Programa Espacial Precolombino

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—Saludos, terrícola. Mi nombre es Quetzalcóatl. He venido del espacio en son de paz para compartir con tus hombres secretos que les serán de mucha utilidad en su desarrollo como civilización.
—¡Qué bien! ¿Tienen la cura para la disentería?
—¿Disentería? Ehh... no, yo venía a enseñarles a tallar figuritas de piedra...

El Programa Espacial Precolombino fue un conjunto de iniciativas astronáuticas desarrolladas por distintos pueblos de la América precolombina, fruto del intercambio cultural entre nativos americanos y seres extraterrestres, ya que como bien lo demostró el descubrimiento de América por los europeos, el contacto entre culturas con distintos niveles de desarrollo siempre ha sido pacífico y fructífero para ambas partes.

Origen de la teoría

El primer proponente de esta conjetura teoría alternativa fue el empresario hotelero suizo Erich Von Däniken, autor de la revolucionaria obra de ciencia ficción Recuerdos del futuro (más tarde adaptada al cine con Michael J. Fox en el papel estelar). En su libro, escrito tras una tarde de porros con Zecharia Sitchin, Von Däniken sugería que era "científicamente imposible" que una panda de indios de piel oscura fueran capaces de sumar 2 + 2 y mucho menos de juntar dos piedras para construir siquiera una casa, por lo tanto, la explicación más lógica al origen de obras monumentales como Chichén Itzá o Machu Picchu era la intervención de marcianitos del espacio.

La idea ganó numerosos adeptos e influyó en la creación de documentales de divulgación científica como Stargate, pero no fue sino hasta que Giorgio A. Tsoukalos, otro suizo loco, aunque con un mejor peinado que Von Däniken, popularizó la teoría en el programa Ancient Aliens, transmitido por The Hysteria Channel cuando los documentales sobre el apocalipsis de 2012 dejaron de ser rentables.

Ya dilucidado el misterioso origen de estas estructuras, sólo faltaba determinar su propósito. Esta tarea le correspondió al médico y paleoastrónomo aficionado Leandro Gao, quien, después de fumar lo mismo que Von Däniken, afirmó que las pirámides eran generadores de energía para naves espaciales construidas por humanos siguiendo instrucciones de los extraterrestres.

Historia del programa espacial

Al principio los extraterrestres eran tímidos. Cuando nadie los veía, bajaban de sus naves y con sus lásers garabateaban graffitis en valles y cerros (hoy conocidos como "petroglifos"). Los más osados se atrevían a jugarles bromas pesadas a los humanos primitivos, tales como aparecérseles a pastores desprevenidos diciendo cosas incoherentes como "¡Yo soy Yahvé, tu Dios!". Pero con el tiempo, estos visitantes del espacio se compadecieron de nuestros estúpidos antepasados y decidieron presentarse públicamente ante ellos para acelerar un poco el proceso evolutivo. Primero estuvieron en Egipto construyendo pirámides, helicópteros y creando esfinges mediante experimentos de ingeniería genética; después se fueron a Grecia donde, embriagados por el vino, fecundaron a varias mujeres para crear híbridos humano-extraterrestres (Hércules, Aquiles, Kratos...), para finalmente darse una vuelta por Escocia apilando un montón de pesadas rocas sin motivo aparente. Sin embargo este viaje agotó tanto a los alienígenas que pasaron de visitar África.

Unos siglos más tarde se animaron a cruzar el charco y llegaron a América portando objetos fenicios (la Fuente Magna) y mesopotámicos (los planos estructurales de los zigurats) para inspirar a los nativos americanos a crear sus propias cosas raras e inútiles. Después del primer contacto entre indígenas y alienígenas, los primeros se desembrutecieron de inmediato y lograron ponerse al día en cuanto a desarrollo tecnológico en un santiamén. Así de buenos maestros eran los extraterrestres.

Programa Espacial Mesoamericano

Astronauta maya.
Diagrama de la nave de Pakal (derecha) comparada con el arcaico transbordador espacial de la NASA.

