Zarigüeya

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Un biólogo optimista antes de ser mordido.
Zarigüeya
A la grande le puse Cuca
A la grande le puse Cuca
Clasificación científica
Reino: Animal
Filo: En los botes de basura
Clase: Dramaturgia Avanzada
Familia: Más fea que las ratas
Nombre binomial
'Didelphis dramaticus'
El que las vio primero

La zarigüeya (del náhuatl tzarigüeyin, que significa "rata que guarda cosas en la panza") es un fósil viviente, un error administrativo de la evolución que olvidó extinguirse. A menudo confundida con una rata gigante que ha ido al gimnasio pero solo ha ejercitado el cuello, este animal es el único marsupial de Norteamérica, lo que le otorga el derecho exclusivo de llevar a sus hijos en un bolsillo mágico (como Doraemon) sin ser juzgada por la moda. La zarigüeya ha persistido desde el Eoceno gracias a una estrategia de bajo perfil y una impresionante capacidad para no ducharse.

Anatomía

A diferencia de los animales diseñados con estética, la zarigüeya parece haber sido ensamblada con las sobras del taller de la creación. Su cuerpo es un receptáculo de pelo desordenado y grisáceo, diseñado específicamente para parecer sucio incluso después de un baño, similar al hábitat natural de la rata.

  • La cabeza: Posee un hocico alargado y cónico, lleno de una cantidad absurda de dientes (50 piezas), más que cualquier otro mamífero terrestre, lo que le permite sonreír de manera perturbadora en las fotos nocturnas. Su cerebro, aunque funcional, opera bajo el sistema operativo de "gritar o morir".
  • La cola: Es una extremidad prensil, una quinta mano calva y escamosa que utiliza para colgarse de los árboles, robar fruta o simplemente incomodar a los observadores que prefieren que las colas tengan pelo.
  • Las manos: Sus patas poseen pulgares oponibles en las extremidades traseras, una característica que comparte con los primates y que utiliza para abrir botes de basura con una destreza humana, demostrando una anatomía comparada inquietante.
  • El marsupio: Una bolsa de piel en el vientre donde las crías, que nacen en estado embrionario (parecidas a gominolas rosas), se arrastran para terminar de cocinarse. Es el equivalente biológico de llevar a los niños en la guantera.

Comportamiento

Ésta se ganó el Oscar a mejor actuación por fingirse la muerta, aunque en realidad está viva.
Cuando ve lo feo que eres.

Es famosa por su cobardía táctica, elevada a la categoría de arte. Cuando se enfrenta a un peligro, como un perro, un coche o la mirada crítica de la sociedad, activa su superpoder: la tanatosis.

Este proceso no es voluntario, sino un colapso nervioso sistémico. El animal se tira al suelo, saca la lengua, pone los ojos en blanco y, para añadir realismo a la escena, segrega un líquido anal con olor a cadáver rancio, similar a la fragancia natural del Pez Gato o a los depósitos de las ciudades de ratas.

Este olor convence al depredador de que la carne está podrida y evita que la zarigüeya sea devorada, mostrando que la higiene deficiente puede ser una estrategia evolutiva exitosa.

Son criaturas nocturnas, prefiriendo la oscuridad para realizar sus fechorías y evitar ser juzgadas por su apariencia. Su visión es pobre, pero su olfato es excelente, capaz de detectar una manzana podrida a kilómetros, similar a cómo las ratas huelen sangre en el mar.

Dieta y hábitos

Así las ven los que las odian, en realidad son más feas bonitas.

La zarigüeya es el camión de basura de la naturaleza. Es omnívoro, lo que en términos biológicos significa que carece de estándares culinarios. Su dieta incluye frutas, insectos, caracoles, sobras de pizza, cables eléctricos y cualquier cosa que quepa en su boca dentada.

Prosperan en las ciudades humanas, aprovechando la basura acumulada y la negligencia municipal. Poseen una resistencia sobrenatural al veneno de serpiente y a la rabia, debido a que su temperatura corporal es demasiado baja para que los virus respetables quieran habitar en ellas.

Evolución

Estos animales han existido desde el Eoceno, viendo nacer y morir a civilizaciónes enteras mientras ellas seguían hurgando en los desperdicios. Sobrevivieron al calentamiento global de aquella época y a la competencia con aves del terror simplemente pasando desapercibidas y fingiendo estar muertas hasta que los depredadores se aburrían.

Véase también