Abjasia

República Soviética Rusa de Abkhaziya


(Bandera)	(Escudo)

Lema	¡RECONOCIMIENTO O REBELIÓN ARMADA!

Himno	El de la URSS, creo...

Capital	Sujumi

Mayor ciudad	La ciudad que dice arriba ⬆

Lenguas oficiales	Abjasio, Ruso, ~~Georgiano~~

Gobierno	~~República rusa~~ Estado con reconocimiento limitado

Líder	~~Vladimir Putin~~ Un señor al que nadie le importa

Área	Muy poca

Población	240.000 georgianos que se creen rusos

Moneda	Rublo ruso

Gentilicio	~~Ruso~~ Abjasio

Zona horaria	¿Que es eso?

Dominio de internet	No tienen por que son muy pobres para tener uno

Código telefónico	Tampoco tienen por pobres

La República^{[cita requerida]} de Abjasia es un cacho de tierra rebelde que, junto a otro cacho de tierra llamado ~~Ostia~~ Osetia del Sur, decidió separarse de Georgia (el país, no el estado gringo) por allí a inicios de los años 90 para retornar a los brazos de su querida Neo-URSS.

Debido a diversas complicaciones, Abjasia no es reconocido por la ONU como un país independiente. Pero eso a Abjasia le vale madres ya que, al menos, cuenta con el reconocimiento de la Madre Rusia y la de sus ~~lacayos~~ aliados Venezuela, Nicaragua, Nauru, Siria y, obviamente, su hermanita Ostia Sureña.

Historia

Antiguas ruinas de Abjasia. Hoy en día sólo queda polvo.

En la época de los Picapiedra, Abjasia estaba habitada por la civilización proto-kartveliana, de la que nadie ha oído hablar nunca, pero que eventualmente digievolucionó hasta dar origen a chechenos, daguestaníes, armenios, borats y arameos.

En la antigüedad se le llamó Cólquida, debido a la gran cantidad de coles que había en esos parajes. Este imperio desconocido sobrevivió durante siglos porque incluso Genghis Khan no supo cómo llegar a ese rincón abandonado. Cuando el Imperio Romano conquistó el mundo bajo el mando de Darth Vader, Abjasia pasó a llarse llamó Lazica, que en romano significa "Tierra de Lazarenta", en alusión a los innumerables orcos peligrosos que allí habitaban.

Pasa el tiempo, y con el establecimiento del Imperio Ruso y del Imperio Otomano (dos potencias asiáticas cuyo deporte favorito era cazar armenios y azerbaiyanos), todas estas personas fueron apretujadas en ese pequeño pedazo de nada allí en el Cáucaso y, por razones que a nadie le importa, los abjasios acabaron anexados por el Reino de Sakartvelo (o Georgia para los incultos). Con la creación de la Unión Soviética, el tío Stalin dijo que todos esos cachos de tierra en el Cáucaso eran la misma mierda, por lo que prefirió dejar a Abjasia como una provincia georgiana.

Separatista abjasio resistiendo las tropas georgianas

Sin embargo, con la caída del comunismo, los abjasios recordaron que Abjasia existía, y que por ende podían declarar su independencia. El problema fue que, cuando estaban fileteando a la URSS, la pobre Abjasia no estuvo en la lista de invitados, por lo que nadie se dignó en devolverles su pedazo de territorio. En vez de eso, se lo regalaron a Georgia bajo la promesa de no hacer bullying a los abjasios.

El problema surgió cuando, mientras los georgianos comían comida por primera vez desde 1917, uno de ellos mordió accidentalmente la nueva constitución de Georgia y arrancó las páginas en donde se reconocía a Abjasia y a Ostia del Sur como ~~minorías a oprimir~~ minorías oprimidas. Por lo que ambos cachos de tierra se ofendieron bastante y decidieron declararse independientes. Una decisión polémica que Mamá Rusia la ratificó en 2008 usando su lenguaje favorito: el de los tanques invadiendo Georgia.

Hoy en día, Abjasia es otro territorio separatista más del montón con un nombre de mierda y una ubicación que nadie conoce.

Geografía

Por ahí debe quedar Abjasia.

Abjasia se encuentra en el limbo, porque no es ni Europa, ni Asia, ni Rusia, ni Georgia. Al igual que el País de las Maravillas, Abjasia se encuentra en una dimensión paralela de la imaginación.

Su relieve es prácticamente de montañas que aprietan todas las ciudades de este pseudo-país contra el Mar Afrodescendiente.

Demografía

Con una población en número desconocido, según el último censo de 1991, Abjasia está compuesta en un 70% por soldados rusos, un 20% por prostitutas georgianas y el 10% restante son bebés concebidos por la unión de las dos etnias dominantes ya mencionadas.

Tanto las tasas de natalidad como las de mortalidad en Abjasia son muy altas: de hecho, cuando nace un niño, se acostumbra disparar a un anciano, por lo que la población se mantiene siempre por debajo de cierto umbral, pudiendo seguir siendo considerada una minoría étnica en su propio país.

Según las estadísticas, el idioma más hablado es el ruso, aunque nadie lo sabe, y ocho de cada diez mujeres están satisfechas con su crema de belleza.

Cultura y Sociedad

Abjasios haciendo su peregrinación anual hacia la Capilla del Sagrado Putin.

Al igual que en Ostia del Sur, los abjasios profesan el Putinismo, una religión que gira en torno a Vladímir Putin, en la cual lo muestran como un dios todopoderoso que lucha contra la injusticia y el malvado gobierno de Georgia.

La sociedad en Abjasia está altamente estratificada y dividida en clases:

En la cima está la casta de los sacerdotes militares, que honran y veneran al dios Vodka que reside en el planeta Soviético.
Más abajo está la casta de los guerreros militares, que luchan para defender su país de las incursiones de los hititas y los minimoys.
Luego viene la casta de ingenieros militares y médicos de campo, que disfrutan de exenciones fiscales en la compra de revólveres y mosquetes.
Finalmente, está la casta no militar, una raza de hombres incivilizados que viven en casas y que ni siquiera pueden sonarse la nariz.

En este lugar imaginario, los sindicatos no existen, los trabajadores trabajan todo el día y las familias se reúnen todas las noches alrededor de la radio para escuchar el boletín de guerra. Cuando no están ocupados en actividades laborales, los habitantes suelen construir armas y artefactos, deseosos de poder utilizarlos durante la próxima guerra.

Otros cachos de tierra

Este artigo foi traduzido da Desciclopédia, e o seu autor fala portuñol!
De qualquer forma, visita a Desciclopédia para ler a versão original desse artigo:
Abecásia