Megalodón

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Megalodón
Megalodón platicando con un calvo.
Megalodón platicando con un calvo.
Clasificación científica
Reino: Animal
Filo: En la boca
Clase: No tienen rival
Familia: Más grandes que los australianos
Nombre binomial
‘‘Carcharodon gigantus’’
Steve Irwin

El megalodón era un tiburón gigante y malvado que se zampaba todo lo que había en el mar, incluso las ballenas que le provocaban flatulencias. Tenía una cara tan horrible que asustaba a los peces y a los corales. Era el amo de los depredadores y nadie se metía con él, ni los pulpos bromistas. Tenía tantos hijos glotones que no le quedaba tiempo ni dinero para cuidarse. Pero un día se quedó sin nada: sin comida, sin agua caliente, sin amigos. Las ballenas le hicieron bullying, los tiburones le quitaron el puesto y el clima se volvió frío y seco. El megalodón se deprimió y se murió de pena. Lo único que nos dejó fueron sus dientes enormes, que podrían servir para mil cosas. Así acabó la historia del tiburón más legendario del océano.

Descubrimiento

El Megalodón, el tiburón mas grande que ha existido. bueno mas grande que tu pepino de mar si es

En el Renacimiento, la gente se creía que los dientes de tiburón fósiles eran lenguas de dragones y serpientes que se habían convertido en piedra. Menudo disparate. Un danés listo se dio cuenta de que eran dientes de tiburones antiguos, porque se parecían mucho a los de los tiburones de ahora. Lo demostró con un dibujo muy chulo que hizo historia. Un suizo le puso nombre al tiburón más grande de todos, el megalodón, que significa “diente grande”. Y no es para menos, porque sus dientes eran enormes y afilados. Algunos le llamaban tiburón megadiente, tiburón blanco gigante o tiburón monstruo. Pero seguro que a él le daba igual cómo le llamaran, porque era el rey del mar y nadie le discutía.

Fósiles

El megalodón vivió en todos los mares del mundo, desde Europa hasta Australia, pasando por América y África. Y eso que no tenía pasaporte ni visa. También se le vio en algunas islas y hasta en el fondo del Pacífico. Le gustaba hacer turismo y conocer otras culturas (Y comérselas). No había lugar donde no llegara su sombra. Ni siquiera el sol se atrevía a mirarlo a los ojos. Empezó a nadar hace unos 16 millones de años y dejó de hacerlo hace unos 2.6 millones de años. Se cansó de tanto ejercicio y decidió jubilarse.

Nadie sabe por qué se extinguió, pero algunos dicen que se encontró con dientes más nuevos que los suyos. Y más blancos y más brillantes. Y le dio envidia. Los dientes que se han encontrado después son falsos, como los de los abuelos. Los guardan en un vaso de agua por las noches.

Anatomía

El Megalodon, posando para Colgate

El megalodón era un tiburón tan grande que no cabía en ninguna parte. Tenía una cabeza de casi 5 metros, donde guardaba sus 280 dientes afilados como cuchillos. Con ellos podía cortar cualquier cosa, desde una ballena hasta un queso manchego. Su boca era tan ancha que podía tragar un coche entero sin masticar. Y sin sal ni pimienta.

Su cuerpo era largo y robusto, con una piel gris y blanca que le servía para camuflarse en el agua. Sus aletas eran enormes y le daban mucha estabilidad y velocidad. La aleta dorsal medía más de metro y medio, y la usaba para asustar a sus presas y a los bañistas cavernícolas despistados. La aleta caudal era casi de 4 metros, y la usaba para impulsarse y dar coletazos mortales. También la usaba para hacer surf cuando se aburría.

Sus branquias le permitían respirar bajo el agua, pero tenía que estar en movimiento constante para que el oxígeno le llegara bien. Por eso nunca se quedaba quieto ni dormía. Era un tiburón hiperactivo y nervioso. Siempre estaba buscando algo que comer o con lo que jugar. A veces se entretenía con los restos de sus víctimas o con los barcos hundidos. Otras veces se divertía con los meteoritos o los satélites que caían del cielo.

