Millennials
La generación Y, también conocida como generación del milenio o milénica —del inglés millennial generation, que suena más cool—, es la cohorte demográfica que sigue a la generación X y precede a la generación Z, obvio si sabes el alfabeto. Se inició con la puesta en marcha del VHS y concluyó con el éxito de los Backstreet Boys (ambas cosas las conocerás sólo si eres Milenial).
A los milenials se les llama a veces eco boomers debido a un aumento importante de las tasas de natalidad en las décadas de 1980 y 1990, y porque los milenials son, a menudo, los hijos de los baby boomers, esos hippies que se creían que iban a cambiar el mundo y lo único que hicieron fue consumir drogas y contaminar el planeta. La generación ha estado generalmente marcada por un mayor uso y familiaridad con las comunicaciones, los medios de comunicación y las tecnologías digitales, lo que les ha convertido en unos expertos en redes sociales, memes, videojuegos y porno online. Se estima que la generación Y corresponde al 22,4 % de la población mundial, y al 99,9 % de la población que no tiene ni estabilidad económica, ni casa propia, ni jubilación garantizada, ni pareja estable, ni hijos, ni futuro, pero que se siente muy feliz y realizada con su vida de nómadas digitales, viajeros low cost, emprendedores de garaje y freelancers de todo a cien.
Milenials y Generación Z
A veces, la gente se hace un lío con las generaciones y no sabe distinguir entre la Y y la Z. La generación Y son los milenials, esos jóvenes que nacieron entre 1981 y 1997 y que se creen que lo saben todo. La generación Z son los centenials, esos niñatos que nacieron después de 1997 y que lo saben todo. Para que no te confundas más, te vamos a mostrar una tabla con las diferencias entre estas dos generaciones, que son muchas
Milenials | Generación Z |
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Nacieron entre 1981 y 1997, ahora tienen entre 24 y 40 años, y se sienten viejos y deprimidos, porque se han dado cuenta de que su vida es una mierda. | Nacieron entre 1997 y 2015, ahora tienen entre 6 y 24 años, y se creen jóvenes e invencibles, porque no tienen ni idea de lo que les espera. |
Crecieron con la tecnología, pero también recuerdan el mundo sin internet, y lo extrañan, porque así no se angustiaban por todo. | Nacieron con la tecnología, no conciben el mundo sin internet, y lo necesitan, porque así pueden ignorar la realidad y sus problemas. |
Son optimistas, confían en el futuro y en sus posibilidades, y se llevan chascos, porque el futuro es una mierda y sus posibilidades son nulas. | Son realistas, se adaptan al presente y a sus limitaciones, y se resignan, porque el presente es una mierda y sus limitaciones son muchas. |
Prefieren el trabajo colaborativo, les gusta compartir y aprender de otros, y se aprovechan, porque así pueden copiar y delegar el trabajo. | Prefieren el trabajo independiente, les gusta innovar y crear por sí mismos, y se aíslan, porque así pueden hacer lo que les da la gana y no depender de nadie. |
Valoran la experiencia de cliente, están dispuestos a pagar más por un servicio de calidad, y se endeudan, porque son unos consumistas que viven por encima de sus posibilidades. | Valoran el precio, buscan las mejores ofertas y comparan opciones, y se ahorran, porque son unos tacaños que no quieren gastar ni un centavo. |
Son sociables, usan las redes sociales para comunicarse y expresarse, y se exponen, porque son unos exhibicionistas que necesitan atención y validación. | Son selectivos, usan las redes sociales para informarse y entretenerse, y se protegen, porque son unos paranoicos que desconfían de todo y de todos. |
Son leales, se comprometen con las marcas que les gustan y les dan feedback, y se dejan engañar, porque son unos ingenuos que creen en el marketing y la publicidad. | Son exigentes, cambian de marcas según sus necesidades y les dan likes, y se hacen los difíciles, porque son unos caprichosos que no saben lo que quieren. |
Milenials | Generación Z | |
