Karlos Arguiñano

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BanderaEspaña.png Este artículo contiene una alta dosis de humor español.
Si no eres de esta casta tierra, probablemente pierdas el tiempo leyendo esto.


Karlos Arguiñano en su etapa de indigencia y calentamiento tomando mate Taraguí.
Cita3.pngDesde aquí quiero tranquilizar a la población: Las comidas de polla no transmiten la Gripe AviarCita4.png
Karlos Arguiñano dando un gran consejo para tranquilizar a las viejas que ven el programa sus televidentes.
Cita3.pngCaballero del Lado Tinto de la FuerzaCita4.png
Miguel de Cervantes sobre sobre Karlos Arguiñano
Cita3.pngQueridos amigos, queridas familias: ya sabeís que hay dos tipos de conejos, los conejos de montaña y los conejos de playa, jas, juaoCita4.png
Karlos Arguiñano sobre sobre sus fantasías culinarias
Cita3.pngQueridos amigos, queridas familias: ya sabéis que esto es como las almejas: hay almejas españolas y almejas francesas, las españolas son de la mar... las francesas son de la mer... jiao, joa, jurCita4.png
Karlos Arguiñano sobre sobre el marisco afrodisiaco

Karlos Arguiñano, archiconocido tuberculócida, nació en la Capital del Mundo (¡¡Ahí va la ostia, pues!!) cuando su madre lo parió, allá por el + 3210 a.T. Se trata de uno de los mayores artistas del arte culinario, es decir, del arte de la creación de comidas microscópicas basadas en culos de animales que te sirven en los restaurantes pijos y de mucha pasta.

De hecho, investigaciones recientes han demostrado su verdadero origen: su tatarabuelo segundo por parte de padre era natural de Lepe, de ahí que los repetitivos chistes que cuenta Karlos en su programa sean de un humor bastante cutre, lo que no le quita su orgullo de cocinero y vasco con huertecito anejo al restaurante, donde te cobra un pastón por ágape que ríete tú del Ferrán Adriá.

Tan sólo ha sido superado por el gran chef Benito Mussolini en lo que artes culinarias se refiere, pues se sabe que Arguiñano le supera claramente en el tamaño de la barba.

Su vida hasta la actualidad

Florinda Chico satisfecha tras abusar sexualmente hacerle unos arreglos a Karlos, al que le enseñaría más tarde la receta de las Cocletas que lo llevaría al éxito.

Infancia y adolescencia

Karlos era un niño muy especial. Fue un niño precoz en el arte del cinco contra uno, llegandolo a practicar por primera vez nada más verle el hercúleo a la enfermera en el paritorio.

En la escuela siempre le gusto preparar bocadillos de mocos para sus compañeros, los cuales le agradecian tal noble gesto. Fue en estos instantes cuando se empezó a formar un amor a la cocina vanguardista.

Tras sacar unas deplorables notas en el colegio, sus padres cogieron y le obligaron a "vender su cuerpo", mancillando pues su honor y condición.

Sin embargo, extirparse organos o partes de su cuerpo no le pareció una buena idea y decidió independizarse sin exito. No tenía dinero para un piso de 5 m² ni siquiera, lo cual lo llevó a vivir en la calles y llevar una vida de vinos de cartón como "El tío de la bota" o "Vino de Mesa Hacendado", y de drograrse fumando perejil.

Fin de las penurias

Después de llevar una vida de excesos con el alcohol, mientras se preparaba su mejor especialidad, el bocata de mocos, para poder subsistir, Florinda Chico vio en Karlos un futuro de éxitos, además de sexo fácil.

Lo llevó a casa y tras darle unos cuantos repasos sexuales, bañarlo, despiojarlo, vacunarlo contra la malaria y darle de alta en el servicio de mascotas del ayuntamiento, le dio una ropa decente, algo de dinero y la receta de las concretas para que pudiera empezar una vida de aprendizaje en lo que a conocimientos de Cocina se refiere. Karlos se aficionó a la cocina porque se pasaba el día encerrado en ella cuando su familia, aficionadísima al bricolaje, ponía la casa patas arriba con todas sus chapuzas y ensayos de pintura radioactiva. Resultó que el chico le encontró el gusto a la gastronomía, y tras ponerse de acuerdo y rezar un Rosario a la Virgen de Begoña, la familia Arguiñano le consiguió un chanchullo en televisión para presentar su propio programa en horario especialmente infantil (para que los críos de la generación de los 70 saliesen todos traumatizados, se comprende).

La Academia de Cocina: "Operación Sopa Boba"

Un nuevo reality-show de la TV llamó la atención de Arguiñano, pues podría aprovecharlo para aprender. El casting de ingreso fue un mero tramite gracias a la receta de las concretas adquirida y por tanto, llegó a entrar en la academia.

Allí conoció a grandes cocineros como tu madre, Carod Rovira y Jose Andrés, actual cocinero de TVE. Este último es famoso por comerse todo lo que cocinaba, incluso mientras lo cocinaba, lo que propició que fuera la primera expulsión mediante una patá en los cojones. Posteriormente, dejaron el cuerpo en la calle.

Tras un largo periodo de aprendizaje, Karlos llegó a la fase final del programa, donde quedó segundo y estuvo a punto de ir a Eurojamón.

Sin embargo, era el más querido por el público gracias a sus canciones de cariz pornográfico, algo que inspiraría más tarde a el Chivi en sus canciones. Gracias a esta fama, le dieron un programa en Televisión, y unos cuantos años más tarde fundó un restaurante sacacuartos, de esos que una comida no te llena ni el bujero de una muela.

