Lewis Carroll
Lewis Hamilton Carroll (extraño seudónimo y álter-ego supeheróico de "Carlos Lutduwiko Dogson[1]") fue un sarcedote pedófilo, esquizofrénico, matemático, fotógrafo, amante del LSD, presunto asesino en serie y alcohólico nacido en Inglaterra. Es mejor conocido por consumir LSD, inventar la moda de los 60's y escribir el libro de "Alicia en el país de las maravillas", que nunca nadie entendió, y por eso fue dirigido hacia los niños (amigos de Lewis en su adultez), que quizás ellos lo interpreten mejor.
Según se cuenta, solía aprovechar su tiempo libre y sus noches de insomnio para salir a matar personas, sacarle los órganos y venderlos al por mayor, pero eso aun no sería comprobado por la policía inglesa -la cuál ridículamente montaba a caballo-, ya que su eficiencia no era tanta cómo la que hacen notar con ese atuendo.
Para los interesados en la versión menos seria y verídica, Wikipedia tiene un artículo sobre: Lewis Caroll |
Biografia
Ancestros
Dogson o Lewis era originario de una familia inglesa con algunas raíces irlandesas, dueños de una escuela secundaria para niños especiales, cosa que acercó a Dogson a los niños y adolescentes desde muy temprana edad. Nacido en el seno de una familia acomodada, ya que pertenecían a la alta sociedad inglesa (con sus extrañas y desagradables costumbres) y tenían como único propósito la reproducción, el ejército y la iglesia. Especialmente la reproducción, para lo que Lewis nunca fue bueno ni tuvo suerte. Su taratarabuelo, quien casualmente se llamaba Charles Dogson, como él, fue obispo de la extraña religión cristiana-nacionalista que esta familia profesaba: el anglicanismo y un buen día se murió y dejó a la iglesia sin obispo... pero eso a nadie le importa.
Esta familia tenía la muy mala costumbre de transferir puestos religiosos a su descendencia, como obispos, sacerdotes, diáconos, papas o monagillos (puesto favorito de nuestro querido escritor). Como el papá de Dogson, quien fue párroco rural -quizás por haberle gustado mucho el campo- le transfirió el puesto de Obispo que él nunca quiso. Pero una vez que le pusieron la túnica nadie lo pudo escuchar porque le tapaba la boca.
Juventud
Tras haber trascendido toda una familia guerrillera y con mucho sentido de la familia y la unión, nació un primo primogénito llamado Charles Dogson, quien inició su educación en su casa, con tutores personalizados. Éstos eran muy crueles con él, debido a su condición de zurdo, considerado por aquel entonces como poco menos que una herejía aberrante merecedora del castigo eterno. Esto le causó un trauma cerebral en el hemisferio izquierdo, y una leve comezón en el derecho. Charles empezó a demostrar una inteligencia muy precoz, pero nunca pudo ser bien expresada debido a que era tartamudo, y por eso fue controlado con tres Ave Marías diarios. Como no Dogson no los rezaba correctamente por su tartamudez, probaron con unas extrañas pastillas. Cien años después, unos científicos descubrirían que las pastillas no curaban la tartamudez, y mucho menos si se trataba de pastillas de menta para combatir la halitosis.
A los doce años de edad fue transferido a una escuela de Rugby, donde Lewis no fue muy feliz. Académicamente demostró ser un alumno aplicado y brillante, especialmente para las matemáticas, y a pesar de su pereza logró salir siempre eximido. Un día, un compañero le propinó una patada tan fuerte en la cara que pasó por su primera crisis de depresión y otro trauma cerebral leve. Estos síntomas también fueron controlados con más pastillas. Tras abandonar el Rugby (no, el deporte no), se dirigió a la Universidad de Oxford, de donde tuvo que regresar a los dos días por desavenencias con el equipo rector relacionadas con la ruptura indiscriminada de la totalidad de los espejos de la residencia de estudiantes, en lo que hoy se considera el germen de una de sus obras más importantes.
Adultez
Sufrió otro trauma, donde se tiró al suelo y se retorció cuando le diagnosticaron epilepsia, diagnóstico que más adelante se descubriría que fue una broma de mal gusto por parte de su doctor, quien disfrutaba y se reía mucho viendo sus gestos. Hastiado de de tanto trauma, Charles se dedicó a la literatura y escribió "Alicia en el país de las maravillas", pero lo publicó con otro nombre porque a nadie le parecería ético que un obispo escribiera libros sobre conejos que corren, niñas que se pierden y tazas que hablan. A partir de ahí, escribiría muchos libros más, siempre encubierto; por lo que muchas veces se quitaba la túnica para ver con más claridad lo que escribía.