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Deporte | Les gusta practicar deportes variados y no reales, como yoga, pilates, running o crossfit, y compartir sus logros en las redes sociales, para presumir de lo sanos y guapos que son. Se apuntan a gimnasios, pero no van mucho. | Prefieren los electrónicos, como Fortnite, FIFA o League of Legends, y ver a sus ídolos en Twitch o YouTube, para admirar lo hábiles y famosos que son. No necesitan ir al gimnasio, porque hacen ejercicio con sus consolas, y porque les da igual su aspecto físico. |
Trabajo | Buscan un trabajo que les apasione, que tenga un propósito y que les permita crecer profesionalmente, porque son idealistas que se creen que el trabajo es algo más que una forma de ganarse la vida. Quieren feedback constante, flexibilidad horaria y buen ambiente laboral, porque son dependientes que necesitan que les digan lo que hacen bien, que les dejen hacer lo que quieran y que les caigan bien sus compañeros. | Buscan un trabajo que les dé dinero, que sea estable y que les ofrezca seguridad, porque son pragmáticos que saben que el trabajo es solo una forma de pagar las facturas. Quieren autonomía, retos constantes y reconocimiento laboral, porque son independientes que no quieren que les digan lo que tienen que hacer, que se aburren con facilidad y que quieren destacar sobre los demás. |
Política | Son más progresistas, tolerantes y solidarios que las generaciones anteriores, porque son ingenuos que creen que el mundo puede ser un lugar mejor. Apoyan el matrimonio igualitario, la legalización de las drogas y el ecologismo, porque son liberales que quieren que cada uno haga lo que le dé la gana y que no se destruya el planeta. | Son más pragmáticos, críticos y escépticos que las generaciones anteriores, porque son realistas que saben que el mundo es un lugar cruel. Apoyan la diversidad, la transparencia y el emprendimiento, porque son individualistas que quieren que cada uno se defienda como pueda y que no se oculte nada. De tendencia racista y xenófoba sólo para llevarle la contraria a sus mayores. |
Religión | Son menos religiosos que las generaciones anteriores, y más espirituales, porque no saben en qué creer. Exploran diferentes creencias y prácticas, como el budismo, el hinduismo o el agnosticismo, porque son indecisos que no se deciden por ninguna. No les gusta el dogmatismo ni el fanatismo, porque son rebeldes que no aceptan la autoridad ni la imposición. | Son más indiferentes que las generaciones anteriores, y más racionales, porque son fríos que no creen en nada. No se identifican con ninguna religión ni práctica, sino con la ciencia, la tecnología o los retretes poseídos, porque son inteligentes. No les interesa el debate ni el proselitismo, porque no quieren molestar ni ser molestados. |
Terminología
Aunque después pasó a formar la dieta de los primeros pobladores del territorio que gustaban de una buena carne.Se acuñó el término en 1987, en un momento en que los niños nacidos en 1982 iniciaban la educación preescolar y los medios de comunicación identificaron por primera vez su posible vínculo con el inminente nuevo milenio, como si eso fuera algo importante, quizá porque vieron los avances de Neon Genesis Evangelion. En agosto de 1993, un editorial de Advertising Age acuñó la frase «generación Y» como diferentes de la generación X, que a su vez eran diferentes de la generación W, que a su vez eran diferentes de la generación V, y así sucesivamente hasta llegar a la generación A, que fue la primera en existir allá por el tiempo de los Neandertales.
Ad Age tiró la toalla al admitir que Milenials es un nombre mejor que el de generación Y. Se llaman a veces echo boomers, debido a que son los hijos de los baby boomers y debido al aumento significativo de las tasas de natalidad, reflejando lo ocurrido con sus padres, que se dedicaron a procrear como conejos sin pensar en las consecuencias. Lo que indica que los milenials se dieron cuenta de que tener hijos es un rollo que no vale la pena. La sociedad solamente seguiría existiendo por la generación Z que de nuevo empezó a tener hijos como conejos sin medir las consecuencias.
Características
Los estudios científicos muestran que valoran más la riqueza que la política, la filosofía o el medio ambiente, y que votan más que las generaciones anteriores, aunque no sirva de nada, porque todos los políticos son iguales, o peor, son unos reptilianos que quieren dominar el mundo.
