El Show de Ren & Stimpy

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Los personajes de la serie (nótese las expresiones cuerdas que podemos observar en sus rostros).
Cita3.pngSi no fuera por esta serie, yo no estaría aquí.Cita4.png
Bob Esponja hablando de la serie.
Cita3.pngYo también debo mi existencia a estos locos.Cita4.png
Star sobre esta serie.
Cita3.pngLa serie es bizarra, grotesca, asquerosa y llena de expresiones locas en los personajes.... Por eso la adoro.Cita4.png
El creador John K. comentando sobre su serie.

El Show de Ren & Stimpy (así también conocida como Ren y Stimpy, como comúnmente se le llama) fue una serie animada de dibujos animados gringa creada por un demente John Kricfalusi o John K.

Esta serie "supuestamente" era para los niños, pero no olvidemos que desde la primera vez que esta serie salió al aire, cualquier persona, ya sea chicos y grandes, explotaron de risa, literalmente, por el estilo de animación y humor único que siempre caracterizó a la serie, ya que las que vinieron después sólo fueron puros plagios: Bob Esponja, South Park, Beavis and Butthead, Star vs. the Forces of Evil, Padre de Familia, etc. etc.

Bueno, como muchos sabrán, esta serie empezó como una simple serie dedicada al publico """"infantil"""" y terminó transformándose en una de las series más controversiales del mundo. Nada más y nada menos: Ren y Stimpy.

Personajes principales

El señor Ren Hoëk, todo un pendejo psicótico gran personaje.
  • Ren Hoëk, "Ren": Es un chihuahua esquizofrénico, neurótico, asesino con una gran y mortal sed de sangre, codicioso muy educado y cuerdo que bofetea y azota trata muy bien a su amigo Stimpy. Es de estatura media, muy delgado Según investigaciones científicas, la edad antropomorfoide real de Ren oscila entre los 25 y 30 años. Sus aficiones son varias, entre las que se encuentran la lectura en su sillón usando el inconfundible fez, escuchar ópera, jugar golf, ser ermitaño, bombero, anfitrión de cenas elegantes, deleitarse con la revista "Husk" (para los amantes del maíz) y relajarse en bidés de géiser natural. Tiene una mancha en forma de Argentina, en el cuello. También posee patas de pato y un cuerno que le crece en su cabeza, aunque los animadores son perezosos y prefieren dibujarlo siempre a medias, cambiando al azar detalles y desafiando las leyes de la lógica. Pertenece a la Honorable Orden de los Perros Comehuesos. Nació un martes 13, el día más desafortunado del año.
  • Stimpson J. Cat, "Stimpy": Éste gato idiota es lo más parecido a personajes de otras caricaturas de baja categoría, como Patricio del show "Bob Esponja". Se desvive para ver a su amigo Ren feliz y contento, aunque éste último lo trate como a un saco de patatas. Es de color rojo, gordo, carece de cuello y tiene una gran nariz azul que habla (e incluso, canta) por su cuenta. Su edad biológica se desconoce, al igual que su edad mental; probablemente ronde los tres o cuatro años. Le gusta la música Big Band y su ídolo es Sammy Mantis. En su tiempo libre, funge de fiel esposo de Ren científico loco, adolescente rebelde, cantante de nombre artístico "Sinotra", forajido del Salvaje Oeste y asistente de un reverendo que proclama la sagrada palabra de la carne, entre otras muchas estupideces profesiones. Gusta de pedorrearse a cada rato. Tiene un hijo llamado Olorín. Pertenece a la Irreponsable Orden de los Gatos Bebedores de Leche. No se sabe cuándo nació, pero como la serie carece de sentido, podemos inventarle una fecha: Viernes 13.

otros Personajes que a nadie le importan.

