Manuel Velasco Coello

De Inciclopedia
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Manuel Velasco Coello
BanderaMéxico.png
Güero Velasco.jpg
El galán de la política chiapaneca
Escudochiapas.png
Gobernador estrella
de Chiapas
Mandato 2012-2018 cuando se autoproclamó Gobernador Sustituto
Residencia La Ciudad del Romance
Poderes Encantar votantes con su sonrisa y apropiarse del escenario político
Anterior Siguiente
Parásito Robolucionario Institucional (RIP).png
El Predecesor
ELMEJORPARTIDO.png
El Sucesor Ecológico
Personal
Nacimiento Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Afiliación Parásito Muerte Ecologista (VOTOS).jpg Partido Verde Galán de México
Estado actual En búsqueda de su próxima telenovela política
Relaciones Dinastía Velasquista, Anahí
Enemigos Acusaciones de nepotismo, amaño electoral

Manuel Velasco Coello (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas: 7 de abril de 1980) es un político y abogado mexicano cuya principal virtud, hay que admitirlo, es su innegable atractivo físico. Con un porte y unos rasgos que cualquier galán de telenovela envidiaría, este miembro del Partido Verde Ecologista de México se abrió paso en la política chiapaneca con más ayuda de sus encantos que de sus ideales ecologistas.

Y es que ser guapo le valió para convertirse, de manera sospechosa, en el primer militante de su partido en gobernar un estado al asumir de manera por demás cuestionable el poder ejecutivo de Chiapas en 2012. Su mandato, por supuesto, estuvo repleto de más irregularidades que poros en su tersa piel. Las acusaciones de nepotismo y amaño electoral lo persiguieron como jaurías de admiradoras, convirtiéndolo en el "Tucán-Mapache Electoral" por excelencia.

Pero su mayor proeza de belleza fue cuando, tras pedir licencia al Senado en 2018, ¡se nombró a sí mismo como "Gobernador Sustituto"! Una estrategia jurídica tan atrevida como sus rasgos angelicales que dejó patidifusos hasta a los más cínicos. Este descendiente de la dinastía velasquista terminó sumándose a la descabellada "Cuarta Transformación" de AMLO. ¿Convicción sincera? ¿Frío cálculo político? ¿Obadiencia ante un líder aún más apuesto? Sólo su espejo de cuerpo entero lo sabe.

Por si fuera poco, en 2015 Don Manuel contrajo nupcias de manera escandalosamente opulenta con la estrella Anahí en San Cristóbal. Una boda de telenovela donde dos bellezas de diferentes estratos sociales se unieron en sagrado matrimonio de ostentación y lujos varios.

Biografía

Desde muy pequeño, Manuelito destacó por su innata habilidad para colarse en eventos y apropiarse de cosas ajenas, mostrando un talento superdotado para la política. A los 21 años, siendo básicamente un chamaco, ya había logrado colarse como diputado local, la edad mínima requerida. ¿Sus credenciales? Ser guapo y bien parecido, cualidades de mucho más peso que cualquier título universitario. Hablando de eso, dicen por ahí que Manuel es egresado de la carrera de Derecho de la Universidad Humanitas. Bueno, más bien iba y venía entre clases por aquello de las "humanidades". Total, para político eso de estudiar es poco relevante.

Diputado local

Velasco entró a la política como diputadillo local en 2001, erigiéndose de inmediato como la estrella infantil de la Cámara. Con sus mejillitas sonrosadas e infantiles, de inmediato se ganó la simpatía y algunos favores y canonjías de compañeros legisladores más rucos. Ocupó puestos de alta envergadura como Secretario de la Mesa Directiva y presidente de la Comisión de Ecología, aunque en realidad no sabía distinguir un árbol de un cactus.

Diputado federal Dos años después, en 2003, este pequeño político inexperto dio el salto al congreso federal como diputado plurinominal del Partido Verde. A sus 23 añitos, se convirtió en el legislador más joven y más carismático de la Cámara, además de obvio prospecto para varias familias adineradas en busca de yerno.

En esa legislatura, el pequeño Manuel destacó por sus ocurrencias y por pedirrados de jugos y panqués en las comisiones. Entre sus grandes logros estuvo una iniciativa para que los niños pobres pudieran recibir salud gratis, aunque estaba más preocupado porque le regalaran un poni.

Senador precoz

Es tan ecologista que hasta el dinero limpia.

En 2006, este prospecto de la política logró colar sus encantos infantiles en el Senado, convirtiéndose en el legislador más joven en la historia de la República a sus 26 años. Sus compañeros senadorcitos lo recibieron entre abrazos y un par de nalgaditas cariñosas. En ese periodo, el pequeño Manuel fue presidente de la Comisión de la Medalla Belisario Domínguez, por aquello de los méritos cívicos. También integró otras comisiones de las que mejor ni hablamos porque se la pasaba rayando las bancas. En casi 6 años, presentó un chingo de iniciativas, la mayoría sobre agrandar los tiempos de receso y que hubiera más recreo para todos.

Gobernador de Chiapas

Después de las rocambolescas elecciones de 2012 en Chiapas, un hecho insólito sacudió a la nación: ¡Un chamaquito de 32 años había sido ungido como gobernador! Sí, el pequeño Manuel Velasco Coello se convirtió en el mandatario más joven del país al obtener un total de 1,114,187 votos... la mayoría de ellos, comprados.

