Manifiesto del Partido Comunista

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Superman era el principal miembro de la Liga Comunista Justiciera.
Cita3.png¡Repartan las riquezas!Cita4.png
Karl Marx piropeando a unas damiselas alemanas.
Cita3.png¡Extra! ¡Tome su copia del Manifiesto por tan sólo $5! ¡Aproveche ahora o subirá de precio!Cita4.png
Friedrich Engeluls vendiendo una copia de su manifiesto.
Cita3.pngEs basura y dice muchas tonterías. No necesito leerlo.Cita4.png
George Bush confundiendo un libro de Santa Claus que le regalaron con el Manifiesto Comunista.

El Manifiesto del Partido Comunista (Maninfest der Sucien Judien Kommunistischen Partei, por su título alemán nazi), muchas veces llamado por su nombre comercial como el Manifiesto Comunista, es una célebre novela de ciencia ficción utópica (distópica para los burgueses) escrita por los humoristas judíos alemanes Karlol Marx y Friedrich Engelulz. Es una proclama de la Liga Comunista Justiciera (también llamada Liga de los Justos) dónde Marx salía con la ropa interior encima por las noches para combatir el capitalismo salvaje defendiendo a los trabajadores explotados y algunas damiselas en peligro. Al momento de publicarlo, si el libro resultaba líder de ventas Marx y Engels no se afeitarían jamás hasta el día de su muerte, según prometieron y hasta la fecha han cumplido. Es también, junto a El Capital, el texto menos leído por anticomunistas (así como La Biblia es la menos leída por los cristianos).

La novela autoproclamada como manifiesto trata de unos obreros que intentan dominar el mundo, aboliendo las clases sociales y haciendo a todos iguales; muchos de sus lectores sufren de dislexia por lo que terminan pensando que iguales significa "igualmente pobres". También rechazó la violencia armada, pero a nadie le importa, a todos les gustan las armas. A los detractores de la novela épica se les acusa de ser claustrofóbicos por la similitud que tiene la novela con la vida del santo religioso. La novela tuvo una secuela mucho más extensa llamada "El Capital", dónde Marx explica mejor de que se trataba el comunismo porque al parecer nadie lograba entenderlo.

Gestación

Marx

Marx usando su atuendo favorito.
Cita3.png¡LA BURGUESÍA PAPÁ, ESA ES LA CLASE QUE SE ME ATRAVIESA!Cita4.png
Karl Marx cuando su papá le preguntaba como iban las clases.

Carlos Mars, fanático del cuento infantil de superhéroes "Robin Hood", también fue un apasionado por la historia de Santa Claus, por eso siempre vestía de rojo y se mantenía obeso y peludo. Luego se daría cuenta que él era judío y que no debía admirar a Papá Noel, así que tuvo que volverse ateo por cosas de protocolo. Su apellido se debe a que fue un revolucionario luchador contra el Capitalismo en Marte.

Un buen día de resaca Mars (o Marx, como quieran llamarlo) dijo una frase que cambiaría el mundo: "Mañana no voy a trabajar" y fue allí entonces dónde todo se volvió claro y se dio cuenta de muchas cosas. Primero que aún seguía borracho y segundo que él era esclavo de su trabajo, o sea un alineado del sistema... y todo por el maldito dinero que le gustaba ganar para no ser considerado pobre. Pensó entonces en abolir las clases y así nadie iría al colegio y por lo tanto no trabajaría. Luego pensó que era mejor idea abolir las clases, pero las clases sociales. Es ahí cuando, por culpa de su resaca, comienza a delirar y soñando en un mundo mejor donde todo es justo y no hay capitalistas explotadores. Entonces le pidió a su sirvienta que le alcanzara una pluma porque iba a comenzar a redactar lo que sería el Manifiesto del Partido Comunista, partido al que se unió también un día de resaca creyendo que se trataba de Alcohólicos Anónimos, ya que todos tenían abundantes barbas y estaban desempleados. Pero se acordó que no podía escribir tal manifiesto porque sería encarcelado. Así que decidió expresar sus ideas en una gaceta de modas con un nombre del que nadie jamás sospecharía, llamándola: "A tomar por el culo, burgueses". En la gaceta aprovechaba para dar consejos de modas como vestir siempre de rojo y usar estrellitas de cinco puntas de colores.

"A Karl le dedican repúblicas y a mí sólo esta mierda de estampilla, que bueno que la barba no deja que se note que me estoy muriendo por dentro".

Engels

Cita3.pngMe declaro Engelista.Cita4.png
Nadie sobre Engels.