Se interesó mucho por la fotografía [2] y de ahí, la tomó como hobbie, además de ser una muy buena excusa para fotografiar niños, a los cuales siempre consideró hermosos por fuera y ropa interior.
Literatura
Debido a su imaginación y a sus constantes inspiraciones "repentinas", decidió escribir libros de fantasía y ciencia ficción, basándose en mundos de fantasías, hadas, gnomos y una gran lista de personas que venían a molestar a Dogson por las noches, haciéndole cosquillas en los pies y metiéndose debajo de su sábana. Se inspiró para escribir muchos libros, aunque desgraciadamente muchos de ellos fueron robados debido a que Dogson era muy distraído, y siempre se olvidaba de cerrar la puerta de su casa con llave y los gnomos se los llevaban (según sus declaraciones a la policía).
Es conocido por sus grandes habilidades como jugador de Scrabble y en todo tipo de juegos de palabras, tanto como en sus profundas poesías y como también en su bizarra imaginación, la cual no parece tener limites, creando así obras literarias algo "raras". Lewis dedicó media parte de su vida a escribir cuentos aparentemente dedicados a un público infantil, aunque él nunca lo aclaro, ya que no le convenía desvelar sus verdaderas intenciones. La escasa capacidad adquisitiva de su público objetivo fue uno de los factores determinantes de las miserables ventas que arrojaban las ediciones de sus obras.
Su sentido de la realidad no fue muy claro, ya que Lewis sufría de repentinos ataques de estreñimiento que lo hacían alucinar, seguidos de unos ataques de migrañas y unas cuantas aspirinas para ello, confundiendo sus mundos imaginarios con la realidad. Muchos de sus libros eran escritos cuando tenía ganas de vomitar o de comer, o cuando el conejo de Alicia acudía a su casa a tomar un poco de té.
Alicia en el país de las maravillas
Carroll quiso reescribir los libros, pero le dolía mucho la cabeza. Por cierto, fue en unos de sus días de migrañas y estupefacientes cuando escribió "Alicia en el país de las maravillas", después de escribir muchos más libros importantes. El lisérgico universo de fantasías que puebla su obra solo podía conseguirse después de ingerir algunas aspirinas y recordar la incontable serie de traumas que había tenido desde su más tierna infancia.
Se rumorea que a Lewis se le presentó un conejo uniformado que le sugirió, ordenó u obligó a escribir dicho libro, contándole todo paso a paso, pero esta teoría se terminará de afirmar cuando se compruebe que los conejos hablan, toman té o molestan a escritores esquizofrénicos.[3].
El cuento narra las indecentes aventuras de una niña que sin querer, entra en mundo de fantasías y cosas extrañas, donde nada tenía sentido ni significaba nada, supuestamente. Muchos dicen que el escritor quería decir algo con todos esos textos "sin sentido", el problema es que ya llevan más de un siglo sin hallar respuesta, algo que quizás tuvo que ver con el tartamudeo y su extraña forma de comunicarse.
Lewis no sólo rozaba el mundo fantástico, sino que también emitía críticas subliminales hacia la sociedad, y con su extraño sentido de percepción, hacia las restricciones a los contactos físicos y al tabú de la edad. Lewis apoyaba totalmente las ideas liberalistas, algo que contradecía su religión, la cual nunca pareció importarle demasiado, a pesar de que era sacerdote.
Jabberwocky
Otra de la grandes obras literarias de Lewis Carrol fue su poema "Jabberwocky", incluido en uno de los libros de Alicia: "Alicia a través del espejo". El poema no tenía sentido alguno, pero como sonaba tan bonito y estaba escrito con palabras tan complicadas, fue unánimemente considerado entre la crítica especializada como "Una obra maestra". En el poco sentido que llevaba narraba una especie de historia adaptada en la Edad Media; de un gnomo tratando de combatir a un extraño dragón. Había muchas cantidad de palabras que fueron inventadas para que el poema rimara a la perfección. Nada de eso sin antes un buen acento británico que le diera más trasfondo, y estética.
En general, sus escritos estaban originados por su muy enferma mente[4]; tanto que un supuesto anagrama relacionado con su nombre fue inteligentemente deducido y ha levantado las sospechas acerca de la existencia de otro álter ego de Lewis, ni más ni menos que el mismísimo Jack el Destripador, un asesino en serie inglés que se mantuvo en el anonimato por más de un siglo.