Las primeras encuestas de salida mostraron una inexplicable ventaja del 68% a favor del Partido Verde, PRI y Nueva Alianza, los tres partidos que formaron una Alianza más poderosa que los Avengers para impulsar al pequeño Manuelito. Algunos analistas sugieren que el Verde aportó los votos ecológicos, el PRI los votos comprados y Nueva Alianza los votos de genuina confusión ciudadana.

Tras un cómputo más turbio que las agua negras de Xalapa, el Instituto Electoral de Chiapas declaró válidos los comicios y le entregó la constancia de gobernador electo al pequeñín Velasco. Los partidos de oposición objetaron, acusando un despilfarro de recursos y compra masiva de votos, pero los regañaron con un ¡A callar, infantería!

El 8 de diciembre de 2012, en una ceremonia ¿inaugural? digna de un Día de Reyes, el pequeño Manuel tomó protesta convertido en el gobernador más joven, guapo e inexperto de la historia chiapaneca. ¡Ternurita! Los representantes de casas editoriales y canales infantiles ya pugnaban por publicar sus memorias en cuarto tomo: "Manuelito Gobernador".

Senador cuatroté

En los anales de la política mexicana, pocos personajes han encarnado mejor las contradicciones y los vicios del sistema que Manuel Velasco Coello. Este jurista y político chiapaneco, oriundo de una de las dinastías más añejas del país, fue durante años un prototipo del "mapache-tucán" electoral: esa especie de político cuyas prácticas están tan arraigadas en el amaño, la compra de votos y las componendas como el pico del tucán en la selva.

Su trayectoria previa a 2018 estuvo plagada de acusaciones de fraude, malversación de recursos y nepotismo dignas de estudios académicos. Baste recordar sus accidentadas y cuestionadas elecciones como gobernador de Chiapas en 2012, o sus maniobras leguleyescas para reelegirse como "Gobernador Sustituto" al concluir su mandato constitucional. Prácticas tan descaradas que habrían hecho ruborizar al mismísimo Roberto Madrazo Pintado.

¿Si fuera corrupto sería así de fuerte?

Sin embargo, en un giro argumental al estilo de Juan Rulfo, este célebre "tucán" chiapaneco protagonizó en 2018 una insólita metamorfosis ideológica: de pronto se convirtió en paladín de la "Cuarta Transformación" del presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Fue una sincera conversión en el camino a Damasco? ¿Un oportunismo político frío y calculado? ¿O simple arrebato ególatra de un pájaro tropical ávido de reflectores?

Lo cierto es que, de manera ridículamente soez, las autoridades electorales validaron la impresentable postulación de Velasco al Senado mientras aún fungía como gobernador chiapaneco, en un desacato sin ambages al Estado de Derecho. Ahí iniciaron toda una serie de piruetas jurídicas más retorcidas que un episodio de wrestling. Él mismo se concedió licencia como gobernante regional... para luego auto-nombrarse su propio "Gobernador Sustituto".

Y como si esto no fuera suficiente mofa a la institucionalidad democrática, en mayo de 2023 el otrora "mapache-tucán" anunció su maltrecha candidatura presidencial bajo las siglas de la autodenominada "Cuarta Transformación".

Críticas

Manuel Velasco, el gobernador que se propuso reducir su salario en un 50%, logró algo impresionante: ser criticado incluso por eso. Los medios no han dejado de señalar su inexperiencia y la escasa atención que presta a los problemas sociales de su estado. Claro, lo único que sí heredó con éxito fue una enorme deuda pública, cortesía de la administración anterior.

Cuando llegó el momento de su primer informe de gobierno, Velasco decidió que no había mejor manera de informar a todos de su desempeño que invadiendo cada rincón del país con su imagen. Gastó tanto en publicidad que su cara estaba en todas partes: en la televisión, en los periódicos, hasta en los cines (incluso en los porno, bueno, especialmente ahí). Según los chismosos del PAN, se gastaron 110 millones de pesos solo en eso. Con ese presupuesto, uno pensaría que se estaba lanzando una nueva película de superhéroes, pero no, solo era un informe de gobierno.

Entonces, aparentemente, nuestro héroe súper inteligente y fiscalmente responsable (tos, tos) decidió construir una elegante plaza de toros temporal porque... ¿razones? Afirma que sólo le costó 70 millones de dólares cuando todo el mundo sabe que se acercaba a los 250 millones de dólares. Para colmo de males, organizó allí una pomposa convención de charros en 2016, que incluyó una representación de ópera con Anahí cantando (hablando de tirar el dinero). ¿Sabes qué hubiera sido realmente genial? Usar ese dinero para arreglar baches o tal vez financiar programas educativos. Pero no, gastémoslo en cosas que harán felices a los ricos.

Así, entre recortes de salario, campañas publicitarias millonarias y lienzos charros de lujo, Manuel Velasco ha demostrado que, si bien puede no tener mucha experiencia en resolver problemas sociales, tiene un talento innato para gastar dinero en las cosas más inesperadas.

Véase también

  • 7 de abril Líder contemporáneo (+) ☀️