Noche Triste
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ARTÍCULO APTO PARA EXTRANJEROS Este artículo trata de un tema local de México, pero para entenderlo no hace falta tramitar la visa. Si lo va a editar, por favor, asegúrese de que se mantenga así. |
¡Órale, pues, cabrones! Festejemos, que hemos salido victoriosos... ¡¡Yo invito las mujerzuelas!!
La llamada Noche Triste fue, paradójicamente, una de las muchas y tantas noches de más felicidad para el ejército azteca como también para el resto del pueblo, puesto que se sacaron de encima a Don Cortés y a sus malditas escorias huestes españolas, el 30 de junio de 1520, en las afueras de la entonces ciudad de Tenochtitlan (Hoy conocida como Mécsico De-eFe). Aunque suene a contradicción (Y ciertamente lo sea), la felicidad y la amargura para ambos bandos no fue durarera, ¿pues no has oido hablar de la mejoría pre-devastación irreversible? ¿O de la devastación irreversible pre-triunfo inminente? Bueno, entonces... si desea saber más, todo aquí, a continuación...
Historia y desarrollo
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Atención: Inciclopedia advierte que las siguientes secciones contienen nombres chistosos y/o difíciles de pronunciar, por lo que es muy probable que le de calambres de lengua y/o se emputezca leyendo cosas que jamás imaginó siquiera ver Vaya con cuidado. |
Entrada de Cortés (Sí, Hernán) a Tenochtitlan
En noviembre de 1519, Cortés y su ejército de metrosexuales entraron a la capital del Imperio Azteca, Tenochtitlan: una hermosa ubre urbe paradisíaca, un delicado valle de ensueño; en pocas palabras, mucho mejor de lo que hoy es su pestilente sucesora. El gran y poderoso Moctezuma II, rey del susodicho imperio y personaje influyente de la sociedad, esperaba al español, acompañado por la nobleza y algunas que otras sirvientas de su cabaret favorito. Cortés se desmontó y quiso saludar al soberano, mas éste acto fue impedido por Cacamatzin e Iztalapapalcalpapa... o algo así; puesto que la tradición decía que era "intocable". Los mexicas y el español intercambiaron regalos y adornos tipo baratijas, característicos de quinceañeras malcriadas o, peor aún, de divas en celo. Acto seguido, Cortés recibe hospedaje en el palacio de Axayácatl, un lujoso hotel de cuatro estrellas con servicio de piscina y sauna.
Ya instalados, de la nada se le ocurre a los españoles construir su propia empresa no gubernamental con ánimos de lucro para la adoración de un ser divino, siempre y cuando el devoto tenga con qué contribuir a la causa; mas el emperador azteca se había negado a que lo hagan en el templo de Hutzi... Hutzi... en el templo de Hutzialgo. Aún así, tuvieron permiso real de levantarla en otro lado, específicamente donde se hospedaban... o por ahí cerca. Después, buscando la mejor superficie para empezar a edificar, un soldado descubre una puerta secreta que escondía los tesoros[1] que Moctezuma guardaba, reunido por su padre, Axayácatl.
Cortés y algunos capitanes vieron el tesoro, sobre todo porque era invaluable y a cualquiera le hubiera excitado verlas... y las joyas y el oro también servían. Así, entonces, el español ordenó que se vuelva a tapar, como si no hubiera pasado nada. Después, al conquistador badajocés... o badajocero o como carajo se diga, se le metió la idea de que brutalmente podría a llegar a ser descuartizado, empalado y usado como cebo para pesca. Entonces, alguien sugirió tomar como rehén al emperador mexica e intercambiarlo por su tesoro. Coretés se negó, pues pensó que no era muy buena idea. Pero, instantáneamente, a éste se le ocurrió la idea de tomar como rehén al emperador mexica e intercambiarlo por su tesoro; a lo que sus huestes aclamaron la ideota.
Prisión de Moctezuma
El pretexto para deshacerse de Moctezuma 2.0 lo obtuvieron en Nautla, un pueblo tontonaca que se había aliado con los españoles, puesto que tenían recelo de los aztecas por ser unos pinches cabrones autoritarios y abusivos del poder. Cuando los cobradores de impuestos tenochtitlanos llegaron a cobrar tributo, el cacique se rehusó, puesto que ahora tenían como aliados a los extranjeros de acento zetozo y les pidieron ayuda por si "algo" llegara a pasar. Los mexicas se enojaron y atacaron. La escarmuza terminó con las penosas existencias del capitán Escalante y seis más, como también las de seis o siete mil tontocacas más.
Al enterarse del suceso, Cortés reprochó al Huey Tlatoani su hipocresía puesto que lo consideraba "colega" por haber salido de juerga juntos en ocasiones anteriores. Entonces, el español lo tomó como prisionero, conduciéndolo al palacete de su padre, Axayácatl. Los súbditos, lacayos y otros traidores que usaba como perra personal se irritaron y exigieron a los españoles liberar al emperador y retirarse de sus tierras. Cortés se sentía con miedo y exigió a su rehén que entregue a Cuauhpopóca, el cacique que ordenó la matanza de los españoles.
Mocty aceptó, por alguna razón, creyendo que iba a ser liberado, e hizo que el susodicho noble se presente, junto con sus ayudantes. Un par de días después, Cortés y los españoles avergonzaron al Tlatoani, mostrándolo ante la sociedad, encadenado y atado, como si fuera a practicar algo pervertidamente sexual con él; en fin... Por su parte, Cuauhpopoca y sus lacayos fueron galardonados con pases VIP para la inauguración de la hoguera.