  • Mr. Horse, "Señor Caballo": aparece en varios episodios y cápsulas entre los mismos. Jamelgo grisáceo de claras proporciones antropomórficas, es reservado a la hora de hablar frente al público: generalmente dice "No, no señor, no me gusta/no me gustó". Su novia es una esponjosa oveja. Ha trabajado de juez en un concurso canino, reportero televisivo, montura del Lejano Oeste, maleante prófugo de la ley ataviado con chupones/chupetes de goma y saltador de rascacielos en llamas.
  • Willbur Cobb, "El viejo Cobb": visto en ciertos capítulos, a veces ocupando un papel casi protagonista. Es un vejestorio venerable anciano lleno de sabiduría, que gustoso la comparte a manera de veraces historias que entretienen a todo el mundo. Se le ha visto trabajar en un museo de historia natural y como incompetente jardinero del Gran Jefe; Ren lo confunde con el auténtico Dios. Cobb usualmente pierde partes de su propio cuerpo, tiene una voz desagradable y es el responsable de la extinción de los dinosaurios.
  • Muddy Mudskipper, "Capitán Fangoso": Se le ha observado en más de una docena de episodios. Es el personaje animado favorito de Stimpy, es decir, un personaje animado fanático de otro personaje animado dentro del mismo programa animado. Ha sufrido accidentes de tráfico, golpeado al Señor Caballo en la cabeza con un mazo y goza de una popularidad volátil. También fue uno de los primeros villanos de... Sí, exacto... ¡SUPER HOMBRE TOSTADAAAAAAS EN POOOOLVO!
  • Powdered Toast Man, "Super Hombre Tostadas en Polvo": El más grande fantoche, torpe y estafador superhéroe de toda la galaxia y por supuesto, tiene sus propias cápsulas en el programa. Valeroso defensor de los inocentes, a los que salva sacrificando la vida de otros inocentes, en nombre de la ignorancia y desperdicio estadounidense. De día, trabaja como el reverendo Pan Tostado. De noche, se pone los rojos calzoncillos para continuar con ciertos negocios. Gusta de volar en caprichosas posiciones. Su archienemiga es la Mujer Waffle, una mujer cualquiera vengativa y menesterosa peligrosa. Frase célebre: "Dejénmelo todo a mí".
  • Mr. y Mrs. Pipe, "Ése señor y ésa señora": salen en varios capítulos. Su identidad es más secreta que el total de mocos secos de la colección de Stimpy: solo observamos sus pies, manos, brazos y pene pipa. A grandes rasgos, sufren de amnesia crónica ya que se las ha visto confundir a Ren y Stimpy como sus propios bebés, comprar un trillón de chupones/chupetes de goma por cinco dólares y manejar una casa rodante en el fondo del mar.
  • Haggis MacHaggis , "El escocés/gallego/asturiano/cántabro/vasco/no sé": apareció en al menos tres episodios. Estereotipo del escocés/gallego/asturiano/cántabro/vasco/no sé promedio. Codicioso, huraño, malhumorado, capaz de vivir sin oxígeno y abusivo. Su posesión más preciada es una cachiporra. Tenía un programa de televisión pero cayó en el olvido. Viajó al espacio (se desconocen los detalles) y sufrió tres pruebas para ganarse un deseo, a manos de un malvado duendecillo irlandés (que no, no era Bono). Es un entusiasta consumidor de haggis, platillo altamente condimentado hecho a base de órganos de vaca, oveja y ciervo en descomposición, metidos dentro de un intestino de unicornio. Se antoja ¿No?.
  • Abner Dimwit & Ewalt Nitwit, "Abner e Ewalt": Se les ha visto en un par de episodios, follándose codeándose con el Señor Caballo. El típico duo del Oeste... perezosos, sucios, promiscuos, desagradables, ignorantes, bellacos, tunantes y vaqueros. Gustan de escupir tabaco, explotar a menores, extraer piezas dentales, domar tornados y tocar música country mientras tienen la soga al cuello. Son un poco lentos.
  • The Baboon, "El babuino/mandril/primate/bestia del demonio": varios cameos, papeles primarios, secundarios, terciarios e incluso, tuvo la oportunidad de remplazar a Stimpy en el show. Es un iracundo majestuoso ejemplar de babuino macho. Ha sido anfitrión de una cena elegante, es considerado el animal más sagrado en Acromeglia, gusta asistir a los conciertos de "Sinotra" y escapó de las manos de un artista callejero. Suele dejar cadáveres en el sillón. Sufre de rabia, bajo control de impulsos y el síndrome del culo hinchado.

