Siempre a tu lado, Hachiko
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Dirección | Zack Snyder |
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Producción | Richard Dawkins Gere |
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Intérpretes | Richard Dawkins Gere, Cheems (como Hachiko) |
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Guión | Haruki Murakami |
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Música | El silencio incómodo de la espera |
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País | Japón/EE.UU. |
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Fecha de estreno | 2009 (aparentemente) |
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Género | Comedia de acoso canino |
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Calificación | PG (Perros con problemas de apego) |
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Premios | Festival Internacional de Memes de Seattle |
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Siempre a tu lado, Hachiko (Siempre a todo gas, Lobezno en España, 知らない人に執着する犬 en el resto del mundo) es una película cómica de los noventa que por su mala calidad de filmación parece hecha en 2009. Fue estrenada en el Festival Internacional de Memes de Seattle. La película fue dirigida por Zack Snyder, escrita por Haruki Murakami y producida por el reconocido comediante Richard Dawkins Gere, quien además protagoniza esta obra.
La trama sigue la peculiar y perturbadora relación entre el profesor universitario Richard Dawkins Gere y un perro de raza Akita llamado Hachiko (interpretado magistralmente por Cheems en su debut cinematográfico). En la cinta, el epítome de la comedia sucede cuando Hachi espera a que su dueño regrese pero nunca lo hace, la sala de cine estalla en carcajadas y aplausos considerándola una obra maestra del buen humor familiar.
Trama
Un niño posmoderno, llamado Ronnie, evidentemente traumatizado, comparte con su clase que su héroe es el perro psicópata de su abuelo (el perro psicópata es el perro, no el abuelo), el infame Hachi. Procede a relatar una perturbadora historia de , dejando a todos los presentes preguntándose si necesitan un terapeuta… o un entrenador de perros terapeuta.
El origen del mal
Warker Pilson, un profesor que disfruta de perder el tiempo en trenes, encuentra un perro "perdido" en la estación de Providence. Perdido, entre comillas, ya que pronto descubrimos que este cachorro es el más grande manipulador de la historia cinematográfica.
El canino, cuyo paradero anterior es un misterio ya que sus antiguos dueños ahora están en terapia intensiva, desarrolla una obsesión malsana con Parker. El amigo japonés de Parker, Ken (el único asiático de la película, porque Hollywood, es el único que conoce de perros porque comida china), le informa que el perro es un Akita y que el símbolo en su collar dice "Hachi" ("Ocho" en japonés, aunque bien podría significar "acosador" y Ken nos podría estar trolleando).
La esposa de Parker, Cate (de Cat), eventualmente acepta a Hachi con la misma resignación con la que las esposas aceptan el sepso anal. Mientras tanto, el perro, como un adolescente emo, prefiere dormir afuera en su caseta, planeando su próxima maniobra perturbadora. Parker intenta entrenar a Hachi para que se comporte como un perro normal y busque una pelota, sin saber que está alimentando los instintos de un acosador profesional en ciernes.
Memorias de un acoso
Hachi procede a establecer un patrón de comportamiento obsesivo-compulsivo, presentándose religiosamente a las 5:00 pm en la estación de tren, en lo que los psicólogos caninos han catalogado como síndrome del ex tóxico peludo. La película documenta cómo el can sabotea sistemáticamente las relaciones personales de Parker, incluyendo una perturbadora escena durante la boda de Andy (hija de Parker) donde Hachi se posiciona estratégicamente en las fotos familiares con una mirada que los expertos en comportamiento animal han traducido como "él es mío, perra".
La película ha sido criticada por romantizar el acoso cuando el perpetrador tiene cola y hace guau. Varios grupos de defensa de víctimas de acoso han señalado que el comportamiento de Hachi cumple con todos los criterios del Manual diagnóstico de trastornos psiquiátricos caninos, incluyendo:
- Persecución obsesiva
- Comportamiento controlador
- Incapacidad para aceptar el rechazo
- Tendencia a aparecer sin invitación
- Uso manipulador de expresiones faciales adorables
El incidente de la pelota
En lo que los investigadores paranormales denominan El Presagio Pelotero, Hachi exhibió un cambio radical en su comportamiento el fatídico 21 de mayo de 1925 (espera, no es la fecha original del caso real, entonces debe ser en 1295). Testigos presenciales reportaron ver al can, previamente alérgico a cualquier actividad lúdica, aproximarse a Parker con una pelota en la boca, en lo que expertos en comportamiento criminal canino clasifican como manipulación premeditada de nivel avanzado.