La matanza del Templo Mayor
Fue un intento no fallido de "supervivencia", si es que se lo puede llamar así. Cortés se ausentó para luchar en no sé qué batalla y dejó a un tal Alvarado a cargo de cuidar al Wey Huey Tlatoani, con una triste dotación de 80 soldados; sus aliados indígenas inventaban mentiras por un supuesto golpe de estado que harían los mexicas para liberar a su emperador y echarlos del territorio; Alavarado siente miedo y ataca primero, ocasionando una matanza indiscriminada[2], ayudado por sus aliados tlaxcaltecacas y tontonacas (Quienes éstos últimos fueron los más salvajes) y, bueno... el resto, historia sabida (Léase la oración anterior en tono de desinterés y/o aburrimiento, como si lo hiciera por obligación y estaría hasta los cojones de harto).
Ésta Matanza de Tóxcatl o Matanza del Templo Mayor (Llamada así porque los españoles dieron muerte a la gente azteca mientras éstos se encontraban en una ceremonia orgiástica y muy sacrificadora, haciéndole tributo a los dioses Tezcatlipoca y Huitzilopochtli) encendió la furia de los pocos ciudadanos mexicas que quedaban. Ésto sucedió cuando Cortés regresaba de un spa de relajación feng shui, puesto que anteriormente a ésto estaba batallando en el Golfo de México contra Pánfilo Narváez que quería atraparlo al mejor estilo de Dog, el Cazarrecompensas. Cortés sintió miedo de que pudiera despertar bajo el agua o, mejor dicho, no despertar gracias al ataque del pueblo y exigió a Moctezuma que los calme.
Éste lo hizo: salió al balcón e intentó calmar la salvaje furia de los ciudadanos, diciéndoles que se retiren y que los huéspedes del viejo continente eran buena gente. Por su parte, el pueblo se frustró por la obvia babosada que su emperador estaba diciendo y pensó que se había vendido. Fue así que éstos comenzaron a apedrearlo con piedras. Fuentes aseguran que en esos tiempos los deportes más populares entre la gente era lanzamiento de bala y baseball (Principalmente de lanzadores), puesto que le dieron tan duro que el Huey Tatloani murió un par de días después. Muerto el perro, acabada la rabia; la gente eligió a Cuitláhuac como gobernante y caudillo de guerra. En cuanto a Moctezuma II, se dice que lo pusieron en una caja de pino sin nombre y lo dejaron por ahí; da igual...
Escape hacia Tacuba y la Noche Triste
Ay, ay, ay, ay... Canta y no llores Porque, cantando, todo se alegra
Cielito lindo, y podrás darles azotes...
El nuevo Huey Tatloani, Cuitláhuac, tuvo vasto despliegue armando y alistando las tropas y buscando aliados, entre tequila y tequila, todo para destruir a los invasores españoles. Iban ya casi una semana batallando, entre el equipo mexica contra el equipo ezspañol (Entiéndase como grupos de milicias) y viceversa. Pero los del segundo grupo, en conjunto con sus aliados indígenas, estaban cercados en el hotel de Axayácatl, sin comida ni bebida (Ni mucho menos sepso) y, como no quisieron recurrir al canibalismo ni a un multi touch and go entre ellos mismos, decidieron efectuar el plan que más practicaron y que mejor les salía a sobremanera: la retirada.
Todos marcharon hacia Tacuba, comandados por Cortés y guiados por la decadente esperanza de que encontrarían algo que comer, cuidando que ni los caballos ni sus vacíos estómagos hagan ruido. Al llegar a un canal de nombre Tolteca Acaloco, una anciana mexica los vio y dio aviso a los guerreros aztecas. En medio de un minuto, los españoles estaban rodeados por miles de embravecidos y excitados guerreros, dispuestos a descuartizar y/o violar a sus enemigos, cubriendo tanto por delante como por los costados y la retaguardia. Sería total obviedad y hasta evidente redundancia contar lo que pasaría a continuación.
Se dice que sólo lograron salvarse los soldados que prefirieron deshacerse de las joyas y oro que cargaban; en tanto, el resto que no quiso deshacerse lo que con voluntad, esfuerzo y dedicación habían robado, murieron ricos. Todos fueron usados a futuro para carnitas, cebo, alimento balanceado para las mascotas y muchos otros artículos para el hogar. Aunque ésto es nada en comparación con lo que le hicieron a los indígenas aliados a Cortés, ellos sí fueron masacrados, no sin antes haber servido de escudos humanos altruista y voluntariamente a sus colegas españoles.
El Tesoro de Moctezuma se perdió, pero Cortés y un reducido grupo de sus hombres pudieron salvarse; pues soldado que pelea y huye, aparte de ser condsiderado un cagón cobarde, sirve para otra guerra... o algo así debe ser el refrán. El camino de los españoles siguió desde Tacuba hacia Otumba y, en el camino, hicieron una pequeña escala en Calacoayan -Donde no sólo se llevaron su amabilidad, sino también sus posesiones y sus vidas[4]-, donde también se enfrentaron con los mexicas. Afortunadamente (Para los españoles), el entonces Tatloani había muerto por sarampuela (Enfermedad tipo peste, combinación entre el sarampión y la viruela). Aún así, se las arreglaron para sobrevivir. Pasó más de un año para volver y poder conquistar a Tenochtitlan.
Al suceso se le llamó Noche Triste debido a las lamentaciones de Jeremías Cortés luego de la derrota de la noche del 30 de junio de 1520. Estaba insoportablemente inconsolable... por sus hombres, por su artillería, por sus aliados y, obviamente mucho más importante aún, por el tesoro que se perdió. Muchos escribas y cronistas de la época lo refutan, puesto que si bien no eran muy bien pagados, hacían lo único que sabían hacer: escribir cuanto veían, por más que no fuera a propia voluntad o que la fuera de otro.
Si es mexicano, tómese unos tequilas y vaya de juerga. Si es español, bueno... recuerde como terminó la historia.
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