Historia

Como muchos recuerdan (y los que no, fingen), esta serie nació como un inocente picnic para toda la familia: niños, jóvenes, adultos y el tío que se duerme en el sillón. Y sin pedir permiso, terminó convertida en el monstruo escandaloso de los noventa. Sí, Ren y Stimpy: la leyenda pegajosa que dejó a la televisión con cara de “¿acaba de eructar mi pantalla?”.

Entre finales de los 80 y principios de los 90, la animación occidental era como comer cereal sin leche: mucha caja, poco sabor. Historias cómodas, humor pulcro, todo enfocado a la audiencia infantil porque, bueno, así decía el manual. Una era tan correcta que hoy algunos quieren revivirla a cualquier precio, con maratones de ternura fluorescente y moralejas de microondas.

Pero… música de suspenso. A finales de los 80, en Japón soltaron AKIRA y le volaron los moños a medio planeta con mutantes, caos y la herejía de tratar la animación como algo más que niñera con colores. Y cuando en Estados Unidos creían que el tsunami se quedaría al otro lado del océano y las travesuras para adultos del Gato Fritz quedarían archivadas, apareció un tal Matt Groening con una familia amarilla que mordía la mano que cambiaba de canal: Los Simpson, y su correspondiente tornado de cejas fruncidas.

Entonces, en 1992, irrumpe en Nickelodeon —ese canal que olía a plastilina y recreo— un creativo con alergia a lo “correcto”: John K., que ya había jugueteado con un video de los Rolling Stones, y trae una serie que le dio una patada a la puerta de la animación occidental. Ren y Stimpy entraron derrapando, dejaron la alfombra llena de babas y risas incómodas, y nos recordaron que, a veces, lo grotesco también tiene un timing impecable.

Ren y Stimpy aterrizaron en las pantallas de la supuesta audiencia “infantil” como quien lanza fuegos pirotécnicos en una guardería. El dúo protagonista —un perro con la paciencia de una patata y un gato con menos neuronas que un cactus— no se perseguían como dicta el manual de zoología televisiva, sino que eran amigos disfuncionales con la estabilidad emocional de una gelatina temblorosa. Además, traían una maleta llena de guiños descarados: series clásicas, políticos, figuras históricas... nadie se salvaba del salpicón.

Pero todo eso era solo el entremés. Lo realmente jugoso estaba en el humor negro, ese que se revolcaba en lo grotesco y coqueteaba con el mal gusto como si fuera un baile escolar. Padres indignados empezaron a llenar las oficinas de Nickelodeon con cartas, gritos y posiblemente llantos. Y para la “generación de cristal”, sorry not sorry: los reclamos por violencia animada, uso explícito de alcohol y tabaco, y referencias nada sutiles a drogas ya estaban en el menú mucho antes de que se inventara X.

La corrección política de la época —que parecía escrita por un comité de señoras con sombreros— chocaba de frente con John K., el animador irreverente detrás del caos, que tenía más ideas radicales que una cafetería vegana. Las peleas con los ejecutivos eran tan frecuentes como los cambios de canal, y de hecho, uno de los episodios, “Man’s Best Friend”, fue vetado en varias partes del mundo… aunque en México pasó como si nada. Entre el desayuno con chilaquiles y los comerciales de muñecos que gritan, el público mexicano simplemente dijo: “¿Y qué? Hemos visto cosas peores en el noticiero”.

Tras la segunda temporada, John K. fue despedido de su propio monstruo animado, como quien abandona el circo que él mismo incendió. Nickelodeon, con su plan maestro de “podemos hacer esto sin él”, llamó a nuevos guionistas y directores para mantener la fiesta. Pero sin la chispa retorcida de John K., la serie empezó a parecerse a una copia mal hecha de sí misma: algo así como un imitador de Elvis comiendo ensalada.

Finalmente, en 1996 y después de cinco temporadas de babas, gritos, y traumas lindamente dibujados, Ren y Stimpy cerraron la cortina. A pesar de que los fans lloraron como si hubieran perdido su peluche favorito en una lavadora, lo cierto es que, con o sin John K., esta serie sigue siendo una joya repugnante. Difícil de admitir, pero imposible de olvidar.

Así que ya sabes: hay caricaturas que enseñan valores… y luego está Ren y Stimpy, que enseña cómo perderlos con estilo.