El megalodón era un tiburón tan impresionante que nadie se atrevía a molestarlo. Ni siquiera los otros tiburones o los cachalotes. Era el rey de los mares y el terror de los océanos. Hasta que un día desapareció sin dejar rastro. Nadie sabe qué le pasó, pero algunos dicen que se fue a otro planeta donde había más comida y menos competencia. O que se cansó de ser tan grande y se hizo una liposucción.

Extinción

Tarde o temprano se iba a extinguir

El megalodón se extinguió hace unos 2.6 millones de años, pero nadie sabe con certeza por qué. Hay varias hipótesis que intentan explicar su desaparición, pero ninguna es definitiva ni convincente. Algunas de las posibles causas son:

Enfriamiento oceánico y caída en los niveles del mar

Se cree que el clima cambió y los océanos se enfriaron y se redujeron. Esto afectó al megalodón, que prefería las aguas cálidas y profundas. El tiburón no pudo adaptarse a las nuevas condiciones y empezó a pasar frío y a tener menos espacio. Se puso triste y deprimido y perdió las ganas de vivir. También se le encogieron los dientes y las aletas y se le cayó el pelo.

Declive de las fuentes de alimentos

Se cree que las presas del megalodón se volvieron más escasas y esquivas. ¿Será que se cansaron de ser el menú del día? Esto se debió a que muchas especies marinas se extinguieron o migraron a otras zonas porque encontraron mejores ofertas de trabajo en otros mares. El tiburón no pudo encontrar suficiente comida y empezó a pasar hambre y a adelgazar. Se puso nervioso y ansioso y perdió el apetito y también el sentido del humor.

Múltiples causas

Se cree que el megalodón se extinguió por una combinación de varios factores que lo afectaron negativamente. Estos fueron el cambio climático, la escasez de comida, la competencia de otros tiburones, la caza humana, las enfermedades, los parásitos, los meteoritos, los extraterrestres, los unicornios, los zombies, los vampiros, los ninjas, los piratas, los payasos asesinos, las suegras, los impuestos, el estrés, el colesterol, la calvicie, la impotencia, la menopausia, el mal de ojo, el karma, la mala suerte y el destino.

Taxonomía

Su mandíbula también podía usarse como un portal hacia la tierra B

El megalodón es un tiburón con un nombre que parece sacado de Harry Potter: Carcharocles megalodon. Significa “diente grande” en griego, pero eso ya lo sabíamos. Y si no lo sabíamos, solo teníamos que ver su sonrisa. Antes se creía que era primo del tiburón blanco, pero resulta que no. Se hicieron una prueba de ADN y salió negativa. Ahora se dice que es de una familia extinta de tiburones llamada Otodontidae. Seguro que eran muy divertidos en las fiestas. Sobre todo cuando se comían a los invitados. El megalodón viene de una línea evolutiva que empezó con el tiburón Otodus, que también es una galleta. ¿Qué casualidad, no? A lo mejor por eso le gustaba tanto el dulce. El megalodón es un Lamniforme, un tipo de tiburón con forma de torpedo y cinco branquias. Hay otros Lamniformes con nombres muy raros, como el tiburón peregrino, el tiburón duende y el tiburón boca grande. Parecen salidos de una caricatura. O de una pesadilla.

Supervivencia actual

Hay gente que cree que el megalodón sigue vivo hoy en día, y que se esconde en las profundidades del océano. Los expertos dicen que no hay ninguna prueba de que el megalodón no se haya extinguido hace 3,5 millones de años. Y ellos saben de lo que hablan. Porque son expertos. ¿Qué haría un tiburón tan grande en el fondo del mar? ¿Jugar al escondite con los calamares gigantes? O quizás al póker. Con las cartas marcadas con sus dientes. La idea de que el megalodón siga vivo se basa en un diente que se encontró en 1872, y que algunos pensaron que era muy reciente. Pues resulta que lo dataron con una app que se dedicaba a datar mal a propósito. Para hacerles una broma pesada a los paleontólogos. El megalodón se extinguió por varias razones, como los cambios climáticos, la falta de comprensión lectora y la competencia con las gaviotas por las presas. Sí, has leído bien. Las gaviotas. Esas aves tan molestas que te roban la comida en la playa. Pues resulta que también le robaban la comida al megalodón. Y eso le enfadaba mucho. Pero no podía hacer nada. Porque las gaviotas volaban. Y el megalodón no.

Véase también