Los primeros extraterrestres que visitaron Mesoamérica tenían forma de cabezas gigantes, como se puede apreciar en el arte colosal olmeca. Estos cabezones les enseñaron a los olmecas a usar el calendario para saber cuándo era el cumpleaños de sus esposas, a escribir y a arar la tierra, todo eso a cambio de ser adorados como dioses. Pero los olmecas eran demasiado brutos como para aprender los secretos de la exploración espacial, así que fueron borrados de un plumazo de la faz de la Tierra.

Los extraterrestres crearon entonces a los mayas, una versión mejorada de los olmecas. Un híbrido maya-extraterrestre llamado K'inich Janaab' Pakal fue el que dio impulso al Programa Espacial Maya, creando en Palenque una base de construcción y despegue de naves espaciales de jade que eran la envidia de la Vía Láctea. Se sabe que el mismo Pakal, aparte de gobernar Palenque, era propietario de una nave privada con la que visitó Marte.

Pakal Daimaku sin maquillaje.

Como premio a su talento, los extraterrestres se llevaron consigo a Pakal cuando regresaron a su planeta, pero primero asesinaron y sepultaron a un doble para que los arqueólogos no sospecharan nada. Los envidiosos mayas pidieron ser abducidos también porque deseaban mejores condiciones de vida, y en ese entonces el norte del Río Grande estaba poblado por indios mucho menos evolucionados que ellos. Así fue como los mayas se esfumaron de la noche a la mañana, siendo reemplazados por los toltecas.

Sin embargo, los toltecas estaban más interesados en la guerra que en explorar el Universo. Con tecnología rescatada de la Atlántida los toltecas crearon una raza de guerreros gigantes armados con lanzas y cuchillos pistolas y tasers para defenderse de tribus hostiles tanto en la Tierra como en otros planetas. Se supone que los aztecas más tarde asmilaron esta tecnología torturando interrogando a prisioneros de guerra toltecas, por eso sigue siendo un misterio el cómo los españoles, armados apenas con espadas, enfermedades de transmisión sexual y primitivas armas de fuego, pudieron someter a éstos. El único sobreviviente de esa época que aún sigue con vida, Xiabelótl, dice que no lo sabe porque casi nunca salía del asilo de ancianos.

Todos los planos estructurales de las naves mesoamericanas fueron quemados por la Inquisición y se perdieron forever.

Programa Aeroespacial Quimbaya

Avión de combate quimbaya modelo F-69 Polilla.

Los quimbaya, originarios de lo que alguna vez fue actualmente es Colombia, nunca se aventuraron a explorar más allá de la estratósfera, pero sí se especializaron en la fabricación de aeronaves en forma de aves voladoras, bichos voladores y pirañas voladoras. Estos aviones eran de oro macizo extraído de El Dorado, por eso no podían volar demasiado alto (y aún así la comida a bordo era un asco). Por desgracia los conquistadores españoles fundieron todos los aviones y sólo nos dejaron unas figuritas a escala que difícilmente podrían volar sin sacarle un ojo a alguien.

Programa Espacial Inca

Los nazcas fueron los precursores del programa espacial incaico con la construcción del Aeropuerto Intergaláctico de Nazca, emplazado (o más bien, dibujado) en medio del desierto peruano hace titantos años, en el siglo sepa-Dios-cuándo aproximadamente. Un día los nazcas decidieron abandonar el planeta para siempre, así que más tarde los incas heredaron sus conocimientos, pero éstos desconfiaban de los extraterrestres porque creían que su intención era esclavizarlos, robar su oro e introducirles sondas por el recto. Para probar lo benignas de sus intenciones, los alienígenas exterminaron a los dinosaurios que atormentaban a la población local en el contexto de la guerra Humano-Dinosauria, hecho que fue inmortalizado en las piedras de Ica. Entonces los agradecidos incas aceptaron colaborar con los extraterrestres y como muestra de su apreciación construyeron "El Gran Rostro De Perfil, Narizón, Sin Labios Ni Ojos, Que Mira Al Cielo", mejor conocido como Machu Picchu. O más bien los extraterrestres lo construyeron, porque los incas (como todos los pueblos antiguos) eran estúpidos.

Programa Espacial Tiahuanaco

Lalalala, soy un monolito. No hay nada que ver por aquí, circule...

La tía Guanaco Los tiahuanaco fueron una cultura que surgió en la actual Bolivia y cuyo único aporte a la humanidad fue la construcción de un enorme conjunto de ruinas y monolitos llamado creativamente Tiahuanaco, o Tiwanaku si queremos dárnoslas de indigenistas.

