Pez gato

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Un pez gato cualquiera.

Los pez gato son el resultado de una extraña hibridación entre un gato doméstico y un pez. No se sabe cómo ocurrió este fenómeno, pero se cree que tiene que ver con la curiosidad felina y la mala suerte piscícola. Los pez gato tienen el cuerpo de un pez y la cabeza de un gato, lo que les da un aspecto muy peculiar. Tienen barbillas o bigotes prominentes, que usan para detectar el movimiento en el agua y para rascarse las orejas. Varían en tamaño y comportamiento según la especie de pez y de gato que los originó. Los hay desde gigantescos y voraces, como el pez gato tigre del Amazonas, hasta diminutos y simpáticos, como el pez gato siamés del acuario. Ninguno tiene escamas, pero algunos tienen pelo o pelusa. A pesar de su nombre, no todos los pez gato maúllan o ronronean.

Los miembros del orden Siluriformes se definen por las características del cráneo y la vejiga natatoria, que les permiten respirar aire y hacer burbujas con las que luego juegan. El pez gato tiene una importancia comercial considerable; muchas de las especies más grandes se cultivan o se pescan como alimento, aunque hay que tener cuidado con las uñas y los dientes. Muchas de las especies más pequeñas, en particular el género Corydoras, son importantes en el hobby de los acuarios, donde se les puede enseñar trucos y caricias. Muchos pez gato son nocturnos, pero otros son crepusculares o diurnos, dependiendo de si son más pez o más gato.

Morfología

El pez gato tiene una morfología muy peculiar, que combina rasgos de pez y de gato. Y de monstruo, dirían algunos. Su cuerpo es alargado y cilíndrico, con una cola ahorquillada que le sirve para nadar y para dar latigazos a sus enemigos. Su piel es lisa y sin escamas, pero puede tener pelo o pelusa en algunas zonas. Sobre todo en el ombligo y en las axilas. Su coloración varía según la especie, desde el gris al marrón, pasando por el negro o el naranja. Algunos tienen manchas o rayas, como los gatos. Otros tienen lunares o pecas, como los humanos. Su cabeza es la parte más distintiva, ya que tiene forma de gato. O de lo que queda de un gato después de un accidente.

Tiene dos ojos grandes y redondos, que le dan una mirada penetrante y curiosa. Y un poco psicópata, también. Tiene dos orejas puntiagudas, que le permiten oír los sonidos del agua y del aire. Y los chismes de los otros peces. Tiene una nariz pequeña y húmeda, que le ayuda a olfatear su entorno y su comida. Y a estornudar cuando le entra agua. Tiene una boca grande y carnosa, con dientes afilados y lengua rasposa. Y un aliento que mata moscas. Y tiene unas barbillas o bigotes prominentes, que le sirven para detectar el movimiento en el agua y para rascarse las orejas. Y para presumir de estilo ante las hembras.

Ecología

Un pez gato, buscando a alguien para aruñar.

Distribución y hábitat

Se distribuye por todo el mundo, excepto en la Antártida, donde hace mucho frío para él. Y para cualquiera. Se encuentra en ríos, lagos, pantanos y arroyos, tanto de agua dulce como salada. Le da igual el sabor del agua, mientras pueda mojar el bigote. Le gusta vivir en zonas con abundante vegetación y refugios, donde puede esconderse de los depredadores y de los curiosos. Y donde puede echarse una siesta tranquilo. También le gusta vivir cerca de las casas de los humanos, donde puede encontrar comida fácil y entretenimiento. Sobre todo si hay gatos o peces a los que molestar.

Alimentación

El pez gato se alimenta de lo que encuentra, desde ratones hasta lagartos, pasando por peces y pájaros. No es muy exigente con la comida, pero tampoco se conforma con cualquier cosa. Su plato favorito son los peces ratones, que son unos roedores acuáticos que viven en los ríos y lagos. El pez gato los persigue y los atrapa con sus dientes y sus uñas, y luego se los come con deleite. Los peces ratones son una fuente de proteínas y de diversión para el pez gato.