Mientras tanto, apareció sin avisar a nadie Friedrich Engels, un proletario que quería colaborar en la gaceta. Sólo que no era un proletario como los demás pues era hijo de una acaudalada familia de industriales que usaban monóculo, sobrero de copa y un bastón con un diamante en la punta con el cual alejaban a los niños pobres que les pedían pan. Engels había sido enviado a dirigir unos negocios en la ciudad inglesa de Manchester (algo de enseñar modales a los gañanes de algún club futbolístico), pero decidió pasar por Colonia para reírse de algunos pobres con una risa refinada.

Marx no confiaba en el fino y elegantemente vestido Engels, consideraba que era un intento de la policía, de la alta burguesía y del imperio alemán, de infiltrar a alguien a su gaceta (que ya tenía 20 importantes lectores) para quedarse con ella y con su barba blanca. Así Marx despidió a Engels sin ni siquiera haberlo contratado y lo obligó a pagarle una comisión sin derecho a réplica, que Engels por amor aceptó. Esto no detuvo a Engels a quién no le importó y siguió enviándole artículos desde Inglaterra. No fue sino hasta algunos años después que se encontraron en París donde ambos pasaban sus vacaciones comprando quesos rancios, que vieron que habían llegado a las mismas conclusiones teóricas por separado, que trabajar era para pobres y sin pobres entonces ya no habría que trabajar (el silogismo más lógico si se piensa). Engels siempre intentó explicarle a Marx que los obreros no tenían NPI de lo que escribía, que no sólo debía internacionalizar sus textos, sino dejar de usar términos derivados del latín y palabras poco conocidas; explicarse una manera más clara. Poco a poco Karl aceptó la crítica y entabló una hermosa amistad con Engels.

Así se volvieron inseparables amigos, no se separaban ni para ir al baño y a veces sus barbas se enredaban. Poco después fueron contratados por intelectuales para hacerles un manifiesto para su Liga Comunista Justiciera, ésta era una especie de club privado que consideraban que los beneficios de los trabajadores deberían ser en común y que la vida íntima de Karl y Friedrich era cosa de ellos. Así nació el Manifiesto Comunista con la ayuda de la esposa de Marx (a la cuál Engels detestaba) a imprimirlo en papel ecológico y anticapitalista.

Pequeño resumen de los capítulos

Introducción

¡Hay un fantasma que recorre Europa y pide que repartan riquezas!
Cita3.png¡Los burgueses dicen que estoy loco! ¡Les digo que hay un maldito fantasma!Cita4.png
Friedrich Engels en sus momentos de delirio.

Marx y Engels comienzan la novela asustándonos con una introducción dónde nos hablan de sus tiempos de cazafantasmas en Europa, dónde era mal pagados y además eran explotados por malvados burgueses, todo mientras pensaban en más ideas para rellenar su manifiesto. En esta parte hablan especialmente de un fantasma que los cautivó y le decía cosas revolucionarias. Razón por la cuál este benévolo fantasma era odiado por el Sumo Pontífice, los capitalistas y sus esposas quienes no creían en su existencia y los llamaban locos. Eso nos les importó y jugaron a la Ouija para que este dichoso fantasma se manifestara.

I: Burgueses y proletarios

Cita3.png¿El burgues era el que comía hamburguesas? Estos libros de religión nunca fueron lo mío.Cita4.png
Mijaíl Gorbachov un poco antes de disolver la URSS.
Si los filósofos algo sabían, es que los capitalistas son gordos y visten de smoking (como El Pingüino), mientras los proletarios suelen llevar ropa roja (como Santa Claus).

Como buena novela de superhéroes, comienza hace mucho tiempo con un grupo de personas oprimidas bajo terribles régimenes. Así ha sido desde la prehistoria, donde los grandes Tiranos dominaba a los comibles cavernicolas, hasta llegar al burgues (quien era el villano) y al proletario (quienes era el héroe de esta historia). Explica así que han existido varios sistemas que funcionan igual:

  • Esclavitud, cuando los faraones y sus momias dominaban sobre los esclavos que eran azotados con rudeza. Marqués de Sade no cuenta como esclavo.
  • Feudalismo, cuando los señores feudales practicaban derecho de pernada con sus vasallos y vasallas
  • Capitalismo, cuando los burgueses compraban el trabajo de los proletarios a precios ridículos y luego los hacían comprar a su vez cosas que no necesitaban con dinero que no tenían.

