un axioma impepinable del mundo de la cocina es que absolutamente todo se puede freír. Sí, algunas cosas tardarán un poco más en completar el proceso, pero finalmente sucumbirán al poder del fuego. Además, existen alimentos especialmente creados para ser fritos, como los huevos fritos, o las patatas fritas.

No lo llame "incendio", ¡Llámelo "Flambeado"!

Y por supuesto, la carne. Usted podrá sentirse un auténtico hombre cuando cocine su propia carne al anochecer. Pero no se emocione demasiado, no vaya a encender una hoguera en el salón de su casa para cantar country con la guitarra de su prima la del coro de la iglesia.

Recursos Comodín

Si todo falla, hay una serie de Recursos-Comodín de los que siempre se puede echar mano en caso de extrema necesidad:

Servicios de comida a domicilio (casi siempre Pizzas)

  • Ventajas: Puedes divertirte burlándote de tu interlocutor telefónico haciendo pedidos incongruentes y/o estúpidos.
  • Inconvenientes: Hay que pagar. Las pizzas suelen llegar tarde, frías y con ingredientes asombrosamente divergentes de tu petición inicial.

Comida congelada/instantánea

(Véase microondas al principio del artículo).

  • Ventajas: Es rápida, segura y fácil de preparar; esa sopa de vaso nunca falla, y además sabe muy bien.
  • Desventajas: Peligro inminente de muerte por ingestión de productos sintéticos y sobremodificados con conservadores.

El Bar

  • Ventajas: Puedes ver a tus amigotes, emborracharte y ver el fútbol.
  • Inconvenientes: Hay que pagar. Esa cocinera no muestra un aspecto demasiado higiénico.

Mamá

  • Ventajas: Gratis. Siempre está dispuesta a darte de comer, e incluso te llevarás un tupper. Con suerte, podrás pedirle dinero.
  • Inconvenientes: ¿No te has echado novia aún? ¡Mira cómo me traes los pantalones! ¡La gente va a pensar que no tienes madre! ¿Cuándo te cortas el pelo? ¡Te he dicho que no me hurgues en el bolso!

Situaciones de emergencia

En esos momentos en que ya no quedan gatos en la casa de su vecina y que su frigorífico, su cartera y su estómago hacen competiciones a ver quién está más vacío, recuerde este consejo:el ketchup es su amigo.

Es un hecho contrastado que cualquier objeto que contenga por lo menos un 10% de material biológico se vuelve perfectamente comestible si es sumergido en suficiente ketchup. El ketchup es un líquido rojizo procedente de la mezcla de jugo de tomate, vinagre, azucar, aceite y unas cuantas cosas más (que la mayoría de la gente prefiere no conocer), inventado por los norteamericanos para usarlo como condimento y poder comerse sus asquerosas hamburguesas sin vomitar. Además, unos recientes estudios han demostrado que es bastante bueno para la salud, así que ya no hay excusa para saltarse ninguna comida del día.

Posibles recetas y recomendaciones:

  • Zapatillas de deporte: si están hechas de cuero, una vez empapadas en ketchup son idénticas a cualquier filete que le vendan en la carnicería de la esquina. Debe presentarse con los cordones aparte, como guarnición. Si Chaplin lo hizo, ¿a qué está usted esperando?
  • Apuntes de la escuela (de cualquier modo, serían inútiles): el alto contenido en celulosa del papel será el aporte de fibra perfecto para que su organismo funcione como un reloj. Se recomienda usar papel con bajo contenido en colas industriales y cloro.
  • Agua: El agua es saludable y barata... ¿Qué tal una sopa caliente de ketchup? ....¡Mmmmmmm!...
  • Ketchup: El ketchup es comestible por si mismo. Un buen plato de ketchup tiene muchos de los componentes necesarios para mantenerle en pie un poco más.

Conclusión

Con estas premisas básicas y un buen paquete de bicarbonato, ya está usted preparado para asombrar a sus amistades con opíparos festines en su domicilio, o para conquistar de una vez por todas a la vecina del cuarto con una romántica cena a la luz de la luna en la azotea. Pero no se quede ahí: le animamos a que se adentre en los apasionantes mundos de la gastronomía creativa sin más límites que los que le impongan su imaginación y el Código Penal regulador de delitos dolosos contra la Salud Pública. No olvide comprar un gorrito de cocinero, o nadie le tomará en serio. Y recuerde siempre que, en el improbable caso de fracaso culinario, el culpable no es el cocinero, sino el instrumental, los ingredientes y los comensales. Buena suerte, y que le aproveche.

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