Como especies invasoras

El pez gato es una especie invasora que causa muchos problemas ecológicos y económicos. Y sociales y culturales, también. Su gran capacidad de reproducción y su voracidad hacen que compita con las especies nativas por el espacio y el alimento, provocando su desplazamiento o extinción. O su indignación y protesta. Su presencia altera el equilibrio de los ecosistemas acuáticos, afectando a la calidad del agua y a la biodiversidad. Y al paisaje y al turismo, también. Su consumo puede ser peligroso para la salud humana, ya que puede transmitir enfermedades o parásitos. O alergias o indigestiones. Su captura puede ser difícil y costosa, ya que tiene uñas y dientes afilados que pueden herir a los pescadores. Y su aspecto puede ser aterrador y repulsivo para muchas personas, que prefieren no verlo ni en pintura. O ni en foto o ni en sueños.

Como mascota

Y así fue como nació el pez gato.

Es un animal muy singular y atractivo, que puede ser una buena mascota para los amantes de los peces y de los gatos. Y para los que no saben decidirse entre uno y otro. Sin embargo, tener un pez gato en casa requiere de unos cuidados especiales, que hay que tener en cuenta antes de adoptarlo. O de que te adopte él a ti. Estos son algunos consejos para cuidar a tu pez gato:

  • Elige un acuario adecuado para tu pez gato. Tiene que ser lo suficientemente grande y profundo. Debe tener una tapa o una rejilla, para evitar que se escape, que se caiga o que se meta en tu cama o en tu armario.
  • Decora el acuario con plantas, rocas y cuevas, para que tu pez gato se sienta a gusto y tenga donde esconderse y descansar. Y donde pueda hacer sus travesuras sin que le veas. También puedes ponerle juguetes, como pelotas o ratones de plástico, para que se divierta y se ejercite. Y no te olvides de ponerle un rascador, para que pueda afilar sus uñas y evitar que arañe el cristal.
  • Alimenta a tu pez gato con una dieta variada y equilibrada. Puedes darle pienso o escamas para peces, pero también carne o pescado fresco o congelado, frutas o verduras. Y también puedes compartir con él tu comida, si te deja. Y de vez en cuando, puedes premiarlo con algún capricho, como queso o yogur. Eso sí, no le des chocolate ni cebolla, que son tóxicos para él. Ni tampoco alcohol ni tabaco, que son malos para todos.
  • Limpia el acuario regularmente. No te olvides de limpiar el rascador y los juguetes, y de cambiar la arena del arenero, si es que tiene uno. O si es que lo usa, porque a veces puede preferir hacer sus necesidades en otro sitio.

Como alimento

Los sitios amarillistas te dirán que esto es un pez gato pero todos saben que eso es un bagre, y luego te dirán que ambos son la misma cosa.
Si el pez gato te parece feo recuerda que siempre puede salir peor.

El pez gato es un animal que nunca deberías comer, aunque te lo ofrezcan o te lo regalen. No importa si es grande o pequeño, si tiene pelo o no, si es bonito o feo. El pez gato es tu mascota, y no se come a las mascotas. Por varias razones:

  • Primero, porque el pez gato es tu amigo y tu compañero, y no se come a los amigos ni a los compañeros. Él te quiere y te respeta, aunque a veces te arañe o te muerda. Tú también lo quieres y lo respetas, aunque a veces te haga rabiar o te ponga los nervios.
  • Segundo, porque el pez gato puede ser peligroso para tu salud, ya que puede transmitirte enfermedades o parásitos. O puede hacerte daño con sus uñas o sus dientes, si intentas morderlo. O puede escupirte una bola de pelo en la cara, si le caes mal. O puede hacer burbujas con la boca, si le das asco.
  • Tercero, porque el pez gato es tu amigo y tu compañero, y no se come a los amigos ni a los compañeros. Él te quiere y te respeta, aunque a veces te arañe o te muerda. O aunque a veces se coma tu comida o se orine en tu alfombra. Tú también lo quieres y lo respetas, aunque a veces te haga rabiar o te ponga los nervios. O aunque a veces le tires del rabo o le mojes el pelo.

Véase también