Pero a comparación de las primeras dos, dice Marxgels (nombre con el que los designaba la prensa cuando creían que eran pareja), la burguesía no puede existir sin la existencia del capital y el capital no puede existir sin los viriles y sudorosos obreros que "revolucionen" los instrumentos de producción para que aquellos tengan comida caliente y monos capuchinos mayordomos. Para ésto pidieron la abolición de la propiedad privada. Es decir que todo sea de todos, incluida tu esposa. Algo por lo que fueron muy criticados, pero se defendieron diciendo que ya en el seno (nótese la insistentes referencias a quedarse con su esposa) de la sociedad actual existía un tipo de abolición.

Aunque en algún momento se agotará la enajenación de la clase obrera y cuando los proletarios llegaran al poder (ellos calculaban en diez años, se pasaron de optimistas), no se volverían los opresores como en otras revoluciones (cuando los que luchan por liberarse se convierten en los malvados gobernantes[1]) porque estarían cansados, hambrientos y ávidos de amor socialista, sino más bien pronosticaban un apocalípsis zombie proletario que destruiría las estructuras históricas convencionales llegando a una dictadura de la mayoría que duraría hasta el fin del mundo (que el propio Manifiesto del Partido comunista pronosticaba en 2012, un desacierto más).

II: Proletarios y comunistas

Un comunista sobrehormonado al centro, rodeado de pequeños proletarios obedientes. Marx y Engels deben estar revolcándose en sus fosas comunes.
Cita3.pngLa teoría es excelente pero me parece que la praxis será inviable.Cita4.png
Karl Marx luego de leer el Kamasutra junto a su esposa.

Se deja en claro que los comunistas no son los amos y señores del movimiento proletario, sino a lo sumo, sus mayordomos o damos de compañía. Luego defienden sus posiciones contra los burgueses que aseguraban que los comunistas pretendían abolir la propiedad privada, el trabajo, la familia, la nacional, la individualidad, destruir las cosechas, comerse a sus hijos, violar a sus reyes y lamer a sus sacerdotes. Aquí Marx y Engels aclaran que el comunismo no haría eso con todos, sólo con los burgueses, por ser mentirosos y pendencieros. Ambos, obviamente coincidían en la idea de repartir las riquezas con la filosofía de que es mejor dar que recibir. Según declaraciones a Marx no le gustaba que le dieran aunque a Engels sí le gustaba darle.

El capítulo finaliza concretando la visión utópica que dice que el proletariado se eregirá como clase dominante y como gobierno, concentrará los medios de producción en sí mismo, expropiará todo lo que se le ponga en frente (si el rico dueño se opone, se le dará una patá en los cojones) y así hasta que hayan desaparecido las diferencias de clase y todos seamos igual de pobres, como en Cuba en libertad y desarrollo armónico.

III: Literatura socialista y comunista

Buenos días ¿tiene un minuto para hablar de Marx?
Cita3.pngHay una persona que se sacrificó por nosotros. Su nombre era Marx y sacrificó horas con la afeitadora por usted.Cita4.png
Testigo de Marx promulgando la literatura socialista.

En este capítulo explica cómo los libros eran un arma de doble filo contra los burgueses [2]. Algunos tomos eran bastante pesados y podían lastimar a los malvados opresores, a falta de armas de fuego, quizás por eso Marx luego escribiría El Capital un tomo visiblemente más extenso y que podría lastimar a algún burgués. Aunque lo que realmente Karl quería era que dejaran la violencia y que en un lugar de usarlos de pisa-puertas, los usaran para leer. Así, más adelante, podrían escribir para unirse entre sí sin que la clase opresora se entere, aunque existiera la oportunidad de que algún burgués no deseara bañarse en una tina de dinero esa noche y leyera algunos de esos libros.

Poco a poco debían recomendar a los trabajadores el hábito por la lectura. Incluso antes de que éstos supieran leer. Recomendaban también leer libros socialistas de la talla de El retrato de Dorian Grey de Oscar Wilde en sus horas de trabajo para que sus jefes se enojaran (no sólo por poner a cultivarse en horas laborales, sino por la bisexualidad de Wilde).

Para eso también había que definir bien cuáles eran los libros socialistas y los libros comunistas. Cualquier libro que hable de una persona rebelde, que haya sido esclavo, que no tenga trabajo o que simplemente tenga una abundante y descuidada barba podría ser considerado socialista. Mientras que los comunistas eran igual, pero debían tener intervención mágica (Merlín, Jesús, un elfo doméstico) para lograr un impacto adicional. Luego, lo importante era promulgarlos al pueblo para que este se enterara y a pesar que los malvados fariseos burgueses se oponían había que promulgar la palabra del Señor (del Señor Carlos Marx).

IV: Actitud de los comunistas ante los otros partidos de la oposición

Marx era un gran detractor de la violencia armada y el militarismo ¡pero a quién le importa!