Parker, demostrando la ingenuidad característica de las víctimas en las películas de terror, interpretó este cambio como "progreso" y no como la obvia señal de mal augurio que era. El lanzamiento de la pelota, ahora conocido en los círculos de investigación paranormal como La Última Pelota Antes del Desastre o "LÚPAD", coincidió sospechosamente con el infarto que Parker sufriría horas después supuestamente porque su alumno tocaba a Bach estilo reguetón, aunque nosotros sabemos la verdad (la CIA tiene ese caso abierto junto con el de John F. Kennedy).
Varios teóricos han señalado las siguientes "coincidencias": 1. Hachi nunca había jugado a la pelota en sus años de acoso previo; 2. El infarto ocurrió exactamente 4 horas, 13 minutos y 27 segundos después del incidente de la pelota; 3. La pelota nunca fue encontrada (véase: Evidencia paranormal perdida); 4. Testigos afirman haber visto a Hachi practicando expresiones tristes frente a un charco la noche anterior
El drama continúa
Tras el fallecimiento de Parker cuando lo encontraron sin su corazón en ningún lugar de su cuerpo, Hachi inició lo que los críticos de teatro canino han denominado la performance más larga, una obra unipersonal de diez años de duración en la estación de tren. Michael, el yerno de Parker, encontró a Hachi a las 9:30 pm en lo que sería la primera de innumerables noches de encuentrar al perro dramático.
Los registros familiares indican que durante el periodo de luto, Hachi mantuvo una inquietante calma, posiblemente ensayando mentalmente su próxima década de dramatización profesional. Testigos reportaron haberlo visto practicando diferentes ángulos de inclinación de cabeza para maximizar el efecto emotivo en los transeúntes.
En un intento desesperado por romper el ciclo de codependencia, la familia Wilson ejecutó lo que los expertos denominan una mudanza de testigos protegidos. Sin embargo, subestimaron gravemente las capacidades de rastreo de Hachi, quien demostró poseer un GPS interno con precisión militar y una terquedad que haría parecer flexibles a los funcionarios de la KGB buscando a Trotski en la cama de Frida Kahlo.
El regreso del rey (del drama)
Utilizando exclusivamente las vías del tren como referencia (porque los perros japoneses vienen con Waze incorporado), Hachi logró regresar a Bedridge en el viaje más pasivo-agresivo de la historia. Andy, afectada por el síndrome de Estocolmo, autorizó el retorno del acosador profesional a sus vidas, permitiéndole establecer su residencia permanente en la estación, en lo que sería conocido como el primer caso documentado de "okupación canina sentimental".
Jasjeet, el vendedor de hot dogs (porque toda historia necesita un testigo imparcial), junto a otros transeúntes, alimentan a Hachi, perpetuando así su comportamiento obsesivo. Un reportero escribe sobre Hachi, convirtiendo el acoso en un símbolo de "lealtad" y la gente empieza a enviar dinero y tarjetas, básicamente financiando su trastorno.
Hachi se convierte en una sensación local, con los vecinos apostando sobre cuánto tiempo seguirá su "performance artística". Incluso rechaza ofertas lucrativas de varios reality shows, como "Perros Neuróticos al Límite" y "MasterChef: Edición Callejera", demostrando que su compromiso con el drama va más allá del dinero.
La validación internacional
En un desesperado intento por justificar años de comportamiento obsesivo, la familia importó a Ken, un experto en comunicación canina japonesa (porque Google Translate aún no tenía la opción de ladridoㅤ→ japonés). Ken, viajando miles de kilómetros solo para tener una conversación con un perro, validó oficialmente el trastorno de Hachi diciéndole en japonés fluido: "Yo también lo extraño", a lo que Hachi respondió con una mirada que claramente decía "Gracias por el certificado de acosador profesional".
El gran final: Una obra en tres actos
En el décimo aniversario de la muerte de Parker (o como Hachi lo llamaba en su diario, 3,650 días de método acting), Cate visitó la estación para presenciar el espectáculo unipersonal más largo de la historia. Encontró a Hachi, ya canoso pero firme en su puesto como un funcionario público japonés, perfeccionando su última actuación. Cuando finalmente el telón cayó sobre nuestro protagonista peludo, Parker apareció en el más allá para recogerlo, demostrando que si acosas a alguien por suficiente tiempo, eventualmente cederá, aunque tengas que perseguirlo hasta la otra vida.
