Velociraptor

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Algunos velociraptors eran divinos, o quizás solo tenían el Síndrome de Jerusalén, antes de que existiera Jerusalén claro

¿Te gustan los dinosaurios? Seguro que sí. Y seguro que uno de tus favoritos es el Velociraptor. Ese bicho tan chulo que sale en Parque Jurásico. El que corre como un rayo, el que abre puertas, el que se comunica con sus colegas. El que te hace temblar cada vez que lo ves en la pantalla. Pues siento decepcionarte, pero ese Velociraptor no existe. Es un invento de Hollywood. El Velociraptor real era más bien un pavo con plumas y no muy grande, por cierto. Podrías cargarlo en brazos sin problemas. Aunque quizás no fuera buena idea, porque tenía unas garras muy afiladas y unos dientes muy puntiagudos. El Velociraptor era un cazador feroz, pero no se enfrentaba a dinosaurios gigantes como el Tiranosaurio Rex. Más bien se conformaba con presas más pequeñas, como el Protoceratops, que es como un pollito.

Entonces, ¿de dónde salió el Velociraptor de las películas? Pues resulta que el autor de la novela, Michael Crichton, se basó en otro dinosaurio llamado Deinonychus. Un primo lejano del Velociraptor que sí era más grande y más parecido al de la pantalla. Pero Crichton prefirió usar el nombre de Velociraptor porque le sonaba mejor. Y Spielberg siguió su mal ejemplo cuando adaptó la novela al cine. Así que ya sabes, la próxima vez que veas Parque Jurásico, recuerda que esos bichos no son velociraptores. Son deinoniquios disfrazados.

Descripción

El Velociraptor era un dinosaurio que tenía un nombre muy chulo, pero que no era tan impresionante como te imaginas. Era pequeño, del tamaño de un pavo, y tenía plumas como las gallinas. Pero no te rías, porque también tenía unas garras muy grandes y afiladas en las patas traseras, que usaba para atacar a sus presas y para hacerse la manicura extrema. Y una cola larga y rígida, que le servía para mantener el equilibrio y hacer piruetas. Y para espantar a las dinomoscas. Su cabeza era alargada y chata, y tenía unos dientes muy puntiagudos. No era muy guapo, la verdad, ni muy simpático.

Era el más pequeño de los dromeosáuridos, un grupo de dinosaurios carnívoros emplumados de baja estatura. Se conocen dos especies: Velociraptor mongoliensis y Velociraptor osmolskae, ambas de Asia. Vivieron hace unos 75 millones de años, en el período Cretácico. Eran muy ágiles y rápidos, y tenían un gran cerebro. Se cree que eran los antepasados de las aves no voladoras actuales. Como los avestruces o los pingüinos. Algunos fósiles muestran que se peleaban con otros dinosaurios, como el Protoceratops. Quizás querían robarles la comida. O quizás solo querían divertirse. O quizás tenían algún problema personal.

Taxonomía

Velociraptors en su habitad natural

El velociraptor es un dinosaurio que pertenece al grupo de los terópodos, que son los que andan a dos patas y se comen a todo lo que se mueve. Y cuando digo todo, es todo. Hasta las piedras, bueno, quizás no las piedras. Pero sí las plantas, los animales, otros dinosaurios y los humanos. Si hubiera habido humanos en su época. Aunque sólo nos hubieran comido de las nalgas hacia abajo porque eran muy pequeños de todos modos.

Dentro de los terópodos, el velociraptor pertenece al grupo de los manirraptores, que son los que tienen plumas y garras curvas. Como las águilas, o las gallinas (o su polimerización, las aguilallinas). Pero mucho más peligrosos. Dentro de los manirraptores, el velociraptor pertenece al grupo de los dromeosáuridos, que son los que tienen una garra enorme en el pie y una cola rígida. Como los gatos o los lagartos, pero mucho más grandes y menos acariciables. Dentro de los dromeosáuridos, el velociraptor pertenece al grupo de los velociraptóridos, que son los que tienen el nombre más chulo y se parecen a los de las películas.