Tiahuanaco se constituía por un complejo de siete edificios, entre los que destaca Puma Punku, una cosa cuya única particularidad es lo bien alineados que están sus bloques de piedra (que esta sea la característica más notable de Puma Punku dice mucho sobre la calidad de los obreros precolombinos en general).

El plomero profesional y arqueólogo amateur Arthur Posnansky visitó las ruinas de Tiahuanaco en 1940 y mediante un innovador método de datación (lamer el polvo de las ruinas), determinó que ésta había sido fundada hace al menos 1.200 millones de años por una cultura de atlantes y posteriormente abandonada a causa de un tsunami en el Lago Titicaca. Cabe mencionar que Posnansky era muy aficionado a la hoja de coca.

Hoy, 9 de cada 10 pseudoarqueólogos están de acuerdo en que Tiahuanaco era realmente la sede de la Agencia Espacial Tiahuanaca, siendo Puma Punku la pista de aterrizaje de las naves espaciales. Otras pistas que revelan la naturaleza verdadera de Tiahuanaco son la Puerta de la Luna (en donde se simuló teatralmente el primer viaje tiahuanaco a la Luna el 21 de julio del año 969 a. C.) y la Puerta del Sol, plataforma de despegue de las 18 naves del Programa Viracocha que viajaron al Sol y jamás regresaron.

Años después del cataclismo que acabó con esta cultura, el último superviviente tiahuanaco le entregó los planos de las naves espaciales a un aymara que pasaba por ahí. Los secretos del programa espacial tiahuanaco fueron transmitidos de generación en generación dentro de la tribu aymara, hasta que uno de sus vástagos, Evo Morales, usó estos conocimientos para crear la Agencia Espacial Boliviana.

Logros científicos del proyecto

Si no fuera por el Programa Espacial Precolombino, esto sería pura fantasía.

No hay muchos. Por alguna extraña razón, estos pueblos tenían la tecnología para construir sofisticadas naves espaciales, pero no para diseñar tanques de oxígeno. Debido a esto nunca establecieron colonias en otros planetas, ni trajeron souvenirs como piedras lunares para hacer evolucionar a sus Clefairys.

Después de la desaparición de los pueblos precolombinos, la humanidad cayó en un oscuro período de ignorancia y retroceso científico conocido como el Renacimiento. No fue sino hasta el pacífico siglo XX en que nuestros hermanos del espacio decidieron darnos de nuevo una manito, enviando a Alemania a un ingeniero extraterrestre disfrazado de humano, que pasaría a la historia como Wernher von Braun, para que colaborase con el alma más pura y evolucionada de la época, Adolf Hitler, en un proyecto para crear naves espaciales para colonizar la Luna y deportar a los judíos a Plutón. Lamentablemente este ambicioso plan no se pudo materializar luego de que unos problemas personales llevaran a Hitler al suicidio.

Tras la muerte de Hitler, Von Braun fue llevado a Estados Unidos para ser sometido a una autopsia en vida en el Área 51. Los extraterrestres enviaron una nave para rescatarlo, pero ésta se estrelló en Roswell; Von Braun entonces confesó a los norteamericanos el propósito de su misión y aceptó colaborar con ellos a cambio de que le proveyeran una ración de por vida de su alimento favorito: sangre de comunistas (la más roja que existe). Así comenzaron la Guerra Fría y la carrera espacial.

Otros proyectos similares

Un digno sucesor.

En los años 90 el entonces presidente argentino C*rl*s M*n*m, después de fumar lo mismo que Von Däniken y Leandro Gao, anunció la creación de un programa espacial de vuelos a la estratósfera desde una plataforma instalada en la provincia de Córdoba, con el fin de viajar en menos de hora y media desde Argentina a Japón, Corea del Sur o a cualquier parte. El proyecto no prosperó porque M*n*m "privatizó" el presupuesto del programa para alquilar a Cecilia Bolocco para que se casara con él.

Véase también


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Artículo destacado

Este artículo ha sido destacado en la Portada por decisión popular.

Los rumores sugieren que sus autores fueron instruidos
por el mismísimo Miguel de Cervantes.