En este breve último capítulo (de sólo 1200 cuartillas, nada más) los autores enseñan como la Liga de la Justicia Comunista (o Liga Comunista Justiciera como a Marx le gustaba llamar) de cada país debe aliarse con otros partidos de oposición, excepto con los partidos burgueses, que eran todos excepto los abiertamente comunistas, por lo que el problema quedaba solucionado al aliarse el Partido Comunista consigo mismo (nótese que todavía no existían las mil y una ramificaciones actuales). Así una vez en el poder el estado podría darle por culo a los proletarios y repartir la ansiadas riquezas.

Una vez hecha la alianza, Karlol y Engelulz (como luego serían llamados por la comunidad informática revolucionaria) dicen que no será suficiente ya que como nadie vota por barbudos socialistas proletarios porque temen que algún día hagan un régimen dónde todos tengan que tener barba (incluidas las mujeres). Así que tendrán que tomar el poder por la violencia como buenos fascista revolucionarios, y si no es por ese medio, debe ser por la ultraviolencia, ya que los proletarios no tienen nada que perder (claro, excepto sus vidas y las de sus seres queridos) y todo que ganar (excepto un dinosaurio, no importa lo proletario que seas, nunca tendrás uno).

Al final, se cierra con:

Cita1.pngVengadores Proletarios de todos los Países, uníos! "Cita2.png

Recepción

Traducciones

Cita3.png¡Comunismo, manifiéstate!Cita4.png
Traducción japonesa del Manifiesto Comunista.

Luego del éxito de la novela épica se hicieron varias traducciones a muchos idiomas. Por culpa de un "falso amigo" muchas de las teorías que se planteaban en el manifiesto fueron malentendidas. Como por ejemplo en el idioma inglés se confundió mucho cuando tradujeron la palabra "Partido" a como se dicen en inglés "Party" (como dicen los yankis), pareciendo como si el libro tratara de una fiesta comunista. Lo cuál, extrañamente, resultó producente ya que muchos jóvenes revolucionarios (Lenin, Fidel, Meow y otros prendidos) compraron el libro pensando que hablaría de cómo hacer una fiesta alocada y así se fueron interesando en la lectura de Marx, decidiendo luego hacer regimenes autoritarios.

La finalidad del libro como tal era ser distribuida a muchos países para correr la voz. En muchos países hubo problemas con la traducción y creyeron que el libro no se trataba de uno de ciencia ficción pudiendo aplicarse a algún gobierno.

Crítica

Cita3.png¡No creo en Carlos Marx! Sólo creo en tu sonrisa azul. En tu mirada de cristal. En los besos que me das...Cita4.png
Benito Mussolini contándole a Hitler su salida del Partido Socialista y criticando el marxismo.

El manifiesto, a pesar de las ventas, tuvo bastante crítica. Desde burgueses enojados a proletarios que no sabían leer y veían la portada un poco ofensiva. Muchas honorables personas de la extrema derecha alemana veían el libro bastante radical y que le faltaba especificar contra cuales burgueses iban a luchar (si eran judíos o no) además de que le faltaba especificar que los proletarios alemanes eran superiores a los proletarios de otros países de Europa y el mundo. Marx se negó a hacerle cambios al manifiesto más que todo porque tenía ya tanto cabello y tanta barba que le costaba recostarse a escribir porque le obstaculizaba la visión.

- Eh... camarada Marx ¿me está usted viendo el paquete? [3]

La obra también sirvió para dar a conocer lo que luego sería llamado como marxismo (que eran las corrientes filosóficas que decía Marx por sus cojones). No se creó el engelismo en cambio porque todos sabemos que Engels era un cero a la izquierda (¿Entendieron? ¡Izquierda!) y Marx se llevó todos los derechos de autor junto con las regalías; todo post-mortem porque murió pobre y solo. Eso puso muy triste a Engels, pero nadie lo notó porque su barba no permitía ver sus expresiones faciales con claridad. Más adelante, el marxismo se fusionaría con las ideas de Vladimir Lenin, aficionado a la ciencia ficción y fanático número uno del manifiesto. Se dice que, en su adolescencia, lo acosó en determinadas ocasiones para conseguir su autógrafo en el manifiesto pero nunca lo logró. Muchos criticaron el género (ciencia ficción) con el que era reconocido, muchos decían que era más coherente llamarlo una muestra del buen surrealismo [4]. Fue rechazado el cambio de género porque se argumentó que el libro hablaba de Política (la cuál es una ciencia) y que podía ser real en un contexto histórico o en un extraño universo paralelo. [cita requerida]

Posteriormente todas estas críticas derivaron en que Marx se separara del dúo dinámico y reescribiera la historia del mundo en El Capital con una imprenta malísima y que dejaba poco que desear, donde critica a quienes le criticaron y da una visión que la utopía marxista puede ser posible poniendo un poco de empeño, aunque también ganó la enemistad de algunos religiosos al ser considerados como opio, cuando ellos se consideraban a sí mismos a lo sumo como adicción al tabaco.