La caza del Snark
"La caza de Snark" fue otro de los poemas de terror y suspensos hechos. Este trataba sobre una tripulación de marineros, cuyo capitán, por alguna extraña razón, olvidaba constantemente su propio nombre (como a todas las personas les pasa a diario)[5]. Por el mismo motivo, fue apodado de distintas maneras: una era como "El viejo ese"; otras también eran más sutiles: "El sujeto que nos mira extraño", y por supuesto, "¡Eh, tú!". Al final, el poema no llega hacia ningún lado, ni significa nada, pero no deja de ser divertido burlarse de un pobre viejo con Alzheimer y que tiene costumbres homosexuales, los otros personajes no se habían quedado atrás tampoco.
Este conserva el mismo humor bizarro (¡Qué eso es valiente!) de sus últimos libros famosos -e infames-. Ahora en ésta ocasión nos habla de una tripulación de personajes comunes y corrientes que van por un monstruo, el cuál nunca se sabe quién es. Está dividida en 8 cánticos de sufrimiento y temor, dónde cada vez la odisea se hace más pesada. Cada uno de éstos incluyen cada parte del poco agradable: desde su despego, su llegada, la historia de los personajes y su misteriosa desaparición. La convivencia era difícil, cada uno tenía una meta, una familia y un modo de ver; algo difícil cuando eres un castor cerca de un carnicero.
Fotografía
Descubrió el arte de la fotografía, por parte de su tío y unos amigos, quienes le tomaban muchas fotos a Dogson desnudo en la infancia; esto le haría tener gran amor hacia dicho arte. Poco a poco, pensó en dejar la literatura para especializarse al arte más gráfico y con menos objetos o animales parlantes, ya que nunca se dejaron fotografiar.
Dogson alcanzó la excelencia en este tipo de arte, volviéndose un pionero en la fotografía; y hasta se le otorgó cámara propia. Dogson convirtió la fotografía en un medio de expresión sexual entre la belleza, el contacto humano y las orgías. Estaba enamorado de la inocencia cuando se mezclaba con la belleza, lo que le llevó a fotografiar a mucho niños en situaciones muy comprometedoras, sólo por estética y con el permiso de sus padres, quienes fieles al fin artístico dejaron pasar cualquier tipo de incomodidad del niño y de las extrañas miradas de fotógrafo. Le gustaban las mujeres jóvenes, sin trabajo y que aun no estudien; y, claro, ya tenía la candidata perfecta en lista.
Alexandra o Alicia
Una de sus modelos fue Alexandra Kitchin ("Xie"), hija del deán de la catedral de Wincheste, en quien basó su libro y fue fotografiada más de 200 veces desde que tenía cerca de 4 años hasta que cumplió 16 y perdió su inocencia con Lewis. Él intentó fotografiarla en traje de baño, pero el padre no se lo permitió, ya que consideraba que con unas fotos de desnuda ya bastaba. (Fotos que, por otra parte, Dogson rompió y tiró a la basura).
Para disipar cualquier acusación del nombre de la entonces niña, el muy sabio de Lewis cambió Alexandra por Alicia, que igual daba el mismo sentido, y escribió un libro, poniéndola a ella como protagonista. Esto ha convertido a Lewis en uno de los fotógrafos victorianos más importantes de su época, así como uno de los fotógrafos infantiles más influyentes. Todo esto determinaría finalmente su afición hacia los niños.
Asesinatos en serie
Como todo buen escritor, no fue la excepción de los escritores en tener un lado oscuro. Scotland Yard pudo deducir con anagramas una muy peculiar confesión del autor en su poema sin ningún sentido, Jabberwocky. Era experto en matemáticas, por esos sus anagraams eran muy efectivos, también usaba sus dotes con la lógica numérica para otros fines:
Anagrama y similitud con Jack El Destripador
Los inspectores de Scotland Yard quedaron impactados al descifrar el tan tenebroso mensaje subliminal que Lewis dejaba en su poema, y que finalmente fue divulgado por toda Inglaterra.