Se caracterizan por ser adictos a la tecnología, especialmente a los smartphones, las redes sociales y las plataformas de streaming, donde consumen series, películas y documentales de todo tipo, desde los más frikis hasta los más educativos y sueñan con poder vivir de ello. Son expertos en binge-watching, es decir, ver varios episodios seguidos de una misma serie, sin importarles el tiempo ni las responsabilidades. También son aficionados a los videojuegos, los podcasts, los blogs, los youtubers, los influencers y los memes, que son imágenes o vídeos con textos graciosos que se comparten por internet con la única finalidad de distraerse de la depresión causada por la tecnología. Usan un lenguaje propio, lleno de abreviaturas, emoticonos, #hashtags y anglicismos, que a veces resulta incomprensible para las generaciones anteriores y posteriores. También inventan palabras nuevas, como "crush", "ghosting", "shippear" o "trollear", que ya tienen palabras en español pero no son "cool".
Son una generación que lo tiene todo: diversidad, tolerancia, respeto, solidaridad, creatividad, innovación, optimismo, sueños… y muchos hashtags, varios para cada cosa. Se preocupan por el mundo, por los animales, por la naturaleza, por las personas, por todo y por nada. Se involucran en causas sociales y ambientales, como el feminismo, el veganismo, el ecologismo o el activismo, que comparten en sus redes sociales con fotos de sus ensaladas, de sus viajes y de sus mascotas, criticando continuamente que no pueden hacer viajes, tener mascotas ni comer ensaladas. También participan en proyectos colectivos, como el crowdfunding, el coworking, el couchsurfing o el carpooling, que les permiten pedir dinero, compartir oficina, dormir en sofás ajenos y viajar en coches compartidos. Todo muy ecológico, económico e hipster.
Se atreven a emprender sus propios negocios, aprovechando las oportunidades que ofrece el mundo digital, aunque la crisis económica de 2008 les dejó sin trabajo, sin casa y sin futuro. Pero no pasa nada, porque son optimistas aunque a veces se frustren por las dificultades que encuentran en el camino o por las que se inventan, como el reto del cubo de hielo, el mannequin challenge, el Harlem Shake, el Gangnam Style, el Despacito, el Baby Shark, el Dab, el Floss, el Bottle Flip, el Ice Bucket Challenge, el Kiki Challenge, el In My Feelings Challenge, el 10 Year Challenge, el FaceApp Challenge, el TikTok Challenge, el What The Fluff Challenge, y muchos más. Han vivido momentos históricos y culturales que han marcado su identidad, como el atentado del 11 de septiembre, la elección de Barack Obama, el Brexit, la pandemia de covid-19, el movimiento #MeToo, el auge de la música urbana, el fenómeno de Harry Potter, el éxito de Marvel, la popularidad de Netflix, el boom de los superalimentos… Vamos, que no se han perdido nada. Son una generación que lo tiene todo. Todo, menos dinero, estabilidad y sentido común. Y menos mal, porque si no, serían insoportables.
Deporte
Un menor número de milenials estadounidenses, respecto a sus homólogos de la generación X, siguen el deporte, porque son unos vagos que prefieren quedarse en casa viendo Netflix y comiendo palomitas. Pocos son aficionados al deporte, y de esos, la mayoría solo lo siguen por las redes o por las apuestas. Sin embargo, la tendencia no es uniforme en todos los deportes; la brecha desaparece para la National Basketball Association, Ultimate Fighting Championship, Premier League y los deportes universitarios, porque son los únicos que les ofrecen algo de emoción y violencia.
El compromiso con las artes marciales mixtas aumentó en el siglo XXI y es más popular que el boxeo y la lucha libre para los milenials, porque les gusta ver cómo se dan de hostias entre ellos. Mientras que la popularidad del fútbol americano y de la National Football League ha disminuido, porque es un deporte aburrido y lleno de anuncios, la popularidad del fútbol y de la Major League Soccer ha aumentado más entre los millennials que entre cualquier otra generación, porque es más internacional y multicultural, y es el segundo deporte más popular después del Fortnite. También se ha descubierto que están más preocupados por el ejercicio y la forma física que otras generaciones, porque son unos obsesos de la imagen y de la salud, y que tienen una tasa más alta de ir a gimnasios, ya que una encuesta muestra que el 76 por ciento de los milenials hacen ejercicio al menos una vez a la semana, aunque sea solo para subir una foto a Instagram. Son la generación más activa y físicamente apta en general en comparación con las generaciones anteriores, como los baby boomers y la generación X y su generación sucesiva, la generación Z, aunque eso no les sirva de mucho, porque siguen siendo unos fracasados en el amor, en el trabajo y en la vida.
Actitud frente al trabajo
Trabajan de forma diferente a sus padres y abuelos, que eran unos esclavos del sistema. Según unos estudios que nadie lee y tampoco cree, prefieren una cultura corporativa plana, donde todos son amigos y nadie manda, porque así pueden hacer lo que les da la gana; un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, donde pueden irse a casa a las cinco y dedicarse a sus hobbies, porque el trabajo es un rollo; y una conciencia social, donde se preocupan por el planeta y los demás, porque queda bien.
Quieren hacer un trabajo significativo, creativo y divertido, y que sus jefes les den feedback constante y positivo, como si fueran niños pequeños que necesitan un premio por todo. Se adaptan a los cambios y se mueven de un trabajo a otro, buscando nuevas oportunidades y experiencias, porque no tienen ni idea de lo que quieren. Son colaborativos y les gusta trabajar en equipo, usando las redes sociales y otras herramientas digitales, porque así pueden cotillear y perder el tiempo.
Se educaron con un sistema muy estructurado, que les enseñó a seguir las normas y a pedir ayuda. Por eso, buscan un entorno laboral plano, donde no haya jerarquías ni autoridad, porque no soportan que les digan lo que tienen que hacer. Valoran el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, y quieren tener tiempo para su familia, sus amigos y sus aficiones, porque son unos vagos que no quieren trabajar duro según dicen los baby boomers (que se pasaban el día trabajando y no tenían vida propia).
Posturas políticas
Tienen unas ideas políticas muy raras, según los que son más viejos que ellos. Son más socioliberales que las generaciones anteriores, es decir, que les gusta la libertad, pero solo para lo que ellos quieren. Por ejemplo, apoyan el matrimonio entre personas del mismo sexo y la legalización de las drogas, pero se oponen a los ensayos con animales, porque los animales son más importantes que las personas.
También son muy influyentes en la política, aunque no se enteren de nada. En Estados Unidos, ayudaron a elegir al primer presidente negro, que se llamaba Obama y era muy progre. Luego apoyaron a un señor mayor que se llamaba Bernie Sanders, que quería hacer una revolución socialista, pero no pudo porque le ganó Hillary Clinton, que era muy mala hostia. Y al final ganó Donald Trump, que era más naranja de lo normal. Los milenials se enfadaron mucho y salieron a protestar, pero no sirvió de nada porque prefirieron regresar temprano a casa a ver Netflix.
En el Reino Unido, se opusieron a salir de la Unión Europea, porque querían seguir viajando y trabajando por Europa. Pero los que eran más viejos que ellos votaron que sí, porque querían volver a los tiempos del imperio británico. Los mileials se sintieron traicionados y dijeron que les habían robado el futuro. Pero los boomers les dijeron que se callaran y que respetaran la democracia.
También son muy partidarios de la corrección política, que es una forma de hablar y actuar para no ofender a nadie, excepto a los que no piensan como ellos. Quieren que el gobierno controle lo que se dice en público, para evitar que se discrimine a los grupos minoritarios. Pero los boomers dicen que eso es censura y que atenta contra la libertad de expresión.
En hispanoamérica, han vivido momentos de crisis política, social y económica, que han afectado su visión del mundo y su participación ciudadana. Algunos milenials han sido protagonistas de movimientos sociales, como el 15M en España, el #YoSoy132 en México, el Paro Nacional en Colombia, el Estallido Social en Chile, el #NiUnaMenos en Argentina, el #NoALaReelección en Bolivia, el #RenunciaYa en Guatemala, el #FueraJOH en Honduras, el #NoALaDictadura en Venezuela, el #LavaJato en Brasil, el #ParoNacional en Ecuador, el #NoALaCorrupción en Perú, el #NoALaImpunidad en República Dominicana, el #NoALaReformaTributaria en Costa Rica, el #NoALaMinería en El Salvador, el #NoALaViolencia en Nicaragua, el #NoALaInjusticia en Panamá, el #NoALaDesigualdad en Uruguay, el #NoALaPobreza en Paraguay y el #NoALaDependencia en Cuba. Otros milenials han sido indiferentes o apáticos, prefiriendo dedicarse a sus asuntos personales o escapar de la realidad. Tanto de izquieda, como de derecha, como de centro. Lo importante era joder.
