Machismo
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A lo largo de la historia en la mayoría de las culturas humanas, los machos de la especie han sido dominados social, económica, política y sexualmente por las mujeres. El machismo es un movimiento que propaga ideas y apoya medidas destinadas a revertir dicha situación, lograr la liberación del hombre y la igualdad entre ambos sexos.
Historia
A finales del siglo XIX, un grupo de hombres de Estados Unidos y el Reino Unido, se organizó para exigir la concesión de derechos civiles a los hombres, en especial el derecho al sufragio. Los primeros activistas machistas proclamaron ideas hasta entonces inauditas y que generaron grandes escándalos, como que los hombres también son personas e incluso tienen deseos sexuales igual que las mujeres. Los machistas manifestaban quemando sus calzoncillos y los alzaban ardiendo en señal de protesta. A pesar de la fuerte oposición inicial, las avalanchas de mal olor surtieron su efecto.
Desde entonces se ha seguido reclamando la igualdad ya sea tanto a nivel legal como a nivel práctico, mediante la emisión de eructos y flatulencias, las ingestas desmedidas de alcohol, el descuido de la higiene bucal y corporal y demás comportamientos que se han convertido en los distintivos de los machistas radicales.
Ideología
El machismo ha dado lugar a numerosas corrientes, muchas de las cuales se contradicen entre sí. Se consideran como machistas, desde los que exigen que el sistema capitalista explote a hombres y mujeres por igual, hasta los que prefieren neutralizar la liberación del género masculino con la opresión de un buen régimen socialista. Algunas de las ideas en debate, incluyen:
Sexo y género
El sexo y el género de una persona no son la misma cosa. Es decir, a uno le puede colgar su abultada y elegante protuberancia, sin dejar de ser al mismo tiempo toda una señorita. La identificación entre el sexo biológico y el género social es otro de los instrumentos que utiliza la sociedad matriarcal gineocéntrica, para reprimir los deseos más íntimos del hombre. Si a un hombre le da por salir de compras, leer El diario de Bridget Jones, comentar el último capítulo de Sexo en Nueva York, mientras lleva puestas las bragas de su mujer, la sociedad lo condena inmediamente. Así los hombres se ven privados de temas de conversación y quedan limitados a los reducidos ámbitos de la política y el deporte. Eso sin contar los terribles prejuicios a nivel social, causados por la imposibilidad de seguir los últimos gritos de la moda en diseño de ropa interior.
Algunos teóricos machistas postulan que, en realidad, el sexo biológico ni siquiera existe y que todas las diferencias son exclusivamente de carácter social. La división en dos sexos no sería más que una mentira inventada por un grupo de médicos y parteras ignorantes, que al ver que a unos recién nacidos les cuelga un dedito extra y a otros no, se inventaron que el dedito tenía alguna utilidad.
Igualdad y diferencia
Para muchos machistas, los hombres y las mujeres son en esencia iguales y por lo tanto deben tener igualdad de derechos y oportunidades.
Otros machistas sin embargo, sostienen un planteamiento opuesto. Los hombres deben recibir los mismos derechos que las mujeres precisamente porque son distintos. Lo que el mundo necesita son más hombres en posiciones de poder, ya que las mujeres, por culpa de su instinto maternal, no saben actuar con firmeza y belicosidad cuando es necesario. Las feministas por su parte, sostienen que si los hombres llegaran a ocupar los puestos de gobierno, dirigirían al mundo con sus típicas competencias de ego, conflictos y guerras obsoletas. El mundo se convertiría en un caos de violencia y explotación en lugar del actual paraíso de histeria, impulsividad y peleas en el barro.
Explotación sexual
Los machistas afirman que las mujeres suelen ver a los hombres sólo como objetos sexuales y no como sujetos pensantes, con sentimientos y personalidad propia. A una mujer le alcanza con acostarse sólo con dos hombres para que enseguida la califiquen de meretriz y pueda ganarse su sustento fácilmente y de manera digna. En cambio, un hombre tiene que estar acostándose siempre, cada vez con más mujeres, para que no duden de su virilidad, le echen de su trabajo y una banda de neonazis le apalee por homosexual. Es muy común que las empresarias abusen de esta situación, para acosar sexualmente a sus empleados y obligarles a concederles favores sexuales a cambio de beneficios laborales.
Los machistas se quejan de que los hombres son exhibidos constantemente como objetos en pinturas, esculturas, revistas, publicidades, películas y series de televisión. La imagen de un hombre desnudo puede servir para que las mujeres compren más perfumes o refrescos dietéticos, sin que conozcan quién es la persona detrás de la publicidad, sus sueños y ambiciones o tan siquiera su nombre. En cambio, cualquier mujer medianamente bella o que le pague a un buen cirujano, puede conseguir que todo el mundo la conozca y esté pendiente hasta de los detalles más triviales de su vida personal.
Oposición al machismo
Una de las pocas cosas que unen a casi todas las corrientes machistas es el repudio a los prejuicios feministas y a la sociedad matriarcal.
Las feministas conservadoras afirman que el avance del machismo está trayendo como consecuencia la destrucción de la familia, la religión, la moral, las buenas costumbres y todas las bases de nuestra sociedad. Según la arraigada creencia popular, los machistas no son más que una manada de machos infelices y frustados, incapaces de conseguirse una buena hembra que los complazca. Si pudieran conseguirse una mujer que los atienda como Dios manda, se calmarían y se dejarían de revoluciones y demás estupideces. El único lugar para los hombres es la cama y el cuarto del televisor, y las mujeres nunca tendrían que haber permitido que salieran de allí.
Sin embargo, una de las principales oposiciones al machismo proviene de los propios hombres que rehúsan abandonar las ventajas que les otorga su status de sexo débil. Muchos hombres prefieren seguir tomando cerveza y mirando el partido de fútbol mientras sus mujeres se encargan de darles de comer, evitar que sus casas se transformen en un chiquero y calmar a esos demonios que no paran de chillar y cagar. Con tal de seguir evitando aquellas cargas, algunos están dispuestos a tomar medidas extremas, incluso hasta buscar trabajo.
Por otro lado, varios machistas postmodernos han expresado sus críticas al machismo tradicional, tachándolo de otra forma de opresión colonialista. Afirman que la igualdad es una aspiración de hombres occidentales, blancos, heterosexuales de clase socioeconómica alta. A los pobres, a los homosexuales, y a los miembros de otras etnias y culturas, en cambio, seguro que les encanta que les mutilen y les maltraten basándose en su género, y mejor que siga siendo así.
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