El mensaje consistía en invertir el poema, luego traducirlo en alemán, y por último parafrasear un poco en lenguaje chino, y invirtiendo la "m" por la "n" y cambiando un poco el orden de la escritura, se obtenía así el mensaje: "IAM JTR", que obviamente significaba: Yo soy JTR, JTR, eran las siglas de Jack The Ripper, lo que obviamente concluía en que Lewis Carrol era "Charles Manson" o Michael Jackson, en su defecto. Tras sufrir ataques de migrañas y escribir unos cuantos libros, su verdadero propósito era salir por las noches a las solitarias y lúgubres callejuelas con una máscara a matar personas en Estados Unidos, aunque él viviera en Inglaterra, ya que para eso tomaba el paseo en canoa nocturno con la excusa de que era un escritor que quería ir otro continente.
Después de presentar estas pruebas en la comisaria de Londres, Lewis fue encarcelado durante unos cuantos minutos por el comisario. Richard Wallace seguía creyendo en esa teoría, y por eso le escribió un libro a Lewis titulado: "Charles Manson, Light-Hearted Friend", acusando subliminalmente a Dogson de ser dicho asesino en serie, y demostrándole lo enojado que estaba al ver que nadie apoyaba su teoría. Pero claro, no lo hizo por que él mismo lo fuese.
Referencias paranoicas
Distinciones
Viejitos:
Anónimo •
Aristófanes
Esopo
Homero •
Rey David •
Tito Maccio Plauto •
Virgilio
Medios:
Dante Alighieri •
Geoffrey Chaucer •
Giovanni Boccaccio
Modernos:
Alejandro Dumas •
Antón Chéjov •
Charles Baudelaire •
Charles Dickens •
Edgar Allan Poe •
Emily Dickinson •
Fiódor Dostoyevski •
Francisco de Quevedo •
Gustavo Adolfo Bécquer •
H. G. Wells •
Jane Austen •
Johann Wolfgang von Goethe •
John Milton •
Julio Verne •
León Tolstói •
Lope de Vega •
Lord Byron •
Mary Shelley •
Miguel de Cervantes •
Molière •
Nicolás Maquiavelo •
Oscar Wilde •
Richard Francis Burton •
Victor Hugo •
Walt Whitman •
William Shakespeare
Más modernos:
Albert Camus •
Aldous Huxley •
Bertolt Brecht •
Camilo José Cela •
Ernest Hemingway •
Eugène Ionesco •
Federico García Lorca •
Fernando Pessoa •
Franz Kafka •
Gabriel García Márquez •
George Orwell •
Hans Christian Andersen •
Horacio Quiroga •
J.R.R. Tolkien •
James Joyce •
Jean-Paul Sartre •
Jorge Luis Borges •
José Saramago •
Julio Cortázar •
Marcel Proust •
Miguel de Unamuno •
Octavio Paz •
Pablo Neruda •
Rubén Darío •
Samuel Beckett •
Umberto Eco •
Virginia Woolf •
Vladimir Nabokov •
William Faulkner
España:
Alfonso X el Sabio • Antonio Machado •
Arturo Pérez-Reverte •
Camilo José Cela •
Federico García Lorca •
Francisco de Quevedo •
Gustavo Adolfo Bécquer •
Benito Pérez Galdós •
Fernando de Rojas •
Juan Ramón Jiménez •
Lope de Vega •
Luis de Góngora •
Miguel de Cervantes •
Miguel de Unamuno •
Pedro Calderón de la Barca •
Pio Baroja •
Rafael Alberti •
Ramón del Valle Inclán •
Vicente Alexaindre
Latinoamérica:
Alberto Fuguet •
Alejo Carpentier •
Andrés Caicedo •
Augusto Monterroso •
César Vallejo •
Fernando Vallejo •
Gabriela Mistral •
Gabriel García Márquez •
Gonzalo Arango •
Carlos Fuentes •
Calderón de la Barca •
Horacio Quiroga •
Isabel Allende •
Jorge Luis Borges •
José Hernández •
José Lezama Lima •
José Martí •
Juan Montalvo •
Juan Rulfo •
Julio Cortázar •
Julio Ramón Ribeyro •
Mario Benedetti •
Mario Vargas Llosa •
Miguel Ángel Asturias •
Nicanor Parra •
Octavio Paz •
Pablo Neruda •
Rómulo Gallegos •
Rubén Darío •
Vicente Huidobro
Obras: Cantar de mio Cid • Cien años de soledad • Crónica de una muerte anunciada • Don Quijote de la Mancha • Doña Bárbara • La ciudad y los perros • La vida es sueño • Lazarillo de Tormes • Martín Fierro • Niebla • Rayuela • Citas ejemplares
Artículo destacado Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular. Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos |