Ajolote

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Ajolote
Un tierno ajolote mutante
Un tierno ajolote mutante
Clasificación científica
Reino: Animal
Filo: Imperus Chordata
Clase: Regenerators
Familia: Ambystomatidae
Nombre binomial
'Axolotlus felizus'
Frida Kahlo, gran admiradora de su capacidad de regeneración

El ajolote (Ambystoma mexicanum) es un anfibio que parece un renacuajo gigante con patas y branquias, o sea, un bicho raro pero extrañamente adorable y perturbadoramente lindo. Vive en los lagos y canales de México, lo que denota la mala suerte que tiene y su posibilidad para comer tacos. Tiene la capacidad de regenerar cualquier parte de su cuerpo que pierda, desde una cola hasta un ojo, lo que le viene muy bien para escapar de los depredadores o para ganar apuestas. Es decir, que si le cortas una pata, le vuelve a crecer. Y si le cortas el corazón, le vuelve a latir. Y si le cortas la cabeza… bueno, eso no lo hemos probado todavía, pero seguro que también le vuelve a salir.

También puede cambiar de sexo si le conviene, o reproducirse por partenogénesis si no encuentra pareja, lo que le ahorra muchos problemas de citas y relaciones tóxicas. Es tan adaptable que puede vivir tanto en el agua como en la tierra, aunque prefiere quedarse en su hábitat acuático porque le da pereza salir a caminar. Su nombre significa “monstruo de agua” en náhuatl, pero no tiene nada de monstruoso, bueno, sí, la cara, las patas, el cuerpo, la cola y las agallas. Le gusta jugar con objetos, interactuar con humanos y comer de todo, desde gusanos hasta helado de ahuautle.

Descripción

Si estás enfermo de la jodida cabeza y se te ocurre asfixiar ajolotes, este método no va a servir

Su cuerpo es alargado y cilíndrico, con una cola aplanada que le sirve para nadar y para presumir los resultados de los aeróbics. Sus patas son cortas y tienen cuatro dedos cada una, excepto las traseras que tienen cinco. No se sabe si es una ventaja evolutiva o un defecto de fábrica. Sus ojos son pequeños y carecen de párpados, lo que le da una mirada fija y penetrante y puede dar la sensación de estar observando mientras duerme, lo que lo hace perfecto como guardia de seguridad.

Su rasgo más característico son sus branquias externas, que se ramifican a los lados de su cabeza y que parecen plumas o algodones de azúcar, que le dan un aire de diva o de payaso, según se mire. Estas branquias le permiten respirar bajo el agua, aunque también puede usar sus pulmones para respirar aire, pero prefiere no hacerlo porque el aire del lugar huele a chimichanga.

Capacidad de regeneración

Tiene una capacidad regenerativa asombrosa, que le permite recuperar cualquier parte de su cuerpo que pierda, que le quiten o que se coma él mismo por error. Puede regenerar su cola, sus patas, sus ojos, su corazón, su cerebro y hasta sus genitales (sí, has leído bien, no te voy a dar más detalles). Esta capacidad le ayuda a sobrevivir en un ambiente hostil, donde hay muchos depredadores, competidores y también muchos curiosos que quieren ver cómo se regenera. También le permite experimentar con diferentes partes de su cuerpo, cambiando de forma y de función según sus necesidades o sus gustos (o según el día de la semana). Por ejemplo, puede hacerse más grande o más pequeño, cambiar de color o de textura, o incluso crear órganos nuevos que no tenía antes como un tercer ojo, una segunda boca para comer por atrás, o una antena de televisión o un abrelatas.

Distribución y hábitat

Vive en México y se niega a crecer. ¿Para qué madurar si puedes ser un bebé para siempre? Se queda como una salamandra bebé toda su vida, con sus branquias peludas y su sonrisa de oreja a oreja. Parece que siempre está feliz. Es tan simpático que hasta tiene el nombre de un dios azteca que se disfrazó de lagartija para evitar ser sacrificado. Pero no te dejes engañar por su cara bonita, porque es un glotón que se come todo lo que encuentra, desde peces hasta insectos. No tiene paladar fino, el muy tragón. Y si le muerden una pata, no pasa nada, porque le vuelve a salir. Es como un muñeco de goma con superpoderes.

El ajolote solo vive en el lago Xochimilco, cerca de la Ciudad de México, donde se esconde entre las plantas acuáticas. Es un poco tímido y además es muy pobre. Antes vivía en otros lagos, pero los humanos los secaron o los llenaron de peces invasores que pronto mutaron por la contaminación y salieron a morder a la gente. Ahora el ajolote está en peligro de extinción y necesita nuestra ayuda para conservar su hogar.

Reproducción del ajolote

El ajolote es un anfibio que se reproduce de forma sexual, pero que no le pone mucho empeño. Se queda como un renacuajo toda su vida y no desarrolla sus órganos sexuales. Solo se metamorfosea si los humanos le inyectan hormonas o yodo. Y cuando lo hacen, tampoco se emociona mucho. No canta ni corteja a las hembras. Solo deja unos paquetes de esperma en el agua y espera a que alguna los recoja. Y si no lo hacen, pues se queda a dos velas. A pesar de todo, el ajolote se reproduce y tiene descendencia. Pero no por gusto, sino por obligación.

Conservación

El ambystoma mexicanum según los gringos puñeteros

Sus ecosistemas acuáticos están siendo destruidos y si no hacemos algo pronto, el ajolote se va a extinguir. Y eso sería una pena o una bendición si eres un monstruo sin corazón. Lo que se debe hacer es:

La creación de áreas protegidas para preservar los lagos y canales y sus especies nativas (o lo que queda de ellos que son como tres ajolotes tristes y mal alimentados).

La implementación de programas de educación ambiental y sensibilización social para fomentar el respeto y el cuidado del ajolote y su entorno. O al menos para que la gente sepa lo que es un ajolote aunque seguramente lo quieran comprar como mascota porque los mexicanos siempre entendemos las cosas mal.

La realización de estudios científicos y genéticos para conocer mejor las características y necesidades del ajolote y mejorar su reproducción y supervivencia. O para clonarlo y crear una super raza de ajolotes mutantes.

La colaboración entre instituciones públicas y privadas, para coordinar acciones y recursos para la conservación del ajolote. O para pelearse por el control del ajolote y sus posibles aplicaciones médicas y militares.

Véase también