Dentro de los velociraptóridos, el velociraptor pertenece al género Velociraptor, que tiene dos especies: Velociraptor mongoliensis y Velociraptor osmolskae. El primero vivió en Mongolia y el segundo en China. Ambos eran del tamaño de un pavo y tenían plumas por todo el cuerpo. Como los pavos o las palomas. Pero más feos. Mucho más feos. Nada que ver con los monstruos gigantes y escamosos que salen en la pantalla. Esos se parecen más a otro dinosaurio llamado Deinonychus, que era un primo lejano del velociraptor. Los paleontólogos saben mucho sobre este dinosaurio, porque han encontrado muchos fósiles suyos. Uno de ellos muestra a un velociraptor peleando con un protoceratops. Seguro que fue una pelea épica. O no. Quizás solo estaban jugando. O quizás estaban enamorados. Quién sabe. Los dinosaurios tenían sus cosas.

Descubrimiento e investigación de los velociraptors

El velociraptor es un dinosaurio que se hizo famoso por las películas de Jurassic Park. Pero resulta que las películas no mienten. Bueno, sí mienten un poco, pero no tanto como los paleontólogos. Los paleontólogos son los que estudian los fósiles de los dinosaurios y resulta que son unos mentirosos. Pero no lo hacen por mal, lo hacen por amor. Por amor a sus hijos. Porque los paleontólogos tienen hijos. Y quieren que sus hijos se sientan orgullosos de ellos y por eso inventan cosas sobre el velociraptor. Como que era muy grande, muy rápido y muy listo. Como que tenía plumas de colores, garras afiladas y cola rígida. Como que vivía en manadas, cazaba en equipo y se comunicaba con sonidos y gestos. Todo para impresionar a sus hijos y a nosotros también.

Pero la verdad es que el velociraptor no era nada de eso. Era más bien pequeño, torpe, tonto, gris, flacucho, solitario, hambriento y aburrido.

Paleobiología

Los velociraptors se la pasaban bailando cumbia

El velociraptor era un dinosaurio que vivió hace unos 75 millones de años, en el período Cretácico. Eso significa que era muy viejo. Pero no tanto como tu abuela. Habitaba en lo que hoy es Mongolia y China, que eran lugares muy diferentes a como los conocemos ahora. Eran lugares muy secos y áridos, con poca vegetación y muchos animales. El velociraptor se alimentaba de esos animales, también era un carroñero, que se aprovechaba de los cadáveres de otros animales. No era muy exigente con la comida, le gustaba todo, hasta el hueso.

Tenía plumas por todo el cuerpo, que le servían para regular su temperatura y para exhibirse ante sus congéneres. Tenía plumas de varios colores, que podían ser rojas, verdes o azules. O quizás no. Quizás eran todas grises. O quizás eran invisibles. No lo sabemos con certeza. Los paleontólogos no se ponen de acuerdo. El velociraptor vivía en manadas, que podían estar formadas por varios individuos o por uno solo. Se comunicaba con sus compañeros mediante sonidos y gestos, que podían expresar alegría, enfado o amor. O quizás no. Quizás solo hacía ruidos y muecas. O quizás era mudo y ciego. No lo sabemos con certeza. Los paleontólogos no se ponen de acuerdo.

Se reproducía una vez al año, en la época de celo. El velociraptor buscaba una pareja con la que aparearse, que podía ser del mismo sexo o del contrario. El velociraptor hacía el amor con su pareja durante varios minutos o varias horas. O quizás no. Quizás solo se rozaban las colas o se picoteaban las plumas. O quizás se ignoraban por completo. No lo sabemos con certeza. Los paleontólogos no se ponen de acuerdo.

Ponía huevos, que incubaba en nidos hechos con ramas y hojas. El velociraptor cuidaba de sus crías hasta que crecían y se independizaban. Les enseñaba a cazar, a defenderse y a jugar. O quizás no. Quizás solo les daba de comer, les limpiaba y les echaba del nido. O quizás ni siquiera eso. No lo sabemos con certeza. Los paleontólogos no se ponen de acuerdo.