El efecto Ren y Stimpy

Como dos alocados profetas de la irreverencia animada, dejaron una marca tan indeleble en la televisión que medio Hollywood entró en crisis existencial.

Disney, que hasta entonces servía animación con guantes blancos y sonrisa plastificada, intentó traicionar sus genes aristocráticos lanzando *El Gato y el Perro Malcriados*. Pero lo escondieron por todos los rincones menos en su propio canal, como ese pariente incómodo que aparece solo en los funerales. Su plan maestro: “Disfrazarlo, pasarlo por ahí y a ver si funciona”… spoiler: no funcionó. El dúo Ren y Stimpy los dejó boquiabiertos y con las orejas gachas.

Cartoon Network se colgó del éxito y agregó uno que otro romance incómodo.

Por otro lado, Cartoon Network vio el caos y dijo: “Me gusta, dame tres”. Así nacieron joyas como *Dos Perros Tontos*, *La Vaca y el Pollito* / "Vaca y Pollo" (que parecía diseñada por alguien con exceso de azúcar y cero filtros) y *Coraje: El Perro Cobarde*, que hizo que los niños se cuestionaran su existencia antes de dormir.

Comedy Central y MTV no se quedaron atrás. “¿Corrección política? ¿Qué es eso?” dijeron, mientras le daban vida a *South Park*, que se convirtió en la pesadilla de cada guardia moral de turno, y *The Maxx*, que dejó a todos confundidos y fascinados al mismo tiempo. Luego, en los dosmiles, nació *La casa de los dibujos*, una especie de reality animado con más traumas que terapia grupal.

La Fox, como quien se copia en el examen pero finge ser brillante, sacó *Padre de Familia* y lo llamó “inspiración propia”. DreamWorks entró al juego y le dio esteroides al concepto, soltando *Shrek* en 3D, con una sonrisa burlona mientras le decía a Pixar: “Mira cómo se hace humor sarcástico con ogros y cebollas”.

Bob Esponja, el heredero de Ren y Stimpy.

Nickelodeon, por supuesto, no se iba a quedar sin su tajada del pastel grotesco. Sacó *La vida Moderna de Rocko*, que era básicamente ansiedad animada; luego *CatDog*, que era una pesadilla genética con patitas, y finalmente el heredero legítimo del trono de Ren y Stimpy: *Bob Esponja*. Con él, las carcajadas extrañas y los momentos incómodos alcanzaron nuevas profundidades… literal.

Y sí, en los dosmildieces, Disney volvió con cara de “yo también sé hacer cosas raras”, y lanzó *Star Contra las Fuerzas del Mal*, que por fin les salió bien. Tarde pero con estilo, como el primo que llega en moto al bautizo.

¿Resultado final? La animación pasó de ser una niñera emocional a un caos glorioso que nos hizo reír, incomodarnos y cuestionar si los guionistas estaban bien. Spoiler: no, y gracias a eso, nosotros sí lo estamos.

Remake de la serie "SÓLO PARA ADULTOS"

Cita1.pngEs un hecho científico que el 99,9999% de todas las formas de vida serán devoradas vivas, o se comerán vivas a otras. Las afortunadas que logren escapar, morirán por un sinnúmero de horribles enfermedades. La vida es una lucha por la supervivencia.Cita2.png

— Ren pretendiendo ser un Emo.
En escenas como esta nos podemos dar a entender que ésta gran serie es muy apta para los pequeños de la casa.
Stimpy jugando a los superhéroes.

Después de que John K., el papá loco de Ren y Stimpy, fuera despedido de su propio monstruo hace una década y se refugiara en la tundra digital con caricaturas en Flash más cortas que un bostezo en PowerPoint, pasó lo que nadie veía venir (aunque todos lo deseaban en secreto): los fans seguían hambrientos, como zombis nostálgicos con sed de animación grotesca.

Así que en 2003, MTV y Spike TV dijeron: “¿Y si le damos otra oportunidad al caos, pero esta vez con menos pantalones y más libertades?” Así nació el **Ren & Stimpy’s Adult Party Cartoon**, subtitulado en Latinoamérica con toda la sutileza de una tía conservadora: *“Solo para adultos”*. Y no, no era porque enseñaban impuestos o cómo conseguir empleo.