Su éxito reportó millones a los Arguiñano: sus hermanas (no se sabe con seguridad cuántas tiene exactamente) venían a comer al restaurante con los maridos, la gente del pueblo llenaba el comedor, Eva Arguiñano le ponía a todo menta (siempre ha tenido ese vicio) y los ingresos aumentaban y aumentaban y aumentaban y aumentaban. Tanto, que casi no le cabían los billetes en el horno.

Mientras su carrera lo catapultaba a la cumbre del éxito basurero, Karlo cayó en el error de aceptar la sospechosísima invitación de un mafioso argentino (cuyo nombre no trascendió), que le invitó (léase obligó) a venirse a Argentina para trabajar a su exclusivo servicio. Lo malo del asunto fue que tanta carne, tanto chuletón, tanto gaucho y tanto Buenos Aires y tanto pibe terminaron por afectar la salud vasca de Arguiñano, que añoraba sus kokotxas y los Sanfermines de Pamplona (hay que pensar que su novia era una aficionada a las corridas en el mejor sentido de la palabra, claro, je, je, je).

Su paso por la TV Argentina

Como poeta de los más tontos en el planeta, sus anécdotas no entretenían ni a un buho invernando. Sus platos eran extravagantes, costosos y poco efectivos. Un día comí cazuela de su receta y expulsé la comida de una semana entera y me sacaron el apéndice. No paraba de vomitar. Para no desperdiciar la comida, se la dí a mi perro, hoy esta embalsamado en la sala de estar. Aprovecho para comunicarle que me responda la carta documento ya enviada.

Retorno y más fama

La oportuna boda del mafioso argentino con una mujer alérgica al perejil facilitó una rápida fuga de Karlos tras su fulminante despido. Cansado ya de consolarse con pepinos y zanahorias, no se sabe exactamente del todo que hizo durante tanto tiempo en Argentina (1994-1994), aunque las malas lenguas afirman que se le encontraron en el bolsillo derecho del delantal 35 facturas impagadas a nombre de Manuel Fraga Iribarne y el Club de Gallegos Plestioceicos de la Patagonia Meridional, que se ve que además eran asiduos invitados a casa del mafioso (ese día el menú era de pulpo, ternera con tetilla, empanada de aceite del Prestige y tarta de Santiago con el escudo del PP). Tampoco se aclaró si Eva había tenido otro ataque de histeria con pastillas de mentol y su hermano aprovechó la oportunidad para largarse disimuladamente con esa excusa, lo que tampoco sería de extrañar.

De hecho, en Vascongadas circula una vieja leyenda de los bertsolaris que afirma que, cada tres generaciones, los Arguiñano sufren una histeria colectiva degenerativa causada por la adicción al perejil (en los varones) y a la menta (en las hembras). Eso obliga a hacer un exorcismo en forma de akelarre cerca de la tercera cueva de Zugarramurdi. Y deben acudir, sin falta, la bruja en jefe de la familia Fuster (actualmente lo es Aramís Fuster) y el brujo más chapuza que se encuentre (ahí podríamos ir desde Gargamel hasta el Rey Brujo de Angmar pasando por el Mago de Oz o Merlín el encantador en versión Disney).

Cuando acaba el exorcismo, los Arguiñano sacrifican tres ramas de perejil y dos hojas de menta por persona y se van a Lekeitio o a Biarritz o a casa de Arnaldo Otegui a ponerse las botas en los restaurantes que pagan el impuesto revolucionario a la banda de asesinos profesionales ETA. Normalmente terminan por celebrar una orgía a la vasca que dura unos 5 meses seguidos, en la que no se paran de cantar canciones euskaldunes y se hacen concursos de levantamiento de peso aprovechando las ollas de las cocinas.

Su cocina, sus clientes

El restaurante de Karlos ha tenido comensales tan famosos como Lady Di, Pocholo, J.F. Kennedy, el Dalai Lama, Cruela de Vil, Mao Tse Tung, Saddam Hussein, Bin Laden, la Bruja del Oeste, Robespierre y el ratón Mickey, lo que no deja de tener su poco de yuyu.

Actualmente se sabe que Karlos se ha hecho miembro con distintivo verde (por el perejil, of course) de la Cinesiología, por consejo directo de Tom Cruise, que lo fue a ver a su restaurante a propósito con tal de encargar diez quilos de perejil para llevárselos a su gran gurú.

Aquí tenemos el Bocata de souffle de queso excremmental, una de sus especialidades.

Grandes especialidades de Arguiñano

Entre sus mejores platos de cocina, destacan los siguientes:

  • Bocadillo de souffle de queso excremmental (ver imágen).
  • Bistec a la culé de porc.
  • Bocata de mocos (Un plato muy especial para él)
  • Concretas de Jamón y Yeso.
  • Migas con Hormigas Rojas del Sahara.
  • Polla asada.
  • Caca-huetes con Vodka.
  • Él mismo con aceite.
  • Tercera Pierna de cordero asado.
  • Nabo de Toro en su salsa.
  • Bandesué (Una bandeja de autoservicio empanada, para que si te quedas con hambre, te comes la bandeja también)
  • Helado de batido de chocolate
  • Batido de helado de chocolate
  • Agua en polvo sazonada con neutrones radioactivos
  • Uñas al baño, María (Que no al baño María, echa la uñas en la bañaera e María, y se beben los 20 litros de agua)
  • Macedonia de chicles

Eso sí, dando en todo su toque especial, marca de la casa: Una hojita de la especia Marihuana.

Véase también