La Guerra de los Mundos de Orson Welles

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Para su lectura se exige el permiso expreso del presidente del Imperio yankee, o en su defecto, de un accionista mayoritario de McDonalds. En caso de no poseerlo se rastreará al lector y bajo la premisa de la libertad se le ejecutará para luego enterrársele en una tumba sin nombre en el área 51. Que tenga bonito día.

La transmisión de 1938 de la Guerra de los mundos por Orson Welles fue un elaborado plan orquestado por la CIA en colaboración con el servicio secreto para ocultar la invasión ocurrida ese mismo día por los marcianos de Marte. La transición se llevó a cabo el día de Halloween debido a que los marcianos habían preparado su invasión para poder coincidir con la festividad a fin de atacar nuestros suministros de dulces y pasar desapercibidos entre personas disfrazadas de fantasmas con cabeza puntiaguda o gente negra disfrazada de piñata[1].

El plan fue todo un éxito y consiguió mantener tan interesados a los radioescuchas que se pudo evitar una tragedia al no pasar de 20.000 muertos los que fueron producto de los disturbios y trece millones de dólares en daños. Fue un gran día para ser estadounidense.

La transmisión

Para la elaboración del guión, transmisión, papel protagónico y chico que hacía el café se eligió hasta al entonces desconocido Orson Welles tras un arduo casting de siete largos minutos donde muchos resultaron heridos. Como especialista de efectos de sonido se escogió a la puerta de la oficina que hacía un sonido graciosos cuando se cerraba. Así, bajo la bendición del entonces presidente del Imperio yankee Franklin Delano Roosevelt, se comenzó la transmisión cuyo guión de puño, letra y faltas de ortografía corresponden a Welles.

"Oye Orson, Freud habría tenido mucho que decir sobre esto de cosas babosas saliendo de una estructura alargada".
Welles: Interrumpimos el anterior discurso antisemita para llevarles una transmisión especial desde la ciudad de Venecia. Hemos recibido informes de la caída de un objeto no identificado en Sudáfrica. Para abreviar, de ahora en adelante lo llamaremos OCNI u objeto chocador no identificado. Ahora pasamos a comunicarnos en directo con el profesor Leonirio Von Nombrefalso, quien ha presenciado todo desde su telescopio hecho con rollos de papel higiénico. Adelante, profesor.
Señor de la limpieza: Sí, desde mi telescopio logré divisar el objeto que se dirigía muy rápidamente hacía la tierra. También vi un objeto alargado, hecho de metal, con apariencia mecánica y motores capaces de hacer que tuviera un movimiento rítmico.
Welles: ¿Lo vio en el interior del meteorito?
Señor de la limpieza: No, lo vi en el interior del cajón de ropa interior de mi esposa. Pero ahora que lo menciona, creo que sí había una cosa parecida a eso dentro del meteorito, aunque desconozco si también pertenece a mi esposa.
Welles: Muchas gracias profesor. Volveremos a traerles la historia del dispositivo mecánico alargado de la esposa del profesor Von Nombrefalso después. Por ahora disfruten de la orquesta de Julius Churches y los ucrónicos

Segunda parte: Tras una canción sobre la supremacía blanca

Welles: Interrumpimos la conmovedora tonada de “Break his legs to that nigga” para traerles las últimas noticias. Un segundo meteorito ha caído en las afueras de la ciudad de New York donde ahora se encuentra nuestro reportero estrella, John Fake. Adelante, Fake.
Prima quinceañera de Welles: Gracias, nos encontramos ahora frente a un enorme objeto mecánico alargado cuya forma me recuerda a algo que tengo en mi mesa de noche ¡Oh, algo pasa! Parece que una compuerta se está abriendo a un lado, ojalá el que yo tengo en mi casa pudiera hacer eso también. Algo está saliendo, es difícil describirlo, se asemeja a la cabeza de Alfred Hitchcock pero con menos tentáculos.
Y para disfrutar de forma más amena la destrucción de la civilización como la conocemos, páselo con Pepsi cola.
Welles: ¿Y qué está ocurriendo ahora?
Prima de Welles: Si cerraras la boca en lugar de interrumpirme te lo diría. Ahora la policía se está acercando al lugar donde se encuentra el cráter para inspeccionarlo, le están leyendo sus derechos a la cosa que se parece a Alfred Hitchcock... ¡Oh, por Dios! Les acaba de disparar con un rayo calórico, no estoy seguro de si los rayos desintegradores están cobijados por la segunda enmienda. Es horrible, ahora vienen tras de mí, creo que van a matarme... ¡Envíen ayuda!
Welles: Muchas gracias, señor Fake, pronto volveremos con más mensajes. Esta invasión extraterrestre esta patrocinada por lavadoras Smith: Déle un uso a su esposa y póngala a la lavar la ropa con una Smith. Volveremos tras estos mensajes para la mujer que hace lo que debe y se dedica a cocinar, lavar y parir.