Paleoecología

El velociraptor vivía en un ambiente muy duro y hostil, que le ponía a prueba cada día. Tenía que enfrentarse a la escasez de recursos, como el agua, la comida y el wifi. Era un dinosaurio muy adaptable y muy versátil, que podía vivir en cualquier sitio y comer cualquier cosa. Incluso podía comerse a sí mismo si hacía falta.

Compartía su hábitat con otros dinosaurios, algunos de los cuales eran sus amigos y otros sus enemigos. El velociraptor se llevaba bien con los protoceratops, que eran unos dinosaurios con cuernos y pico que le servían de amigos, comida y de diversión. Se divertía mucho con ellos, sobre todo cuando les clavaba la garra en el cuello y les arrancaba la cabeza. Se llevaba mal con los oviraptóridos, que eran unos dinosaurios con plumas y cresta que le robaban los huevos y le molestaban. El velociraptor les odiaba mucho, sobre todo cuando les veía con sus huevos en la boca y sus plumas al viento. Se llevaba fatal con los tiranosaurios, que eran unos dinosaurios con dientes y garras que le querían comer y le perseguían.

También compartía su hábitat con otros animales, algunos de los cuales eran sus aliados y otros sus rivales. El velociraptor se aliaba con los azdárquidos, que eran unos reptiles voladores con alas y pico que le ayudaban a localizar las presas y a escapar de los depredadores. Les agradecía mucho su ayuda, sobre todo cuando les veía volar por encima de él y les oía chillar. Se enfrentaba a los cocodrilos, les detestaba mucho su ataque, sobre todo cuando les sentía morderle las patas y les veía arrastrarle al agua. Se temía a las serpientes, sobre todo cuando les notaba inyectarle el veneno y les veía enrollarse alrededor de él.

Era un dinosaurio muy ecológico, que respetaba el medio ambiente y el equilibrio natural. El velociraptor no contaminaba el aire ni el agua, porque no usaba coches ni fábricas. El velociraptor no talaba los árboles ni quemaba las plantas, porque no usaba hachas ni cerillas. No cazaba más de lo necesario ni desperdiciaba la comida, porque no usaba rifles ni neveras. Era un ejemplo de sostenibilidad y responsabilidad. O quizás no. Los paleontólogos no se ponen de acuerdo.

¿Es buena idea clonar velociraptors?

Así seria un futuro donde todos clonáramos velociraptors, así que por que no hacerlo olvida eso, no los clonés a no ser de que seas un bastardo

El velociraptor es un dinosaurio que se extinguió hace unos 65 millones de años, junto con muchos otros animales prehistóricos. Desde entonces, el ser humano ha soñado con volver a verlos en vivo y en directo. Y gracias a los avances de la ciencia y la tecnología, ese sueño podría hacerse realidad. Mediante la clonación, que es una técnica que consiste en crear copias idénticas de un ser vivo a partir de su ADN, se podría resucitar al velociraptor y a otros dinosaurios. Pero ¿es buena idea clonar velociraptors?

La respuesta es no.

No es buena idea clonar velociraptors.

Es una idea terrible.

Es una idea catastrófica.

Es una idea apocalíptica.

¿Por qué?

Porque los velociraptors son unos animales muy peligrosos y muy difíciles de controlar. Porque los velociraptors son unos depredadores muy hábiles y muy voraces. Porque los velociraptors son unos seres muy inteligentes y muy astutos. Porque los velociraptors son unos monstruos muy feroces y muy crueles.

¿Qué pasaría si clonáramos velociraptors?

Pasaría que se escaparían de los laboratorios o de los parques donde los tuviéramos encerrados. Pasaría que se reproducirían sin control y formarían manadas salvajes. Pasaría que se alimentarían de todo lo que encontraran a su paso, incluyendo a otros animales y a los humanos. Pasaría que dominarían el mundo y nos convertirían en sus esclavos o en sus presas.

¿Queremos eso?

No, no queremos eso.

Entonces, no clonemos velociraptors.

Dejemos que el pasado sea pasado.

Dejemos que los dinosaurios descansen en paz.

Dejemos que el velociraptor siga siendo solo un fósil, un nombre y una película.

Véase también

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