¿La intención? Que el geniecillo demente de John K. volviera a cocinar su sopa psicodélica de humor bizarro, pero sin receta ni límites. Lo que nadie sospechó (pero debieron hacerlo) era que, al ofrecerle la mano, John se agarró del codo, del cuello y del sistema nervioso del canal.

El primer capítulo fue un rescate nostálgico: el legendario episodio censurado por Nickelodeon una década atrás. Una entrada suave… comparado con el segundo, donde Ren y Stimpy aparecen como pareja romántica haciendo cosas que en ese tiempo hacían que las antenas de la moral se derritieran en segundos. ¿Grotesco? Sí. ¿Bizarro? También. ¿Demasiado? Definitivamente.

El problema es que John, con libertad creativa total, convirtió la animación en un buffet de shock: sexo, insultos, fluidos misteriosos y decisiones cuestionables en cada fotograma. Pero en medio de todo ese caos, se olvidó de lo más básico: la historia, el ingenio, el alma. Así que la versión adulta terminó teniendo el encanto narrativo de una app de horóscopos mal traducida.

¿Resultado? Una serie que parecía escrita por un adolescente en su primera clase de Flash. Flashbacks traumáticos de Internet en los 2000 y guiones dignos de portales donde uno decía “¿por qué estoy viendo esto?”. Un error tan monumental que sería imitado por otros proyectos con delirios de grandeza, como *Midnight Gospel* queriendo ser *Hora de Aventura en hongos*, o *Close Enough*, que apuntaba a ser *Regular Show con crisis de los 30*. Enterado del desastre, el creador de *Bob Esponja* se rehusó a crear una versión para adultos de su serie, salvando el Fondo de Bikini del desastre.

El daño fue tal que los anunciantes huyeron, Spike TV miró al piso como quien se arrepiente de haber adoptado una llama, y los fans, que al principio gritaban “¡genial!” terminaron susurrando “¿por qué Dios?”. El show fue retirado tras seis capítulos en Estados Unidos. En América Latina se transmitió completo, porque ahí sabemos que la paciencia no se extingue… pero después de la primera temporada, hasta los más valientes soltaron el control remoto diciendo: **“Ya estuvo suave, compadre”**.

Entre los exquisitos contenidos de este remake adulto, teníamos a Stimpy convertido en el legendario “Shampoo Master” —nombre que suena a título honorífico en una secta capilar— y a ambos dándose el lujo de bañar a dos mujeres completamente desnudas. No era exactamente spa de lujo, pero ellos jabonaban con un entusiasmo que hacía que el jabón considerara pedir terapia. ¿Dónde aplicaban la espuma? Pues… digamos que no era precisamente en los codos. Suertudos los desgraciados, y probablemente en la lista negra de algún comité de moralidad.

Pero claro, el universo no podía soportar tanta espuma sin control. La cancelación cayó como meteorito: varios capítulos quedaron flotando por el espacio, como calcetines perdidos del universo animado. Y entre ellos, el mítico episodio titulado *La Vida Apesta*, donde Ren se ponía Emo, sí, *Emo*, con fleco dramático y actitud de “nadie me entiende”, en un intento desesperado por colgarse de la moda adolescente que olía a delineador y existencialismo barato.

¿Resultado? Un capítulo sin terminar, un shampoo sin enjuague, y un legado de locura que ni el acondicionador más potente puede suavizar.

Moraleja: dar libertad ilimitada a un genio del caos puede terminar en una comedia sin gracia, un drama sin sentido y una audiencia con trauma colectivo.

Conclusión

Al final del día, Ren y Stimpy pertenecen al mismo club caótico que South Park, Los Simpson y Padre de Familia: dibujos que viven del escándalo como si fuera dieta keto. John K. se burló de la censura con la gracia de quien usa un martillo para abrir una lata, haciendo las cosas a su antojo aunque salieran tres episodios de diez y un ejército de organizaciones lo quisiera a puntapiés. ¿Meta? Provocar. ¿Resultado? Provocó.