Tercera parte: Tras un anuncio de planchas de vapor

Welles: Interrumpimos el anterior anuncio que seguro tenía interesada a las mujeres que tanto gustan de las planchas para traerles el siguiente reporte. El jefe de policía de la ciudad de New Jersey se encuentra en transmisión directa con el estudio, adelante.
Vagabundo que recibió un sándwich como sueldo: Sí, estamos aquí reportando nuestra absoluta rendición ante los atractivos, masculinos y benignos nuevos dictadores, que tan amablemente han desintegrado a nuestros hijos y chupado la sangre de nuestras esposas. Les prometemos nunca más cuestionarlos a ellos ni a sus elegantes naves con tres piernas. Perdón... ¿Dos piernas? ¿Y que diablos es la tercera cosa que...? ¡Oh! Bueno, sus naves con dos piernas y un... ¿Hay niños escuchando en el estudio?
Welles: Seguramente.
Vagabundo: Entonces con dos piernas y un dispositivo como el de la esposa del profesor Von Nombrefalso. Agradecemos el habernos librado de la terrible democracia y pronto recibirán una cesta de regalos de parte del presidente Roosevelt. Ahora, si me disculpan, un humo negro está saliendo de sus naves y... ¡Yag Ag!.
Welles: Muchas gracias, les recordamos a todos los que se pararon frente a sus casas con rifles en mano a dispararle a lo que se moviera o cometieron suicidios masivos que esto sólo era una broma de Halloween. No existen los marcianos, buenas noches.

Verdad tras la transmisión

"Hola, soy Orson Welles. Hice que medio mundo creyera que lo estaba invadiendo los marcianos y además dirigí la que está calificada como mejor película de la historia. En resumen, soy Dios."

Según los archivos desclasificados de la CIA, la transmisión fue pregrabada y almacenada para ser transmitida al momento de iniciarse la invasión marciana. Al momento de aterrizar los primeras naves, que fueron posteriormente identificadas por la CIA como “Modelo Mars Attacks! estándar: 023” (resulta por lo menos curioso que los marcianos le dieran nomenclaturas de películas de Burton a sus naves), la grabaciones fueron puestas en marcha. Dado que la transmisión consistía básicamente en descripciones de cilindros, esto desestimuló cualquier pánico generado por los muy reales platillos voladores. De este modo en Central Park se registró que el primer platillo volador fue encontrado por un par de inmigrantes irlandeses considerablemente borrachos. Como es natural en el irlandés nacionalizado estadounidense, su reacción inmediata hacia los objetos redondos y planos relacionados con el cielo (llámese hostia) fue el de comérselo; posteriormente se pasaron el mal sabor del metal y las viseras de marciano con un poco de buen whisky escoses.

La segunda nave aterrizó al sur de EEUU, donde cayó junto a un campesino y sus tres amigos del Ku Klux Klan. La reacción inmediata del grupo, claro está, fue la de abusar de los orificios de cualquiera de sus tripulantes. Los científicos de la CIA aún no han logrado identificar qué función biológica cumplían los orificios de los marcianos, pero está claro que no era la que los sureños les dieron.

La tercera nave cayó en Utah, epicentro del mormonismo norteamericano. Según los reportes de la CIA, la nave aún es adorada actualmente por los residentes de Utah, quienes le ofrecen sacrificios de corderos y celebran ante ella bodas polígamas. Sus tripulantes, por otro lado, fueron lapidados hasta la muerte, ya que según los residentes del lugar, eran musulmanes.

La oficina presidencial consideró la operación todo un éxito y clasificó el proyecto como al mismo nivel del falso alunizaje. Haciendo que, claro está, cualquier que afirme que el alunizaje fue un fraude tenga la misma seriedad que alguien que diga que la transmisión de Orson Welles fue para encubrir a los marcianos, eso es mucha seriedad.

Caso Ecuador

El gobierno ecuatoriano recibió en 1949 la noticia de su homólogo estadounidense de que había habido reportes de un contraataque marciano que avanzaba por las colinas de Pasto en Colombia. Lamentablemente ambos gobiernos ignoraban la naturaleza del pastuso medio, por lo que los reportes resultaron ser bombillos mal identificados. Aun así, el gobierno ecuatoriano puso en desarrollo el procedimiento Welles estándar y el guión fue transmitido en su versión castellana[2].

"Aquí en radio Quito somos los mejores divirtiendo a la gente... ¿Gente? ¿Y esas antorchas?"

Sin embargo, los quiteños, lejos de responder de manera jovial a la gracia, sostuvieron gritos de “¡Chucha, qué verg*!” y le prendieron fuego a la estación de radio matando a todo el que estuviera dentro. Tras aburrirse de ver cómo el fuego consumía a los periodistas, los ecuatorianos finalmente se fueron a ver un partido de fútbol.

Caso Chile

En Chile se hizo una transmisión sin el consentimiento del gobierno estadounidense porque aparentemente en ese caso sí fue una broma. ¿Pueden creerlo? Que alguien haga una transmisión así por broma y no para encubrir un ataque de hombrecitos verdes del espacio que hacen graffitis en los campos de trigo. Se cuenta que incluso el ejército chileno fue movilizado: tras pasar semanas vagando sin rumbo y disparándole a las camionetas que a los ojos de los soldados chilenos parecían cohetes espaciales, finalmente el ejército se rindió entregándole el país y su soberanía sobre la luna a los marcianos. Los marcianos aun no han reclamado el territorio y los chilenos siguen buscando cohetes espaciales[3].


Referencias

  1. Disfraces poco elaborados, casi siempre consistían en colgarse por cuello de un árbol.
  2. Si, la que te leíste al principio del artículo. ¿O creías que los gringos habían transmitido el original en español?
  3. La luna forma parte de Chile, en serio.
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Artículo destacado

Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular.

Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos
por el mismísimo Miguel de Cervantes.