La lección dudosamente moral
Pareciendo un episodio de "Black Mirror versión Disney", el pequeño Ronnie decidió compartir esta historia de acoso interespecies con su clase, vendiéndola como una conmovedora lección sobre "lealtad". Los estudiantes, atrapados en el dilema moral de aplaudir una historia de obsesión o parecer insensibles ante el niño con el abuelo muerto y el perro stalker, optaron por una ovación entusiasta. Los psicólogos presentes en la sala tuvieron que ser contenidos para no diagnosticar trastornos en tiempo real.
Como prueba de que el trauma familiar es hereditario, Ronnie adquirió un nuevo cachorro al que, en un momento de creatividad comparable a nombrar "Contraseña" a tu contraseña, llamó Hachi. Este acto de dudosa sabiduría sugiere que la familia Wilson tiene un don especial para no aprender de sus experiencias, preparando el terreno para "Memorias de un Acoso 2: La Nueva Generación".
Antecedentes históricos
En 1923, en Ōdate, nació un Akita que elevaría el concepto de "attachment issues" a niveles estratosféricos. Hachikō (que significa "ocho" + "afecto", porque tener solo un problemita de dependencia no era suficiente) se convirtió en el maestro supremo del "cinco minutitos más".
Todo iba bien hasta que su dueño, el Profesor Ueno Hidesaburō, tuvo la osadía de morirse en 1925. ¿Hachikō aceptó la realidad como un perro normal? ¡JA! Se convirtió en el primer canino en decir "¿muerte? ¿qué es eso? ¿se come?". Durante NUEVE AÑOS (¡2,190 días de terapia desperdiciada!), siguió plantado en la estación de Shibuya como el ex que no entiende que "ya no es lo mismo".
Los japoneses, expertos en hacer monumentos a cualquier cosa, pensaron: "¿Qué tal si inmortalizamos este caso severo de negación?" Y le hicieron una estatua de bronce. Ahí está, eternamente esperando, como recordatorio de que tus problemas de apego no son tan graves - ¡al menos no te han hecho una estatua por ello!
La cereza del pastel: ni siquiera hay consenso sobre si murió en 1934 o 1935. Típico de drama queen, dejando el misterio hasta el final. Le pusieron "chūken Hachikō" (忠犬ハチ公), "el perro fiel", aunque "el rey del ghosting inverso" hubiera sido más preciso.
Si visitan Shibuya, saluden a nuestro campeón del autoengaño, el perro que hizo que todas las historias de amor tóxicas parezcan un juego de niños. ¡Y la próxima vez que te quejes de que llevas una semana esperando respuesta en WhatsApp, recuerda: Hachikō esperó 9 años y ni siquiera tenía internet para stalkear!
Producción
El rodaje tuvo lugar principalmente en Rhode Island, porque Japón era demasiado caro y, seamos honestos, ¿quién va a notar la diferencia? Woonsocket hizo de Tokio con la misma convicción que tu tío haciendo de Santa Claus en Navidad.
Un equipo B fue enviado a Japón para grabar planos de establecimientos. Básicamente, el equivalente cinematográfico a poner un filtro japonés en Instagram.
La Escuela Primaria Reynolds en Bristol sirvió como locación principal, y curiosamente cerró el mismo año que se estrenó la película. Coincidencia... ¿o trauma post-Hachi? El distrito escolar la convirtió en oficinas administrativas, probablemente para evitar que más niños desarrollaran ideas raras sobre la "lealtad canina".
En un alarde de creatividad artística, desaturaron el color en las escenas desde el punto de vista del perro, porque los perros ven el mundo como una película de los años 40. Al menos tuvieron la decencia de no poner voces humanas en la cabeza de Hachi, evitándonos gems como "Oh Parker-senpai, notice me!"
Tres akitas diferentes interpretaron a Hachi: Layla, Chico y Forrest. Sí, se necesitaron tres perros para capturar la esencia de un acosador profesional. Los entrenadores Mark Harden y David Allsberry adoptaron a Chico y Layla respectivamente después del rodaje, probablemente por síndrome de Estocolmo.
Richard Gere describió el proceso de conocer a sus co-estrellas caninas como "ansioso", lo cual es comprensible cuando tu compañero de reparto puede decidir que tu pierna es más interesante que el guión. Después de tres días, uno de los perros "lo aceptó en la manada" poniendo su cabeza en su regazo. Este momento conmovedor fue inmediatamente seguido por la firma de varios waivers de responsabilidad.
Sony, en su infinita sabiduría, decidió no estrenar la película en cines estadounidenses y se negó a comentar al respecto. Probablemente porque explicar "Es una película sobre un perro stalker que acosa a Richard Gere" no sonaba muy comercial en las reuniones de marketing.