Como era predecible, la serie se volvió material de culto: mártir joven, funeral concurrido y mil veladoras encendidas en foros noventeros. Aprovechando el altar, en 2005 salió el DVD con los “capítulos perdidos” de la versión adulta, que vendió menos que impermeables en el desierto. Y fiel a su título, “La Vida Apesta” se quedó afuera para siempre, porque nunca la terminaron. Poético, si les gusta la ironía.

Perla, tras enterarse de la opinión de John K. sobre su serie.

Mientras tanto, el universo hablaba de reinicios y “como Animaniacs, pero con más baba”. Entre tanto, John K. metió un gag del sofá en Los Simpson y una intro de Noche de Brujas, como recordatorio de que todavía sabía colarse por la puerta lateral. Luego vino la polémica deluxe: dijo públicamente que no le gustaban “Steven Universe”, “Gravity Falls”, “Escandalosos”, “El Increíble Mundo de Gumball” y compañía, tildando su estética de “ñoña” y “genérica”, y bautizándola despectivamente como “CalArts”. Internet hizo lo suyo: incendiarse y convertir “CalArts” en etiqueta para el estilo dominante de los 2010s–2020s, y de paso, en estandarte de la corrección política animada.

Pero en 2018 subió la apuesta… y se cayó de la mesa: sus controversias personales lo dejaron fuera de la industria por acusaciones de acoso, así que el reinicio va sin él. Moraleja: jugar al provocador puede terminar en expulsión del parque.

¿Y qué esperar del regreso? Probablemente Ren y Stimpy peleando con la polarización, bailando con las redes sociales y Stimpy cambiando su adicción a la tele por el celular, con el pulgar en calistenia. El miedo, eso sí, es que el reboot se vuelva una aberración estilo Thundercats Roar que haga lucir a la versión adulta como obra maestra por comparación. Pero, como todavía no hemos visto nada, vamos a hacer algo radical: darle el beneficio de la duda… con casco puesto.

¿Sabias qué...

  • ...La ciudad donde viven Ren y Stimpy es un lugar donde los humanos pueden conversar directamente con los animales?
  • ...han hechado a patadas esta serie tres veces en los estudios de animación, como Nickelodeon, Comedy Central y Spike TV?
  • ...a pesar de todos los crimenes cometidos por el creador, como el acoso o crear un espantoso reboot para público adulto, este aún sigue con su vida normal?
  • ...La serie es una apología a la homosexualidad y un manifiesto en contra de la rígida moralidad judeocristiana?
  • ...Por lo que el reinicio deberá ser una apología a la heterosexualidad y un manifiesto en contra de los errores y excesos de la moral de la corrección política actual y la Alt-Right o terminará siendo material para el basurero?
  • ...Ren es dios?
  • ...Ren es un pervertido sexual?
  • ...Ren es ermitaño?
  • ...Ren estudio más de doce años en la escuela nocturna de muevepalancas?
  • ...Ren poseía una colección de pelucas?
  • ...Ren se rellenó los pectorales con la grasa del culo de Stimpy?
  • ...Ren tiene un hermano con el mismo coeficiente intelectual que Arnold Schwarzenegger?
  • ...Ren sufre de cierta imposibilidad para relajar el ritmo de su proceso homeostático y entrar en una fase MOR?
  • ...Stimpy es más inteligente que Stephen Hawking?
  • ...Stimpy fue diagnosticado con personalidad bipolar, oligofrenia avanzada y TPOC?
  • ...Stimpy ve demasiada televisión?
  • ...Stimpy guarda un camello en el sótano de la casa, del cual extrae una deliciosa y nutritiva bebida?
  • ...Stimpy es un científico loco?
  • ...Stimpy es un empresario?
  • ...Stimpy ama la música big-band e incluso es un cantante de jazz consumado?
  • ...Stimpy tiene un código genético más cercano al de un perro que al de un gato?
  • ...El presidente es falso, usa un traje falso y vive en la luna?
  • ...Un solo puñado de la secreción ocular del gigante vale todo el oro del mundo?
  • ...Por la escalera puede rodar y a tu perro aplastar, lo puedes cenar, lo puedes cargar...?
  • ...El personaje de Superman es solo un vil plagio de Super Pan Tostado?
  • ...Ren llegó a transformarse en Stimpy y éste último en Ren, creando una paradoja espacio-temporal irresoluta?

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