Perspectivas económicas
Se han comido el marrón de la Gran Recesión de finales de la década de 2000. Por culpa de la crisis, muchos se han quedado sin trabajo, sin casa y sin futuro. Bueno, sin futuro no, porque todavía les queda el de sus padres, que es donde viven, comen, duermen y lloran. En Europa, el desempleo juvenil ha sido una plaga, y los milenials se han convertido en una especie en peligro de extinción. En 2009, los expertos empezaron a temer por las consecuencias sociales y económicas de tanta precariedad. Y no se equivocaron, porque los millennials se pusieron a protestar, a ocupar, a indignarse y a votar a partidos raros. O a no votar, que era más fácil. En otras partes del mundo, la cosa no estaba mucho mejor, y en Estados Unidos y Canadá también sufrían el desempleo, el subempleo y el sobreempleo. Pero no se quejaban, porque se alegraban de ganar menos que sus padres o de no ganar nada.
En varios países europeos, se inventaron nombres para los jóvenes que no tenían ni empleo ni carrera. La «generación de 700 €» eran los griegos que cobraban una miseria y que se iban de su país para buscar algo mejor como un trabajo o una limosna. Los mileuristas eran los españoles que cobraban un poco más, pero tampoco mucho como para pagar el alquiler, el transporte o la comida. Los Génération précaire eran los franceses que vivían en la inseguridad laboral como si fueran espías. Y los italianos también tenían su generación milleurista, que era lo mismo pero en italiano.
En 2015 se supo que los millennials de Nueva York ganaban un 20 % menos que la generación anterior, porque habían entrado al mercado laboral en el peor momento. Aunque habían estudiado más que la generación X, muchos tenían trabajos de mierda y cobraban poco. Pero no se preocupaban, porque eran optimistas que pensaban que el dinero no da la felicidad. Solo da comida, ropa, techo, salud, educación, ocio, viajes, cultura, amor, amigos, familia, sueños, esperanza, dignidad, libertad, paz, justicia, igualdad, democracia, solidaridad, respeto, tolerancia, diversidad, creatividad, innovación... Pero nada más. En 2016, se descubrió que en Reino Unido los milennials ganaban 8000 libras menos a los 20 años que la generación X, y que iban camino de ser la primera generación en ganar menos que la anterior. Pero no se enfadaban, porque eran pacíficos que pensaban que el dinero no da la paz. Solo da seguridad, estabilidad, confianza, tranquilidad, armonía, bienestar, felicidad... Pero nada más.
Religión
Son los menos propensos a ser religiosos en comparación con las generaciones anteriores. Hay una tendencia hacia la irreligión que ha ido en aumento desde la década de 1940. Son ateos, unos agnósticos o descuidados. Un estudio de 2005 se centró en 1385 personas de 18 a 25 años y encontró que más de la mitad de los participantes en el estudio dijeron que rezan regularmente antes de una comida. Pero no porque crean en Dios, sino porque tienen hambre. Un tercio dijo que hablaban de religión con amigos, asistían a servicios religiosos y leían material religioso semanalmente. Pero no porque les interese la religión, sino porque les gusta el cotilleo, el espectáculo y poder platicar con alguien real. Un 23 % de los estudiados no se identificaron como practicantes religiosos. Pero no porque sean sinceros, sino porque son unos hipócritas.
En Hispanoamérica, son un poco más religiosos que en Estados Unidos, pero no mucho. La mayoría dice ser católico, pero solo va a la iglesia en Navidad, Semana Santa y el Día de la Madre. O sea, que solo van a la iglesia cuando hay fiesta, drama o culpa. El 25 % dice creer en un Dios, mientras que el 19 % cree en un poder espiritual mayor y el 38 % dice que no cree en Dios ni en ningún otro poder espiritual mayor, ni siquiera están seguros que ellos mismos existan. La encuesta también descubrió que el 41 % pensaba que la religión era la causa del mal en el mundo con más frecuencia que el bien. O sea, que son unos pesimistas (o realistas).
¿Qué tan viejos son?
Para responder eso, mira esta lista de personas que son Millennials, que no son precisamente adolescentes.