Muchos paranoicos los acusaron de conspirar contra el todopoderoso gobierno alemán y demás gobiernos europeos, trayendo consigo un "paquete" comunista que supuestamente traería miseria, a pesar que Marx dice que quiere luchar contra eso. Así pues, se prohibió la venta del libro en muchas regiones. Marx luego explicaría que es una obra de ficción y que no había que tomárselo en serio y en cambio disfrutarla con un poco de humor proletario.

Actualidad posmoderna

Cita3.png¡Qué gran libro! ¡Qué co..! ¡Deja de pedir dinero marginal, vete a trabajar y déjame leer mi libro en paz!Cita4.png
Joven revolucionario luego de comprar el libro en formato .pdf a través de su iPhone.
El marxismo ha intentado muchas cosas para interesar a los jóvenes y no decaer en ventas.
A Stalin parece no gustarle mucho los nuevos lectores del Manifiesto Comunista.

Se le considera hoy en día como unos de los manifiestos más importantes en la historia, después de cuando Oscar Wilde manifestó su salida del clóset o cuando Adolf Hitler manifestó que no tenía buen feeling con los judíos (obviamente con los autores de este manifiesto, menos). Muchos admiran la calidad heroica de cómo un pobre proletario pudo convertirse en alguien importante y derrotar a los malvados gordos burgueses, pero todos saben que eso jamás pasará a menos que se derroten a sí mismos con algunas crisis.

Durante el siglo XX tuvo mucho auge pues algunos países decidieron que era bueno probar cómo sería en la vida real, empezando por Lenin y Stalin en la URSS haciendo famosa la inversión conquense que dice que las masas oprimidas son las que mandan, y que los comunistas viven como zares. Estos líderes eran muy marxistas, tanto así que decidieron voltear de cabeza el libro y hacer lo que ellos quisieran (representando al pueblo claro). De ahí se trasladó a países como Cuba y Venezuela donde los marxistas-católicos disfrutan vivir como en una novela utópica. Todos leen el Manifiesto y su secuela como mejor le parezca, todos felices.

En el siglo XXI es además catalogado como una de las más famosas novelas revolucionarias de la historia junto a V de Vendetta; la Biblia, dónde otro señor con barba logra hacer enojar a los malvados judíos burgueses. Sólo que ésta última obra no tuvo un final feliz y el Corán, dónde un tipo (también con barba) lucha porque una extraña montaña burguesa llegue hacia él. Cabe destacar jóvenes le han dado un nuevo significado. Muchos claman que luego de haber leído este libro les ha dado por defender los derechos de los inmigrantes y homosexuales a pesar que no está en ninguna parte del libro.

Aún continúa leyéndose en las escuelas de filosofía y algunas de economía como un medio o de hacer entender el papel de la lucha de clases en la historia o como método para joder al alumno que no está a penas entendiendo el libre mercado al comprar exámenes y ya le proponen un sistema comunista donde todos pueden copiarse. Como lo dijo en su tiempo Friedrich Nietzsche, crítico de modas, quién dijo que "lo que no te engorda te hace más fuerte" o que Dios había muerto (es decir, que había pasado de moda). Nietzsche opinó que el comunismo ya no era algo chic así que tuvo que ser retirado de los anaqueles en las librerías. Además dijo que llevar barbas ya no era el grito de la moda (ni el grito del proletario). Ahora lo que venía era llevar bigote, pero eso es otra historia.

Muchos en la actualidad lo consideran un manifiesto de una izquierda retrógrada y pasada de moda. Sus seguidores por eso lo llaman un manifiesto de retroizquierda o también con un nombre mucho más simpático: izquierda retro. Siguiendo el ejemplo de Nietzsche muchos dirían que, simplemente, ha pasado de moda.

Referencias

  1. Revolución francesa, Revolución cubana, Franquismo, etc.
  2. Sobre todo esos libros que tienen hojas bastante filosas y que cortan.
  3. Engels hablaba, obviamente, del "paquete comunista".
  4. Por eso Salvador Dalí era comunista.

Manifiéstese también

Enlaces externos


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Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular.

Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos
por el mismísimo Miguel de Cervantes.